Escáner Cultural

REVISTA VIRTUAL DE ARTE CONTEMPORÁNEO Y NUEVAS TENDENCIAS

ISSN 0719-4757
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Música Contemporánea

“Siente la música en Pichilemu”

 

29 de diciembre, Centro Cultural Agustín Ross, Avenida Ross 495 Pichilemu, Región de O´Higgins. Todas las actividades son gratuitas y abiertas a la comunidad.

 

 

Por Verónica Rubio

  • Un espacio memorable de intercambio cultural, incentivo, exhibición y puesta en valor de la emergente factoría musical de Pichilemu, es lo que propone el IV Festival Bandaspich, que se realizará en diciembre en el Centro Cultural Agustín Ross de Pichilemu.

Por cuarto año consecutivo se desarrollará en Pichilemu el Festival Bandaspich, organizado por el Centro Cultural Agustín Ross, de la Ilustre Municipalidad de Pichilemu gracias a la adjudicación de un proyecto del Fondo de la Música, convocatoria 2018, del Ministerio de la Cultura, las Artes y el Patrimonio. Bajo el lema “Siente la música en Pichilemu” el evento se extenderá varios días con actividades de extensión como teatro, lenguaje de señas, ciclo de cine, entre otras actividades, para culminar con una gran jornada de música en vivo con la presentación de siete bandas el sábado 29 de diciembre: Casanova, Deminina, Tom D` Rocka, Mambo de a Litro, Kamila  Govorčin, Guitardeon y Sexta Costa Crew.

Guía de Descarriados

 

LA CULTURA DE LA BASURA

o la profecía de Los Prisioneros

 

I       ALGO GRANDE

Por más que Jorge González y sus secuaces se habían eforzado por ser una especie de “anti banda” o “anti estrellas de rock”, vistiéndose como la mayoría de los jóvenes santiaguinos de entonces, viviendo con sus padres (al menos al principio), condenando las drogas y haciendo declaraciones del tipo “yo a los veintisiete años me retiro de esto y estudiaré para ser abogado y formar una familia”, lo cierto, o mejor dicho inevitable, es que tras dos álbumes demoledores, los tres veinteañeros sanmiguelinos se habían convertido en estrellas de rock y millones de personas esperaban -en Chile y más allá- su tercer disco o, más rigurosamente, su tercer cassette.

Quien se sube a un escenario puede hacer muchas cosas, con la voz, con el cuerpo o con lo que sea; también las posibilidades de discurso son infinitas, desde los más humildes y bien intencionados hasta los más estrafalarios y amorales; pero hay algo seguro: quien se sube a un escenario deja inmediatamente de ser una persona normal, y cuando a mediados de 1987 Los Prisioneros empezaron a mostrarse con pintas más rockeras (todos de negro, con bototos, por ejemplo), y a deslizar algún comentario más relajado sobre las drogas, quienes disfrutábamos de su música nos dijimos “por fin estos muchachos se asumieron como rockeros y dejaron de ir de santos”. Fue un gran momento, ya que esta banda de rock no asumida había destrozado las murallas de Jericó, reformateado el conciente colectivo de nuestra generación y la siguiente, y aclimatado en Chile la revolución punk, todo desde la orilla sur del Gran Santiago (sin olvidar, por supuesto, el crucial aporte de la disquería Fusión, enclavada en la glamorosa Providencia). Pero algo faltaba en sus dos primeros cassettes, demasiado marcial el primero, y musicalmente muy liviano el segundo. Es verdad que la marcialidad del primer álbum (La Voz de los Ochenta, 1984) era el producto o respuesta obvia en una sociedad  marcializada a la fuerza tras más de una década de Dictadura, y por lo tanto la manera más eficaz de poner una bomba en los cimientos de aquel tiempo, y también es cierto que -dado el ulterior auge de la música tecno- aquel segundo álbum (Pateando Piedras, 1986) es hoy una joya de anticipación, y se la celebra como pionera del synth pop, concepto que por esos años ni conocíamos. La cosa es que quienes ya éramos adictos al rock cuando la “revolución Prisioneros”, si bien aplaudimos su descenso desde los cielos de lo inesperado y concordamos -grosso modo- con las nuevas Tablas de la Ley que Jorge González se traía entre manos, al mismo tiempo extrañábamos una postura más desfachatada, unas guitarras más contundentes, en fin, algo más de esa cuota de desorden y estridencia que deben acompañar, como aliños claves, al buen rock. En resumidas cuentas, queríamos rock´n´roll, pero veíamos con preocupación cómo estos tres chicos parecían encaminarse a ser algo así como los Depeche Mode chilenos, por más que también nos gustaran los Depeche Mode.

