SUBASTAN
EL SURREALISMO
DICEN
QUE VIENE GONZALO ROJAS A PANAMA
Desde Panamá, Rolando
Gabrielli
Los
rumores son el gran producto de exportación y el dínamo que mueve
a la nación panameña, entres sus ríos y dos mares, en esta encrucijada
de conquistas, pedregosos sueños cobijados en manglares, camino de
piratas, tránsito sus aguas, la cálida noche de Kafka, un invento,
la historia que teje y se
desteje en el tiempo.
La ciudad fue soñada por Carlos V en el tránsito hace más de cinco
siglos, se inmoló frente a Morgan Panamá La Vieja, después vio rodar
la cabeza de Balboa, Pizarro puso pie firme para iniciar la conquista
del Perú. La vida es un atraco constante, pareció decirnos
la colonización española y Gran Bretaña en ese entonces, y hay filosofías
que son más profundas que la historia, porque hacen camino en el rodar
de los siglos.
Cruce
de Caminos, puente biológico, tránsito, encrucijada, el mar, el mar,
Francis Drake y estas aguas que no cesan Noé. Una mula se hundió junto
a sus compañeras de alforjas repletas de oro, y descendió en el vacío
de sus ojos, en medio del pozo de la conquista, ese silencio sin huella,
aferrada al insondable abismo de la noche, y se habría dicho solo
silencio, silencio.
Un
canal francés que terminó hablando inglés, (Panamá el Escándalo de
Lesseps) la historia que se relata así misma y se elabora en el velo,
construye los días por venir, llega y se va el oro hacia la Metrópolis,
y en alta mar, el azar de la rubia Albión, la piratería al colonizador
despojado del botín. Marinería sin protección, cae el botín del ladrón
en manos de otro atracador.
Tierra
de manglares, de fiebres, la malaria, los mosquitos, el canal y el
dólar, de todas las independencias posibles, sellada
una de ellas por la muerte de un burro y un chino. El historiador
Oscar Terán dice respecto de la separación de Panamá de Colombia:
"Media hora larga de metralla y como seis bombas arrojadas. De las
cuales la primera hizo blanco de un súbdito del Celeste Imperio que
atravesaba la calle Sal si puedes, y otra última, en un jumento
por los alrededores de la Zahúrda. Wong Kong Yee, fue la única víctima
humana en ese conflicto. Los disparos venían del buque Bogotá.
(Dicen
que la Nación posteriormente nació en una Suite del Waldorf Astoria
y fue creada por Wall Street. Algo más que un paréntesis. Hay historias
que parecieran contar con un solo acto. Un Tratado firmado a perpetuidad,
que el General Omar Torrijos, supo conjurar, porque se trataba de
vivir, dormir día y noche, vigilado y con una eternidad extranjera."miren,
miren, dijo Torrijos, ese caso: Panamá limita al Norte con el Atlántico,
al Sur con el Pacífico, al Oeste con Costa Rica, al este con Colombia,
y en el centro con los gringos. ¡habráse visto!."
En
1971, Torrijos denunció ante 250 mil panameños que mientras el Empire
State Building generaba ingresos por 13 millones de dólares en
Estados Unidos, el territorio ocupado por Estados Unidos en Panamá
de 1.432.2 kilómetros cuadrados, incluido el Canal interoceánico,
le ingresaban por su uso a Panamá en alquiler, un millón 900 mil dólares
anuales.
Tres
ciudades en una, La Vieja, en ruinas, del
1519, (Nuestra Señora de la Asunción de Panamá) primera tierra
firme en el Pacífico, punto estratégico para la conquista del gran
Imperio Inca. El Casco Viejo, la segunda fundación en 1673, tras el
incendio en medio del asalto de Morgan y la Panamá Moderna, que se
inicia en la década de los setenta con sus edificios Manhattan sobre
la costa el cristal, el Centro Financiero Bancario Internacional,
la hotelería, las Torres y
ese espacio que los nuevos materiales y la llamada modernidad le roba al aire, a la altura y crea otro paisaje.
Aquí,
donde estuvo Paul Gauguin y pensó en venir Rimbaud para la construcción
del Canal, llega el poeta Gonzalo Rojas, con el enigma de su poesía,
a este viejo y ya perdido paraíso fiscal, coagulado en su verso contra
la muerte.
Es
una grata presencia y más que representativa la suya, poeta de la
tradición chilena del siglo XX, usted, una de las voces hondamente
sureñas y universales, en la chilenidad absoluta del verbo amar, y
en el relámpago, yo agregaría de la palabra hecha carne, asfixiante,
la metáfora muda que mariposea la larva y vuela autónoma.
Poeta
de muchos tránsitos, Gonzalo Rojas, de desafíos y aventuras, en la
geografía y en la palabra, en el origen y en la ruta ignota. Sí, hombre
de tránsitos en su propio país, pero en el arraigo de la palabra,
y en la mudanza sobre todo
en y del verbo. SÍ, Rojas le ha agregado afonía, musicalidad,
tañidos sensuales, sustancias grises, torrentosos ríos, gritos, vacíos
nacimientos, el corozo húmedo de su palabra a la poesía, todo el silencio
al silencio.
Minero
del primitivo sueño, Rojas pone a respirar a su ritmo el poema y cada
una de sus vocalizaciones.
El
autor de La Miseria del Hombre, Contra la Muerte, Oscuro, El Alumbrado,
forma parte del gran valor agregado que hace la poesía chilena a la
poética en idioma castellano en el siglo pasado y el actual, una manera
peculiar de nombrar y descubrir las cosas, que solo el poema puede
revelar e incorporar al mundo real, desde la dimensión de los sueños
y de la realidad única al espejo que ella convoca y refleja.
Este
poeta mayor de la poesía chilena debemos comprenderlo en el contexto
de la poesía troncal chilena con la Mistral, Neruda, Huidobro, De
Rokha y Parra, para nombrar la parte frondosa del árbol poético de
Chile, y no irnos por las ramas.
