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El 21 de junio de 1.905,
la capital de Francia, Paris, vió nacer al escritor y
filósofo Jean Paul Sartre, y un par de años más tarde
presenció la muerte de su padre. Este deceso, marcó
profundamente la vida del intelectual, no sólo en el
campo emotivo, sino también en el ideológico. A partir
de esta fecha, los dos grandes pilares de su educación,
su madre católica y su abuelo calvinista, comienzan una
pugna religiosa sobre que camino espiritual debía
seguir. Este clima de oposición y tensión teológica ,
en sus años de juventud, se traduce en ateísmo.
También su mente se tiñe de una guerra interna, donde
la desolación , la angustia y la soledad, marchan una
danza fúnebre, que lo acompañaran durante toda su
existencia.
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El
peso de la incertidumbre, y su densa intelectualidad, lo
llevan a estudiar Filosofía, en la Escuela Normal
Superior. Una vez licenciado, ejerce como profesor en
diferentes liceos galos, y en 1.933, es becado por el
Instituto Francés de Berlín , donde realiza por dos
años, un post grado que le permite sumergirse en los
pensamientos del fenomenólogo Husserl y el
existencialista Heidegger. Esta estadía en Alemania, fue
sumanente importante en la obra de Sartre , ya que fue
notoria la evolución que sufrió su pensamiento.
Por un tiempo vuelve a su país, donde
sigue los pasos de la docencia, los cuales interrumpe en
1.939 , para participar activamente en la Segunda Guerra
Mundial. Primero como soldado, y luego en el país
germano, como colaborador de la resistencia francesa
contra Hitler. Una vez terminado este caos , en 1.945, y
en Francia nuevamente, funda la revista Les
Temps Modernes ( Los Tiempos Modernos ) y
comienza su propia batalla personal : exponer su
ideología y liberarse de los fantásmas a través de la
literatura.
Las imagénes de la guerra, y el actuar
de los humanos en esta situación límite, los perpetúa
en uno de sus escritos menos conocidos y más
controversiales : MUERTOS SIN SEPULTURA . Esta
obra de teatro, representada por primera vez, el 8 de
noviembre de 1.946, en el tearto Antoine, nos muestra un
claustrofóbico desván, donde un grupo de prisioneros de
guerra esperan su turno para ser interrogados,
torturados, y porque no decirlo, asesinados.
No nos pinta un combate en un campo de
batallas, sino uno más silencioso y más doloroso,
porque la pasividad de la cárcel se vuelve un arma
mortal. No sólo contra los rehénes, sino que también,
contra los opresores. Aquí la lucha es más sutil, pero,
no menos poderosa, mientras un bando tiene los
instrumentos de tortura, el otro tiene el silencio y la
lealtad hacia los compañeros que aún no han caído. Y
Sartre nos incita a pensar sobre la relatividad del
poder.
Escava en lo más profundo del ser. Nos
hace caer todo el yugo de la soledad y la desesparación
de cada uno de los protagonistas, y nos deja entrever que
muchas veces, el enemigo más peligroso es uno mismo.
También nos muestra el combate sociedad v/s
individualismo. Mordazmente nos cuenta que por ser fieles
a una causa , podemos llegar a traicionar, a personas que
luchan por lo mismo. En resumen, en dos actos, y un libro
de apenas cincuenta páginas, este escritor nos sumerge
en el complejo océano del ser humano y nos ahoga con lo
densas olas de la existencia.
Sartre es una de las figuras más
notables del existencialismo francés, y su bagaje
literario, no sólo se limita a obras de teatro ( Muertos
sin sepultura, Las Moscas, El diablo y dios,entre
otras) , sino que se extiende, a importantes ensayos ( El
ser y la nada, Crítica de
la razón dialéctica, y
otros), novelas ( La naúsea, Los caminos de
la libertad, etc.). Para premiar su
importante influencia cultural, en 1.964, la Academia
Sueca, decide entregarle el Premio Nobel de Literatura,
él cual rechaza . Muere en su ciudad natal, en 1.980, a
la edad de 75 años.
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