Santiago de Chile.
Revista Virtual. 
Año 2
Escáner Cultural. El mundo del Arte.
Número 21.
12 de Septiembre al
12 de Octubre de 2000.

PICASSO

Por: Carlos Yusti

Pintura de PicassoLa historia de la pintura moderna, parafraseando a Octavio Paz, fue la de una contienda. Sus protagonistas más destacados asumieron el arte desde la desmesura, el furor y la creatividad. Querían que sus telas, aparte de hacer tabla rasa con el pasado pictórico, tuvieran la facultad de asombrar, escandalizar, de sacar al espectador de ese mundo sin fervor solidificado en frases hechas y certidumbres tridimensionales carentes de magia. Deseaban con ardor que sus propuestas plásticas más que una loable continuación del pasado artístico fuese un ajuste de cuentas, una bofetada, una lucha, un desgarrón de la sensibilidad y los sentidos.

Los artistas modernos tuvieron entre sus preocupaciones estéticas básicas crear lo nuevo, lo jamás visto, lo personal, lo que marcara pautas y señalara derroteros inéditos. Para tan ambiciosa empresa consideraron como prioridad deslastrarse de los maestros clásicos de la pintura, reinterpretarlos de una manera desprejuiciada, y si se quiere irrespetuosa. Necesitaban emprender el vuelo sin lastre alguno, necesitaban ser a toda costa y sobre todo el incendio (en sentido figurado) del arte del pasado la vanguardia artística de los nuevos tiempos.

Pintura de PicassoSer considerado como vanguardista en materia artística era estar en el tope. Estar a la vanguardia no era más que mezclar talento, ferocidad imaginativa. ímpetu creador y rebeldía con una actitud displicente (o crítica) hacia el arte clásico en sus más variadas tendencias.

Pablo Picasso, pintor, escultor, poeta, escenógrafo y publicista, fue uno de los vanguardistas más geniales y decisivos del arte contemporáneo. Sin él la historia del arte occidental en la actualidad no tendría la complejidad y la plenitud que lo caracteriza en la actualidad.

Escribir algo nuevo sobre este artista paradigmático es una estupidez, empero su sola mención nos lleva de inmediato al encuentro de una personalidad artística compleja y avasalladora, sujeta a las admiraciones y los denuestos más subrayados. A pesar de todo, considerarlo como pilar fundamental de la vanguardia del siglo XX es un justo reconocimiento a su audacia creadora.

Quizá se deba escribir que Picasso fue un individuo complicado. Un conquistador egoísta. Un artista consagrado a su trabajo con un ritmo poco común. Todavía hoy sus adversarios y admiradores por igual se sienten sumidos en la impotencia al no poder ignorarlo. Paul Jhonson no le perdona su comunismo, así como agradece que Pinochet tenga la costumbre inglesa, tan civilizada, de tomar el té y, por ese motivo escribe de la siguiente manera: "...Andrew Lloyd Webber admitió que fue él quien pagó 29 millones de dólares por el Retrato de Ángel Soto (1903) de Picasso. Tal como viene se va: si uno amasa una fortuna escribiendo melodías que evocan otras que la gente oyó antes, ¿por qué no derrochar una parte en el estafador artístico de mayor éxito del siglo? Webber, asombrosamente, llegó a Picasso a través de los prerrafaelistas (...) Se propone colgarlo junto a Burne-Jones. Picasso declaró que admiraba a Burne-Jones y recibió gran influencia de su línea y su color. Pero Picasso dijo muchas mentiras, por diversos motivos, y creo que esto sólo era cháchara andaluza. No veo la conexión. Burne-Jones era un gran artista, que alcanzó su mejor actuación tardíamente, después de ingentes esfuerzos. Habría despreciado a Picasso desde el fondo de su corazón."

Una biografía, "Picasso: creador y destructor" y una película "Sobreviviendo a Picasso" buscan ahogarlo en la comidilla del anecdotario personal, sacando a la luz su lado canalla y polémico.

Nació en Málaga, España, un 25 de Octubre de 1881. Tuvo como primer instructor de pintura a su padre. Pintor de bodegones y palomas de gran virtuosismo. El mismo Picasso cuenta que un día su padre le asignó como tarea dibujar las patas de una paloma. Su padre se fue al campo. Cuando regresó, una hora más tarde, este había pintado toda la paloma con una exactitud pasmosa. El padre revisó con detenimiento el trabajo. Fue hasta su cuarto y regresó. Traía sus pinceles y su paleta. Entregándoselas a su hijo le dijo: "Esto ahora te pertenece". Desde ese momento el padre de Picasso jamás volvió a pintar.

