Santiago de Chile.
Revista Virtual. 
Año 2
Escáner Cultural. El mundo del Arte.
Número 15.
12 de Marzo al
12 de Abril de 2000.

RAÚL RUIZ,
EL GENIO QUE NUNCA SE ACABA


Desde Chile, Marcela Viviana Díaz Sanhueza

RAÚL RUIZDeclaró a la revista Libération en 1987 que seguía dirigiendo películas para dejar de hacer cine. Y es justamente eso lo que nunca ha dejado de hacer hasta ahora.

Raúl Ruiz es el realizador más prolífico de entre todos los cineastas chilenos y de muchos de los extranjeros. Seguramente ni él mismo sabe cuántos filmes ha dirigido, entre los exitosos, los criticados, los que nunca terminó y los que sólo duran algunos minutos.

Radicado desde hace más de veinte años en Francia, hasta donde llegó para escapar de la represiva dictadura, se ha convertido en un director de culto en la vanguardia europea, acreedor incluso de un Oso de Plata en el Festival de Berlín en el '97 por su trayectoria.

Su último trabajo, El Tiempo recuperado, nada menos que una adaptación propia de la obra del célebre francés Marcel Proust En Busca del Tiempo Perdido es uno de los filmes más vistos en Londres, y ha obtenido elogios por parte de la crítica. Con la actuación de Catherine Deneuve y John Malkovich, llega a Chile en abril para estrenarse en la sala El Biógrafo.

RAÚL RUIZPero Raúl Ruiz es ciertamente un personaje particular. Estudió en un colegio religioso y siguió las carreras de Teología y Derecho. En 1963 fue presentador de las noticias deportivas del canal 9 de televisión y dos años más tarde, en México es guionista anónimo para teleseries.

Bastante más alejado de lo que deben haber sido esos culebrones, sus películas se han caracterizado por ser bastante crípticas, paradójicas y analíticas, reflejos de sus obsesiones.

Su primer film, basado en un guión teatral escrito por él es un claro ejemplo de ello. En La Maleta, Ruiz toma según él mismo el mito griego de la metamorfosis y lo ambienta en Chiloé. La historia trata de un hombre que carga una maleta. Adentro de ella está metido otro hombre, más pequeño, que intercambia papeles con el primero cuando éste se siente cansado.

Tanto la primera, como su segunda y tercera realizaciónes quedan inconclusas, cosa que no es extraña, ya que a menudo Ruiz deja de lado proyectos cinematográficos para comenzar otros en su compulsivo trabajo de creación. Tanto, que hasta solía hacer sesiones en las que mostraba sus filmes sin terminar concluyendo la reunión con su relato verbal de lo que no había aparecido en la pantalla.

Es uno de los directores que se enmarcan en el contexto del llamado Nuevo Cine Latinoamericano. Eso sí, era un miembro que se alejaba explícitamente de la politización reinante en la época. Así, su película Tres Tristes Tigres, presentada en el segundo Festival de Cine de Viña del Mar en 1969, fue criticada por la izquierda chilena al considerarla como un film de crítica social poco profunda, siendo el mismo Ruiz un hombre de izquierda.

No le fue mejor en el extranjero con Tres Tristes..., ya que esta obra, explícitamente dedicada al equipo de fútbol Colo Colo, a Joaquín Edwards Bello, y sobre todo al poeta Nicanor Parra, era un análisis de la clase media chilena a través de su lenguaje, sumido en un ambiente claustrofóbico de un Santiago nocturno influenciado por la obra de Parra. La crítica extranjera no entendió, en un contexto de cine estrictamente ligado a la realidad social latinoamericana que la película no se situara en el proceso
histórico y cultural que llevó al triunfo a la Unidad Popular.

Además, la manera de trabajar de Ruiz tampoco facilitó el entendimiento, ya
que según él, se encontraba en una etapa de investigación, que también
afectaba el tratamiento de la cámara, la cual se quedó "donde debía estar",
lo que tenía como resultado que las acciones salieran del cuadro en algunas
ocasiones.

