revista virtual de arte contemporáneo y nuevas tendencias
año 8
Número 88 - Octubre 2006



UNITED 93:
EL SELLO DOCUMENTAL DE GREENGRASS
Por Fernanda Bargach-Mitre , Venezuela

El director británico Paul Greengrass, decide recrear en este film los eventos ocurridos dentro del avión United 93 (Vuelo 93), el único que no alcanzó su objetivo en los atentados del 11 de Septiembre, gracias a la determinación de los pasajeros y el personal de vuelo, personas comunes y corrientes que se vieron enfrentados a una situación de vida o muerte. Con el aire documental de este director, que suele darle a todas sus películas, aunque sabemos el desenlace final, en este film los minutos pasan rápido, dejando un hueco en el pecho y la sensación de haber presenciado los hechos. Realizada en tiempo real, la narración es impecable al igual que la factura para lograr finalmente una cinta sobrecogedora que quedará estampada en la historia de la cinematografía de este milenio.

 

¿Es Paul Greengrass un oportunista? Esta es una pregunta que ha surgido inevitablemente con la aparición del polémico film, en un momento en que los norteamericanos se planteaban si los eventos del 11 de Septiembre debían o no debían ser recreados en el cine, si había pasado el tiempo suficiente, si las heridas estaban ya cerradas. Sin embargo, el director estadounidense, Oliver Stone, ya recreó la tragedia de las Torres Gemelas en el reciente film "World Trade Center", basado en una historia real. Los hechos del 11 de Septiembre forman parte de la historia de la humanidad, como otros atroces actos y las muchas injusticias que pueblan nuestro existir y que gracias al arte: literatura, fotografía, cine, etc., uno puede recrear y así entender mejor el presente. El cine crítico, representa a través de la imagen, el reflejo de los tiempos y de nuestra golpeada condición humana. En Vuelo 93 , los hechos son presentados con respeto a las victimas y nos permite un acercamiento a un acontecimiento que cambio el curso de la historia contemporánea.

 

Paul Greengrass: La realidad como musa

No es la primera vez que el director británico trata temas espinosos con corte documentalista. Impactó a la crítica con su segundo film Bloody Sunday (Domingo Sangriento/2003) basado en los hechos reales acaecidos en Irlanda del Norte el 30 de enero de 1972 cuando trece personas murieron en las calles de la ciudad de Derry y otras catorce fueron heridas por las balas del ejército británico. Se trataba de civiles desarmados que participaban en una manifestación contra el decreto del Gobierno británico autorizando los internamientos preventivos. Este día, se conoce en la historia por el nombre de Bloody Sunday y fue fundamental en la historia contemporánea del problema irlandés porque convirtió el conflicto que se venía arrastrando desde hace más de 700 años, en una guerra civil que hizo que muchos jóvenes se integraran en el IRA y alimentó un ciclo de 25 años de violencia. Con una película evidentemente de corte social, este realizador logró contar de forma impactante, lo que pasó ese día, desde el amanecer hasta el anochecer. Con una narración dramática envidiable y angustiante, que aun conociendo de antemano la conclusión de lo que estamos viendo, nos atrapa en su historia contada desde cuatro perspectivas distintas. Definitivamente este director tiene pasta para la recreación del estilo documental, trasmitiendo con una nerviosa cámara en mano , los hechos con la crueldad que los acompaña, para introducirnos a través de la ficción en parte de la historia de la humanidad. Su cine conlleva a la reflexión sobre la condición enferma de la sociedad moderna, donde se repite el patrón de la injusticia y la violencia que engendra violencia. El film ganó, entre otros premios, el Oso de Oro en el Festival de Berlín 2002 y el Premio del Público mejor película en el Festival Sundance del mismo año.

Su sello documental se siente incluso en películas de ficción como en la taquillera segunda parte de la saga de Jason Bourne Bourne Supremacy (El Mito de Bourne /2004). La primera cinta The Bourne Identity (La identidad de Bourne"/2002)fue dirigida por Doug Liman de manera correcta y logró introducir con fuerza el personaje. Sin embargo, la continuación de la historia de este personaje salido de las páginas de Robert Ludlum, en el segundo largometraje dirigido por Greengrass, fue totalmente distinta, con mucho mayor peso visual y narrativo, persecuciones de carros impactantes pero creíbles con unos encuadres de cámara tan originales e ingeniosos que producían la sensación de estar dentro de los autos. Se siente sin duda cierto aire documental, como si realmente Jason Bourne hubiese existido, como si las peleas fueran realmente posibles así como las arriesgadas decisiones del protagonista. Una clase distinta de película del género, que logra más por el realismo de la acción que por la espectacularidad de la misma, enganchar irremediablemente a los amantes de la adrenalina trepidante. Ya está pautada la salida de la tercera parte por ahora titulada The Bourne Ultimátum , que aparentemente se estrenará en Agosto del 2007 y que contará con Matt Damon en el protagónico y nuevamente Greengrass en la dirección, basándose en la historia del tercer y último libro de Ludlum.

