Santiago de Chile.
Revista Virtual.

Año 6
Escáner Cultural. El mundo del Arte.
Número 61
Mayo 2004

CON LA LUZ
     
DEL MILENIO
 
HACIA UN MESTIZAJE
VISUAL


Desde México, Araceli Zúñiga Vázquez (*)

“Envuélveme, mamá, en tus largos brazos/
en tus brazos automáticos,/
en tus brazos electrónicos,/
en tus brazos petroquímicos,/
en tus brazos militares…”

Laurie Anderson
(artista multimedia)

1.-De las Subversiones (*)

(Escrituras textuales/visuales/virtuales/imposibles del Mall Global)

-o un viajecito por Ciberia, el continente inexplorado pero ya con altos índices de contaminación-

En un mundo (tercermundo) cada vez más dominado por la tecnología

-Nuevo Dios Pan

Tótem Sagrado

De la Aldea/Mall Global-

Ante la provocación insolente de las nuevas tecnologías, las(os) investigadoras(es) textuales, visuales, virtuales, sonoras, gestuales, sinestésicas de Poesía Visual –México Experimental, A.C. – en su acepción multidimensional-, salimos al paso abstracto e inmaterial del ciberespacio y subvertimos el mitológico sentido militar –y comercial, por supuesto, y comercial, repito, de su nacimiento– utilizándolo para potenciar nuestras propuestas de experimentación en proyectos de escritura radicales: la escritura en todas sus múltiples y complejas y caóticas (científicas) dimensiones. Eliminando las células muertas de este torrente sanguíneo poderoso que es el lenguaje. La palabra.

De los semiófagos/devoradores glotones que “engullen” signos/chatarra de manera indiscriminada (el cerebro en pantuflas –Azcarraga Vidaurreta dixit- que nos ofrece(n) los medios comerciales y privados a través de todos nuestros sentidos), a los semiófagos lúdicos que estamos re/inventando lenguajes/signos que traduzcan y re/presenten nuestra propia forma de ser. Nuestra propia forma de ver.

La tecnología (desde el alambrito para restablecer la luz en nuestra casa hasta los audaces insertos de micro chips en el cerebro humano para intervenir nuestra inteligencia) deberá ser sólo un medio y estar al servicio de la humanidad, y de los artistas, o no será…

¿Qué circula ya por las supercarreteras de la información que nos abre Internet, a través de su compleja maraña internacional de cables, fibras ópticas y satélites?

Palabras Fast Food, chatarra digital, sueños artificiales (pero no seductores): viagra, valium, xanax, prozac y todas las formulas/soma para tener éxito en la vida (adjetivos mencionados de manera selectiva en género masculino): palabras para ser el número UNO, el más chingón, el mero preciso, el más asertivo, el más feliz, el más equilibrado, el cabrón líder de la camada, el hijo de su catrina madre que se pasea –con un globo en una mano– en la alameda agarrando, con la otra, la huesuda mano de la filosa , con información controlada, manipulando virtualmente a nuestro punto “G”.

Pues, como propone el poeta virtual argentino Ladislao Pablo Györi:

Ciberespacio, procesamiento digital, telepresencia, multimedia, Internet, RV, animación computada, IA, robótica, sistemas expertos, nanotecnología, fotografía electrónica, fibras ópticas, sonido 3D, geometría fractal, dinámica no-lineal, caos y complejidad, vida artificial, lógica difusa, redes neuronales, programación genética…

y…¿en cuanto a la poesía?: ¡POESÍA VIRTUAL!

Corresponde entonces a estas escrituras múltiples/sinestésicas acercarnos, en este principio de siglo, a las nuevas, diferentes, convexas, divergentes, transgresoras y mestizadas formas de ser.

A diferencia del uso pobre y degradado (tipo MTV…o ¿existe acaso otra forma de ver?) que se le da a los signos visuales/textuales/virtuales que nos rodean y nos exploran y nos explotan y nos habitan, sobre todo por los multimedia privados y comerciales, a diferencia de estos efectos especiales tipo MTV, a diferencia, enfatizo, el video experimental, independiente y el video arte, la red de redes y todas las posibilidades tecnológicas recientes nos permiten la investigación sinestésica para explorar, buscar, re/crear nuestra iconósfera, no sólo visual, sino espiritual, artística, estética y, por lo tanto, filosófica y ética.