Escáner Cultural nº: 
205
Guía de descarriados



VIRUS EN VIVO EN EL ESTADIO CHILE

Por Marcelo Olivares Keyer

 

I     ¿WADU-WADU?

 

Un día de enero de 1987 mi cabello largo -muy a contrapelo de la moda imperante- cobró sentido, sólo tuve que peinarlo con partidura al lado, ponerme una camisa amplia y abotonarla hasta el cuello: ya estaba listo para ir a ver a Virus. A mis tiernos diecinueve años, mi rostro aún era algo regordete, muy lejano del estilo Moura, pero unas semanas antes había visto en televisión, en un programa de videoclips, la canción Pecados Para Dos, con lo que me había convencido de que esos platenses -de quienes ya venían sonando un par de canciones en la radio desde hacía un año- también tenían algo que decir dentro de la avalancha de música pop trasandina que para el verano´87 ya era un diluvio total que parecía no tener fin.

Durante el largo viaje desde La Florida hasta la parte antigua de Santiago, en donde tocarían los Virus, viaje que por aquellos días duraba como dos horas, sólo me acompañaba ese goce anticipado que se siente cuando sabemos que vamos a ver una buena banda. Mal podía adivinar que esta agrupación, al lanzar su ópera prima WADU-WADU a fines de 1981 (un año antes que Lulú Santos, Blitz y Barao Vermelho en Brasil, o que la Banda Metro en Chile, quienes lanzarían sus primeros álbumes en 1982), habían dado el puntapié inicial a la renovación de la música pop en América Latina, con lo que arriesgaron recibir más de algún puntapié ellos mismos, ya que meter mano en la delicada trama cultural/emocional/social de aquellos días era cosa complicada, y muy difícil de explicar a quienes hoy tienen menos de cuarenta años.

Este Virus se había comenzado a incubar en 1980, con la mezcla de dos bandas: Marabunta y Las Violetas, fusión bautizada con el no muy convincente nombre de “Duro”. Tenían una vocalista llamada Laura, la que al poco tiempo se bajó -o la bajaron- del proyecto. De Marabunta venían los hermanos Julio y Marcelo Moura, y para reemplazar a Laura decidieron llamar a su hermano mayor, Federico, quien se había ido a vivir a Brasil después de haber sido bajista del grupo Dulcemembriyo hacía un montón de años. Visto desde hoy, no fueron sus hermanos chicos los que convencieron a Federico José de regresar del Brasil, fueron los hados del Arte quienes lo arrastraron de vuelta a La Plata para que alguien viniese a dirigir con delicados dedos el inexorable cambio que se avecinaba en el espíritu de la época. Así, convencieron al hermano Fede, y Duro pasó a llamarse Virus.

Subirse a cualquier escenario en América del Sur en 1980-81 y salir con canciones tecno bailables como las del mencionado Wadu-Wadu, hiper livianas, con letras irónicas, con su culto al hedonismo, era -vaya paradoja- cosa seria, muy seria, y si todavía a mediados de la década los más jóvenes (pero que sabíamos en qué mundo estábamos metidos) todavía debíamos someternos a un complejo proceso de metamorfosis psicológica para permitir la entrada a nuestras habitaciones de nuevas luces y nuevas perspectivas, no costará imaginar el comprensible rechazo que Virus -y luego sus equivalentes en los demás países de la región- debieron soportar en esos días en que en nuestro castigado subcontinente no se podía pronunciar una sílaba sin que esta fuese un enigma a ser vigilado, descifrado, censurado, aclamado o repudiado.

Todo era grave a principios de los ochenta, pero por algo Federico se lanzó a domar al monstruo de lo establecido. Con su rostro fino, casi de mujer, con esa voz suave y algo quebrada, pero clarísima, con esos ojos grandes que sabían medir el mundo, Federico había enfrentado a fantasmas mucho peores que un par de pifias en un show y había soportado obscuridades mucho más reales que un apagón en medio de una presentación. Pero yo aún no sabía nada de eso, o creía no saberlo, mientras la micro avanzaba por avenida Vicuña Mackenna hacia el centro, doblaba hacia abajo en Plaza Italia, y descendía por la Alameda, entre viejas mansiones abandonadas, hacia la parte más antigua de Santiago.

