Santiago de Chile.
Revista Virtual. 

Año 3
Escáner Cultural. El mundo del Arte.
Número 33.
12 de Septiembre al
12 de Octubre de 2001.

"VALPARASIEMPRE"
ADIÓS VICTOR CASTRO

 
Por: María Soledad Mansilla Clavel

MARCELO GUERRA CELIS.
"Bienvenidos a Valparaíso,Victor Castro"

El barrio de la Calahuala -  zona brava  porteña - y la Iglesia de San Francisco del Cerro Barón, están ligados a la vida de Victor Castro. Muy cerquita  está la casa en que vivía su madre cuando él nació, a principios de este siglo, el 7 de Octubre de  1907. Tal vez de esa infancia es que proviene  el amor incondicional del artista por Valparaíso, sus cerros, sus personajes y costumbres, sus ropas tendidas al viento, su litoral, atardeceres,  embarcaciones, olas y temporales, amaneceres, lluvias y en general el paisaje, que fue   lo que pintó toda su vida. Solía decir que Valparaíso ya estaba pintado. Solo había que recogerlo con el lápiz o guardarlo en la memoria para dejarlo fluir a la tela en cualquier momento en su taller.

Y a pesar de que partió del Cerro Barón muy temprano y pasó mucho de su vida lejos del  puerto, éste permaneció en su corazón. Una de sus últimas muestras pictóricas se desarrolló en esa iglesia de la niñez e itineró a otros cerros porteños por centros de madres y clubes deportivos. Victor Castro quería que  los protagonistas de sus trabajos tuvieran acceso a su obra y pudieran reconocerse en ella. Metaforizando con sus sentimientos, la  bautizó "Valparasiempre".

MARCELO GUERRA CELIS.
"Paisaje porteño, Victor Castro"

EL QUE NACE CHICHARRA, MUERE CANTANDO.

 En este caso habría que decir: "El que nace pintor, muere pintando".  Y así no más fue. Victor Castro, recientemente  fallecido el Lunes 20 de Agosto a los 93 años de edad, a causa de las complicaciones que le produjo una caída en la vía pública,  trabajó en el taller anexo a su casa del Cerro Castillo - con un ritmo que cualquier joven envidiaría - hasta el último de sus días.

Un poco a la broma, un poco en serio, decía que dibujaba ya en la guatita de su mamá y que este don con que Dios lo mandó al mundo era definitivamente su destino. De hecho, recuerda que cuando aprendía el Silabario ya se pasaba haciendo "monitos".

 A los 15 años realizaba su primera exposición de dibujos en el Círculo de la Prensa de la calle Condell, cerca de la "Plaza de la Victoria". Fue su primer fracaso económico porque regaló todos sus dibujos a la crema de la bohemia de esos tiempos, sus amigos Israel Roa, Roko Matjasic, Huelén (seudónimo de Juan Francisco González hijo, que gran dibujante también, se dedicó a la pluma y la tinta, especialmente en la revista Topaze), Pablo de Rocka, los hermanos Mosella, Pedro Plonka, Macho Vásquez, Manuel Astica, Pedraza, Moisés Moreno y Alejandro Galaz, entre otros. No vio ni  un  solo peso, entre todos hicieron una vaca para poder ir a comer, pero nada le produjo mayor satisfacción.

MARCELO GUERRA CELIS.
"Embarcaciones, Victor Castro"

AUTODIDACTA.

MARCELO GUERRA CELIS.
"Ahi viene la novia de Pancho, Victor Castro"

En realidad, su capacidad de dibujo era innata y se puede decir que su evolución fue cien por ciento autodidacta. Hubo un intento de perfeccionar el dibujo, pero le duró una sola clase en la Escuela de Bellas Artes de Santiago siendo profesor Don Augusto Eguiluz.

