Santiago de Chile.
Revista Virtual. 

Año 6
Escáner Cultural. El mundo del Arte.
Número 65
Septiembre 2004


MACHUCA

LA PELÍCULA QUE NADIE PUEDE DEJAR DE VER


Por Víctor Hugo Ortega

Ya han pasado un par de semanas desde el estreno de “Machuca” y cada día son más, quienes que quieren ser parte del fenómeno que ha generado la película de Andrés Wood.

La cinta, que de paso se ha convertido en la mejor producción chilena del año, y que va camino a posicionarse como la película más vista en la historia de nuestro cine (296 mil espectadores en 18 días), mezcla una serie de elementos que la hacen destacar de inmediato dentro de la filmografía nacional. Partiendo por el contexto en que se enmarca, los conflictivos últimos días del gobierno de la Unidad Popular, pasando después por las emocionantes secuencias en que los protagonistas van formando lazos de amistad, hasta llegar a los dramáticos y conmovedores minutos finales.

Estamos en 1973 y el Colegio Saint Patrick ha dado el vamos al proyecto que consiste en la incorporación de niños de escasos recursos, a que puedan cursar sus estudios en el prestigioso establecimiento. (El proyecto efectivamente se desarrolló en la época. Andrés Wood se basó en la experiencia que tuvo como alumno del colegio Saint George).

Pedro Machuca (Ariel Mateluna) es uno de los niños integrados y desde su primera aparición nos parece un chico ingenuo y adorable. En el otro lado tenemos a Gonzalo Infante, el niño de clase alta, aplicado y educado, mediante el cual iremos viviendo los agitados momentos que el país pasaba por esos días.

Después de un par de hostilidades iniciales, Machuca e Infante irán construyendo una hermosa amistad, a través de diversos episodios, los que uno como espectador disfruta placenteramente. Todo el proceso del proyecto estudiantil, es supervisado por el impulsor de la idea, el Padre McEnroe (Ernesto Malbrán), quien tendrá que intervenir en todos aquellos momentos de discriminación y rechazo, por parte de algunos niños hacia sus nuevos compañeros.

A los dos niños se une Silvana (Manuela Martelli, magistral), la chica vecina de Machuca, que sacará a relucir toda su picardía en las aventuras con sus dos amigos.

Durante el desarrollo de la película van apareciendo numerosos pasajes, que van complementando el sólido desempeño actoral de los protagonistas. Destaca la música instrumental (al estilo Petinellis), acompañada de un par de canciones símbolos de esos años: “Te perdí”, del Pollo Fuentes; “Adiós chico de mi barrio”, de Tormenta y el tema de los créditos finales, el clásico “Mira Niñita”, de Los Jaivas.

Por otra parte, no se puede dejar de mencionar el inmenso trabajo de dirección de arte del filme, a cargo de Rodrigo Bazaes, en donde destacan magníficamente la rigurosidad de hasta los más mínimos detalles. Semáforos, automóviles, vestuario y pupitres, son algunos de los implementos que se muestran extremadamente bien llevados a cabo en la película. Ojo con la secuencia en que Infante y su hermana presencian el vuelo de los dos aviones Hawker Hunter, con destino hacia La Moneda. Debido a que estas naves ya no están en funcionamiento, hubo que recurrir a la tecnología digital, lo que dio como resultado una escena realmente notable.

También es importante destacar las recreaciones de las manifestaciones entre los dos bandos políticos, las cuales resultan inéditas vistas en colores, otorgando uno de los momentos más recordados de la cinta.

Conforme avanza la película, van a suceder los cambios políticos y sociales que todos conocemos, y el nexo fraternal de Infante y Machuca sucumbirá ante la presión que está viviendo el país.

Después del 11 de septiembre, la cinta deja de lado el ritmo alegre del comienzo. Se va nublando, al igual que la relación de amistad de los dos protagonistas. Comienzan a aflorar las emociones tanto en la película misma, como también en las butacas.

En los días posteriores a su estreno, “Machuca” ha sido criticada y tildada de ser una película panfletaria. Abrió debate el episodio de censura que se dio en una sala de cine, en Osorno, que por lo demás, le costó hasta el trabajo a la encargada. Lo cierto es que Wood muestra de manera clara cuál es su enfoque respecto al tema, pero lo atractivo del filme radica en que eso no es lo primordial, sino la mirada ingenua con la que Machuca e Infante forman, en paralelo a la realidad del país y con las complicaciones del ambiente, una intensa y emotiva amistad.

A pesar de que todo en “Machuca” gira en torno a los niños, la película construye unos personajes secundarios totalmente acertados. Aline Kupenheim, como la superficial e interesada madre de Infante; Tamara Acosta, como la madre de Machuca; el pololo de la hermana de Infante, interpretado por Tiago Correa, odioso y detestable, al más puro estilo de los personajes construidos por Jim Jarmusch. Luis Dubó tampoco podía faltar en este cóctel de actores nacionales, personificando al padre alcohólico y resentido de Machuca. La presencia extranjera de la película está dada por el gran actor argentino, Federico Luppi, en un papel opuesto a los que nos tiene acostumbrados en las producciones trasandinas.

Como se dijo en España, primer país en el que se estrenó la cinta, después de su paso por Cannes, “Machuca” definitivamente es: “un nuevo clásico del cine chileno”. Una película que no se puede dejar de ver, y ojo, que suena fuerte como nominada a los próximos oscar, en la categoría de mejor filme extranjero.



Ficha Técnica
Título: Machuca
Año: 2004
Reparto: Matías Quer, Ariel Mateluna, Manuela Martelli, Ernesto Malbrán, Aline Kupenheim, Francisco Reyes, Luis Dubó, Tamara Acosta, Federico Luppi, Andrea García-Huidobro.
Duración: 2 Horas
Guión: Roberto Brodsky, Mamoun Hassan y Andrés Wood
Dirección: Andrés Wood
Calificación: Todo espectador

 



Si quiere comunicarse con Víctor Hugo Ortega puede hacerlo a: angelesvhoc@hotmail.com

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