Por: Yto
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"Elías
Adasme"
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Elías
Adasme: Para los fines de esta conversación (prefiero
llamarla así en vez de entrevista) me gustaría antes
que nada, tratar de aclararle al lector y a nosotros mismos, ciertos
términos que nos ayuden en la comprensión de los asuntos y temas
que aquí tratemos.
De
partida tenemos el término "arte" y "artista", ambos esquivos
y difusos en su concepción, como las múltiples interpretaciones
que a través de las épocas se han usado para los mismos. Obviamente
han ayudado en la complejidad de su definición, disímiles fáctores
que van desde el determinismo histórico, hasta las diferencias
etno-culturales. No es lo mismo el arte concebido por los griegos
del siglo de Pericles, ni el de los europeos en tiempos de la
Revolución Francesa. Tampoco lo es el
arte norteamericano
de los sesenta del siglo XX, ni mucho menos el arte entendido
en nuestros días. Hay en todo caso, un hilo conductor que atreviesa
todas estas épocas que ha servido en la
búsqueda de un consenso definitorio y esto tiene que ver
con la lógica aristotélica que ha sido la piedra angular en el
desarrollo del pensamiento y la cultura occidental. Así que, siendo
consecuentes con este sentido de lógica, tenemos que admitir que
el término "arte" es perfectamente caracterizable, pero indefinible.
Podemos decir "como es" el arte, pero no podemos decir "que es"
el arte, en sí mismo.
Con
esto pareciéramos salvar el primer escollo en la aclaración del
término arte, sin embargo no es así, ya que dije que tal razonamiento
obedece al peso que la lógica occidental influye en nuestro pensamiento
y análisis. Porque ¿cuáles serían los vectores análiticos de un
chino, un turco o un checheno para definir el arte? Aquí entonces
entra en juego el factor etno-cultural, con una amplísima gama
de posibilidades de reflexión, que tornan desesperante el asunto,
dada su gran complejidad. Quedémonos por ahora, como buenos occidentales
que somos, con la indefinición del término. A mí, personalmente,
no me molesta esa parte del diccionario cuando dice: "Arte: Acto o facultad mediante los cuales, valiéndose de la materia,
de la imagen o del sonido, imita o expresa el humano lo material
o lo inmaterial, y crea copiando o fantaseando".
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"Vieques
DC. Estudio Arteológico" Instalación. 2000 |
Fíjate
que en ese intento de definición, podemos distinguir dos aspectos
básicos del término: expresión y creación, ambas cualidades intrínsecamente
humanas, por lo que podemos deducir que no existe arte si no existe
el ser humano. El arte es un producto cultural del homo sapiens.
Desde la época de las cavernas hasta nuestros días. A veces nos
impresiona enormemente la naturaleza y la llamamos o comparamos
con una obra de arte, pero eso es así porque hemos decidido asociarla
con esa facultad de expresión y creación que sólo nosotros podemos
tener y desarrollar. Los animales y las plantas no hacen arte.
Bueno,
pero yendo al otro término: "artista" , también tenemos que admitir
que existen tantas definiciones como artistas hay en el planeta.
