Santiago de Chile.
Revista Virtual. 
Año 2
Escáner Cultural. El mundo del Arte.
Número 13.
12 de Enero al
12 de Febrero del 2000.

MAMBRÚ SE FUE A LA GUERRA
RA-TA-TAN,
NO SÉ CUANDO VENDRÁ,
RA-TA-TAN,
SERÁ PARA PASCUA O LA TRINIDAD..

Cheo Morales H.
Frankfurt a.M.- Alemania.

GuerraMás o menos así comienza esta ronda infantil, que millones de niños entonan a través del mundo entero; lo que ahora es una simple ronda, hace unos mil años atrás fue una de las primeras canciones pacifistas de protestas que se opusieron a la guerra. En aquella época, durante las cruzadas que sacudieron Europa e hicieron estremecer los suelos, hinchar los vientos con los truenos de la guerra santa cristiana, en las aldeas, campos y burgos se comenzaron a escuchar estos estribillos que entonaban primero las doncellas, las ahogadas en sus cinturones de castidad, luego los ecos de un renacimiento tempranero para terminar con los ecos de los cañones sin retroceso de los tiempos posmodernos.

Guerra de CoreaSi los siglos de los siglos se caracterizan cada uno por sus adelantos e inventos, el siglo que acabamos de dejar atrás, el inolvidable siglo veinte, se ha hecho un hueco en la historia por los ríos de sangre que las guerras han derramado. Han habido guerras de conquistas, luchas de venganza, guerras tribales, ajustes de cuentas, guerras anticoloniales y antiimperialistas, guerras por unos kilómetros más o de menos, guerras santas islámicas, guerras de liberación nacional y por el socialismo, guerras para imponer modelos económicos, guerras por guerrear, etc. En fin, de los grandes acontecimientos deportivos, culturales, políticos. científicos y de muchos otros ya casi nadie se acuerda. El tiempo ha pasado por entre el humo de la pólvora, por entre el ruido de los sables, las cuadradas de los tacones militares, el filo de las bayonetas, las horcas, guillotinas y pelotones de fusilamientos; y para el colmo de los colmos, han habido guerras para imponer la paz de las armas.

Como ser humano, con ideas propias y prestadas, siempre he dicho que hay guerras sucias y guerras justas. Cuando un pueblo se libera del yugo de la guerra lo hace llevando adelante una guerra, y esta es una guerra justa. Las turbas francesas, dirigida por los jacobinos, pusieron jaque mate a la monarquía, la que llevaba consigo el veneno de la guerra para aniquilar al naciente proletariado urbano y a la clase burguesa. La revolución se está comiendo a sus hijos, dijo Marat, el mismo que junto a Robespier, St. Just, y otros, terminaron con sus cabezas en una cesta de mimbre. Y esta guerra que no fue la de nuestro siglo, fue la que inauguró, dos siglos antes, todas las guerras no convencionales o sea, las inesperadas.

Mujer esperando a su marido.Pero, verdaderamente, la que nos señaló el rumbo de los campos del combate, en los que emergió una nueva clase universal, fue aquella que nos marcó como con hierro candente, la dirigida por un tal Lenin y un Trotski , que delante de un partido minoritario, pero de vanguardia y guiados por un programa y una bandera roja, como aquella de los comuneros de París, se impuso a uno de los ejércitos imperiales más imponentes del siglo. Y de allí en adelante todo ha sido guerrear, hasta el día de hoy, cuando los herederos de Catalina la Grande sufren severas derrotas en las ciudades de Chechenia, poniendo en entredicho la grandeza del imperio ruso, alimentado en las estepas en donde corre Wodka como manantial para enardecer falsos patriotismos ortodoxos.

Después de esto no todo ha sido coser y cantar, ya que la mayor parte de las noticias audio visuales y escritas nos traen los pormenores de las más increíbles matanzas producto del odio irreconciliable del siglo en que vivimos.

Guerra de los BalcanesImagínense que tribus urbanas, que han compartido historia, buenas y pesares, de repente se ensalzan en luchas cuerpo a cuerpo, a balazos y machetazos, y me estoy refiriendo a los hutus y tutsis en la Africa actual, y no la de los tiempos de Tarzán el hombre mono, el amigo de todos. También los europeos balcánicos nos han demostrado que son gentes súper sensibles y de mal humor; los serbios y croatas al quedarles chico el espacio para bombardearse entre si se pasaron a Bosnia para seguir allí, en campo neutral, la disputa que ya traen en si desde los tiempos del imperio búlgaro, que está más al sur. ¡Vaya que paliza! También los kosovares saben lo que es pelear por la independencia nacional, contra los residuos de un estalinismo - titoismo - maoismo, etc.