No
sé si sus viajes, su mudez en ocasiones, desarraigos, olvidos muy chilenos, protagonismos de otros actores,
poco entusiasmo en nuestra crítica oficial, pero Gonzalo Rojas viene
a ser tardíamente galardonado en 1992 con el Premio Nacional de Literatura,
negado por el régimen de Pinochet durante 17 largos, luctuosos e inconfundibles
años de apagón cultural. Hombre de premios post, Reina Sofía
(España, 1992), Octavio Paz (México, 1998), José Hernández (Argentina,
1999).
No
ha sido un poeta prolífico, torrencial, porque entre 1948, cuando
lanzó su primer libro La Miseria del Hombre, sumó a
1979, con Transtierro, solo 305 textos, de acuerdo con uno
de sus mayores estudiosos, Marcelo Coddou.
Nunca
la cantidad puede darnos la dimensión, profundidad, permanencia de
un poeta, y menos es un dato que nos permitirá para evaluar su obra,
y en su caso aún menos, porque su poesía es un pulso constante de
la vida contra la muerte, una ventura en la hoja en blanco sin concesiones,
a capella con la vida por delante. Hay ríos que se llevan en la memoria,
cautelosos, sabiamente contenidos en el flujo y reflujo heraclitiano,
y uno de ellos es Gonzalo Rojas,
Rojas
es poeta, en vida, muerte y resurrección constante en el aire de su
texto y contexto, en la intertextualidad, en lo que dice
a las claras, en lo que nos hace creer que calla, en lo que
compromete al lector, porque es un poeta cómplice, y quizás nadie
se lo haya dicho hasta ahora. Usted Gonzalo Rojas ha sido mi cómplice
en este oficio de la lectura, relectura, de compartir el mundo, de
ser vicio y juego de lo profundo del ser, lo existencial cotidiano
en el amor y la carne, el pequeño brindis mortal del coito y la esperanza
que sufraga la palabra exacta sobre la realidad y los sueños conjugan
La
poesía no es un saco de luz roto, ni la rótula desvencijada, ni la
espalda confesa de toda innecesaria partida, el aire quizás de la
respiración, un compromiso con la palabra, el verbo, la sustancia,
la realidad, la vida, la alquimia imperfecta de este reciclaje que
inició el verbo a prima noche
en el alba de la palabra inesperada.
Yo
no hablo de poesía, sino de Gonzalo Rojas, poeta esencial de Chile,
"oscuro, oscuramente provinciano de Chile", un Falucho lanzado del
Sur al mar del poema, en su veta primigenia, opaca, profunda, subterránea,
vaso comunicante del ser, la opacidad y el brillo, esplendor incandescente,
buzo de la profundidad en el rescate.
Es
un río subterráneo la poesía de Gonzalo Rojas en su gran creciente
de Contra la Muerte, pero ahí está en el nacer y yacer, la
resurrección constante es uno de los elementos rojianos, dolor, tiempo, hueso,
carne, libertad y amor como una permanencia, lejos de lo libresco
e inanimado, del vicio pedante de la cita inmaculada. Un solo poema
tal vez en el azar, el círculo magnético de su palabra, la rueda que
gira, la palabra bumerang que se recoge así misma y marca un nuevo
sendero, con la huella anterior que suma a una sola señal: el poema.
Poeta
del aire con los pies en la tierra, con la respiración contenida en
el reflujo, es una voz de amplio registro crecida en libertad, no
asistida por las muletas de escuelas, de poetas manada, de roperos
de un solo espejo, porque Gonzalo Rojas se moviliza en un discurso
propio en diálogo con el poema y el lector. No hay principio ni fin
aparente en esta relación con el poema, sino un continuo devenir,
ser, retroalimentación, un parto por nacer con cada lectura. Del relámpago
dice que viene este sureño, y si llegara por estas fechas al Istmo,
se encontrará con tormentas eléctricas, secas, deslumbrantes, juegos
artificiales en la gratuidad natural del cielo. Poeta del relámpago,
del asombro, relámpago sin principio ni fin, un principio heraclitiano.
Rojas
nos aclara su origen y desarrollo, su aire, respiración, cuando nos
dice: "si por al oreja derecha me entraba lo áureo de la clasicidad,
por la oreja izquierda lo hacía la modernidad, produciéndose así en
la punta de mi cabeza de muchacho otra música y otro vértigo, otro
cruce de zumbido y sentido, otra ventolera, otra síntesis." Sí, es
poeta de muchas síntesis, de lo provincial chileno y universal, ejercicio que ejerce con un pequeño
ejército muy bien equipado de palabras en el poema. La asimilación
natural de una historia poética sin complejos con pleno reconocimiento
que la poesía tiene muchas ramas, es un árbol frondoso de múltiples
frutos, pero que es necesario abonar bien el propio
Como
toda gran poesía, la de Gonzalo Rojas es deudora de muchas corrientes
y de ninguna, porque termina lamiéndose con su propia saliva, rascándose
con sus uñas, pariendo sus propios hijos.
Poeta
de la escritura y reescritura, de la meta poesía, definitivamente
se toma la palabra desde muy temprano en Chile, hombre que no reniega
del oficio, sino lo redescubre, recrea, busca la luz en la oscuridad
y viceversa. Hombre de muchos comienzos sin un final clásico. Hay
un gusto y regusto por la palabra en su poética, una voz crecida en
su oleaje, que avanza al ritmo de la lectura y hace orilla en los
sentimientos, el paisaje que vislumbra el lector.
Es
un Arca su poesía con una variada especie que se das cita en la hoja
en blanco para hacer el poema en un auto rescate, porque si afuera
llueve, en el poema no escampa.
Hijo
de Lebu, (Leufu, Torrente hondo en Mapuche) en el indomable Arauco,
pero sobre todo de los dioses, epicentro geográfico de su nacimiento,
materia también de sus recurrentes idas y venidas y permanencia, porque
Gonzalo Rojas sin proponérselo nos ha estado dictando la cátedra de
la poesía desde la provincia.
Ha
escrito poemas a la mujer, por citar una costilla vital de su poesía,
no sólo memorables por su calidad poética, sino por la presencia real
de las huellas del amor en la carne, el cuerpo, el espíritu, la piel
de las propias palabras, y aún, más, en el deseo. Oscuridad hermosa.