Pues bien, desde esta sacada de lengua que representa Poesía Experimental y toda la fauna nociva que nos acompaña (saludos Clemente Padín, Jaap Blonk, Augusto de Campos, Joaquím Branco, Wlademir Díaz Pino, Roberto López Moreno, Klaus Groh, Enzo Minarelli, Pedro Juan Gutiérrez, Maris Bustamante, Víctor Sosa, Guillermo Gómez-Peña, Hugo Pontes, Ana Aly, Graciela Gutiérrez Marx, Juan Carlos Romero, Félix Beltrán, Mónica Mayer, Victor Lerma, Maru Rabadán, Marisa Lara, Mauricio Guerrero, Juan José Díaz Infante, Miguel Ángel Corona, Adriana Espinosa, Richard Caracas y muchas(os), muchísimas(os) más) estamos cada vez más comprometidos e interesados en estas nuevas tecnologías, pero sólo para jugar el papel de retrovirus que “desde algún lugar del ciberespacio” lanzan los signos corrosivos de la poesía experimental, entendida ésta como todo acto de creación. Estamos hablando, por supuesto, de vanguardias y post vanguardias. Y de ciclos que se agotan, terminan y vuelven a empezar. Como la vida misma.

2.- México/Tenochtitlan… ¿un espacio para la investigación visual? (*)

Así como la plástica ha representado en nuestro país -en algunas de sus épocas más ricas- ser vanguardia y pedernal filoduro porque trascendió a formas de vivir nuevas, diferentes, así hoy el videoarte, el video experimental y el video independiente (saludos Pola Weiss(†), Alberto Roblest y César Lizárraga)

(la forma es

en el fondo

la forma…

¿o no?)

de unos años para acá y en esta sociedad de castas de nuevo siglo se convierten

¿ubican?

en unas de las propuestas artísticas

–corrosivas-

más interesantes de la estética contemporánea (esto significa la estética de los tiempos de guerra. El arte de la fealdad, la escatología y la no linealidad ¿verdad?).

El video mexicano

-más de quinientos años

nos

separan-

sobre todo este video experimental e independiente

corresponde a las nuevas

escrituras

que nos acercan a las

nuevas

y

diferentes

formas

de vivir(nos)

de amar(nos)

de ser(nos)

la búsqueda, la exploración, el ensayo,

la r-e-f-l-e-x-i-ó-n,

el

descubrimiento

la innovación

(¿la subversión?)

el encuentro y el

des/encuentro

y el te toco en lenguajes y formas de decir(nos) que

co/respondan al pensamiento

-audio/visual-

Contemporáneo.

Aquí.

Ahora.

Este video

-ojo de agua

desde donde

te miro-

analiza, critica, re-plantea, la matriz semiótica visual, desde donde se nutren y esparcen

-semillas expulsadas-

Imágenes que, como neurotransmisores,

Recorren el cuerpo social mexicano, pro

moviendo,

Estimulando y representando

-ojo voyerista

Hermafrodita

Andrógino

Híbrido

El cambio de mentalidades y de

formas

diferentes

de ver

formas

diferentes

de ser

-águila sobre el nopal

Devorándose Nutriéndose

a sí misma

El videoarte pertenece entonces a las nuevas escrituras, a la gramática no lineal de los tiempos nuevos y se desarrolla en el continente –nunca suficientemente explorado– llámese vanguardias o post vanguardias o el fin de las vanguardias. Ese continente del que hablo es el de la búsqueda, la exploración, el ensayo, el descubrimiento, la innovación (¿la subversión?) el trastocamiento, la transdisciplina, la transgresión, el abatimiento de fronteras, el big bang que nos explota en plena cara, de la palabra imagen.

Ejercicio delicado y profundo que nos posibilita la reflexión, el conocimiento y la re-creación de nuestro cuerpo iconósfero, re-inventando lenguajes/signos que traduzcan y representen estas formas de vivir, de pensar y de ser correspondientes al fin/principio del milenio.

La riqueza del pensamiento contemporáneo no puede, ya no puede, ser expresada únicamente por el lenguaje verbal, sonoro o visual tradicionales. Convencionales. Contractuadas. En esta sociedad de principio de siglo, la cultura iconográfica reconquista el lugar preponderante que tuvo ya en otras épocas, si bien con otros soportes y códigos, y es en esta posibilidad que el videoarte encuentra su filón más rico.

Debería preocuparnos que algunos teóricos de la comunicación no ortodoxos, por cierto, como Omar Calabresse, Umberto Eco y Gillo Dorfles, nos alerten sobre los nuevos analfabetismos, entre ellos el analfabetismo visual (tipo MTV). Analfabetismo creado por los propios medios –entre ellos de manera importantísima la televisión– al explotar los signos (chatarra con pepinillos, mostaza y salsa catsup) visuales, a través, como ya lo mencioné al principio, del abuso, la inercia y la degradación de la imagen, anulando con ello su validez e importancia para la reflexión, el conocimiento y la meditación.