Escáner Cultural nº: 
204
Guía de Descarriados

 

RENZO TEFLÓN Y LOS DUENDES

Al duende hay que despertarlo en las últimas habitaciones de la sangre”

Federico García Lorca

Por: Marcelo Olivares Keyer

I INTRODUCCIÓN

La movida musical ochentera en América del Sur no sólo produjo una decena –o menos- de excelentes bandas, junto a un centenar de improvisadas y desechables agrupaciones para el olvido, dadas las evidentes potencialidades comerciales que la aclimatación de laNew Wave en nuestras tierras conllevaba desde la aparición de Virus, Lobao, Barao Vermelho y la Banda Metro en el inicio de la década. Eso sin contar a los que venían de los setenta, quienes, aunque ya treintones, eran lo suficientemente jóvenes como para entusiasmarse y dejarse llevar un rato por los raros peinados nuevos. También hubo una suerte de “clase media”, compuesta de unas cuantas bandas que si bien no remecieron cimiento alguno ni movilizaron tanta gente como para juntar suculentos ahorros para los días de vacas flacas, demostraron tener discurso propio y la suficiente claridad u osadía como para saber que no bastaba con imitar a The Police y/o The Clash, ir a la tele y así, tan fácilmente, dárselas de rockeros. Quizás el número de grupos que alcanza esta categoría también se acerca a la decena, y las hubo en toda la región, desde el Brasil hasta Chile (pienso en Kid Abelha e os Abóboras Selvagens, Don Cornelio y la Zona, Banda Pequeño Vicio, y unas pocas más), y sus canciones, que sobrevivieron dormidas en los pocos caséts cuyas cajas no se quebraron y cuyas cintas no se arrugaron, hoy, gracias al bienvenido traspaso de soportes hacia lo digital y de ahí a internet, se pueden escuchar sin fruncir el ceño e inclusive con cierta cuota de admiración o mejor dicho de complicidad.

No es sorprendente que a la música producida en Uruguay le haya costado irradiar más allá del Plata; semiocultos entre dos países de dimensiones colosales, los músicos y melómanos uruguayos conocen bien las dos caras de esa moneda: Pueden libar en primera fila de dos focos culturales peso pesado, pero al mismo tiempo lo creado en la pequeña república oriental rara vez resuena en los demás países del barrio. Fuera de la época del tango, por cierto, en la que varios orientales se encaramaron al panteón de la edad dorada, sólo Los Iracundos llenaron teatros en toda América.

 

II MARCO TEÓRICO

En 1985, alguien en Montevideo tuvo la buena idea de lanzar al mercado un long play (vinilo de larga duración) que incluyese canciones de casi todas las bandas emergentes en el país. El disco, una inteligente manera de afrontar la realidad en un mercado pequeño, se llamó Graffitti, y resultó tan bueno que no sólo se vendió en la otra orilla del estuario y dio para una segunda versión, sino que llegó –por ejemplo- hasta un par de disquerías de Santiago de Chile, en donde, junto a los codiciados discos de The Cure, Sumo o Los Prisioneros, no desentonaba para nada. Sin ir más lejos, fue en la disquería Fusión –a donde íbamos, dada la escases de circulante de la época, a mirar discos (y no es chiste)- en donde no sólo lo pude mirar, también me dejaron escucharlo y yo, de puro tonto (o de puro pobre) no lo compré.

En Uruguay el disco al parecer fue un batatazo; su esperable eclecticismo permite tomarle el pulso a la variedad dentro de la unidad. Entre tantas formas de sentirse post punk, desde la más grave y gótica hasta la más festiva y liviana, la canción que saltó a las radios, y ahí se quedó hasta la saturación, fue una titulada Himno de los Conductores Imprudentes, más conocida como la “canción del puré”, obra y gracia del grupo Los Tontos.

Como suele suceder, la canción de marras no era la mejor de esta banda de tan poco glamoroso nombre, pero su letra desquiciada y su estribillo hinchapelotas sirvieron para que Los Tontos adquiriesen fuerza propia y – aprovechando la ola de los quince minutos de fama- darse el lujo de grabar dos álbumes (Los Tontos, 1986, y Tontos al Natural, 1987); el segundo más cargado al ska estilo Madness y con menos matices que el primero. Y no sólo eso, también tuvieron su propio programa de televisión, “La Cueva del Rock”, en el que presentaban bandas en vivo, y –cruzando la pampa y la cordillera- tocaron una noche de invierno de ese 1987 en el Teatro Providencia de Santiago de Chile junto a los locales Valija Diplomática. Esta vez, a mis veinte años de edad, si que no lo dudé: junté las monedas, crucé la ciudad, y los vi.

