Santiago de Chile.
Revista Virtual. 

Año 5
Escáner Cultural. El mundo del Arte.
Número 50
Mayo de 2003


LORD BYRON
Placa a la memoria de Lord Byron
FUGAZ E INTENSO
PASO POR LA TIERRA


Por: Rúbila Araya


El poeta, el amante, el héroe viajero... el personaje enigmático. En su época y a través del tiempo, se han tejido diversas historias en torno a Lord Byron, que han contribuido a la creación del mito que hoy conocemos. ¿Verdad o mentira?, ¿más fantasía que realidad?, eso poco importa frente a la fascinante leyenda que representa este hombre de principios del siglo XIX.
 

George Gordon, quien a los diez años pasó a ser el sexto barón Byron, se transformó en el máximo ídolo romántico de su era. Desde su nacimiento vino marcado por un rasgo que  lo diferenció, una displasia que lo hizo arrastrar un pie deforme, lo cual agobió siempre al contradictoriamente atractivo Lord, quien disfrazó su defecto dándole un aire dramático, al decir que había sido el augurio de un destino maldito.

 

Fue amado y odiado por su conocida promiscuidad, la cual fue una constante de interés para una sociedad que reprobaba sus acciones, pero que en el fondo adoraba saber sobre sus aventuras, pues se identificaba con una conducta adultera que, a diferencia de él, llevaba en la clandestinidad.

Su fama fue más allá que la de irremediable seductor, él mismo se encargó de hacer creer que llevaba una existencia casi teatral, haciendo cosas como ofrecer vino en un cráneo a sus invitados o fingir que se alimentaba sólo de agua mineral y galletas, cuando en las tabernas se servía grandes raciones de carne y papas.

 

Pero su ideal de vida romántica fue llevado al máximo durante sus viajes por los confines de Europa, en los que se embarcó en nobles misiones, y que inspiraron gran parte de su creación poética, la que es el mayor legado que en su fugaz, pero intenso paso por la tierra, dejara hasta nuestros días.
 

El poeta

 

Tal vez su existencia romántica y novelesca ha cobrado a lo largo del tiempo más interés que su obra poética, lo que no refleja en ningún caso la calidad e importancia de su trabajo, el cual  se convirtió en influencia determinante para creadores posteriores y es considerado uno de los máximo exponente de toda una era literaria.

 

Su carrera parte el primero de noviembre de 1806, cuando dio a conocer su libro "Fugitive Pieces", mientras estudiaba en el Trinity College. Luego vino "Hours of Idleness" y tres años después publicó "Poetas ingleses y críticos escoceses".

 

En este periodo, 1809, emprendió viaje por Lisboa, España, Gibraltar y Grecia, y abandonó por un  tiempo a una escandalizada sociedad inglesa, iniciando lo que sería una constante en su vida, el recorrido por tierras lejanas, para ir en busca de diversas aventuras que inspirarían gran parte de su obra, nítido ejemplo del ideal romántico de la época.

 

En Grecia comenzó a escribir el primero de los cuatro cantos de "Childe Harold's Pilgrimage", poema que narra, a través de un personaje ficticio (Childe Harold), los viajes del propio Byron por Europa. El deambular del protagonista, quien es atormentado por sus pecados del pasado, configura lo que de ahí en adelante se conocería como el héroe byroniano.  

 

Las "Peregrinaciones de Childe Harold" fueron completadas en 1816, en tanto que había escrito una serie de cuentos y versos orientales como "Giaour" (1813), "The bride of Abydos" (1813) y "The Corsair" (1814).  Entre sus últimas creaciones están "Manfred", "Beppo", "La profecía de Dante" y  "Don Juan", el cual dejó inconcluso debido a su muerte, el 19 de abril de 1824, cuando sólo tenía 36 años, edad en la que morían todos los Byron.

 

 

El amante

     

Para comprender el desenfrenado estilo de vida de Lord Byron, totalmente reñido con las estrictas normas sociales y morales de la época, tal vez habría que escudriñar en su historia familiar, donde personajes como "Jack el loco" tampoco estuvieron lejos del escándalo. El padre del poeta inglés, llegó a ser desheredado por una conducta que incluyó hasta el incesto, y su existencia licenciosa siguió aún cuando se casó con Catherine Gordon, a quien abandonó cuando su célebre hijo, nacido el 22 de enero de 1788,  tenía sólo dos años.

     

Así, el niño George Gordon, próximo barón Byron, creció sólo con una dominante madre, convirtiéndose en un joven arrogante y cruel en pariencia, actitud quizás utilizada como escudo por su lamentable cojera, la cual no fue impedimento para acercarse a las mujeres. 

