Santiago de Chile.
Revista Virtual.
Año 7

Escáner Cultural. El mundo del Arte.
Número 75
Agosto 2005

 

HELENA MARTIN


Y EL CUERPO ALTAR



Por: Ricardo Arcos-Palma
Sans titre (2005)

Helena Martín es una artista colombiana residente en Canadá desde hace ya varios años. Su obra netamente pictórica, ha dado un giro importante en los últimos años. La fotografía le ha permitido explorar otros lenguajes simbólicos, que permanecían inmanentes en su pintura. La tradición familiar y cultural del Caribe colombiano, se mezcla de una manera singular con los iconos de la cultura canadiense, generando un simbolismo propio del mestizaje cultural. En sus fotografías vemos una referencia fuerte al cuerpo. Pero no es el cuerpo humano el que es fotografiado, sino su simulación. Muñecas hacen referencia a ese cuerpo objeto, que se exhibe como en un altar. En ocasiones esos cuerpos simulacro, propios de una sociedad de consumo, se confunden con fotografías del rostro de la artista, generándose una simbiosis entre el cuerpo propio y el cuerpo colectivo, materializado en esos cuerpos objetos.

La presencia del altar, como lugar ritual propio de la cultura del Caribe, nos hace pensar en esos nuevos lugares de culto donde los objetos de consumo de una sociedad desarrollada como la canadiense, devienen esos nuevos iconos-fetiches. El recuerdo familiar y cultural se transforman en presente gracias a la recreación de un ambiente íntimo en un lugar extraño. Nostalgia o reconstrucción de un nuevo territorio? Imposible saberlo, pero lo que sí es cierto es que las imágenes de Martín nos confrontan con una nueva cultura donde lo híbrido, por utilizar la noción acuñada por García Canclini, crea otro territorio.

A Woman is like a rose (2005)
La Reddition (2005)
Souliers porte-bonheur (2004)

 

Icône 9.99, Corps Immaculé (2005)

En esencia, la fotografía de Helena Martín hace referencia a una desterritorialización propia del inmigrante, donde el aquí y el allá se encuentran en un solo instante. Colores propios del Trópico, se recrean en un simbolismo kitch , donde lo popular cobra mayor fuerza gracias a la intervención de la artista.

Sus fotografías no son propiamente situaciones encontradas sino creadas. Cada fotografía es pensada de antemano, con sumo cuidado, como una buena escenografía. Cada objeto, cada pose, cada ángulo es condicionado magistralmente por el ojo de la artista, antes de ser atrapadas por esa "promesa del recuadro" por utilizar esta bella expresión de nuestro colega Pablo Acosta, a propósito de la fotografía.

En suma, las fotos de Helena Martín se convierten en verdaderos fetiches donde la idea de culto, se mezcla crapichosamente, con los objetos de consumo de una sociedad industrializada. Altares para el amor, para la buena suerte, no se sabe, pero lo cierto es que estos nuevos altares-foto nos hablan de un presente ya lejano, donde el cuerpo deviene simulacro y una especie de vitrina, mediante la cual, el ojo del espectador se confunde en esos nuevos territorios carnales, por alusión de color (rosas, rojos, naranjas) más que por la presencia misma de la carne, la cual se simula perfectamente en su ausencia.

Vénus, Corps Immaculé (2005)
Effet (2005)
Soulier ex-voto (2004)

 

Ricardo Arcos-Palma
Bogotá, julio del 2005.

 

 

 

 

 

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