ELENA MARTÍN Y LA SINGULARIDAD DEL ESPACIO CREADO |
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Singular la apuesta que la autora realiza por la inclusión y variación del color plano dentro de una ambientación pura, sin intromisiones estéticas, centrada en lo básico y sólo transformada por sustanciales contraposiciones tonales, complementadas entre sí y diferenciadoras de ambientes puros que designan el fundamento o línea trabajada.
Horizontes luminosos remarcados por la textura utilizada o fuerza de la paleta, se ven apoyados por figuraciones geométricas aglutinadoras de espacio, formadoras del todo, vitalistas, de gran impacto visual.
La alineación de dicho espacio es referente en la búsqueda del sentido en cada trabajo. La ambientación se nos presenta certera , atrae al espectador y le obliga a formar parte o entrar a colaborar en la realización de la misma, mediante la invitación que hace a los sentidos a recrear o completar el fondo presentado.
Alegre tratamiento tonal en el que la figuración adquiere un carácter básico, uniforme y fundamental, pasando a ser orden y centro del concepto recreado, y generando gran parte de la movilidad estructural que deambula por su universo matérico.
Mediante una elaborada técnica mixta la autora sueña despierta , regando de luz y color el amplio campo temático en el que se desenvuelve.
El pilar central se nos muestra contundente, el estilo uniforme y concatenado, el ritmo armónico, y lo imaginado constatado.
La clave se centra en la incansable búsqueda de caminos temáticos que sean firme reflejo de la postura y pareceres que la creadora tiene con respecto al mundo que la rodea, sus sentimientos y su contexto vital, necesarios en cualquier modo, para el correcto desarrollo de todo su proceso artístico.
Un trabajo serio, medido, pensado y , lo que es más importante, elaborado con ilusión. Una muestra positiva y esperanzadora del entorno social.