     

Probablemente, el primero de sus acercamientos románticos fue a los quince años, cuando se enamoró de la engreída Mary Chaworth, una vecina de dieciocho años que lo desdeñó por ser cojo. En adelante, las juergas nocturnas y los enredos con sirvientas se convirtieron en una constante durante su vida de estudiante.

 

Siguiendo la tradición incestuosa de su familia, luego emprendió un escandaloso affaire con Augusta, hija de un matrimonio anterior de su padre, supuestamente, de esta relación nació una niña. Junto a su hermanastra, a quien siempre consideró su alter ego, "la unión perfecta", Byron escandalizó a toda Inglaterra, asistiendo descaradamente a más de una fiesta social.   

     

 

         Posteriormente, cuando realizó su primer viaje por Europa hacia Grecia, tuvo diversas experiencias bisexuales. Se cuenta, entre otras cosas, que  recibió propuestas amorosas del tirano turco Ali Pasha, a quien rechazó; y también, que salvó de los turcos a una mujer a punto de ser tirada por adulterio en un saco al mar Egeo y que al abrir éste se percató de que era una de sus tantas amantes.

       

      Al volver a su país, debido a la muerte de su madre en 1812, comenzó una relación con Carolina Lamb, casada con un promisorio político, y apremiado por su problemas económicos contrajo matrimonio con la joven Annabella Milbanke, el dos de enero de 1915. La leyenda dice que Byron le advirtió en la noche de bodas: "te arrepentirás de haberte casado con el diablo".

 

      De esta unión nació la única hija legítima del poeta,  a la cual dejó de ver cuando fue abandonado por su esposa, que no aguantó más sus maltratos. Dos mujeres más hubo en su vida, Claire Cleirmont y la condesa italiana Teresa Guiccioli. Junto a la primera, hermanastra de la escritora Mary Shelley, tuvo otra niña, Allegra,  a quien dejó en un internado cuando le fue entregada por su madre.

 

      El fallecimiento de la pequeña en 1822, con tan sólo cuatro años, fue un duro golpe para Lord Byron, quien acrecentó su sufrimiento con otra muerte, la de su incondicional amigo Percy  Bysshe Shelley, que se ahogó en el mar dejándolo en una profunda crisis, la cual volcó en la literatura, el vino y nuevas aventuras.

 

El héroe viajero   

 

Viajes llenos de aventuras heroicas y amorosas, acompañados de un irremediable sentimiento de melancolía y desencanto expresado en creación poética, son los ingredientes que conforman la figura romántica de Byron, inserto en una sociedad desesperanzada y   prisionera de sus normas, que contrastó siempre con sus ímpetus de libertad.

 

      Tal como su personaje Harold, Lord Byron estuvo en un constante peregrinaje, lleno de episodios heroicos impulsados por fuertes ideales, que fueron tejiendo su legendaria existencia. 

     

      Él mismo disfrutaba imaginar que era un joven condenado al exilio durante su primera travesía, a los 21 años, en la que pasó por Portugal, España, Malta, Grecia y Albania. En la Península Ibérica fue testigo de la invasión napoleónica y de la guerra independentista, y en Atenas contrajo la fiebre palúdica; pero el periplo fue coronado por su encuentro con los bandidos Suliotas, quienes salvaron al poeta en un naufragio en la costa de Albania y lo llevaron a Missolonghi, estableciendo contacto por el resto de sus días.

 
"Villa Diodati"


       Por cuatro años volvió a Inglaterra, para abandonarla sin retorno en 1816. El viaje lo llevó a Ginebra, donde entabló amistad con el poeta Percy Shelley. Es en la Villa Diodati, residencia de lord Byron junto al lago Ginebra, donde ocurre una de las veladas más famosas de la historia de la literatura, cuando la futura esposa de Shelley, Mary Godwin, aceptó el reto que en una noche de tormenta la llevó a escribir una de las novelas de horror más recordadas de todos los tiempos: "Frankenstein".

     

      Pero en 1921 comenzó su participación activa en causas independentistas. Interviene en la conspiración de los carbonarios en Rávena y participa en el movimiento antipapal y antiaustríaco.

 

En 1823 es nombrado miembro del Comité de Londres para la Independencia de Grecia, entonces, deja Venecia, donde había vivido por tres años, para ir a dirigir una insurrección en el territorio griego. En Missolonghi se reencontró con los Suliotas, a quienes contrató para  la lucha.

 

Pero una cabalgata bajo la lluvia le provocó un enfriamiento, cuyo remedio, las sangrías, lejos de recuperarlo, le provocaron la muerte. Se dice que en su larga agonía le comentó a su médico: "¿Cree que temo por mi vida?, ¿para qué lamentarse?, ¿es que no gocé más de la cuenta?".  

 




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