Desde Chile, Vicky
Larraín, Coreógrafa.
Sentada
esperando mi turno de actuar en la sala Agustin Siré de la Universidad
de Chile, fui viendo pasar los cuerpos hablantes.
No quiero en ésta columna expresar
aquello que me agradó, conmovió o nada. por el contrario
deseo obligarme a respetar los procesos de mis colegas, aquello que
quieren decir, y como decía José Donoso en sus talleres
de literatura: AQUELLO QUE NOS DUELE.
Estamos demasiados acostumbrados a chaquetear
si me permiten el argo de la palabra: a no dejar volar y en libertad
como cantan los Intillimani.
Así que me senté para
observar tranquila aquello que expresaban los coreógrafos, los
bailarines. Sabemos que si nos dedicamos a alguna expresión artística,
debemos esforzarnos hacia el rigor. Pero el rigor en danza parece limitarse
a la técnica de formar el cuerpo. Y la coreografía no
es eso. La coreografía es un medio para diseñar lo que
tenemos dentro.
Y que tenemos dentro los chilenos? Una
cuota no pequeña de masoquismo, una sufriente constante, donde
los problemas de pareja, los desencuentros, en fin la tristeza predomina
como emoción en la mayoría de las coreografías.
Tal vez una imagen de nosotros programada.
Sin embargo, en la gente joven, ésta
imagen es reemplazada por una suerte de actitud existencialista- como
si dijeran
" no nos importa" una moda
de la mirada perdida, de vestirse de blanco, de largo, cabellos sueltos
al viento, como una actriz recordando algo perdido.
Es como si viéramos la misma
coreografía con pasos diferentes.
AHORA BIEN: DONDE ESTÁ
LA PROPUESTA LATINOAMERICANA?
LA COREOGRAFA VALENTINA PAVEZ
Y SU COMPAÑERO RODRIGO FERNANDEZ, NOS DIERON POR SUERTE ESE OLOR
DE TRIGO Y DESEO QUE NOS HACE FALTA.
Cuando le pregunté a Valentina
si acaso su coreografía, había sido diseñada antes
o después de Claude Brumachon (coreógrafo francés
que causo gran impacto en chile) Me respondió: casi humilde,
casi sonriendo, casi orgullosa:
ANTES MUCHO ANTES
Me dio alivio. Si. Porque estamos impregnados
de técnicas foráneas y está muy bien aquello de
aprender.
Pero el estilo, eso que nos particulariza
y le da originalidad a nuestra expresión, es difícil de
encontrar.
Es verdad la danza es universal, pero
no por eso, se debe perder nuestra identidad. ¿ la tenemos?
Y no me refiero particularmente a las
raíces. Me refiero a expresar un estilo propio, que puede ser
la mezcla de lo aprendido, más aquello que impronta nuestro deseo.
Nuestro cuerpo, latino, cuya contextura
nada tiene a ver con lo norteamericano o lo europeo.
Y repito, nos pasamos la vida aprendiendo
de las técnicas extranjeras.
Y nosotros cuando enseñaremos
las nuestras? O es que no tenemos nada original, propio, como si tuvo
García Marquez en literatura, Piazzola en música, Matta
en pintura, Raúl Ruiz en cine?
La coreografía chilena está
lejos de expresar un estilo basado en la búsqueda de lo que nos
rodea, tanto social, psicológico, político, como geográficamente.
Alguna vez representaremos lo que es
el valle de la luna?
Y para terminar necesito dar un ejemplo:
LOS PREMIOS ALTAZOR
Y ahí, todos los artistas en
el Teatro Municipal, rodeados de un entorno que nos recuerda la gran
noche de los Oscares en Hollywood.
Me vino una idea : que tal si le arrebatamos
el "Oscar" a la Jodie Foster?
Efectos especiales?
A propósito el premio Altazor
en coreografía para el año 2000 lo obtuvo Elizabeth Rodriguez,
por su trabajo
SIN RESPIRO.