Santiago de Chile.
Revista Virtual.

Año 5
Escáner Cultural. El mundo del Arte.
Número 54
Septiembre de 2003

 

SERIE DE BREVES ENSAYOS

CRÓNICAS DESDE EL VÓMITO NEGRO

III) PARTE

ESTACIÓN LINIERS O LA ÚLTIMA FRONTERA

Desde Argentina: Marcelo Luna

LA FRONTERA .

La estación del otrora ferrocarril Sarmiento es conocida como "La Frontera", ya que divide a la Capital Federal de la Provincia de Bs As, y en esos lares se asientan varios "copetines al paso".
Del que les hablaré hoy se lo conoce como "La Frontera" asi bautizado vaya a saber uno porque, y tiene la peculiaridad de servir, aparte de bebidas, porciones de ... pizza.
Una pizza que deja bastante que desear aunque, barata y caliente, un tanto aceitosa y con bastante buena mozzarella. Es atendida por un encargado, unas 14 horas al día, conocido como ...El Pelado.
Es un puesto pequeño con varios hornos y heladeras donde es mínimo el espacio, y a pesar de ello en ese reducido cuadrado, los vendedores ambulantes que deambulan por los trenes, guardan sus petates y sus cajas de cartón con mercadería.
El nombre genérico dado a la estación de tren, se debe a que :

1) Al cambiar la juridicción policial (de federal a provincial) muchos de estos vendedores con algún que otro antecedente o prontuario, no se atrevan a cruzar del un lado al otro, por temor a una eventual "razzia".

2) La Frontera es también una división entre "jefes de tren", personajes que dominan la venta ambulante dentro del mismo, una pseudo-mafia que les da protección a los vendedores y estipula cada cuantas estaciones se intercambian .

3) El Pelado les guarda la mercadería de la mañana a la tarde o de un día para otro, ellos lo compensan consumiéndole.

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QUIEN ES QUIEN .

En "La Frontera" cualquiera que se apea de una formación y tiene hambre, el olor a pizza lo guiará, pero a una cierta hora del mediodía se puebla de vocingleros vendedores, lo cual lo torna muy concurrido.
Fuera de ser una estación que se conecta a gran parte de otras localidades (vía colectivos, ómnibus, charters "truchos", remises, etc) es bastante peligroso caminar por las inmediaciones debido a que el espacio de andén entre el puesto y el foso por donde corren las vías es bastante angosto .
Pero volviendo a los "mercachifles del tren", estos se especializan según la mercadería que ofrecen que, puede variar dependiendo de la oportunidad mayorista de compra y que ellos aprovechan.
A pesar de ello, no es frecuente que cambien de artículo, tal vez porque su imagen se asocia al producto que venden y esto los hace sentir más seguros en su poder de convicción.
Es tanto su identificación que los podemos identificar por rubro :

a) Trapicheros o traperos : Aquellos que venden repasadores, manteles, servilletas, etc .

b) Medieros : Solo venden medias y calcetines .

c) Pileros: Se dedican a pilas, baterías, enchufes, alargadores, toma-corrientes, linternas de bolsillo, etc .

d) Relojeros: Son muy pocos, dado el precio al que venden los relojes (de $ 5 para arriba).

e) Golosineros : Son los que más pululan y se subdividen en "pastilleros", "chocolateros", "masiteros", "factureros", "choriceros", etc .

f) Lapiceros : Venden lápices, marcadores, bolígrafos, etc .

g) Papeleros : Llevan cuadernos, agendas, anotadores y eventualmente portadocumentos y billeteras .

h) Magicliks : encendedores de bolsillo y de cocina .

Hay un sinnúmero de otros artículos, lo cual haría harto extensa ésta clasificación, pero para dar una somera idea, los aquí descriptos son la mayoría .

continuará...


Continuando con mi inveterada costumbre de relatarles algún echo o acontecer relacionado con los "copetines al paso", les narraré un cuento donde los personajes son reales pero sus identidades, apodos y rostros en ese noviembre tormentoso, son ficticios...