Cuales de ellas son válidas o no, son cuestiones que creo, no
me toca a mí dilucidar. Sí te puedo hablar del término basándome
en los estudios que he realizado y en la experiencia de mi propia
práctica. Es verdad que en nuestros días, la palabra artista se
presta para manipulaciones y prejuicios, porque se le ha dado
una valoración histórica en concordancia con la manera de pensar
y actuar de los grandes intereses económicos y de poder político
imperante en determinada época: el artista exótico, exclusivo,
especial, que enajenado de la realidad inmediata, produce "obras únicas y
geniales", inalcanzables para la comprensión del común de los
mortales. El artista prehistórico, el de la Grecia Antigua y el
de principios del Renacimiento tenía una visión más colectivizante
de su práctica, dado que el entorno social inmediato y la realidad
circundante eran la motivación principal de su hacer. La concepción
estereotipada que tenemos del artista hoy, que privilegia el individualismo
y la "genialidad", surge a finales de la Edad Media con la desaparición
de los feudos y la invención de la pintura de caballete. No estoy
diciendo que la pintura como lenguaje artístico sea la culpable
de la visión tergiverzada que la gente tiene de los artistas en
el presente. No. Déjame explicarte. En la medida en que los "burgos"
fueron transformándose en las ciudades por la actividad comercial,
se fue generando una riqueza y un sector social que ahora podía
disfrutar de esa riqueza. Los hermanos Van Eyck con su aportación
del pigmento al óleo trasladan la actividad del artista desde
el taller de las iglesias y edificios públicos, donde interactuaba
además con otros oficios,
al taller del artista en solitario, ligado más al entretenimiento
y al ocio que a una función social. Así, este nuevo oficio adquiere
visos de exclusividad y privilegio, al ser sólo los hijos de los
ricos comerciantes, quienes podían ejercerlo. Y como toda nueva
aportación cultural, rápidamente fue absorbida por el sistema
transformándola en una mercancía más. Ahí está la génesis del
maldito concepto "mercado del arte", el referente histórico de
las subastadoras Sotbey, Marlgborouh, Cristi y otras tantas instituciones
usureras del arte.
Yo
jamás seré un artista mercader. Eso lo tengo bién claro. Para
mí, el artista es una especie de investigador de la realidad,
que utiliza referentes históricos, sociales y culturales de esa
misma realidad, como materia prima para llevar a cabo su trabajo.
Y como todo investigador, tengo un método -un tanto iconoclasta
quizá- que yo denomino el método creativo, a través del cual,
desarrollo mis ideas y proyectos artísticos para darles forma
y contenido. Este proceso, por supuesto, requiere estudio y análisis
como toda investigación. No creo en un arte de "inspiración".
A
principios del tercer milenio, creo que es imperativo pugnar por
un arte integrador de las distintas expresiones que nos definen
como humanos, como especie planetaria en constante evolución.
Por ende, hacer arte sólo para decorar paredes,
o para satisfacer terapeuticamente el ego, me parece retrógrado
e irracional.
Bien
Isabel, después de haber intentado aclarar los términos arte y
artista de la manera en que yo los concibo y asumo, creo que ya
es hora de contestarte algunas preguntas que me habías hecho previamente.
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"A
Chile"
Performance en la vía pública. Stgo. de Chile. 1979. |
Si.
Háblame de tu infancia, tus estudios y
como descubristes que tu futuro era ser artista.
Ah.
sobre mis orígenes. Soy chileno. Nací un 16 de enero de 1955 en
Illapel, la IV Región, conocida como el Norte Chico. Allí transcurrió
mi infancia e incluso parte de mi adolescencia. La educación básica
la hice en la Escuela Santa Teresa de Jesús con monjas de dicha
orden y luego la secundaria en el Liceo Coeducacional. En términos
de nostalgia lo que más recuerdo de mi ciudad natal, son aquellas
hermosas noches estrelladas con una sobrecogedora imagen de la
Vía Láctea al alcance de mi mano, el relajante sonido del río
y la deslumbrante visión de una nevada Cordillera de los Andes,
en una clara mañana después de varios días de lluvia. Con el paso
de años y viviendo fuera de Chile, he terminado convenciéndome
de que la Cordillera viene a ser un especie de referencia
visual y marco mental que define bastante nuestra identidad andina
y que jamás se borra. Extraño mucho la Cordillera.
Soy
hijo de un trabajador ferroviario y de él aprendí el sentido de
justicia social, tan determinante en mi formación como artista,
ciudadano y ser humano en general. A él le debo el despertar de
mi conciencia social y política, al haber sido testigo de sus
enconadas luchas por mejorar sus condiciones de vida.
Desde
temprana edad tuve conciencia de mi interés por el arte y las
letras. Como no me duraban mucho los cuadernos de dibujo, mi madre
me confeccionaba unos más grandes de papel de envolver. También
era un empedernido devorador de libros. La palabra escrita siempre
me cautivó. Nunca he olvidado unos versos escritos en el portal
del cementerio de Illapel que decían:
"Detén tu paso errante peregrino
en la antesala del silencio eterno
Aquí terminan todos los caminos
aquí comienza recién el gran misterio.