Anoche te he tocado y te he sentido/ sin que mi mano huyera más allá
de mi mano, /sin que mi cuerpo huyera, ni mi oído: de un modo casi
humano/ te he sentido. Palpitante, /no sé si como sangre o como nube/
errante, /por mi casa en puntillas, oscuridad que sube/ /oscuridad
que baja corriste, centelleante./Corriste por mi casa de madera /sus
ventanas abriste /y te sentí latir la noche entera, /hija de los abismos
silenciosa, /Guerrera tan terrible, hermosa/ que todo cuanto existe/
para mí, sin tu llama no existiera.
He
ahí la poesía de Rojas desde lo oscuro y el silencio, su inspiración,
el numen de lo que tanto él habla, porque tres dice el autor que son
las vetas de su poesía: numinosa o metafísica, del amor y la ética-cívica.
Profesor universitario en Chile, Estados Unidos, Alemania, Venezuela,
un estudioso y lector consagrado, de la poética propia y ajena, es
sin duda uno de los ríos profundos de la poesía chilena, con su propio
caudal, aunque haya arrastrado aguas ajenas, que por torrenciales,
son imposibles de soslayar: Mistral, Neruda, Huidobro, De Rokha, además
de bien asimiladas,, reconocidas por Rojas, pero sobre todo proyectadas
en su propia y personal visión.
El
viejo ojo mistraliano, el olfato de esos valles entre cerros, la singularísima
visión e inteligencia mistraliana, y desde luego, la generosidad espléndida
frente al reconocimiento y la poesía, de la autora de Tala, le rescató
en los orígenes de su primer poemario La Miseria del hombre,
cuando dijo la desolada de Chile:
Se
podrán decir muchas cosas de la poesía de Gonzalo Rojas, antologuista
de su propia poética, larvario, hombre de la no adhesión, un gran
copión de la realidad, del futuro, en la oscura sombra de un silencio
más alto que un pozo profundo. Conoció la antropofagia de su propia
especie, tan dado el hombrecito medieval que nos mira con un solo
ojo de la Santa Inquisición, detrás de una luna que no es de queso,
más bien rata podrida en el pecado ya nada original de la persecución
troglodita.
Pocos
como Gonzalo Rojas en Chile en el arte del reconocimiento de la poética
ajena, desde luego derrochador incansable de los afectos, de la empatía,
porque ha sabido de exilios dentro y fuera, propios
y extraños, del filo de la cuchilla en los abismos, poeta ya
en la historia, quevediano insaciable, de firme osamenta y de lengua
instalada.
Poeta
confesional en el poema y también en la palabra abierta cuando dice:
"yo creo en mi Dios y le hablo despacito" Agrega que en él funciona
un juego medio místico. Considera el acto sexual como algo sagrado.
Son sus palabras dichas en algún momento.
Julio
Cortázar en 1968, en un Congreso Internacional de La Habana, dijo
algo muy preciso sobre su poesía y no puede pasar desapercibido: "estoy
hablando de Gonzalo Rojas, que le devuelve a la poesía tantas cosas
que le han quitado." Ahí le bautiza poeta del rescate. Poeta del origen,
digo yo, de las fuentes clásicas, porque es revelador en Gonzalo
Rojas que no practica la poesía cíclope, de un solo ojo, de las capillas,
ni ardientes, ni dolientes, de escuelas violetas y seguidores de celofán.
En su poema Concierto, Gonzalo Rojas no dice que la poesía
no es cabeza de un solo sombrero, aunque algunos son colas de ratón
de Bretón.
Entre
todos escribieron el Libro, Rimbaud
pintó
el zumbido de las vocales, ¡ninguno
supo
lo que el Cristo
dibujó
esa vez en la arena!, Lautréamont
aulló
largo, Kafka
ardió
como una pira con sus papeles. Lo
que
es al fuego el fuego; Vallejo
no
murió, el barranco
estaba
lleno de él como el Tao
lleno
de luciérnagas; otros
fueron
invisibles; Shakespeare
montó
e l espectáculo con diez mil
mariposas;
el que paso ahora por el jardín hablando
solo,
ese era Ezra Pound discutiendo un ideograma
con
los ángeles, Chaplin
filmando
a Nietzche; de España
vino
con noche oscura San Juan
por
el éter, Gota,
Picasso
vestido
de payaso, Kavafis
de
Alejandría; otros durmieron
como
Heráclito echados al sol roncando
desde
las raíces; Sade, Bataille
Breton
mismo; Swedenborg, Artaud,
Holderlin
saludaron con
tristeza
al público antes
del
concierto:
¿qué
hizo
ahí Celan sangrando
a
esa hora
contra
los vidrios?
Los
que quieran usar traje de marinero o boy scout, arlequines, que lo
hagan. Bufones de medio pelo, no
están permitidos en la corte de la poesía. Gonzalo Rojas es la conciencia
de la palabra escrita, alejada de la estridencia, del esnobismo, las
vanguardias coquetonas de la última palabra, un oficio para la conciencia,
no hay máscaras, sí, un continuo aprendizaje en el verbo, la herencia
del Torrente hondo, Leufu.
SUBASTAN
EL SURREALISMO
Ahora
si André usted es el padre del surrealismo.
Debían sacarlo
a subasta para que se encontrara
con la palabra
mierda y la infinita dulzura
de una historia
apátrida, sin fronteras,
loca, loca,
monsieur, de guillotina.
Obra desnuda
en pleno siglo XXI,
de león descabezado,
y alguien la acumula
para este viento
ocasional de primavera,
máscaras, civilizaciones,
la petite histoire.
Qué ironía,
Picasso
prohibido en
las Naciones Unidas.
Mundo global,
la sombra de mi mano
esconde unas
cicatrices
y estas muñecas
rusas no encuentran
el origen de
su especie, ni la madre de sus hijos.
Tasan su obra
acumulada en la calle Fontaine,
como si la
poesía Noé la hubiese hundido en el diluvio
para salvar
la especie y no la palabra.
Qué pobre destino
puede tener la muerte
cuando no es
auténtica.
A usted ya
lo manosea la historia,
es un escombro
hablar de poesía.
Michaux,
Freud, Trostky, Dalí, Apollinaire,
Rimbaud, Lautréamont,
De Chirico,
todos parecen
cruzarse de brazos a un mismo tiempo
y forman parte
del misterio, el gran collage
del marketing
francés.