Pintura de PicassoEn 1898 ingresa en la escuela de Arte de Barcelona. Luego pasó, durante un año, a la academia de arte de Madrid. Para el año 1900 visita con regularidad París y en 1904 decide residenciarse allí de manera definitiva.

Su estudio parisino, cerca de la plaza Ravignac, se convierte en un sitio de peregrinaje obligado para poetas, escritores, actores y otros pintores. En el pequeño estudio se suceden los encuentros y las tertulias con los personajes del ambiente cultural y artístico de París como Max Jacob, Alfred Jarry, Andrés Salmón, Pierre Reverdy, Guillermo Apollinare, René Dauhamel y el matrimonio norteamericano Stein.

Picasso como pintor desarrolló estilos diversos. A los veinticinco años pintaba con una sabiduría clásica inigualable. Dos épocas claves, la azul y la rosa, de su etapa juvenil conforman la base fundamental de su deslinde definitivo con la pintura clásica y el ensayo de nuevas visiones estéticas, del encuentro de nuevos parámetros pictóricos o como el propio Picasso lo expresó: "En pintura yo no busco, sólo encuentro".

La "época/etapa cubista" es la más significativa, no tanto por el planteamiento estético de asumir la tela en su sentido plano, sino por la manera audaz de asumir la forma. Esta audacia pictórica muy pronto conoció adeptos y seguidores tan audaces y creativos como Picasso.

El preámbulo del cubismo arranca con Cezanne (de este pintor Picasso siempre dijo: "Ah, Cezanne, él es el maestro de todos nosotros"). Los estudios que realiza Picasso de Cezanne y de la cultura del África Negra, lo conducen al empleo sistemático de formas geométricas en sus pinturas. Picasso simplifica la forma y la perspectiva tradicional (y embustera ideada por los pintores clásicos de Flandes y Florencia) a giros ópticos enteramente novedosos.

Pintura de PicassoEl Cubismo, el término al parecer se le debe al crítico de arte Louis Vauxcelles quien lo empleó en uno de sus escritos para descalificar los cuadros cubistas, era una ruptura con la visión pictórica del renacimiento, fue un corte brusco con la figuración académica y correcta, pero sin alma. En suma, fue altisonante rechazo contra el amermelado paisajismo y su engañosa perspectiva de profundidad en un plano.

Para Picasso esa pintura clásica que recurría a trucos ópticos, y que tuvo su auge en el siglo XV, para presentar la realidad ya no tenía nada que ofrecer. No por casualidad dijo: "Pinto lo que veo", demostrando con sus paisajes que el hombre al mirar al mundo lo hace desde ángulos distintos.

El cuadro que inaugura la revolución cubista es "Les Demoiselles D'Avignon", pintado de 1906 a 1907. Dicha pintura proporcionó de una estética reveladora a la figura humana. El cuadro fue visto por muy pocas personas. Entre quienes tuvieron ese privilegio se encontraba Georges Braque, quien al detallar el cuadro exclamó: "Ver esta pintura es como si a uno le dieran a beber gasolina". La noticia se propagó con rapidez. Pronto "Las señoritas de Aviñón" se convirtieron en un epicentro de polémica y los auspiciadores de lo funesto vaticinaron sin prorroga la muerte de la pintura.

El pintor Braque se plegó de inmediato al cubismo con un estilo particular. Otro tanto hizo Juan Gris. Con respecto al cuadro Picasso dijo: "...en el principio se llamaba "El Burdel de Aviñón" ¿Y saben por qué? Aviñón siempre ha sido para mí un nombre conocido, un nombre ligado a mi vida. Vivía a dos pasos de la calle de Aviñón. Allí compraba yo papel, acuarelas. Por otra parte como ya deben saber, la abuela de Max Jacob era originaria de Aviñón. A propósito de este cuadro hacíamos muchas bromas. Una de las mujeres era la abuela de Max. La otra Fernande (Oliver). Otra, Marie Laurencin, todas en un burdel de Aviñón".

Pintura de PicassoLa leyenda de un hombre tacaño, ruin, obsesivo, machista y envidioso no oscurece su obra. Como artista trastoca las teorías estéticas y sus creaciones incesantes, geniales y desconcertantes no buscaban complacer el gusto del público, ni darle a los críticos papilla artística, fácilmente digerible, para facilitarles el trabajo y granjearse con ello buenos comentarios. Picasso fue un creador emotivo y sus pinturas, dibujos y esculturas buscaban complacer a sus demonios personales.