Aquí no luchan ya los corazones,
aquí reina el silencio del olvido.
Aquí se extinguen todas las pasiones
Esta es tu casa corazón dormido".
La
profunda carga expresiva de estos versos me impactaron de tal
manera, que estando ya en la secundaria me decidí por el área
humanista en el currículo escolar, nada más que para tener acceso
a la poesía. También la lectura de la Biblia y los clásicos de
la lengua española, que leyera a finales de mi niñez, fueron la
motivación embrionaria que me llevaría más adelante a indagar
en el significado de las palabras. Quería saber más y más, ya
que había descubierto que las palabras, las imágenes y las letras
eran todo un universo por explorar. Por eso no dudé un instante
al hacer las postulaciones a la Universidad: arte y filosofía.
Me quedé con el arte, aún cuando estudié filosofía durante dos
años como alumno libre.
A
los 18 años viví el zarpazo homicida del Golpe Militar encabezado
por Pinochet, que me arrebató a dos de mis mejores amigos de aquel
entonces: Bernardo Cortés y Alonso Lazo. Bernardo fusilado en
La Serena y Alonso desaparecido
en Copiapó. Con ellos y otros más teníamos en Illapel un grupo
de teatro y literatura llamado Aquelarre, con el cual salíamos
a alfabetizar a los campos durante los breves años del Gobierno
de Salvador Allende. En 1974 ingresé a la facultad de Bellas Artes
de la Universidad de Chile en Santiago, donde estudié hasta 1979
cuando fuí expulsado después de una de mis detenciones. Finalmente
en 1983 abandoné Chile con una invitación para venir a la Bienal
del Grabado Latinoamericano que se realizaba en San Juan de Puerto
Rico y donde había participado en dos ocasiones previas. A esa
instancia y a este país le agradezco el haber sobrevivido al criminal
régimen pinochetista.
¿Te
identificas con alguna corriente artística o con alguna generación de artistas en especial?
Digamos,
para ubicarnos cronologicamente, que me identifico con la época
en que me ha tocado vivir.
En Chile participé activamente de la hoy vilipendiada "vanguardia"
de finales de los setenta. Vengo de aquellos tiempos. Mi primera
exposición fue en 1978 en la Galería CAL al borde del cerro Santa
Lucía, la misma donde Alfredo Jaar expuso tambien por primera vez. Pero aquí te quiero aclarar lo siguiente: siempre
he creído que la irrupción de la experimentación en Chile tuvo
más motivaciones históricas que una mera evolución formalista
al interior del arte chileno. Dado lo dramático de los tiempos
que se vivían, un grupo de artistas creíamos que era un deber
ineludible salvaguardar valores como la justicia y la libertad
desde nuestra posición como artistas. Obviamente descubríamos
en el camino, que estábamos en concomitancia con una serie de
expresiones de la vanguardia internacional, pero nuestra diferencia
se basaba en la urgencia por crear espacios de expresión y libertad
en una atmosfera completamente apabullante. Situación "emergencial",
la llamaba yo. El peso de la realidad inmediata era determinante
a la hora de ejercer la práctica artística y por ende aspirábamos
a hacer del arte una herramienta eficaz en el acto de transformar
la realidad. Cambiar la vida desde el arte. Eso queríamos.
Cuando
hoy, miramos hacia aquella época, aparecemos como una generación
ruptural en el sentido que asumimos formas que se situaban al
márgen de los sistemas tradicionales de producción y difusión
del arte. Sin embargo, hoy sabemos que no hacíamos nada nuevo.