Tasadores del
arte de la impunidad,
que a destajo
tasan el misterio inefable
del gran guardián
del cadáver exquisito,
la palabra
Breton que una bailarina andaluza
deja caer entre
las piernas dibujadas por Magritte.
¿Qué importancia
tiene el Surrealismo
ante este Manifiesto
abandono de su obra
en el quirófano
de la prosa doméstica
más surrealista
que el Surrealismo?
Mejor muerto
que ahora volando
sobre las terrazas
de París,
hacia donde
la indiferencia mueve
su verso alado
como pez,
que teje un
mar y otro mar,
la red en su
principio y fin,
el inacabado
hilo de un sueño
que se frota
ante un espejo de luz,
y voilá la
poesía.
Tapar el sol con
una mano, no me parece un acto surrealista, más bien una proeza inútil
del inconsciente colectivo, la irresponsabilidad de quien cree que
tener una mejor imagen del espejo que la reproduce, sin ningún compromiso
y legítimamente real más allá del deseo, es un acto poético. Los
surrealistas, después de la Primera Guerra Mundial, cuando se instalaron
con su magia y carpa en el subconsciente de la poesía, detrás de la
pared de la psiquis, eran más ingeniosos, y sus actos comprometían
la creatividad sin otro compromiso que el cambio, combatían el miedo,
eran una perfomance al borde del precipicio, pero sin caerse, aventura
legítima de la palabra, una nueva relación entre el hombre y el mundo
circundante, una manera diferente de "expresarse y pensarse", la libertad.
La magia y el esoterismo que vinculan al Surrealismo con este nuevo
movimiento estético mundial, las muy distintas, complejas y hasta
olvidadas relaciones, vínculos, entre el hombre y el universo, existían
desde el hombre de las cavernas. Nada tan nuevo bajo el sol de un
nuveau Papa y sus feligreses, seguidores, que nacieron del movimiento
Dada, fundado por el rumano Tristan Tzara, en 1916 en el Café Terrase
de Zurich.
Es
a partir de Dada, la palabra escogida al azar del diccionario Larousse,
que en 1924 los surrealistas comienzan a descubrir la inmortalidad
del cangrejo a través de sus propias verdades en continuo movimiento.
"Dada es un estado de ánimo. Dada no se entrega a nada, ni al amor,
ni al trabajo. Es inadmisible que un hombre deje una huella de su
paso por la tierra. Dada no conociendo más que el instinto, condena
a priori la explicación". Son puntos de manifiestos Dada. Hay
mucho más, sin duda, por ambas orillas. Puertas, puertas, puertas.
Van tras la liberación
total del hombre y sus primeros pasos son los Secretos del arte
mágico surrealista, pero previo a su aprendizaje dadaísta, exploraron
en la novela negra de Sade, en el romanticismo alemán, Rimbaud y Lautréamont.
No hay cambio distinto fuera de la tradición en el primer Manifiesto
surrealista, y menos, éste se origina a partir del aire, o de las
espumas que crea el propio jabón de casa. La poesía del Sumo Pontífice
del movimiento, Bretón, tiene clara influencia de Paul Valéry y Rimbaud.
Por eso, no vayamos más lejos, que la palabra lejos, mas diría, proximidad,
cercanía, antecedente, la necesaria ruta del eslabón "progreso del
arte", la continuidad de las cosas como todas las cosas, porque lo
nuevo es muy poco nuevo y a veces envejece al dar vuelta la hoja.
SUR+realismo; SU- realismo; SU-realidad; SU real- ismo.
El Surrealismo
buscará sus propios vasos comunicantes, el árbol personal en el bosque,
biólogo de la naturaleza de las cosas, en el subterráneo del inconsciente
personal en secreta comunión, búsqueda y unidad con el colectivo.
La realidad en distintos pisos, en la videncia de los acontecimientos.
Adivinan el porvenir, se embriagan con el futuro, le rascan la espalda
a la sombra del objeto, y como dice Michel Carrouges, "el Surrealismo
se presenta como una tentativa de comportamiento de mediumnismo, espontáneo
y generalizado, en la escritura automática y el azar objetivo, pero
se trataría entonces de un mediumnismo crítico, en un sentido que
se podría acompañar al de la actividad paranoica-crítica." Son objeto
y sujeto al mismo tiempo, juez de los acontecimientos. "Se trata de
poner fin al mundo tal cual es y de transformar a los individuos."
" Deseo que el Surrealismo pase por no haber intentado nada mejor,
dijo Breton, que lanzar un hilo conductor entre los mundos demasiado
disociados de la vigilancia y del sueño, de la realidad exterior e
interior, de la razón y de la locura, de la serenidad del conocimiento
y del amor, de la vida y de la revolución" Los surrealistas nos ayudaron
a entender que todos tenemos un poco de poeta y loco.
Para entrar bruscamente
en materia, cito a Enrique Lihn, quien cita a Marcel Raymond: "El
hombre aproximativo, de 1930 es el único poema de gran aliento
que se puede atribuir legítimamente al surrealismo, y es de Tzara".
cual
en este lenguaje que nos azota nos sobresaltamos con la luz
nuestros nervios son látigos entre las manos del tiempo
y la duda viene con una sola ola incolora
atornillándose comprimiéndose aplastándose en nosotros
como el papel estrujado del embalaje deshecho
obsequio de otra edad a los deslizamientos de los peces amargos
......
las campanas suenan sin razón y nosotros también
los ojos de las frutas nos miran atentamente
y todas nuestras acciones son controladas no hay nada oculto
el agua del río ha lavado tanto su lecho.(fragmento)
Es bien conocido de la historia la ruptura entre Dada y Bretón, quien
acusa de impostor a Tzara, y es más, le exige que reconozca que lo
es. El rumano abandonó a sus oponentes y detractores, encabezados
por Breton, quienes aun no eran un grupo, y que en 1924 darían vida
al Surrealismo. Con el fin de Dada, se dice, mueren todas las vanguardias.