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MORIR EN "LA FRONTERA".


Amaneció con lluvia ese puto día, chaparrones aislados, con viento norte, una humedad insoportable y el sol, que cuando apretase ...¡ te la voglio dire !
Venía del centro en tren, cómodamente asfixiado por el calor del mediodía, con la campera de jean puesta por temor a los "pungas".
No me preocupaba tanto por el poco dinero que llevaba, sino por los documentos, perderlos en un "choreo" era un dolor de cabeza, máxime cuando uno busca trabajo .
El estómago me crujía de hambre y con los últimos pesos decidí hacer una parada en "La Frontera". Al bajar me encaminé para el andén contrario, era mucha la gente arremolinada .
El copetín es un rectángulo pequeño y aireado por todos los costados, ruidoso y concurrido hasta por los piojos a esa hora, el Pelado parecía un molinete revolendo los brazos con varias latas y botellas en una mano y platos plásticos con pizzas en la otra .
Me asombraba la velocidad que tenía, cerrando de una patada la puerta de un horno, dando un vuelto, empujando el cajón de la registradora con el culo , de un fintazo de cintura acomodaba los envases y con los ojos vigilaba que no se le escapara nadie .
Estaban todos, el Mono Relojero, Everedy, el Ruso Jaime, Mediaviya, el Lenteja, Bobby, Paternoster, el Biblia...

__ Che Pelado, abríme una "birra" que estamo todo...Y dos de muzza y cebolla .

__ Casi, casi, viene atrasado el Lagartijas en el de una y cincuenta .

__ ¿ Le vieron las patas al Lagarto ? ¡Estrenó zapatillas el turro ! Se las compró a un pendejo en el Transradio, seguro son "choreadas" __ ladró Everedy .

__ Ahora, es medio boludo el Lagar, son un número más grande del que calza __ sentenció el Ruso a las escupidas de vino .

__ Se las compró para el hijo, el guacho tiene un pata de 43 __ graznó entre eructos el Mono Relojero .

__ ¡ Que bronca debe tener, hoy anduvo lento y encima viene el tren atrasado ! Fin de mes, no hay un mango y encima debe la cuota del "rancho" __ aventuró el Biblia .

Los comentarios de los "buscas" pasaban de un tema a otro, de la lluvia a los partidos del domingo, de la malaria y la sequía de plata a las mujeres, ninguno prestó atención a la llegada del tren de Moreno al unísono con el que venía de Once, tampoco pudieron ver que en el primer vagon que venía del oeste, en el estribo y con las puertas abiertas sujetado al pasamanos viajaba colgado el Lagartijas.
Rápido y antes que frenase descendió a la carrera, pasó por entre el puesto de diarios, esquivó a Mirta la panchera, y se perdió de mi vista.
Paternoster que seguía mirando las piernas de una pendeja levantó la cabeza y lo vió, atinó a gritarle, pero el Lagartijas con un gesto reflejo del brazo derecho le hizo como que no, que más tarde...
De tan apurado no miró el charco de agua en el que zambulló las zapatillas, atinó a putear antes de resbalar hacia delante dibujando un grotesco ballet, al aire volaron los paquetes de caramelos ácidos, en el vacío quedaron dibujadas las dos piernas y el par de zapatillas nuevas, blancas y rojas, deslizándose hacia el foso de los rieles en el instante preciso en que el tren de Once se puso en movimiento ...


Por varios meses no pude pasar por "La Frontera", el recuerdo de ese mediodía aún me persigue, sin embargo una tarde a bordo del 181 subió un pibe alto vendiendo caramelos a la altura de Murguiondo y Rivadavia.
Bajé los ojos, indiferente, y eran esas mismas zapatillas blancas y rojas ...
Tuve que apearme en la otra parada y contra un árbol vomitar...


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Marcelo Luna.
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