Croqueaba demasiado rápido y esto perturbaba a los demás alumnos. A Huelén en cambio, le debe sus enseñanzas cuando salían a croquear juntos por los cerros y quebradas porteños. A su muerte escribió: ".........pero así y todo lo que puede haber de aceptable en mi dibujo, lo debo a Huelén, ya que él me llevaba casi de la mano  a incursionar por los maravillosos laberintos porteños y a seguir su mano diestra de dibujante extraordinario: Tengo una deuda con él y quiero a poco de su partida, brindarle este dibujo que lo hice estando él en vida."

EL DESTINO.

MARCELO GUERRA CELIS.
"Calle del Desencuentro, Victor Castro"

Se enganchó muy niño como gañan para las minas del Norte de Chile, pero cuando le preguntaron que sabía hacer contestó la pura verdad: "dibujar", y  casi como milagrosamente quedó contratado para hacer los gráficos de producción de la empresa norteamericana - Chilean Exploration Company, hoy  mineral de Chuquicamata - y más tarde para croquear los accidentes que sufrían los trabajadores y transformarlos en carteles a todo color, impresos en serie, que se pegaban en todos los centros laborales a modo de prevención de riesgos.

El destino le sigue marcando el rumbo cuando ingresa al Servicio Militar, a los 17 años, donde pronto es eximido de sus deberes militares y cumple su período obligatorio en el Regimiento Maipo, como dibujante de material didáctico. Pocas personas saben que fue campeón de charleston  por esa época, en un concurso realizado en el Teatro Olimpo de Viña del Mar.

MARCELO GUERRA CELIS.
"Dibujo, Victor Castro"

De repente, laborando en otra empresa norteamericana, Victor Castro aparece en todos las portadas de los diarios. Había roto el récord mundial de caligrafía microscópica, lo que le permite ganar nueva clientela entre los comerciantes de Viña del Mar, confeccionándoles carteles y letreros.  ¡ Fue una humorada!... dijo cuando lo entrevistaron:  "Había un alemán que había escrito 526 letras en un palo de fósforo: yo escribí dos Padrenuestros y dos Avemarías en un palo de fósforo y, como me sobró espacio, me hice un dibujo  del Combate Naval de Iquique."

Mas adelante fue el departamento de estadigrafía del Hospital de Viña y luego asumió como Jefe de Propaganda del Servicio de Seguro Obrero Obligatorio, donde ofició de dibujante, pintor, grafista, fotógrafo e incluso cineasta y organizador de eventos culturales. Pronto es trasladado por el servicio a Santiago, donde permanecerá hasta 1955. Ese mismo año formó el grupo "Temporal" con Fernando Kiel y Anibal Ponce de León.

Simultáneamente colabora con muchos de los diarios de ese tiempo: "La Nación", "El Diario Ilustrado", "Extra", "El Siglo" y otros. También en revistas como "El Topaze". En ellos fue caricaturista, creador de chistes y de tiras cómicas. "El Siglo" lo integró a su planta, y lo incorporó a la Caja de Empleados Particulares.

Vuelve a Valparaíso en 1956 donde continúa como Dibujante- estadígrafo, acogiéndose a retiro en 1964.  Desde esa fecha se dedicó totalmente a la plástica. Recibió el Premio Regional de Arte en 1985.

CREATIVO Y VERSÁTIL.

MARCELO GUERRA CELIS.
"Pancho y su mater cuna, Victor Castro"

Además de la veta en el medio periodístico, Victor Castro trabajó por ejemplo, el retrato y también el paisaje en la técnica de las tintas, especialmente las sepias, el grafito, en acuarelas, óleos y acrílicos. Estos últimos le acomodaban por su rapidez. En cualquiera de las técnicas se desenvuelve con soltura y su versatilidad va desde las obras que requieren un dibujo acabado de fondo hasta aquellas en que una pocas manchas son capaces de definir una composición. También fue grabador.