Tzara buscaba un puente entre lenguaje y realidad, y su movimiento
terminó por sucumbir ante la subjetividad del Surrealismo. No necesariamente
lo nuevo se impone, la historia está plagada de ejemplos como se abren
las tumbas para enterrar lo nuevo a partir de lo viejo."¿Los
surrealistas?- le preguntaron a Supervielle (Jules)"... el favor inmerecido
de una poesía intransmisible y tanto más monótona, cuanto que ella
ahoga su propio sentido a medida que avanza sobre el papel", del Legado
de Supervielle, de Lihn.
Para críticos,
detractores, impostores, profetas, charlatanes, corderos que quieren
borrar el pecado del mundo, basta con abrir la ventana del planeta
Tierra y saber que pasan volando frente a tus ojos, a veces es necesaria
una silla de Ionesco para que alcen sus pesadas cejas de iconoclastas
incomprendidos, en el absurdo, se les ve comulgar con pesadas ruedas
de una carreta fija sin más bueyes que el silencio, y como los mimos,
su palabra en off retraídos en algún paseo de la infancia, de tarde
en tarde, deambulan su cadáver amarillo, somnoliento, azumagado por
las horas bajo la pútrida tierra Cuando el pus alcanza la superficie,
sólo entonces, se hace necesario dejar el abanico y escribir estos
epitafios a favor de la vida. Sepultar a quienes están perdidos en
el Paraíso, es casi un honor inmerecido.
Los poetas tienen
derecho a dormir y hacer el amor en una cama por el resto de sus vidas,
pero no taparse con las mismas sábanas. Si vamos atrás en la historia
nos quedamos sin tiempo. Los chinos debieran darnos la fórmula para
descubrirlos a ellos y no la pólvora. La originalidad es un hilo sin
punta, pero existe. El problema no radica en la aguja, sino en el
pajar. Dejemos el río de Heráclito, mejor crucemos el puente.
Chile, país de
poetas. No conozco otro lugar en el mundo, salvo la maravillosa fiebre
artística que recorrió París en las Artes Mundiales, un sitio donde
la poesía haya tenido tan buenos expositores de teorías, promotores,
autores de pomadas vanguardistas, flautistas de Hamelín con y sin
ratones, como Chile, país que me encantaría volver a conocer. Eso
es justamente lo que le ha otorgado una cierta vitalidad, originalidad,
energía, presencia real en el siglo XX a la poesía chilena en el habla
castellana de manera indiscutida. Ignoro si la llamada guerrilla literaria
fue un espectáculo para el público, pero reflejó la existencia de
unos poetas con posiciones encontradas, pero legítimas, porque además
de los desplantes, su obra respondía por ellos. De Rokha, Huidobro,
Neruda, fueron los protagonistas de ese siglo de oro de la poesía
chilena, donde destacan como sus pares igualmente la Mistral, Parra,
Gonzalo Rojas, todos con una obra personal, deudora de influencias,
pero inmersa en las raíces de lo chileno universal, porque se hace
muy difícil decir quien puso el primer huevo o si los huevos sucesivos
no tienen la misma calidad nutritiva, o responden a un huevo matriz,
en este caso al poto de una sola gallina.
Las teorías desfilaron,
posiciones más o menos, Manifiestos, el poeta es un pequeño Dios,
(Huidobro) los poetas bajaron del Olimpo (Parra) se trabaja exactamente
con barro y con sueño (De Rokha) y finalmente Neruda dijo": en la
casa de la poesía no permanece nada sino lo que fue escrito con sangre
para ser escuchado por la sangre". Cada poeta cuenta con su propio
rosario. Gonzalo Rojas se llama poeta a la intemperie y desinstalado,
anarca, disidente y su pasión fue y sigue siendo la búsqueda de lo
absoluto. La Mistral, quizás la menos dada a los pronunciamientos,
vivió su propio calvario, pero nunca abandonó sus banderas sociales,
y ya nadie puede discutir su lugar en la poética chilena y castellana.
Gonzalo Rojas es el único de estos poetas vertebrales que estuvo
dentro del surrealismo chileno y con su acostumbrada franqueza dijo
cuando recibió el premio Reina Sofía en España": Pertenezco a la promoción
literaria chilena de 1938 y dentro de ella al grupo Mandrágora, con
eje en el surrealismo parisino. Me enganché con Mandrágora sin mayor
fascinación por el experimento, pero me enganché. Mandrágora, una
planta herbácea de la familia de las solanáceas, como la dulcamara,
la patata, la tomatera y el tabaco. Virtudes narcóticas, soporíferas,
afrodisíacas: lo maravilloso, l ´amour fou, la belleza convulsiva.
Raicillas en forma humana, de doble ejemplar: masculino y femenino.
Si uno logra arrancar desde el fondo la figurilla femenina sin hacer
muerto allí mismo adquiere de golpe el amor, la libertad, la gloria,
la fortuna." Para Rojas Mandrágora, quien se separó tempranamente
del grupo, fue un mundo menor creador que el de los grandes volcanes
de la década del veinte) Huidobro, de Rokha, Neruda), además de otros
dos grandes animales poéticos sudamericanos: Vallejo y Borges".
Casi ochenta años
después me encuentro hablando de este tema no buscado, surgido más
bien por quienes transforman a Pablo Neruda "en un cadáver exquisito"
de la poesía chilena, al retomar las viejas consignas medievales de
santos inquisidores y crucificar al Vate, a 30 años de su muerte física,
con ese repertorio vodevil de pequeños comediantes, y que forman
parte de un bocadito del vigoroso tronco de la poesía nacional. Rimar
no es defecar, y veo que han caído en pandilla, pero no sé si esto
es surrealismo o realismo kafkiano. Tanta bilis derramada para nada.
El país ya está en calma, pasó el Apagón Cultural como un corto circuito
que quemó la Carpa de Parra, pero el poeta hoy sigue con vista al
mar, entre Cartagena e Isla Negra.
Las polémicas
en el Chile Actual huelen a sobaco, manoseadas, ajadas, más
surrealistas que el surrealismo. Porque surrealismo es lo que está
ocurriendo en el mundo de hoy al borde del abismo, cayéndonos en automático.
Es innegable que el país fue dado vuelta de campana, pero como una
bacinica y es lo que a veces nos queda. El problema no es el surrealismo,
al que no he acusado de trasnochado, sino a sus sacristanes, monaguillos
en la oscura fila del subconsciente con sus pesadillas infantiles
y una corte de enanitos que no terminan de crecer. Emancipación del
espíritu, dijo Bretón, no pobres de espíritu.
