GALARDONADO EL CINE POLÍTICO EN LA BERLINALE 56
o Dónde está el cine latinoamericano? |
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La noche del sábado 18 de febrero de 2006 finalizó la versión número 56 del Festival de Cine de Berlín. El Oso de Oro se lo llevó la película bosnia "Grbavica" dirigida por Jasmila Zbanic. "Grbavica" narra el horror de las mujeres violadas en la guerra de los Balcanes. La película nos acerca a este drama social a través de una pequeña e íntima historia entre una madre y su hija, ésta última, producto de la violación de la cual la madre ha sido víctima durante la guerra.
A la Berlinale no llegan los grandes maestros del cine, que prefieren estrenar sus películas en festivales como el de "Cannes". La Berlinale para destacarse de los otros grandes festivales internacionales, ha optado por ser un festival de perfil político. Por esta razón no es extraño que el jurado presidido por la actriz Charlotte Rampling haya otorgado el Oso de Oro a la ópera prima de una joven cineasta y otros de los premios otorgados hayan recaído también en películas de temática política.
Después de recibir su premio la directora Bosnia Jasmila Zbanic de "Grbavica" declaró a la prensa en relación al contenido político de su film: "...todo lo que hacemos es político, todos nuestros actos tienen relación con nuestro entorno, con las personas que nos rodean. Todos los films son políticos de alguna manera."
Pienso que la directora Bosnia lleva razón, estoy de acuerdo con ella. Es más me parece importante, que junto a otras opciones de películas, exista un cine que pueda cumplir la labor de mostrarnos, informarnos lo que está sucediendo. El problema para mi en las películas que trataron temas actuales en esta Berlinale, es que la mayoría de ellas lo hace de manera eficiente, correcta, pero lo que les faltaba eran propuestas a nivel estético y de lenguaje cinematográfico. Me refiero a estas películas en particular, pero también, a la mayoría de las películas que participaron en esta versión de la Berlinale.
La misma película "Grbavica", es una película convencional. Es una pequeña y hermosa película, no falta de algunas fallas, donde se destacan la excelente actuación de sus dos protagonistas y la sensibilidad en que es abordado un tema tan difícil. Es una película conmovedora, honesta, no pretenciosa, pero en términos cinematográficos o estéticos, no sin propuesta.
En una película es importante el tema, pero también la manera en cómo se cuenta la historia y por supuesto lo ideal es que ambas cosas coincidan.
Hay películas que dan respuestas y otras que abren preguntas. En esta Berlinale ninguna película me sorprendió realmente.
"Offside" la película del director iraní Jafar Panahi junto a la película "Soap" de la directora danesa Pernille Fischer se llevaron conjuntamente el Gran Premio del Jurado. "Offside" ,una película en clave de comedia, trata un tema que no podía dejar de estar presente, el de la represión de las mujeres en el mundo islámico. El director Panahi nos relata la historia de un grupo de chicas que intentan ingresar a un estadio de fútbol pero son apresadas ya que en Irán está prohibido para mujeres, entre muchas otras cosas, asistir a un partido de fútbol. Esta película fue tolerada por el gobierno iraní, pero debió someterse a las censuras impuestas a todas las películas que allí se producen, como la prohibición de realizar un primer plano a una mujer, o incluir escenas de afecto entre un padre y su hija o una madre y su hijo. El cine iraní, que mantienen siempre un buen nivel, estaba fuertemente representado, en total con ocho películas este año, dos en competencia, y otras seis en el resto de las secciones de la Berlinale.
El director británico Michael Winterbotton se llevó el Oso de Plata, el premio de Mejor director, por su película "The Road to Guantánamo", otro tema casi obligatorio, que no podía faltar en esta Berlinale. Está basada en un hecho real, un grupo de adolescentes británicos de origen paquistaní que viajan a una boda al país de sus padres. El viaje termina en Guantánamo donde pasarán dos años y medio presos, sospechosos de ser terroristas islámicos. " La idea es que el espectador pueda ponerse en el lugar de los protagonistas. Que se imagine lo que significaría para alguien como usted mismo entrar a esta pesadilla." declaró Winterbotton el director de la película. "La verdad es que Guantánamo supone el secuestro de personas. No es otra cosa. Es una actividad criminal. Y a la gente se le juzga por eso."
En el mundo actual donde lamentablemente la tendencia es la radicalización entre el mundo occidental y el mundo islámico, no quiero quitar el inmenso valor que tiene el hecho de que se lleven estos temas al cine. Witterbotton dijo en la ronda de periodistas después de recibir el premio en relación al rol que pueden jugar películas como éstas: " No creo que una película pueda cambiar gran cosa, pero uno espera que la prensa, la televisión, las películas cumplan un poco una cierta función recordatoria para la gente, para que no olvide."
La presencia de películas políticas en la Berlinale no es algo nuevo, es su característica, los temas van cambiando en relación a las preocupaciones del momento. Quizás lo más novedoso de esta Berlinale fue una mayor y más destacada presencia del cine alemán en relación a los años anteriores. Una generación de nuevos cineastas alemanes parece estar reencontrándose consigo mismo. Por eso quizás los premios tuvieron un fuerte componente alemán. La actriz alemana Sandra Hüller se llevó el premio de Mejor actriz por su personaje de jovencita poseída por el demonio en la película "Requiem" de Hans-Chistian Schmid, también el actor Moritz Bleibtreu recibió el premio de Mejor Actor por su actuación en la película "The Elemantary Particles" y Jürgen Vogel fue galardonado por Contribución Artística, por la película en que hizo de productor y de actor, representando a un atormentado y compulsivo violador.
Una película alemana que no recibió premio alguno fue "Sehnsucht" de Valeska Grisebach. Mi opinión personal en cambio, junto a la de varios críticos presentes en la Berlinale, fue la película alemana más destacada, más original. Transcurre en un pequeño pueblo en lo que fuera Alemania oriental, y cuenta una historia de amor. La directora no trabajó con actores profesionales, los personajes los encontró, en meses de investigación, en los pueblos mismos. La película transmite esa autenticidad, casi documental, está contada en un tono y un tiempo que parece nacer del lugar mismo. Personalmente considero que los alemanes se han perdido en los últimos años intentando hacer un cine más comercial, más liviano, más americanizado, lejos de ellos mismos y felicito películas como "Sehnsucht" por la fuerza de su honestidad.
Los viejos maestros del cine presentes este año, Robert Altman con "A praire Home Campanion" y Claude Chabrol con su film "Lívresse du pouvoir" no lograron tampoco cautivar ni al público, ni a la crítica, ni al Jurado.
"El Custodio", la única película latinoamericana en competencia, del director argentino Rodrigo Moreno recibió el premio Alfred Bauer, por ser una película técnicamente innovadora. La actuación del argentino Julio Chávez me pareció que era lo único que se destacaba en este film.
Lamentablemente la presencia del cine latinoamericano ha ido descendiendo con los años en la Berlinale, no sólo en la sección de competencia, también en el resto de las secciones del Festival. Esto ha ido sucediendo paralelamente en la medida que se ha ido perdiendo el interés por lo que sucede en nuestro continente en los diferentes medios, como la televisión, periódicos, etc. Puede ser que con los recientes acontecimientos políticos que han tenido lugar en países como Bolivia, Venezuela, Brasil, Chile mismo, en el futuro pueda cambiar esta situación, pero lo que es hoy en día, a nadie parece interesarle mucho lo que sucede en los países del continente latinoamericano. Europa mira a Oriente. Preocupado.