Santiago de Chile.
Revista Virtual. 
Año 2
Escáner Cultural. El mundo del Arte.
Número 19.
12 de Julio al
12 de Agosto de 2000.

Aquel que no ha pecado,
no es humano.
Aquel que no ha querido,
no ha vivido.
"Épocas felices" en la voz de Lucha Reyes.

SISTEMA DE SUPRESIÓN DE LOS SENTIDOS

Desde Chile: Gonzalo León

(a María Luisa Ramírez)

William Burrouhgs en su libro Expreso Nova hablaba de un sistema en el cual uno no siente o no sabe dónde se encuentra el límite de su propio cuerpo; uno es infinito, es una suma de varios otros, y por lo tanto no posee conciencia de su unidad corpórea. Según supe después -específicamente en 1991-, el sistema se encuentra totalmente difundido por el mundo y sirve para lograr una relajación total. Se trata de una cámara llena de un agua o líquido a una temperatura idéntica a la que tienen los fetos en el útero materno y que combate espléndidamente el estrés.

¿Por qué cuento esto?, se preguntarán ustedes. Simple; porque las mujeres me provocan mucho estrés. No sé bien cómo abordarlas y eso me angustia, así que de una u otra forma he suprimido mis sentidos para el amor. No quiero sentir; no quiero que me duela, ni mucho menos estar dispuesto para ello. Amar es un riesgo muy grande, y en estos momentos en lo único en que estoy dispuesto a arriesgarme es en la Literatura, en nada más.

¿Malas experiencias?, intuirán algunos, y quedarán a medio camino. Lo mío va más allá de una simple decepción amorosa. Como le confesé a un amigo cineasta, pienso que estoy bloqueado para el amor. Y esto no pasó así como así. No, no, no. Fue una decisión, como la que se toma para casarse con Juanita o Fulanita.

¿Que si tengo oportunidades con mujeres? Las tengo, aunque no soy para nada agraciado; pero como me decía un amigo eso a las minas no les importa. Es uno el que se fija en la pechugas y en el culo, pero las minas quieren un hombre y eso raras veces está en la superficie... Bueno, aunque a veces los treinta centímetros de algo te ayudan.

Conozco personas que han renunciado a las minas, pero se han hecho homosexuales. También conozco a tipos muy mujeriegos pero misóginos, tan misóginos que han terminado separándose de una buena mujer y confirmando aquello que la única mujer buena es la que está muerta. No sé, pero creo que en todos estos casos existe un miedo a fracasar con una mina que te guste y que, por ejemplo, te dé un hijo. ¡Un hijo! Claro que me gustaría tener uno. ¡Pero sólo uno! Ya no estoy en edad de educar a más de uno...

Bueno, pero volvamos al tema anterior. En mí, no prevalece el miedo, en cambio sí la voluntad de no involucrarme. Aunque un pelmazo amigo mío (pienso que cada uno de nosotros tiene un amigo así) me decía la otra vez: Lo que pasa, León, es que eres frío. No estoy de acuerdo con él. Creo que hasta mi madre, que me teme, lo desmentiría, o hasta mi padre, que me odia, diría no, lo menos que le falta a León es pasión. La tiene de sobra y por eso es que no tiene mina estable. Mi padre siempre justificando cada fracaso mío, como si a mí eso me importara. Muérete pronto no más, viejo güeón, y ya verás como asisto a tu funeral y escupo la tierra en donde te sepultan.

He tomado una decisión y punto. Tengo treinta y dos años, y ya es hora que demuestre algo de voluntad en mi accionar. Como decía Fitzgerald, a los treinta uno deja de confiar en su buena estrella y empieza a creer más en su voluntad. Poseo una voluntad casi inquebrantable. Fui educado en un colegio católico, en el cual han salido dos obispos en los últimos quince años.

Pero el sexo es capaz de quebrantar cualquier voluntad, dirán ustedes. Y sí; pero yo he optado por comprar sexo, con lo que de paso he evitado la tentación de comprometerme gracias a un casual revolcón. Me gusta el sexo, y como prefiero comprarlo, obvio que sé dónde lo venden. Aunque lo gracioso de todo es que casi no me tengo que mover de mi escritorio para obtenerlo, pues aquí, en mi mismo edificio existe una gran oferta de mujeres. Contemos. Está el departamento 66, el departamento 46, el departamento 71 y el departamento 60... No, en el 60 vivo yo... San Antonio 527, departamento 60, entre Monjitas y Santo Domingo. ¡Qué convento!

Uno puede comprar papas, carne de pavo, plátanos, en el supermercado o en la feria, y nadie te mira raro. Pero si compras sexo, todos como que se compadecen de ti y sentencian aquella típica frasecita:

-Lo que pasa es que está muy solo.

Y sí, me molesta que digan eso. Pero también me molesta tener que estar justificando una opción tan legítima. Y es en estos momentos en los que me gustaría replicarles, sin ningún remilgo, a todos los que se meten y opinan sobre mi vida que:

-Comprar sexo no oculta mi soledad, lo que realmente oculta es que soy impotente. ¿Queda claro? ¿Alguna otra pregunta?

Pero no soy impotente. Y aunque no me lo crean, esto me duele; ya que me gustaría serlo, para así caminar más libre por la vida, sin ninguna atadura, abstraído de toda emoción, como un iceberg que avanza hacia un enorme crucero repleto de idiotas turistas.

Para ilustrarlo todo aun más, algunos amigos me dicen que soy fleto porque no aprovecho mis oportunidades y creo que ésa es la perfecta caricatura de mi conducta sexual ahora,... especialmente en esta tarde, en la que me muero por una mina a quien creí amar por 1993, que se marchó a Bolivia, y que ayer sorpresivamente vi durante el estreno de un documental que trata sobre la vida y obra del poeta viñamarino Juan Luis Martínez·. Precisamente en Viña del Mar conocí a María Luisa -nombre de escritora-, pero que con un amigo bautizamos como Nikita, en alusión a la película de Luc Besson. Recuerdo el momento exacto en que la vi por primera vez. Cuatro amigos suyos querían pegarnos a mí y a Dany, por nada. Era hermosa, y recuerdo tenía algo vivo dentro de ella, y no hablo de su corazón. No; pues aquí quizá cabría hablar de ángel, mi ángel...

Pero ¡qué cresta hago!... Estos recuerdos, esta melancolía artificial, como diría Roberto Merino, no me corresponden. Por un instante, casi se me olvidaba: Mi sistema de supresión de los sentidos se encuentra operando a todo vapor, ¿o es que acaso ustedes no lo creen así?*

 

*· Autor de aquel libro objeto de poesía conocido como La nueva novela, y que en su portada trae una fotografía con las casas terremoteadas producto de aquel violento sismo de 1985.


 

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