Desde Duchamp y los dadaistas en adelante existen claras y variadas
señales de ir "más allá del cuadro" en la historia del arte. La
pólvora ya había sido descubierta por los chinos miles de años
atrás. Ahora, puedo decir que aquellas "motivaciones", esas inquietudes
por no enajenarnos de la realidad inmediata fungiendo como cronistas
de la época, además del soporte teórico que las sustentaba, permanecen
incólumnes en mis trabajos actuales, con las variaciones que sólo el transcurrir
del tiempo nos permite catalogar como experiencia. El sello de
esa época fue tan intenso, que, hasta el presente, dentro de mi
exploración creativa, lo considero como el inicio de "un viaje
sin retorno". Así, me considero nieto de Dadá e hijo directo de
los sesenta con su "imaginación al poder". Un baby boomer pleno.
Bien,
pero los tiempos han cambiado y también los artistas. La gran
diferencia de la "experimentación" en los setenta y en el 2003,
es que ahora la vemos incluso, hasta académica. En aquel entonces,
podía constituir un delito. Más nadie puede dudar que las posibilidades
de apertura sobre las formas de hacer arte que se lograron en
aquellos años, nos permite asumir hoy, la práctica del arte
con una mente más libre. Eso es algo que dezconocen o callan las
generaciones actuales (con sus debidas excepciones, claro está)
adormecidas por el espejismo mercantilista y el afán existista
de una sociedad de consumo. Si observamos rigurosamente el panorama
actual del arte mundial, veremos que mucho de lo que se está haciendo,
tiene un fuerte asidero en las "experimentaciones" de los setenta.
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"Protesta
frente a la Biblioteca Nacional. Stgo. de Chile, 1983. Circulado
en rojo Elías Adasme. Foto: Jorge Ianiszewski" |
Ahora,
la vigencia actual o no de los postulados de la vanguardia, tiene
que ver con las reacciones del sistema para con esos mismos postulados.
Yo siempre he creido que un elemento escencial que caracteriza
a las dos instancias de vanguardia en el siglo XX, es la aspiración
a la Utopía. Y como tal, esa búsqueda de la Utopía, aparece en
nuestros días como un proyecto inacabado, algo inconcluso que rápidamente fue amañado
por los sistemas tradicionales, temerosos de perder su posición
de privilegio y poder. Mira
esa oscura y estúpida década de los ochenta. Es cuando se afianza
un modelo social en que las relaciones humanas se valoran en función
de los centros comerciales, las actividades culturales son tomadas
en cuenta en su relación como productos mercadeables (como poner
pinturas en los stand de un supermercado para que los clientes
las compraran en un determinado
tiempo en que duraba la oferta. ¡Que asco!). Es la frivolización
de la cultura. Es la respuesta del sistema para con el radicalismo
de la década anterior. Pero
eso no quiere decir que la vanguardia haya agotado su razón de
ser. Claro que no. Se habla de post-modernismo. pero yo pregunto
¿es que ya alcanzamos y superamos la modernidad?. Soy un convencido
que las aspiraciones de la vanguardia continúan en este siglo
XXI, porque las motivaciones históricas que las sustentaron e
hicieron posible, aún subsisten.
¿Algún
artista que haya calado hondo en tí y tu obra?
Varios artistas son los que han recabado
mi atención y mi interés por conocer sobre su vida y su obra.
A Goya lo puedo poner en la puntera por encarnar en sus dibujos
y grabados (más que en la pintura) el espíritu de la Ilustración
y la modernidad, ideas que han adquirido un sitial de importancia
en mi formación intelectual. Goya fue un muy buen cronista de
su tiempo. Sus "Desastres de la guerra" son un dramático testimonio
de esa época. Hay una anécdota muy particular que evidencia en
grado máximo le sensibilidad de este gran artista español. Dice
que cuando su ayudante le increpa "el porqué pintar esas cosas
tan terribles" (habían ido de noche a realizar bocetos sobre los cadáveres de los
ejecutados por las fuerzas francesas de ocupación) Goya responde: "para decirle eternamente a los
hombres que no sean bárbaros". Al Greco por ser el referente más
antiguo de lo que en la primera década del siglo XX se llamó Expresionismo
¿Qué otra cosa pueden ser sus alargadas figuras y el tratamiento
de la pincelada gruesa? A Hieronimus Bosch y Brueguel, por ser
unos locos surrealistas enquistados en el siglo XVI. y
que lograron sobrevivir la Inquisición. En el siglo XX, Kurt Schwitterz,
el "dadaista olvidado" y
que yo considero como el padre de las instalaciones y el conceptualismo,
Raoul Haussmann, por sus collages y su aportación a la poesía
fonética. Marcel Duchamp, Joseph Beuys y Wolf Vostell tampoco pueden
quedarse fuera. Si te fijas, son los "inclasificables". De hecho,
de Duchamp heredamos el "pensar el arte" tan característico del
siglo XX. Aunque yo iría más lejos y diría
que Leonardo de Vinci ya se había adelantado cuatrocientros
años al declarar: "la pintura
es cosa mental".