Es imposible analizar,
examinar, los temas en el saco sin fondo, sobre todo, como dice una
fuente realista que leyó esta polémica y considera que no se trata
de un concurso del Big Brother, porque la poesía no tiene punta,
en mi opinión. La madeja es mucho más vieja que los surrealistas y
no termina allí. Mi amiga, con buen criterio, dice que el surrealismo
significó espíritus libres que transformaron el juego y el absurdo
en arma política, postura que traspasó las puertas de Europa, cuyo
eco aún resuena, aunque no inventaron (como todo en arte) a partir
de la nada. Deudores de los Simbolistas, y sobre todo del Dada, dice,
lo que comparto y ya he comentado. "Breton ahogó a Dada con su sistema
de pertenencia condicionada y a muchos otros grupos por no ser suficientemente
surrealistas", enfatiza, más bien recuerda y cita la historia. Yo
digo: que la Historia se encargue de la historia y si aún así no se
convence de su pasado, que abra nuevos capítulos. Surrealismo, dijo
Bretón, "esta palabra que no es nuestra invención y que hubiéramos
podido abandonar al vocabulario crítico más vago, es empleado por
nosotros en un sentido preciso. (Fue inventada por la prensa) Con
él hemos convenido designar un cierto automatismo psíquico que corresponde
bastante bien al estado del sueño, estado que es hoy bastante difícil
de delimitar."
La fuente, separa
dos cosas frente al tema: lo que un movimiento cualquiera significa
en su contexto histórico y sus proyecciones en el tiempo, ramificaciones,
resonancias, ecos. Todo movimiento al nacer, eso sí, se vuelve patrimonio
de la humanidad, pero también se transforma y deriva en otras expresiones,
escuelas y movimientos. Sin embargo, apunta, "la realidad es más surrealista
hoy que nunca, y quizás lo verdaderamente surrealista sea tomarse
en serio."
La fuente
me dijo y en justicia cito: "a las finales, los seres humanos se definen
"donde las papas queman"... como dato curioso para tu archivo,
apenas cae la bella Francia, en agosto 1940, Breton escribe a su amigo
Kurt Seligmann, explicando la decisión de reunirse con él cuanto antes,
en Nueva York: ..." Es indudablemente allí donde es posible continuar
de la manera más efectiva la lucha contra los agentes de la descomposición
que nunca hemos dejado de denunciar." Fue la orden del Papa de
abandonar el barco... Otros, sin embargo, se quedaron: Picasso, Malraux,
Prévert, Michaux, Cocteau, Desnos, Brassai, Camus, Beauvoir, Sartre,
etc...." Monsieur Breton fue uno de los primeros en llegar a Marsella
para ponerse bajo protección y alojamiento en la Villa Air Bel de
Varian Fri, representante del Comité Americano de Ayuda a los intelectuales.
En presencia además de Masson, Duchamp, Domínguez, Lam, Peret y Remedio
Varo,
de los Guggenheim de los Guggenheim daba mayores garantías.
Aunque frustrados y aburridos de tanto jugar al cadáver exquisito,
corrían mejor suerte que sus colegas en Europa Central y Alemania.
Paul Eluard
escribiría en 1917, bajo el título ¡París Tan Alegre!, estos
versos memorables: ¡Es la guerra! ¡Nada más duro que la guerra
en invierno!/ Estoy sucio (entre nosotros no se camina sobre la acera,
ni por la calle) ¡pero qué alegría venir aquí a gozar de todo! /La
ciudad es siempre ardiente./ En el cine, los chicos silban La Dama
de las Camelias./ Y nosotros les preguntamos, a los que cruzan la
ciudad para salir de ella, si andan buscando diamantes/ con su arado.
Exilio de Breton en
Estados Unidos, matrimonio con Elisa, Arcane 17, iniciación a al salvación
terrestre por la mujer y vuelve a Paris en 1946, fin de la guerra,
y ya Tzara se había convertido en comunista. Se le escapa
un poco la revolución con el surgimiento del existencialismo, Sartre,
Camus, y de los comunistas "stalinianos" Historia, historia,
monsieur. Un dato, en 1949 el pintor chileno Matta abandona el movimiento,
pero fue excluido. Seguidamente se pierde otro vidente, Artaud. Son
grandes figuras de la pintura y el teatro que brillarán por mérito
propio. Santiago de Chile y Praga, con sendas exposiciones en 1948,
"consagran la internacionalización del proceso surrealista".Se desata
una efervescencia en el seno del movimiento, nuevas rupturas, enfrentamientos,
hostilidades, y Breton hábilmente capitaliza el momento: la vitalidad
del movimiento está en función no sólo de la exploración de sus ópticas
e intenciones iniciales, sino además del nivel de efervescencia en
que está creado para mantenerse con relación a los problemas que plantean
a merced de las horas." El Papa parece infalible, cuando ya lo era
por decreto del Vaticano en 1870, el año en que nació Lenin y murió
el Conde de Lautréamont. Viene el rescate del pasado mágico, Breton
"El Arte mágico", 1954, y no todo fue razón en un principio. Hay mucho
más en adelante, el campo unitario del espíritu. Un movimiento intelectual
siempre en movimiento.28 de septiembre de 1966, muere Breton y se
disuelve el movimiento. Viene un recobro en La Habana, Praga y según
los estudiosos, el paroxismo en las calles de París. El Surrealismo
como movimiento organizado concluye en Francia. Vuelven a la carga
para superar la crisis de la imaginación. Viene Surrealismo dentro
del Surrealismo. Desde la sacralización del movimiento, vulgarización
de una imaginería surrealista, según Durozoi y Lecherbonnier, y tergiversación
fraudulenta de su función original. Mercantilización del erotismo,
y algunos consideran que el precio ha sido muy elevado para seguir
permaneciendo en la escena. Surrealismo, ¿superación de la superación
de su propio quehacer? Nuestros autores citados puntualizan claramente
como los Surrealistas ven la literatura. Primero, condenan una literatura
separada de la vida, limitada solo a lo estético. No hacen distinciones
entre novela, poema, cuento, memorias, porque el escrito surrealista
se caracteriza por la "confusión de géneros","mantenida sistemáticamente:
teoría, descripciones, reflexiones personales, lirismo... se mezclan
en el texto que, a demás se halla en contacto directo con la vida
(consciente o inconsciente) de su autor(aspira a establecer una correspondencia
parecida con la del lector. El Surrealismo es como Las
Mil y una noches, un cuento de nunca acabar, que al final podría
encontrar una puerta abierta. La memoria era algo imprecisa para Breton,
solo reconocía al automatismo como poder revelador. El discurso del
subconsciente, dice Bretón, y no la máscara de lo consciente.