Era un típico trío new wave a lo Police: un bajista vocalista (Renzo “Teflón” Guridi), un guitarrista piola (Fernando “Calvin” Rodríguez), y un baterista, (Leonardo “Trevor Podargo” Baroncini) quien, dicen, tenía que andar disfrazado porque era oficialmente baterista de Los Estómagos, la otra banda que la rompía en el Uruguay. Es difícil creer que nadie se haya dado cuenta de esta doble militancia del baterista, pero la historia suena divertida, como lo suenan todas las canciones de Los Tontos, quienes no fueron los únicos en considerar las letras de canción como un propicio terreno para la joda (en España hubo varios grupos con vocación humorística, pienso en este momento, por ejemplo, en los Ilegales, la excelente banda asturiana liderada por el cáustico Jorge Martínez), pero a diferencia de lo que hacían desde Buenos Aires grupos como Los Twist, con su propuesta de fiesta permanente, parodia y vodevil, en las letras de Los Tontos, y en la manera de cantar de Renzo Teflón, predomina un aire de crispación y de historieta, el relato de un hombre solitario e irritado, cual Johnny Rotten clase B.

Escáner Cultural nº: 
200

 

Por Rubén Cáceres Palacios

En el presente artículo he querido dar a conocer el trabajo y trayectoria de un gran talento nacional, un músico joven, maestro de la ciudad de Los Andes, creador que ya cuenta con grandes reconocimientos de sus obras en distintas instancias culturales forjadas en nuestro país, a modo de reseña algunas de ellas en el Concurso de Composición Luis Advis ( finalista 2008), Concurso Latinoamericano de Composición del Goethe Institut y Convocatoria de la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Concepción. Su nombre es Francisco Silva Cárdenas, que se acerca a la composición musical, teniendo estudios formales de manera particular con los maestros nacionales Pablo Aranda y Alejandro Guarello, en las casas de estudios Universidad de Chile como Pontificia Universidad Católica de Chile. Cárdenas es un maestro nacional que ha venido poco a poco tomando notoriedad en el ambiente artístico nacional, con trabajos creativos muy variados para distintas agrupaciones partiendo por obras para orquesta “Habitar de lo efímero”, obra seleccionada en la convocatoria para el “Estreno de Obras de Compositores Chilenos”, una iniciativa organizada por la Corporación Cultural de la Universidad de Concepción, y que cuenta con el apoyo de la Sociedad Chilena de Derechos de Autor (SCD), durante el año 2012 la obra fuera estrenada por la Orquesta Sinfónica de Concepción en su temporada anual. Asimismo, es del caso señalar y resaltar que también en su extenso catálogo de obras podemos encontrar obras para distintas agrupaciones así también creaciones para intérprete solista, dejamos su sitio web para que conozcan más de su biografía y obras de este maestro que gentilmente accedió a conversar con nosotros y detallarnos su camino y cotidianidad en la música que realiza y cuáles son sus trabajos y proyectos que se vienen en lo pronto.

http://franciscosilvac.tripod.com

 


1.- Primero saber cuáles fueron tus primeros pasos en la composición y que te motivo a seguir de lleno dicho camino.

Invitado

 

En torno al lanzamiento del disco
 

.WHO I AM?
Mentiras retóricas gloriosas
sobre la luminosidad del arte sonoro

de Mario Z

 

El próximo sábado 11 de Abril el artista visual y sonoro Mario Z realizará un concierto lanzamiento de su último trabajo, el disco .WHO I AM? Mentiras retóricas gloriosas sobre la luminosidad del arte sonoro. En este artículo, el teórico Andrés Grillo sostiene una profunda e intensa conversación con el artista revisando detalles de su producción de obra tanto sonora como visual.

 

Andrés Grillo (AG):

Al revisar la extensa producción en tu carrera puede apreciarse la utilización de la cita como un elemento constitutivo de tu obra, de un modo que se ha hecho cada vez más radical. En qué medida podrías decir que ha incidido este aspecto de tu trabajo en las últimas obras realizadas? Cómo se podría situar una continuidad de ésta hasta hoy?