En el caso del videoarte, el video experimental y el video independiente, el tiempo y el espacio, la composición y el concepto se entremezclan en combinaciones inéditas, excéntricas o creadoras de nuevos centros estéticos: las texturas, los colores, la luminosidad, los conceptos, nos dan la pauta para un desarrollo expandido del lenguaje de las imágenes electrónicas en movimiento, imágenes que contienen la posibilidad de transgredir -¿reconstruir? – la realidad, enriqueciéndola.

El trabajo que los artistas mexicanos realizan con el videoarte y el videoperformance es uno de los más ricos, conceptualmente, de la Aldea Global. Del Mall Global. Y un fenómeno interesante es que cada vez se da con un mayor compromiso y juego inter, multi y transdisciplinario. Absolutamente mestizo y, por lo tanto, sangre fresca y renovada. Eliminando células muertas. Por ello nuestra respiración fisiológica/espiritual al leer estos códigos resignificados resulta otra. Diferente. Divergente. Otra.

De los años sesenta/setenta, con el trabajo –siempre criticado con acidez mientras vivió– de Pola Weiss (+) y, por supuesto, de Rafael Corkidi, trabajando actualmente en plenitud, el videoarte se inscribe en la plástica mexicana con perspectivas ilimitadas al futuro. “Es en 1965 cuando el artista alternativo Naum June Paik se convierte en el primer videoartista cuando graba –cámara Porta Pack en mano- las calles de Nueva Cork y, a partir de ese momento el videoarte protagonizaría, junto con el cine underground, el op art, el pop art, el arte objetual, el happening, el performance, la lucha de los negros por sus derechos civiles, el feminismo, la gay liberation, el rock stage, el hippismo y los movimientos antiburocráticos, el estallido de una nueva sensibilidad estética…”

En la ciudad de México, el videoarte encontró sus espacios con ciertas dificultades, casi siempre vinculado con el video experimental e independiente, el cual inicia sus primeras exhibiciones en la librería El Ágora, en 1986 y, desde 1990 hasta la fecha con las bienales oficiales de video en nuestro país, bienales que acaban de ser canceladas, de forma casi fulminante, por cierto. En las otras Bienales, las de Poesía Experimental, que iniciaron desde 1985 hasta ahora y, como independientes que somos de la política cultural oficial, las exhibiciones de videoarte seguirán hasta donde sea necesario. Sin embargo, y remontándonos a algunos años atrás, eran pocos los espacios donde se podían exhibir estas muestras, entre ellos estaban el Museo de Arte Carrillo Gil, la Casa del Poeta, la UAM Xochimilco, TV-UNAM, la Cineteca Nacional, posteriormente Casa Lamm y, en general, en circuitos independientes y subterráneos.

Entre los artistas multimedia que revisan con un PH fuerte y necesario la historia del videoarte en México –ya volveré con Pola Weiss y Rafael Corkidi después– menciono la opinión de Juan José Díaz Infante y de Elías Levín, quienes afirman que el “boom” de talento joven se da, realmente, en los noventa, ya que las “visiones” se relacionan con un “affair” tecnológico y con la idea de la velocidad y movimiento. Según estos artistas y curadores, la primera generación de estos videoastas fue educada por los Looney Tunes , acostumbrada a visiones fragmentadas, una gramática incoherente y efectos especiales en medio de la caída de la narrativa tradicional. El resultado –dicen y estoy de acuerdo– es un grupo heterogéneo de individualidades cuyo único punto en común es el video.

La sociedad mexicana ama los rituales, coinciden Díaz Infante y Elías Levin, hay un aislamiento que no corresponde a ninguna tendencia internacional o a un documental. El ritual, por pequeño que sea, va desde la hechura del video y con lo que “retrata”, que es una manera de vida. México –nos dicen– es varios planos de realidad sucediendo al mismo tiempo. Es un lugar donde los voyeur sin experiencia se pierden, pues la realidad cotidiana supera algunos de los esfuerzos más creativos.

Termino esta primera parte citando a la investigadora visual portuguesa Ana Hatherly respecto a la experimentación de los nuevos lenguajes, los nuevos códigos secretos:

“podemos decir que, si para unos una tradición existe para ser imitada, para otros puede existir para ser reinventada. Pero, para CREAR es preciso aprender a DESCUBRIR”.

(*) 1.-Ensayos diversos sobre videoarte. Araceli Zúñiga. TV-UNAM.

(*) 2.- Crónica-catálogo de la Verdadera Historia de lo que aconteció en la Cuarta Bienal (de Poesía Experimental), México-Tenochtitlan, noviembre de 1993.

Actual 5: Recordatorio/homenaje al movimiento estridentista mexicano.

 



Si quiere comunicarse con Araceli Zúñiga Vázquez puede hacerlo al e-mail postart@prodigy.net.mx

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