A propósito de máscaras, la realidad siempre nos convoca a la
realidad, multiplicando sus espejos como si nos dictara todo lo que
tuviéramos de real en nuestro subconsciente. El tema del surrealismo
no se sabe si su sombra es más larga que el cuerpo o viceversa, pero
no se agota en unas cuantas páginas, ni reflexiones .Ni en su pleno
apogeo, en vida de Breton los intelectuales y artistas se pusieron
de acuerdo, a algunas décadas de la desaparición del jefe de la tribu,
es aún más temerario llegar a algún paradero, en un mundo que el
autor de Nadja, encontrarías verdaderamente surrealista.
Braulio Arenas, uno de los fundadores del Grupo Mandrágora (surrealistas
chilenos), y a quien conociera personalmente, seguiría esos pasos
andaluces de marinería propia de Capitanes Araya, y entonaría la célebre
estrofa del Himno Nacional de Los valientes soldados de Chile, hasta
alcanzar el Premio Nacional de Literatura, que con tanta perversidad
le negaron a Lihn, Teillier y otros, los viejos estandartes de la
cultura nacional. Enrique Lihn, el poeta del Quebrantahuesos,
escribió en la revista APSI en 1988, lo siguiente: "El reinado del
capitán general merece la irrealidad, a pesar de su aplastante peso
nocturno. Irreal será, también, el himno de Braulio Arenas al generalato
y hasta el Premio Nacional de Literatura que la capitanía le otorgó
sólo en 1984, segura de que Arenas no dejaría oportunidad-así ocurrió-
de escribir horrores contra el "comunismo" y primores de la dictadura.
El premio que esperó-y del que despertó años y años-llegó mal y tarde.
¿Por qué tenía que rebuscárselo en tales condiciones? Explicación
humana, sigue Lihn, este surrealista arrepentido se negó a trabajar
en su juventud para el orden Establecido, haciendo suya la consignada
emanada de París. Sin ese premio habría caído en la miseria, como
su ex amigo Teófilo Cid, poeta mediocre, pero maldito. Ese Orden se
acostumbró a prescindir de los servicios de Braulio o le ofreció,
como a un bracero, trabajos estacionales en lugar de un empleo estable.
Los hacía a la imperfección, aburridoramente. Oí decir que como profesor
era una lata"... Pero Lihn apunta más alto, como era su objetivo
en literatura. "Lo más atrayente en los escritos de Braulio son (hasta
nueva orden) algunos de sus poemas de un surrealismo revisionista
y los cuentos o escritos cortos, empezando por El océano de nadie.
El surrealismo ortodoxo (André Breton y Cía.) cada vez más limitado
fue el lastre del que se quiso desprender Arenas toda su vida, hasta
que lo desprendieron de él sus actuaciones. Ser el Breton chileno,
a partir de los años 50, no tenía el menor brillo. Una vez me dijo,
confiesa Lihn, que sus poemas surrealistas eran copias hechas en malos
papeles de calco. Los hombres de Mandrágora viajaban o morían. El
salió por primera vez en 1966, vía Israel, y se detuvo en París. Luto
nacional.:velaban a Bretón. Braulio quiso verlo por primera vez. Llamó
a su viuda chilena y se identificó."Un surrealista chileno".-En
Chile no hay surrealistas, fue la respuesta." El mundo tiene
playas suficientes para Capitanes Araya. Por eso, en este 11 de septiembre,
la figura del Salvador Allende Gossens, adquiere la dimensión emblemática
que le corresponde a un actor y protagonista no sólo importante en
la historia de Chile, sino excepcionalmente digno. Gonzalo
Rojas, de probada militancia verbal, literaria, hombre de compromisos
con la palabra, la poesía, el oficio mayor que él llama, conoció,
al parecer, las veleidades de uno de los padres del surrealismo criollo,
y le dedicó el poema La Cicatriz. Dios pronto le dé
ese premio/ nacional a Braulio y el de Estocolmo si es posible/ en
un mismo collage para que acabe de una vez/ con su rencor de payaso
pobre, total el circo/ es grande y translaticio, y la carpa/ da para
todos los de la jaula chillante; /lo Doloroso es lo inexorable de
Las Coéforas: - Digo que los muertos/ matan a los vivos... Y más adelante
Rojas señala: Amurrado en su murria no la oye el sofómano/ Braulio,
el heterotálico/ Braulio cuya acalculia /nunca hará de él a un novelista,/incluida
La endemoniada/ de Santiago,/si un poeta/ premiable, acatafásico
gracias a la acroestesia/ de la que no es culpable por mucho que aborrezca/
cronófobo a los relojes. En los últimos versos del poema, mucho más
extenso que estas líneas, Gonzalo Rojas nos deja entrever algo más
del personaje y que sucedió en esta historia: Del tiro/ que ayer me
quiso asestar en la nuca que lo perdonen/ Dios y la Bombal, ríase
Sartre de eso; tanto es lo/ que lo quiero a mi Braulio/ gracioso a
quien le di de comer y de bailar que hasta esa bala/ es apenas una
blanca/ cicatriz. Gajes del surrealismo criollo. Pero, Bretón,
que partió hacia Estados Unidos, se casó con la chilena Elisa Bindhoff,
fallecida no hace mucho tiempo, y aunque no conoció la loca geografía,
escribió un poema: El Menor rescate, al país de Elisa:
Tú que roes las hojas más fragantes del Atlas Chile
Oruga de mariposa lunar Tú cuya estructura
rotal se esposa Con la tierna cicatriz de la ruptura
entre la luna y la tierra Chile de las nieves
Como las sábanas que una hermosa mujer echa hacia atrás
al levantarse He descubierto un relámpago
Lo que eternamente a ti me predestina Chile
Con la luna en séptima casa en mi tema astral Veo
la venus del Sur Que nace no ya de la espuma del mar
Sino de una ola de azurita en Chuquicamata Chile
........................ País de mi amor, termina
el texto de Bretón. A propósito
de la historia, de Neruda, de la actuación de los personajes, de lo
que Derrame derrama en ignorancia sobre el estalinismo nerudiano,
sin desconocer su militancia, es necesario muchachos salir de la
adolescencia y revisar la obra de Neruda, inclusive Jorge Edwards,
reconoce la desestalinización nerudiana en los últimos años de su
vida y aún antes en sus poemas. Amañar la historia, quedarse con los
vacíos como un hoyo negro en pleno siglo XXI, en la nostalgia del
pecado ajeno, no ir a su obra, negarla tres, mil veces, supera al
surrealismo. Los surrealistas fueron un aliento en Chile,
pero el tronco frondoso de la poesía chilena no pasa por sus ramas.