Más tarde, propone otra extraña obra; Colonia Penal, en la cual los actores hablan una lengua desconocida inventada por Ruiz sin un guión previo. La menos política de sus películas durante el gobierno de Salvador Allende fue la que sin embargo tuvo más éxito. Nadie Dijo Nada, que encargada por la Radio Televisión Italiana, representaría a Chile en el ciclo "América Latina vista por sus directores de cine". Sin embargo, ésta fue casi una prolongación de Tres Tristes Tigres, por lo que los italianos quedaron sorprendidos al ver un film tan lejano al reflejo de lo que estaba pasando en ese momento en el país, objetivo de su ya mencionado ciclo.

Luego de varios cortos, Ruiz filma dos realizaciones más antes de irse a Francia. Palomita Blanca y Palomita Brava. La primera, basada en la novela de Enrique Lafourcade, fue prohibida en Chile después del Golpe Militar, por lo que los chilenos sólo lograron verla el año 1990, al término de la dictadura. La segunda, un documental que mostraba el proceso de selección de la protagonista de la primera, Ruiz sólo alcanzó a terminar su proceso de montaje, ya que se perdió en el allanamiento que hicieron los militares en busca de material subversivo a Chile Films, la productora donde se encontraba.

RAÚL RUIZQue los chilenos sin embargo, no conozcan las obras de Raúl Ruiz no es extraño. De hecho desde que se fue a Francia, poco se ha sabido acerca de sus realizaciones, razón por la cual se creó una polémica entre el círculo de cineastas nacionales en 1997, al recibir Ruiz el Premio Nacional de la Representación y Audiovisual. El argumento de las quejas era que se trataba de un hombre que ha hecho su carrera en Francia, y que quienes le otorgaron el premio se basaron en noticias acerca de sus películas, porque ni siquiera las habían visto.

Y es que polémica es lo que causa Raúl Ruiz desde siempre debido a su carácter rupturista con los cánones clásicos del cine y a su fidelidad a sus convicciones. Recién llegado a Francia filma Diálogo de Exiliados, que es una mirada irónica y un tanto sarcástica acerca de la manera de vivir de los exiliados en Europa, visión que molestó a los compatriotas que se hallaban en esa situación, al verse caricaturizados como hombres que no hacían nada durante el día más que buscar en los diarios noticias sobre Chile. Según Ruiz contó más tarde a sus más cercanos, llegó a ser amenazado de muerte
por esta película.

De aquí en adelante Ruiz ha filmado numerosas obras. Una de las más importantes es La Hipótesis del Cuadro Robado (1978), que hizo que la vanguardia francesa comenzara a rendirle culto. Incluso, la revista de cine francesa Cahiers du Cinéma la eligió como una de las diez mejores películas de la década, film que sin embargo fue calificado por sus detractores como incomprensible y rebuscado.

Ya en los años noventa comienza a dirigir a actores de la talla de Marcelo Mastroiani y a ser nominado en algunos festivales de Cannes, como ocurre con El Ojo que Miente (1991) y Tres Vidas y una Sola Muerte (1995).

Shattered ImageIncluso más recientemente se acercó a la industria hollywoodense con Shattered Image,con William Baldwin y Anne Parrillaud en un intento de experimentar con formas más narrativas.

Sin embargo, Ruiz no ha podido alejarse nunca de su forma de hacer arte que ha definido como "irse por las ramas, derecho a lo esencial". Consecuente con su pensar, terminó con gran éxito el desafío que significaba el que un chileno adaptara la obra del genio francés Proust, en la misma Francia y con Catherine Deneuve como protagonista, alejándose así de un Hollywood que le dejó un sabor amargo, ya que no lo dejaron filmar con la libertad con la que siempre ha estado acostumbrado a trabajar.

Si quieres comunicarte con Marcela Viviana Díaz Sanhueza puedes hacerlo a: marcelads@latinmail.com
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