 

 

Mario Z (MZ):

Trataré de responder las dos preguntas en una sola respuesta :

Bueno, digamos que desde mis primeros trabajos existían ciertos referentes pictóricos (en ningún caso de la historia del arte occidental) que podríamos sostenerlos bajo criterios conceptuales desde la idea de “cita” -entendiendo por esta “algo” (ideas de otros) que enriquece y complementa la propia idea de trabajo-  que con el tiempo fueron tomando más importancia y madurez. Sin embargo yo me acojo absolutamente a la idea de Postproducción  de Bourriaud, de la manipulación, reinterpretación, reutilización o remezcla de un material audio visual, sonoro, meramente visual o inclusive conceptual, término que obviamente también postproducido viene de Duchamp y su ready made.

Ahora bien, mi gesto como artista es también manipular y apropiarme  de este término para transformarlo he ironizarlo bajo la idea de “hurto”: robo sin violencia. De esto nace el concepto de P´J, que no es más que el uso del término D´J que viene del mundo de la música popular pero transformándolo en el “pintor jockey”. (un juego conceptual y traslapador de ideas, lenguajes, medios, soportes culturales tanto altos como bajos). Esto  permite hablar de mezcla y remezcla en la pintura y otros lenguajes, llevando en el año 2000 -más menos- a los trabajos realizados desde la figura de “Bon-bón”, personaje del cartoon “Power puff girls”.

De ahí en adelante, empiezan mis primeros ejercicios con música. Tratando de construir bandas sonoras de los trabajos que exponía en mis montajes visuales, las composiciones eran como una especie de anexo a la obra visual, como un símil una suerte de texto mediador pero con el efecto totalmente contrario: dispersión, cripticismo e inquietante.

Escáner Cultural nº: 
178

Imagen cortesía Mario Z – Carátula disco

 

.WHO I AM?  MENTIRAS RETÓRICAS GLORIOSAS SOBRE LA LUMINOSIDAD DEL ARTE SONORO

Lanzamiento disco música experimental

El proyecto sonoro “.WHO I AM? Mentiras retóricas gloriosas sobre la luminosidad del arte sonoro”, es un disco en formato digital de descarga gratuita vía internet (EPS de adelanto del disco en: https://pintorz.bandcamp.com/). Este disco de carácter conceptual es el resultado de 3 años de investigación y experimentación sonora realizada por el artista Mario Z, desarrollada desde el concepto del “arte sonoro” y sus desplazamientos, cruces y desviaciones tanto hacia otras disciplinas artísticas. Los tracks o archivos del disco recorren diferentes estilos musicales como electrónica, ambiente, música experimental, electroacústica, noise, paisaje sonoro y poesía sonora.

El sábado 11 de Abril se presentará en Galería Metropolitana el Concierto Sonoro lanzamiento del disco junto a la muestra de la serie de videos Sound Exercises, serie de ejercicios audiovisuales referentes al arte sonoro y sus posibilidades conceptuales, mezclas y cruces. Durante el 2015 se realizarán otros eventos lanzamiento dentro y fuera de Chile como la participación que tendrá el artista y sus invitados en agosto en la cuarta edición de la Semana de Arte Contemporáneo SACO4 en Antofagasta a cargo del colectivo SE VENDE, y su presentación en noviembre en el Parque Cultural de Valparaiso PCdV (Ex-Cárcel).

 

Mario Z-Pintor Z

&

The Museo Realmente Contemporáneo

Alejandro González + Daniel Cerda + Sergio Acevedo + Evelyn fuentes

+

DJ Cristian González Post

 

Angie Saiz

Producción


Andrés Grillo

Teórico invitado
 

Sábado 11 de Abril. 2015     19.30 hr                                                                                                     

Muestra videos serie Sound Exercises + Refrescos       20.30 hr                       

Concierto (90 min) DJ Cristian Gónzalez           22.00 hr                                              

Galería Metropolitana       Félix Mendelssohn 2941 - Pedro Aguirre Cerda

Micros: 119-121 (desde Brasil con Alameda) / H06  (desde metro El Llano)

 

 

Fricciones: Encuentro Internacional de Prácticas Sonoras este 18 y 19 de enero en Santiago

Los días 18 y 19 de enero próximos se realizará “Fricciones”, un encuentro de prácticas sonoras que en una casona del centro de Santiago congregará a destacados participantes nacionales e internacionales que realizarán conciertos, instalaciones, foros, intervenciones, y darán vida con sus obras a una estación de radio experimental.