Sobre
un movimiento artístico en particular, estudiar a los dadaístas
me ha dado una serie de pistas por lo cual el arte redime su esencial
función expresiva y comunicativa por encima de la materialidad
de la obra. Me ha hecho saber que los principios del siglo pasado
y los principios del presente, tienen similares circunstancias
que parecieran repetirse: vientos de guerra y crisis internacional.
El arte y la historia son cíclicos, como cíclicos son los
dias del hombre. Al igual que ellos (los dadaistas), soy testigo de mi tiempo, sí,
pero también protagonista. y protagonista desde el arte. Un arte que se sitúa en el terreno de la espiritualidad
humana, no en la vitrina de los bienes de consumo. Con sobrada
razón, Duchamp responde atinadamente cuando se le pregunta sobre
el futuro de los artistas ante la innevitable absorción comercial
de los mismos: "los genuinos, serán underground", acotó.
Me
gustaría que me hablaras un poco sobre la red de artistas llamada
Mail Art o Arte Correo.
Si.
Claro. Desde el 98 estoy haciendo Mail Art de una manera más consistente.
Antes, esporádicamente había intercambiado trabajos con algunos
colegas en otros países. ¿Cómo llegué ahí? Por una simple extensión
de los vectores análiticos con los que siempre he asumido mi práctica.
El Mail Art o Arte Correo es un espacio libre
de expresión artística que aún sobrevive a los cantos de
sirena de la sociedad de consumo. Es una red internacional de
artistas que intercambiamos mensajes creativos, nos comunicamos
y reaccionamos a los eventos de la actualidad. Sin censura y sin compra y venta de obras.
Sólo comunicación. "Mail Art and money don,t mix"(Arte correo
y dinero no mezclan) es una de sus máximas, encajando perfectamente
dentro de mis inquietudes creativas. Ese diálogo multicultural
que se establece con el intercambio de mensajes, me pareció mucho
más interesante que estar pensando en producir una gran obra,
única, excepcional. En el arte correo, la obra es el acto y el
proceso de comunicación. Una obra abierta por lo demás, porque
uno nunca sabe lo que puede suceder con el envío que se hace o
que se recibe. Yo me atrevería a decir que es el referente
más inmediato de lo que hoy es la Internet.
De hecho, el correo electrónico viene a ser la extensión
del Mail Art que se hacía y que todavía se hace a través del servicio
postal.
Un
aspecto que me interesa muchísimo del Mail Art, es su profundo
sentido humanista, su apoyo a las causas de justicia social, hasta
el extremo de convertirse en vehículo de denuncia y condena sobre
violaciones de derechos humanos. Amnistía Internacional lo ha
adoptado en sus campañas contra la tortura y la pena de muerte.
Las convocatorias que circulan día a día contra la guerra en el
Golfo Pérsico, en favor de los inmigrantes, por la desmilitarización de Vieques; repudiando
el desastre ecológico del "Prestige", o en solidaridad con el
pueblo palestino, nos hablan de un ejercicio creativo que, además
de "tomarle el pulso a la época", nos plantea los retos y desafíos
de un mundo en constante evolución y cambio. Creo que ese sentido
humanista puede ser la tabla de salvación y /o la continuidad
de esta especial manera de hacer arte, que con el paso del tiempo,
comienza a observar su propio desgaste histórico, la absorción
mercantil y la institucionalización de un discurso que, en un
principio era disruptivo.