Hay que destacar que su obra, además de ser una crónica pintada o dibujada, estaba cargada de una  dosis de buen humor, una pizca de picardía y otro tanto de ironía. Muy conocida su tela "Bienvenidos a Valparaíso", que reproduce a su manera, por supuesto, un accidente donde un automóvil se estrella contra la casa de un cerro.

Los chistes del artista hicieron época. Su dibujo era perfecto y era poseedor de un fino humor, espontáneo e irónico. Firmaba con el seudónimo de "Kastro"

FORMAS Y LUZ

MARCELO GUERRA CELIS.
"Piolín, Victor Castro"

Para Victor Castro, todo lo que veía, en su mente se iba transformando, sin poder evitarlo, en formas y el factor que más acaparó su atención en cuanto a la plástica fue la luz, de la cual se reconocía esclavo. Muchas de sus obras de los cerros se inspiraron en esa arquitectura anárquica, precaria y típica porteña. No copiaba directamente del natural. Observaba, metía en su cerebro los datos o trazaba un sketch acromático que luego procesaba en su taller, lanzando todo al papel o a la tela, inventado, pero conteniendo todos los elementos de lo visto. Eso es creación.

Dicho sea de paso, su taller era frecuentado por el Presidente Don Jorge Alessandri Rodríguez y también por el Almirante Don José Toribio Merino. Y  jugaba a la rayuela con Don Salvador Allende, por cierto antes de que este se dedicara por entero a la política.

AUTÉNTICA MODESTIA.

MARCELO GUERRA CELIS.
"Valparasiempre, Victor Castro"

Victor Castro pensaba y dijo muchas veces: "No soy pintor, sino dibujante. Pintor es el que hace maravillas con el pincel".  El color viene después, expresó en una entrevista que tuvimos hace algunos años, "y tiene relación con el alma misma". "El color también lo invento".  Todo esto era pura y auténtica modestia. Era dibujante por sobre todo, su trazo era ágil y acertado, pero también era un buen pintor. Me enseñó a trazar rápidamente los botes usando del signo infinito u ocho acostado. A este proceso de fijar las formas de modo monocromo en su mente y después aplicarles un color "interior" le llamó "psicocromatía". Su creatividad alcanzaba también a los títulos de sus obras a las que bautizaba: "Valparallá", "Valparacá", "Valparasube", "Valparabaja", "Valparacolor", "Valparaviento", "Valparaballet", "Valpanorama", "Valparaviejo", "Valparajoven", etc.

Además de lo figurativo, trabajó el automatismo cromático, aprovechando las sugerencias de las manchas, también lo geométrico en excelentes composiciones como "Flash" o "Remembranza". Algo de surrealismo también ha pasado por sus pinceles, tintas, lápices o brocha. Como  aquella composición que fue una apología al reloj- control de los empleados que deben marcar tarjeta cada mañana.  Una ironía más para reflejar su crítica a los inventos con que el hombre se daña a sí mismo. Igual dominio en cualquiera de las tendencias que ensayó. Esto se llama talento.

PREMIOS.

MARCELO GUERRA CELIS.
"Huelén al lápiz, Victor Castro"

Innumerables fueron sus participaciones en el quehacer plástico del país, tanto en exposiciones colectivas como  individuales. Sus visiones porteñas también conocieron el extranjero: Venezuela, Ecuador, España, Estados Unidos y Alemania.

En 1972 fue distinguido por la televisión alemana con el rodaje de una exposición  de sus temas porteños, que fue mostrado extensivamente en Europa y en Estados Unidos, a través de un cortometraje titulado "Valparaíso y su pintura", dirigido por el cinematógrafista y periodista Hans Kronzucker. En 1979, expone en Iowa, EE UU,  en la Sala Bettendorf. En 1982, una de sus obras más representativas de Valparaíso fue seleccionada y obsequiada por la Ilustre Municipalidad local al Ayuntamiento de Oviedo, España, pasando a formar parte del patrimonio artístico del Museo de Bellas Artes de la provincia.

PARA ESCANER CULTURAL
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