“Fricciones se plantea como una instancia de colaboración y un espacio para el despliegue de distintas prácticas que usen el sonido como material básico para construir procesos creativos y reflexivos”, explica el pequeño núcleo tras la organización del Encuentro.


La actividad de dos días se realizará en la Casa Arteviva, una casona patrimonial ubicada en Avenida España 502, en el centro de Santiago. Los distintos espacios de este enorme centro cultural acogerán instalaciones sonoras y audiovisuales, conciertos de solistas y agrupaciones tocando en vivo y en tiempo real, intervenciones y performances sonoras, y una estación de radio experimental en la que sonarán paisajes sonoros y obras de radio-arte, enviadas por chilenos y extranjeros.

Precisamente, con estas últimas se editará un disco compilatorio para proyectar la experiencia hasta el espacio privado y posibilitar su escucha profunda y reiterada. Este disco se editará en formato físico (disco-objeto), en reducidas copias, y posteriormente será subido a la red para su descarga en digital.

Desde Rusia



Todo el grupo, Yegor, Inna e Iván (del izquierdo al derecho).

CORAZANADA DE LOS ACORDES

Marina Yufereva

Algunas cosas tienen la costumbre de repetirse una y otra vez… Como si fuera que todos nosotros, las generaciones humanas, hubiéramos andado por las espiras de la historia circulando las mismas rutas sin cesar. Lo mismo pasa con la música. Hace tiempo cuando las tribus vivían   en las cuevas y acompañaban sus ritos con los sencillos sonidos de algún tambor primitivo hecho   a manos. Ya tuvieron que cambiarse tantas épocas las cuales llevaban sus propios hálitos sustituyendo  las huellas anteriores. Pero todavía cada vez nacen los niños que escuchan la música con tanto cariño y de nuevo caen en esta trampa de los sonidos empezando a componer sus propias melodías y canturriar sus cancionetas.

Y después estos niños crecen y algunos de ellos se dedican a su primer afición. De tal manera  se crean los grupos musicales.

En la ciudad de Azov en el sur de la Federación Rusa los muchachos jóvenes organizaron   el grupo musical y le dieron el nombre muy extraordinario. Se llama “Zasranez”. Si traducirlo del ruso al español, será “el vagabundo” o “algún tipo”.

El grupo consiste de dos hermanos, Iván Dárov y Yegor Dárov. Esta alianza se creó en el año 2009. Y en este año 2012 se agregó la muchacha Inna Lesnyak. Aunque como comentan los artistas mismos, antes existían otros grupos en los cuales ellos participaron. Tenían también los nombres poco corrientes, por ejemplo “Regreso en sueños”, “Crepúsculo”. Ya desde la edad de 14 años organizaban los grupos. Pero lamentablemente aquellos grupos se separaban siempre, siempre se quedaban dos hermanos, Iván y Yegor.

Escáner Cultural nº: 
146
Guía de Descarriados

RENATO RUSSO Y LA LEGIÓN URBANA

Marcelo Olivares Keyer

   Brasilia a principios de los ochenta ya no era la ciudad modelo diseñada por Lucio Costa y Oscar Niemeyer, e inaugurada por el presidente Juszelino Kubitscheck de Oliveira en 1960. Los inevitables arrabales de pobreza ya desdibujaban su moderna planta (¿un arco con flecha, un avión, una cruz?) y la también inevitable  dictadura ocupaba de facto el sillón presidencial. A pesar esto, sus amplias avenidas, muy asoleadas de día y enigmáticamente oníricas de noche, fueron la ancha pista en donde aterrizó  la New Wave en Brasil.

   Por aquellos días, incipientes bandas combinaban y recombinaban sus integrantes en busca de la formación ideal para brillar con luz propia en lo que quedaría conocido como la Escena Brasiliense. En este cuadro formativo, aún indefinido, aún por cuajar, existía sin embargo una certeza: Aquel esmirriado trovador, veinteañero y enfermizo, llamado Renato Manfredini, era el líder. Nacido en Rio de Janeiro en 1960 (el mismo año de la inauguración de Brasilia), había pasado parte de su infancia en New York, de modo que al recalar en la flamante nueva capital a los trece años de edad ya traía un bagaje que le permitió fundar en el temprano año de 1978 la banda Aborto Eléctrico, quizás la primera banda punk de Latinoamérica.