En otro acercamiento a crudas realidades fue el guionista y productor de Omagh (2005) que retoma el conflicto Irlandés desde otra perspectiva y otro fatídico hecho histórico: Mientras al norte y al sur de la frontera irlandesa la población se preparaba en junio de 1998 para votar en referéndum el Acuerdo de Paz de Viernes Santo, un pequeño grupo de disidentes del IRA Provisional opuesto al acuerdo se propuso llevar a cabo un atentado de dimensiones suficientes como para que obligara al distanciamiento entre Londres y Dublín, a que los unionistas abandonaran el proceso de paz y a que Irlanda del Norte se sumiera de nuevo en un violento conflicto. Este grupo se hizo llamar IRA Auténtico y eligió cuidadosamente su objetivo para el atentado: Omagh, una pequeña localidad en la que católicos y protestantes habían convivido sin mayores problemas a lo largo de los treinta años del conflicto norirlandés. Omagh" examina los acontecimientos y las secuelas del atentado con bomba que acabó con treinta y una vidas. La película cuenta la historia del Grupo de apoyo y auto-ayuda de Omagh en su lucha por hallar la verdad de lo que sucedió ese día. Es también la historia de Michael Gallagher (Gerard McSorley), que perdió a su hijo de veintiún años, Aiden, en la explosión, y que se ha convertido en el portavoz del Grupo de apoyo. Omagh, se centra en las consecuencias del atentado, con un reparto brillante, y la convincente dirección de Pete Travis, se trata de un film duro de digerir pero excelente en su factura que trata con honestidad y sin amarillismos una tragedia terrible.

 

United 93: Minutos de terror

En este film del cual fue también fue el guionista, Paul Greengrass se mantuvo fiel al estilo documental que lo ha caracterizado, logrando una historia tensa que se desarrolla en tiempo real y que logra atraparnos a pesar que conocemos el desenlace de los hechos. "United 93" recrea el fatal vuelo, partiendo del despegue, pasando por el secuestro, hasta el momento en que los pasajeros se dan cuenta de que forman parte de un plan de ataque terrorista perfectamente hilado. Ante la cruda verdad deciden unirse y el film explora el miedo, el terror y las valientes decisiones de esas personas que, en 90 minutos, pasaron de ser meros pasajeros de un avión a convertirse en íntimos compañeros y héroes enfrentados a una situación impensable. Como no existe un informe exacto que describa realmente el secuestro ni el comportamiento de los rehenes, el director improvisa con sumo cuidado los hechos utilizando un reparto de actores desconocidos, mas idóneos para representar a las personas reales que estuvieron allí, seres comunes y corrientes dentro a una situación extrema. La genialidad y quizás integridad de Greengrass, radica en que de un tema del que podría haberse explotado el lado trágico y dramático, cayendo en una sensiblería malévola, por el contrario el director es comedido con una narración que discurre con sobriedad.

El realizador comenta "Cuarenta personas tuvieron treinta minutos para comprender la realidad que vivimos actualmente, tomar una decisión y actuar. Fueron los primeros en vivir la realidad posterior al 11S, mientras nosotros mirábamos la televisión boquiabiertos, sin acabar de entender lo que pasaba. En aquel momento, los pasajeros tuvieron que tomar una terrible decisión, quedarse sentados sin hacer nada y esperar que todo saliera bien, o hacer algo." Así mismo confiesa haber querido desde hace varios años tratar este tema en el cine pero no sabía cuál sería el momento oportuno hasta que se entrevistó con los familiares de las víctimas y estos le dieron el visto bueno y desempeñaron un rol básico para recrear los acontecimientos lo más cerca posible de la realidad, manteniendo una constante comunicación con todo el equipo.

En el film, no solo presenciamos el drama de los pasajeros sino el caos total que explotó en los centros de controladores aéreos y militares. La película abarca dos escenarios: por un lado, los incidentes de ese vuelo 93 y simultáneamente, se enfoca en las actividades en las torres de control de los aeropuertos que supervisaban dichos vuelos, en Nueva York, Newark, Cleveland y Boston, así como en la base de control principal y en la comandancia aérea militar. Greengrass, en una sabia decisión, se desvincula de cualquier discurso político, sin nombrar religiones, mandatarios o países.

A nivel de realización el film no decepciona, con una fotografía resaltante, cámaras nerviosas, súbitos primeros planos e interesantes encuadres que logran construir a la perfección el ambiente de tensión y resaltar su gran virtud: el toque realista. Es en definitiva un film que hiela la sangre, que nos recuerda un momento trágico de este milenio, que nos deja un nudo en el estomago y nos hace reflexionar sobre el mundo en que vivimos. Cuando el cine retoma su derecho a hacer algo más que entretenimiento, se torna aún más interesante, porque intenta abrirnos los ojos frente a realidades lejanas o silenciadas, a cuestionarnos la sociedad que hemos forjado, el rumbo que llevamos y especialmente la amarga locura que produce el odio y la violencia. Este es el caso de esta excelente cinta.

Altamente recomendable!

ferwestein@yahoo.com


 

 

 


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