EL MARXISMO EN AMÉRICA LATINA. "ALBERTO HÍJAR: Lucha de clases en la imaginació" de MIGUEL ÁNGEL ESQUIVEL
El marxismo en América Latina
ALBERTO HÍJAR: Lucha de clases en la imaginación*
*Miguel Ángel Esquivel, ALBERTO HÍJAR: lucha de clases en la imaginación. Estética y marxismo en América Latina, Facultad de Filosofía y Letras, UNAM, y Cisnegro (lectores de alto riego), México, 2015.
Por César H. Espinosa
Con motivo de la celebración de los 80 años de vida del filósofo Alberto Híjar Serrano, a finales de noviembre de 2015 tuvo lugar una jornada de mesas redondas, presentaciones de libros y otras actividades conmemorativas; algunas de ellas bajo intentos de ser pospuestas o de no realizarse, como la presentación en la Facultad de Filosofía y Letras del libro que aquí reseño: ALBERTO HÍJAR: lucha de clases en la imaginación. Estética y marxismo en América Latina, por Miguel Ángel Esquivel, con una intervención autobiográfica del propio Híjar, pero donde faltó la sensibilidad de proporcionar el aula magna del plantel después de haber sido solicitada en tiempo y forma.
El libro, de pequeño formato, contiene un amplio panorama sobre el desarrollo intelectual –teórico– y político dentro de un prolijo recorrido por las actividades y proyectos en que ha participado el protagonista, siempre desde una postura –praxis– militante encuadrada en un concepto crítico del marxismo. Práctica teórica y escritura militante son parte de los ejes vitales que especifica el autor sobre el personaje estudiado.
Como lo expuso el mismo Híjar en la reunión arriba citada, el libro se remonta a los momentos iniciales de su formación en la materia de Estética en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, en 1959. Se dio entonces la coyuntura del ingreso de un nuevo catedrático en esa materia, Adolfo Sánchez Vázquez, debido al deceso del anterior titular que fue Samuel Ramos. Sánchez Vázquez, filósofo español transterrado luego de su militancia en la guerra civil española, implantaría el marxismo en la carrera de Estética de la UNAM.
En ese entonces, el marxismo estaba sólo representado en aquella Facultad por Eli de Gortari, en la asignatura de Filosofía de la ciencia. Por su parte, Híjar había cursado anteriormente la carrera de Ciencias Químicas en la propia UNAM, y durante el movimiento ferrocarrilero de 1958 conoció, entre otros, al muralista y militante comunista David Alfaro Siqueiros, quien desde entonces habría de ser una sus influencias políticas y estéticas.
La práctica docente de Sánchez Vázquez introdujo en la materia de Estética un ramo del marxismo que era muy ajeno al “oficial” soviético –estalinista– y del Partido Comunista Mexicano, o bien la versión prevaleciente en México desde décadas atrás impulsada por Vicente Lombardo Toledano. A lo largo de los años 1960 Híjar conoció las tesis de Louis Althusser, que lo llevaron a la ruta de la “secularización” del marxismo en México, y en Latinoamérica, es decir, a otro marxismo enfocado mayormente a la militancia y mucho menos a los manuales o la realpolitik ortodoxa. Teoría militante.
Con Althusser también se orienta a la crítica y conocimiento del capitalismo en sus momentos actuales, para hacerle frente y combatirlo de manera teórica y práctica. Híjar mantuvo contactos de interlocución con Herbert Marcuse y Louis Althusser, en los años 60, entre otros muchos realizadores y escritores, y en otros periodos con Samir Amin, el teórico egipcio quien también establece: “Hay que leer el capitalismo, no el libro El Capital”.
Tal orientación a un marxismo crítico ha permitido a Híjar desarrollar la conceptualización de la cientificidad de la estética, con carácter histórico-político, fincada en la práctica de la producción artística y al margen de las especulaciones del idealismo sobre el arte. En rechazo del eurocentrismo y de la artisticidad. Desde este sentido, tal práctica teórica autoriza la determinación de la estética como lucha de clases en la imaginación, que permite dotar a Latino América de una estética en tiempo presente, que no queda sometida al culto de un pasado de sentido colonialista y de humanismos veleidosos.
Desde los años de 1950, muy joven, Híjar se había dedicado a la docencia, inicialmente en la escuela preparatoria y en otros planteles, y desde 1968, a partir de la demanda y la presión de los estudiantes, impartiría la materia de Estética en la Facultad de Filosofía y Letras. El libro que aquí reseñamos califica a este periodo como el efecto Híjar.
También en esa década había puesto en marcha el Curso Vivo de Arte, un valioso proyecto de experimentación, difusión y extensión en el campo de las prácticas artísticas, que se prolongó a lo largo de 20 años. Participó en la emisión de un programa sobre aspectos de arte en Radio UNAM y Televisión Universitaria con el historiador Pedro Rojas. Compartió con Juan José Arreola los trabajos de la incipiente Casa del Lago, hasta que fue expropiada por La Mafia.
Fue colaborador en una serie de publicaciones públicas y universitarias, como la sección “Urbe” en Excélsior, la revista de arquitectura y urbanismo Cali, la importante revista Política y el suplemento El Gallo Ilustrado del periódico El Día, entre otras más.
Apoyó la creación y aprobación legal del autogobierno en la Facultad de Arquitectura, en 1972, y del cogobierno en la Escuela Nacional de Antropología e Historia. En febrero de 1974 fue apresado por sus vínculos con integrantes de la guerrilla; fue aprehendido y torturado por elementos del Estado, hasta salir libre después de una amplia movilización de alumnos y simpatizantes.
También en 1974 participó en el surgimiento del Taller de Arte e Ideología, formado principalmente por integrantes de la Facultad de Filosofía y Letras que actuaban desde 1968. En un principio emitieron la consigna “Vincular, articular y fusionar en la lucha popular”, mediante la cual tuvieron primero una destacada actuación en la Bienal de los Jóvenes, en París, 1977, y después en constituir el Frente Mexicano de Grupos Trabajadores de la Cultura. Tras la victoria de la insurrección en Nicaragua, el TAI y otros grupos, como Germinal, realizaron acciones de solidaridad internacionalista.
A raíz de esas prácticas, Híjar publicó la tesis “Afectar todo el proceso”, mediante la cual enfrenta las acciones de índole “artistosa” o de someterse a las dinámicas del Mundo del Arte; el TAI teoriza y busca la “desconstrucción” de la artisticidad ajustada a la reproducción del capitalismo oponiéndose a la valorización de las prácticas artísticas. Lucha de clases en la teoría.
Para cerrar este somero apunte, basado más sobre todo en datos biográficos, quiero comentar una anotación que me parece muy atinada (el calificativo va de acuerdo con el tema que viene). Se trata de una referencia a formas de pensamiento tosco, a partir de una cita de Walter Benjamin a propósito del teatro épico de Bertolt Brecht.
Se explica en el pie de página que hace el autor del libro: “Benjamin de modo literal: Hay muchos que por dialéctico entienden un amante de sutilezas. Por eso es enormemente útil que Brecht señale con el dedo ese pensamiento tosco que la dialéctica produce como su contraposición, que incluye y necesita. Las ideas toscas pertenecen a la economía doméstica del pensamiento dialéctico, ya que no representan otra cosa que la referencia de la teoría a la práctica. A la praxis, no en ella: naturalmente que la acción puede resultar tan fina como el pensamiento. Pero una idea debe ser tosca para que cobre en la acción su derecho”. (pp. 50-51) (C.H.E.V.)
Ahora faltaría escribir un
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