   En todo caso, a principios de los ochenta recorría los boliches nocturnos de la capital en plan solitario, con su guitarra de juglar, entonando largas canciones sin estribillo, y buscando nuevos socios para un  nuevo proyecto grupal. Estos serían su tocayo Renato Rocha en bajo, Dado Villa-Lobos en guitarra, y Marcelo Bonfá en batería. Manfredini, voraz lector, cambió su apellido en honor a Bertrand Russell y Jean-Jacques Rousseau, pasando a ser, de ahí a la eternidad, Renato Russo. El nombre de la banda lo encontró en un libro sobre el Imperio Romano, trocando la frase Romana Legio OmniaVincit (Las Legiones Romanas Todo Lo Vencen) por Urbana Legio Omnia Vincit, subtítulo que acompañaría casi todas las placas.

   Ya desde sus días de cantautor, Renato Russo marcaba una diferencia respecto de sus contemporáneos por la extensión y profundidad de sus letras, de manera que al aparecer el primer álbum de Legión Urbana (“LEGIÓN URBANA”, 1985) rápidamente pasó a ser el portavoz de su generación, tal como en otros rincones de Suramerica ya lo estaban siendo el Indio Solari en Argentina o Jorge González en Chile. Sobre la consabida base punk/electrónica/new wave, las canciones del primer álbum despliegan el repertorio temático e ideológico característico de aquellos días: Las cosas por su nombre, sonido límpido, discurso directo; al pan, pan, y al vino, vino. Desde la fundacional Será (“¿Será sólo imaginación/Será que nada va a acontecer/Será que todo es en vano/Será que vamos a conseguir vencer?”), hasta cerrar con Por Mientras, verdadera plegaria electrónica versionada años después por Cassia Eller, las once canciones irradian fuerza, juventud, anhelos y espíritu confrontacional, todo magistralmente equilibrado por la batuta de Renato Ruso. Se adivina la influencia de The Cure, incluyendo también el reggae de rigor, y la canción Generación Coca-Cola viene a ser la hermana brasileira de canciones como La Voz de los Ochenta, de Los Prisioneros, o Represión y Generación Inter, de Los Violadores, en tanto arietes para derribar lo pasado y pisado.

Escáner Cultural nº: 
143

 

 

Evocación a las artistas difuntas
1º de noviembre año 2011

Cortejo funebris



La calle y sus veredas servirán esta vez para plantear un recuerdo, para evocar a los silentes, a las silenciosas.
La calle para hacer un cortejo, una romería, al templo de los festejos, al sofá.
Así iniciaríamos y rendiríamos culto este año a las mujeres que han muerto siendo artistas anónimas o famosas, sin perjuicio de evocar a quien quieras durante la ocasión.

 

La romería o cortejo contará con la participación de vehículos adornados con los elementos típicos de este día, flores, fotografías. en caso de contar con un vehículo con parrilla podemos poner alguna obra de pintura de modo vertical.
Los y las que vamos caminando podemos portar retratos de las recordadas o recordados, velas encendidas, elementos propicios, instrumentos sonoros, vestuarios atractivos, una vez en el sofá estando, descansamos hacemos una reunión donde bebamos y comamos alguna cosita y nos ponemos de acuerdo en común para mostrar cada cual su propio rito

 

Invitamos a la participación activa y libre de las personas creadoras, inscribiéndose con su nombre y el nombre de la persona a la que recordarán en reunidos69@gmail.com

A las personas que están lejos, en otras ciudades o países pueden enviarnos sus colaboraciones por email a: reunidos69@gmail.com
 

Hola de inicio de la "Romería": 18:30 que hará un recorrido con un cortejo fúnebre en las cercanías del Sofa, iniciando y culminando en éste.
Hora de inicio: 18:30
Hora de término: 20:00
Para comenzar los festejos en el Sofa 
alrededor de las 20:00 horas para culminar después de las 24 horas en la madrugada del día 2 de noviembre (día internacional de los muertos y muertas).

