Responder al comentario
Ya me parecía extraño que
Ya me parecía extraño que este tipo de manifestaciones no tuvieran una denominación, en lo personal no la conocía y antes las llamaba performance o acciones de arte. Me parece de gran importancia valorar el artivismo y situarlo en el lugar que corresponde, las manifestaciones no solo del movimiento estudiantil sino que de la ciudadanía en general han ido mostrando una gran imaginación y creatividad para poder expresar las problemáticas que nos afectan, preparando grandes espectáculos como los mencionados en el artículo y otros no tan notorios como la creación de pancartas, frases ingeniosas, disfraces y maquinarias que emulan por ejemplo el carro lanza agua. Es un compromiso personal el asistir a las marchas y es un deleite observar las creatividad de la ciudadanía… Solo hay una cosa que me preocupa, no sé si el artivismo cale lo suficientemente profundo, o tenga la fuerza necesaria como para convencer a un grupo de señores politiqueros sentados en el parlamento y la casa de gobierno, creo que ni siquiera entienden los mensajes que llevan consigo estas manifestaciones, lo mismo con los medios de comunicación, que solamente mencionan esto como una nota anecdótica y graciosa en los matinales. De esta manera, pareciera que el artivismo contiene su propia paradoja: al ser una forma de protesta más entretenida o más ingeniosa, se puede prestar fácilmente también para la trivialización. En este sentido, me he preguntado muchas veces si realmente estamos preparados culturalmente para entender el artivismo y si llegará más allá de un artículo en una revista de arte.
Luis Orellana