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FRANCISCO ROMERO
“Romería de un hombre en el arte de existir”
Columna a cargo de Piuke Werken
Paratexto.
El son del didgeridoo, este largo cuerno del brazo del eucaliptus que colgaba en la Isla Australia y que llegó para descubrir su sonido en la boca del soplador, del percutidor de labios de nombre Francisco Romero Lunar, el que emana pinturas, obras mixtas, re-ordenacción del encuentro con la madera del río, arena de mar, retazos de carpintero, semi-retablo en la obra de actualidad, mural de muchos signos habitante de Lo Barnechea.
Profesor que profesa el arte de la pintura y de la amistad, aquí lo veo venir con sus imágenes para todo aquel, para aquella ofrece una puerta abierta, el romero creciendo en los cerros, ligado a la nieve con pies de ríos que llevan al valle central del Mapocho urbano.
Albricias en esta ocasión.
Ricxardo Castro.