Reunidos organiza.

reunidos69@gmail.com

http://artistasmuertos.wordpress.com/ en este blog pueden ver las celebraciones anteriores

http://www.sofa.cl

Sofa, Sociedad de Fomento Artístico: Santa Isabel 0151, Providencia, Santiago de Chile

Héroes de la Música Chilena

 

The Director

 

Por Patricio Muñoz Quezada

inter.guit@gmail.com


Si vamos al diccionario y buscamos el significado de la palabra “Director” encontraremos: “Persona que dirige una administración, establecimiento, una película cinematográfica, etc”. Mayor claridad tendremos si buscamos “Dirigir” encaminar, enderezar hacia cierto punto, conducir, mandar, etc., Todos recordaremos al director de nuestro colegio: lo bien que nos sentíamos si nos felicitaba y lo mal que lo pasábamos si teníamos que ir a verlo por alguna travesura o indisciplina, la mayoría de la gente se alegra si conoce al director de una empresa o al director de una fábrica, o al director de finanzas de alguna municipalidad (es como bueno!, algo se puede conseguir!, sirve pa’ los pitutos!), por último todos recordaremos el medio "boche" que se armó con la salida de nuestro director técnico de la selección chilena  de fútbol “don Marcelo Bielsa”.

Escáner Cultural nº: 
141
Guía de Descarriados

Cazuza - Caratula Album Ideologia 1988

RÉQUIEM POR CAZUZA

 

Marcelo Olivares Keyer
olivareskeyer@gmail.com

I   GENEALOGÍAS, IDENTIDAD Y OTRAS MACANAS

   El desarrollo del mercado discográfico en cualquier sociedad es un arma de múltiples filos. Si por una parte viene muy bien a los creadores la instalación de una maquinaria eficiente de registro y difusión, más aún cuando esta difusión adquiere dimensiones de industria y la música de esta sociedad comienza a recorrer el mundo y captar adeptos en cada rincón del planeta, no es menos cierto que esta misma maquinaria, una vez globalizada y entregada a los mecanismos del mercado, comienza a repetirse. Es decir, aquello que prendió en el gusto masivo más allá de las fronteras nacionales, por la lógica de la ganancia económica termina siendo lo único que las compañías grabadoras se atreven a exportar, ignorando olímpicamente la amplia gama cultural de que se compone toda sociedad. Conceptos majaderos y relativos, del tipo “identidad” o “lo que la gente quiere”, terminan por anquilosar la oferta, transformando la original intensión de difusión en una mera fábrica de ladrillos. Es el precio inevitable, se podría decir, como inevitable parece ser también la instalación de grupos que, de diversas formas, unas justas y otras no, acaparan la representatividad del folklore (otra palabra complicada) local. Así, odiosas dinastías artísticas fundadas por talentos genuinos, al cabo de una o dos generaciones dan paso a insufribles y ubicuos descendientes, esgrimidores permanentes del apellido del abuelo o la abuela genia.

 Brasil no es la excepción, desde que a mediados del siglo pasado la bossa nova y –ligado a la imaginería turística- el samba (tan famoso como incomprendido) se grabasen con tinta indeleble en el mural latinoamericano. A partir de aquel periodo fundacional, los apellidos de los próceres no dejaron de secretar hijos, nietos y bisnietos intrascendentes, y, lo realmente lamentable, las ciclópeas compuertas que debieron abrir paso al torrente del vastísimo acervo musical brasileiro, se cerraron al parecer para siempre.

 Sin embargo, la realidad es siempre más grande que cualquier camisa de fuerza con que se la pretenda caricaturizar.

Escáner Cultural nº: 
139

ASEMPCh                                                                   UAH

I Congreso Chileno de Estudios en Música Popular

 

¿Qué hay de popular en la música popular?

 

Santiago de Chile, 9, 10 y 11 de junio de 2011

 

Asociación Chilena de Estudios en Música Popular

Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad Alberto Hurtado

 

[Más informaciones: http://www.congresos.asempch.cl]

LA GUITARRA DE HARRISON SIGUE LLORANDO

Desde Chile, Víctor Hugo Ortega

El pasado 25 de febrero, el otrora integrante de "Los Beatles", George Harrison, compositor de grandes temas de la banda inglesa, como "Something" y "Here comes the Sun", hubiera celebrado su cumpleaños número 63 en la tierra. Pero en una clara muestra de lo rápido que pasa el tiempo, ya se han cumplido más de cinco años en que el guitarrista originario de Liverpool, Inglaterra, dejó este mundo aquejado por un cáncer pulmonar.

En este nuevo aniversario de su nacimiento no se puede dejar de rendir un homenaje a este talentoso personaje, que junto a sus compañeros de banda, John Lennon, Paul McCartney y Ringo Star lograron ubicarse como una de las agrupaciones más influyentes del siglo XX.

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