Propaganda de GuerraDe estas guerras, no de las de antaño, sino de las recientes, la de nuestro siglo, que precisamente no es el de las Luces, han nacido nuevas repúblicas llamadas democráticas por doquier. Pero si hasta el antiguo imperio otomano se deshizo de los lazos feudalistas que lo unían a la tradición del Profeta, para convertirse en el espejo del desarrollo occidental en el Bósforo, la puerta del Derecho Internacional. Del yugo, también, en el Cáucaso, han nacido nuevos territorios libres, que ahora reclama el expansionismo paneslavo. Las antiguas colonias inglesas y francófonas del Africa negra se han convertido en naciones pos coloniales, cuya garantía ya no son una lengua y cultura propia, sino la fuerza de las matanzas por el bien común. En América Latina, el latifundio, la corrupción, las diferencias entre el campo y la ciudad, la pobreza, el apartheid étnico y un montón de lacras sociales más, cosecha para los dueños del capital, está lentamente desenterrando el hacha de la guerra popular prolongada, ya que esto es un cuento sin final.

II Guerra MundialLos buenos augurios de un año 2000 de paz y felicidad se van a quedar en ascuas ya que las multinacionales del revólver y de las miras con rayos láser están en constante perfeccionamiento de sus mercancías para ser adquiridas por el mejor postor, sea éste un nacionalista furibundo o un asaltante de bancos cualquiera. Mientras más se habla de paz más crecen los cuerpos armados regulares, mientras más se habla de paz social más guerrilleros se encargarán de que esto sea verdad.

Guerra de VietnamNo sé si será bueno que la cuarta guerra mundial sea a pedrada limpia. Lo que sí sé es que la primera contienda, la que se inició con la muerte del príncipe Ferdinand de los Balcanes fue una guerra de trincheras, la segunda de zumbidos aéreos y con campos de exterminios para judíos, comunistas, gitanos y homosexuales; la tercera saldrá de los maletines que contienen las ordenes para producir hongos nucleares por doquier, y como no quedará piedra sobre piedra, entonces no nos quedará más remedios que utilizarlas, en la próxima contienda, tal como la utilizó David en uno de esos enfrentamientos en donde el pequeño le da al grande su merecido. Entre tanto, como el mundo no solamente se ha alimentado de paz, han habido lapsus de guerras como entremeses y de tipo muy regionales, en donde el napalm, el ácido naranja, y otras armas químicas mataron a enemigos y a propios, como errores de cálculo premeditados. Y estoy recordando la guerra del Vietnam, que duró hasta que el monstruo se quedó sin fuerzas, sin municiones ni hombres valientes y se retiro hacia el otro extremo de los océanos, sin arrepentimientos ni escarmientos. Y como el hombre ya no encuentra sensacional seguir peleando en el suelo y danzando por los aíres, como mosquitos a propulsión, entonces se prepara para iniciar la guerra de las galaxias, algo así como la ficción de George Lucas, contra enemigos de cuatro brazos y de cerebros de materia viscosa alienados para estar prestos al combate y a ser a un ser invisible y mitológico, cuyo manual de cabecera será los Argonautas de Homero.

Por mientras el mundo se prepara para su segunda explosión universal yo estaré leyendo los pasajes bíblicos de los Cuatro Jinetes del Apocalipsis, para así irme habituando a los truenos y a la buenaventura de la guerra y al amor de mi Gran Hermano, el que me irá dictando cuando retroceder o atacar a mi enemigo natural y siempre eterno.

Bomda AtómicaMambrú, entre estandartes y el vocifereo de las muchedumbres en harapos, hará su entrada triunfante en la humeante ciudadela en donde los escombros de muertos, el lamento de los heridos, el chillido de las mujeres y el alboroto de los chiquillos, lo harán sentir solo, tan solo que su victoria le parecerá pírrica, tragicómica e insignificante. Descansará entre los laureles por un algún tiempo, para aprestarse a salir, a guerrear a nombre de otros señores, en una guerra sin ton ni sentido, y cuando ya no le queden más fuerzas que ofrecer vagará por entre los campos sin sembrar y, por último, se hará un harakiriris de resentimientos, no con una espada de bambú, sino que se consumirá en una nube de imágenes borrosas producidas por el ácido del estiércol de su propia derrota histórica. A los pies de su nauseabundo cuerpo en descomposición habrá clavada una banderola blanca, pero nadie la respetará y pasarán pisoteando por sobre su cadáver y memoria nuevos bravos contingentes de mujeres y hombres armados hasta los dientes, en pos de la libertad individual!

Si quieres comunicarte con Cheo Morales puedes escribirle a: elimora@t-online.de
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