Cada texto en su contexto, y que los autores dejen sus personajes
y vayan buscando su nicho en la historia literaria de la mano del
tiempo. Residencia en la Tierra le sembró libertad, un
lenguaje en una fuerza innegable a la poesía chilena, latinoamericana
y del habla castellana. Su joven autor, un Cónsul chileno en Birmania,
Ceilán, Java (Rangún, Colombo y Batavia), que odiaba los ingleses
que colonizaban Asia a sangre y fuego, hombre de tentativas infinitas
allá en el Sur del Sur, en un ejercicio de libertad y soledad, de
espacio, geografías y tiempo, cruza todos los mares un julio de 1927,
y aunque lleva unos pocos poemas residenciarios, en esos cinco años
de fugitivo, construirá su poesía esencial " un montón de versos de
gran monotonía, casi rituales, con misterio y dolores como lo hacían
los viejos poetas. Es algo muy uniforme, agrega el propio Neruda en
Carta a Eandi desde Colombo en 1929, como una sola cosa comenzada
y recomenzada, como eternamente ensayada y sin éxito." La realidad
nerudiana, como una rueda desvencijada que recorre nuestro cuerpo,
la cotidianidad, el misterio de las cosas, una poesía esencialmente
corporal. Vamos a la poesía, para que la charlatanería cosmética no
siga arraigándose en el aire y sea polvo culposo de lecturas y sueños
mal asimilados, de mitos hechos carne en la retórica sin respaldo
de fábrica, cuando los muertos reclaman a los vivos un poco de sentido
común. El crítico Jaime Concha, residenciado en París hace años, profesor
en Francia, autor de libros de crítica lúcida, capitales, sobre Huidobro,
Neruda, la Mistral y otros, sostiene que "Neruda en sus Residencias,
pese a su enigmática in conclusión, pese al audaz desorden que introduce
en el lenguaje y en la expresión lírica (precursor y no deudor, de
algunas búsquedas contenidas en Altazor: compárense
cierto juegos vocálicos e interjectivos a que se entrega Neruda con
el Canto VII de la gran obra de Huidobro, lo que predomina es la contigüidad
y las mezclas de las más heterogéneas esferas de la realidad. Este
infinito y cotidiano a la vez, el poeta aúna en sí la exacerbación
sentimental y la existencia doméstica, nace y se constituye en puente
vivo entre la prosa y el cántico. Desde este respecto, puede situarse
sin más este poema como un eslabón en la cadena de la antipoesía,
cadena que recorre nuestra lírica desde Guillermo Blest Gana, pasando
por Carlos Pezoa Véliz, Daniel de la Vega y Pablo Neruda, hasta rematar
en la obra de Nicanor Parra." Concha se refiere a los seis versos
finales de Tentativa del Hombre Infinito (enero de 1926), un
libro que Neruda consideraba capital en su obra. "espérame donde
voy ah el atardecer/ la comida las barcarolas del océano oh espérame/
adelantándome como un grito atrasándote como/ una huella oh espérate/
sentado en esa última sombra o todavía después / todavía." Ignoro
en verdad que han derramado sobre la mesa de la poesía. Veo el plato
vacío. Exceso de imaginación tal vez para el olvido. A mí me han enseñado
más los poetas de la tradición francesa, Villón, Baudelaire, Rimbaud,
Char, Apollinaire, el último poeta francés, le llamó Breton en su
libro Los Pasos Perdidos, cuando se iniciaba el surrealismo
en 1924, gran deudor del ítalo-polaco Guillaume, creador entre otras
formas, del método onirocrítico que prefigura la escritura automática
de los surrealistas. La tradición poética inglesa, con Donne, Blake,
D.Thomas, T. S. Eliot, norteamericana, Pound a la cabeza, los españoles,
Quevedo, Góngora, Bécquer, Lorca, Panero. La tradición poética chilena
sin excepción, la gran mayoría de poetas nacionales, lo que han significado
en nuestra historia en el siglo XX. Los argentinos Borges, Gelman,
Vallejo del Perú, Dalton en El Salvador. Los cubanos Lezama Lima,
Eliseo Diego. El nicaragüense Ernesto Cardenal. Sin duda, Georg Trakl,
me ha enseñado muchísimo. El Conde de Lautréamont, sin duda, el punto
de partida del surrealismo con Los Cantos de Maldoror.Kavafis,
Michaux, Celán, Rilke, Holderlin. Son más, los poetas que
echaron raíces, sembraron libertad, oficio, dieron a conocer un mundo
personal. No solo los poetas, prosistas, filósofos, la geografía,
la historia, el amor en todos sus colores, olores, dolores, fracciones,
el tango, el bolero, personas comunes y corrientes, la vida, porque
poesía es vida. Puede ser que la vida exija que la descifren como
a un criptograma, dijo Breton. Poesía hay mucha, más allá de
Neruda y de los surrealistas... Yo me quedo con estos tres
versos de Apollinaire. Tu lengua/El pez rojo en el bocal/De tu
voz.
Rolando
Gabrielli
es Periodista y Escritor chileno
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