Como hombre público adoptó posturas políticas a contracorriente. Como pintor jamás siguió lineamientos y con pulso firme destajó la belleza tradicional, o comúnmente aceptada. No sin razón Paul Eluard le escribió en un poema: "Ha quemado el pan bendito de la belleza". Su genio no se amilanó ante las nimiedades domésticas y su copiosa obra, en conjunto, fue una combinación osada de burla y destrucción, de juego y vitalidad en cuanto a forma y colorido. Para él los preceptos de arte no tuvieron sentido alguno. Mucho menos fue arte una melindrosa inspiración, sino más bien una prueba compleja del espíritu y la inteligencia en estrecha combinación con el esfuerzo vital.

Picasso no pasa por los movimientos de vanguardia, sino que todos los movimientos de vanguardia pasan por su visión y hasta se podría especular que fue un antecedente primario del artista postmoderno. Todo cuanto de paradójico tiene el trabajo artístico de Picasso se ordena y adquiere visos de tonificante poesía. En otras instancias sus pinturas poseen connotaciones de una manera muy personal de investigación plástica. Hay un proceso creador inteligente que trata de abandonar los trasnochados postulados de la intuición y la inspiración, no obstante su obra toda parece un sublime golpe de azar. El resultado inequívoco de la sensibilidad.

Su pintura cuando abordó el tema político no se limitó a ser un manido panfleto, como lo estipulado el realismo socialista, ni una alegoría reivindicativa a la manera de los muralistas mexicanos. Esto, por supuesto, no lo recuadra en la nómina del partido, aunque es bueno acotar que Picasso fue un pintor bastante politizado. La pintura para él más que bandera de lucha fue una conducta cívica, una propuesta ética.

Entre su amplio trabajo pictórico apenas hay cuatro obras que anuncian su compromiso moral y político con el tiempo que le tocó en suerte: "Sueño y mentira de Franco", "Masacre en Corea", "El Matadero" y "Guernica".

Guernica  - Pintura de PicassoEl "Guernica" más que un cuadro político es un emblema contra la violencia y el sin sentido de la guerra, es una metáfora que evoca la creación artística como un muro de contención lúdico contra la destrucción y el horror bélico. Con el "Guernica", Picasso no sólo buscaba una conexión visual novedosa con el espectador, sino que intentaba removerlo, buscaba penetrar en la arboleda de su conciencia y de sus emociones; intentaba trastocar su visión de la guerra y del arte, quería que nada quedara plácidamente en su sitio. Los colores blancos, negros y grises, con los cuales esta pintado el "Guernica", acentúan la nítida propuesta política del pintor, el cual antes que agradar la retina del espectador busca atravesarlo como una daga y que se sienta herido de odio, amor y dolor desgarrado.

Su obra escultórica es un baile rítmico y poético de la forma, muchas veces, ni más ni menos, es simplemente una humorada estilizada: con un manubrio de bicicleta y un sillín crea una cabeza de toro. Combinaba en sus objetos tridimensionales materiales diversos como yeso y alambre. Los temas de sus esculturas son variados, pero carentes de esa complejidad estética que trasmiten algunas de sus pinturas. Fue un ceramista acucioso. Sus jarros, platos, tazas y otros objetos de barro, porcelana y loza son decorados con peces, palomas y lechuzas. Para él la cerámica como actividad artística constituyó un respiro, un paréntesis y en sí no es una obra para entusiasmarse demasiado. De igual forma se interesó con fruición por la mitología griega y romana. Muchos de sus grabados y aguafuertes tienen como tema algunos mitos.

Pintura de PicassoReinterpretó a los maestros clásicos. Los pasó el tamiz del cubismo descubriéndoles nuevas características. Su versión de "Las Meninas" de Velásquez, sobrepasa la sencilla revisión. En cuatro meses de encierro con el cuadro realizó cuarenta y cinco cuadros sobre el tema. Con este esfuerzo creador evidenciaba su fortaleza creativa, siempre juvenil y plena de sorpresas.

Toda esta pujante vitalidad de crear que durante toda su vida derrochó Picasso, nos habla de ese supremo sentido de vida que posee la creación artística, de esa vocación del hombre por humanizar su entorno social a través de propuestas estéticas plenas mágico fervor.

Su pintura al final fue un anhelo por reencontrar la pureza del trazo infantil, de esa torpe y poética línea que un niño traza para dibujar lo que siente y descubrir así esa metáfora de la emoción sin secretos.

Es irremediable la deuda que muchos pintores tienen con Picasso, con su audacia plástica y su incansable anhelo de novedad pulverizando todos los cánones y tomando de otros pintores lo necesario para descubrir un discurso plástico libre y vital.

Si desea escribir a Carlos Yusti puede hacerlo a: carlosyusti@cantv.net

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