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"911
Raw: the anti-mirror of a new century" Video performance.
2002 |
¿Qué
me puedes decir de tus otras manifestaciones artísticas, como
tus instalaciones, por ejemplo?
Siendo
consecuente con lo que afirmara anteriormente, cuando dije que
este proceso de experimentación creativa iniciado en los años
setenta era un "viaje sin retorno", te puedo decir que las instalaciones
forman parte de ese proceso. Claro, en un principio la instalación
no era lo que es actualmente. Más aún, ni siquiera se les llamaba
así, sinó más bien "environments" (ambientaciones). Tenían como
fin ulterior, integrar al erspectador
al espacio como parte del proceso creativo además de cuestionar
el soporte bidimensional oponiéndose a la reducción del objeto
artístico como mera mercancía. Pero el sistema es muy astuto y
poderoso con su avasalladora maquinaria comunicacional. Hoy en
día, se vende hasta el derecho de hacer instalaciones. Y podemos
ver entonces, el medio frivolizado de una manera superlativamente burda, completamente absorbido
por el "mercado del arte" que anula su potencial crítico y reflexivo.
Por eso decía anteriormente que no era lo mismo una instalación
en los setenta y otra en el 2003.
Actualmente
abordo la instalación con ese ojo crítico que creo, el sistema
le ha negado. En su forma y en su fondo. Cuando no tengo otra
alternativa y más bién como una manera de reforzar la presentación
de una determinada idea o concepto. Hay una cita de Allan Kaprow
que para mí ha sido un poco ese norte con que siempre buscamos
orientarnos y navegar en este terreno del arte experimental. Refiriéndose
al aspecto de valor de cambio en una obra dearte, dice:
"No
existe razón fundamental del porque deba ser un objeto durable
para ser encerrado en una caja. El espíritu no requiere las pruebas
del embalsamador. No es necesario traspasar una obra a los hijos
bajo las formas de un bién económico; vasta con transmitir
las actitudes y valores que encarna".
Con ese ojo crítico también abordo los performances, el video-arte,
el collage, la poesía visual y fonética, la gráfica digital y el mismo Mail Art. Hay que permenecer siempre
muy alerta y con un acusioso sentido de autocrítica para evitar
ser absorvido por la maquinaria mercantil.
Por eso mismo, no expongo a cada rato ni tampoco me verás
en los "hit parade" de los "superstar".
¿Crees qué a través del arte realmente
se pueden traducir los conflictos y verdades de la existencia
humana?
Definitivamente. Que duda cabe. Ya dije que el arte es un producto
cultural de la especie humana. Si el arte es capacidad humana
de expresión, que mejor fuente de búsqueda creativa para expresarse,
que su propio vivir, su propio hacer, su pensar y su sentir. Sus
aciertos y desaciertos. Su conciencia de la barbarie y su anhelo
de paz. La irrenunciable búsqueda de la Utopía. Es como aquello
que los griegos llamaban "sentido de trascendencia". El arte cambia
la realidad del hombre, reflejándola.
¿Estás enterado de lo que se está
produciendo en Chile?¿Te gustaría mostrar tu trabajo en el país?
Claro que sí. En términos generales me mantengo informado de
lo que sucede en el panorama del arte chileno a través de lo que
leo en Internet y en revistas especializadas. Pero estoy completamente
desvinculado de la dinámica de exposiciones y eventos. En ese
aspecto, creo que Chile le debe una gran exposición a sus artistas
que trabajan en el extranjero. No estoy hablando de los retornados,
sinó de los que "desde afuera" (y esto lo digo en su doble acepción)
seguimos considerando nuestro trabajo como una parte importante
del acervo cultural chileno. He ahí una "orejita" para los actuales
"comisarios" que mueven los hilos del poder y la política cultural. Tengo mis dudas de que que acojan la idea, porque lo que he visto ultimamente es
un canibalesco "todos contra todos". Paradójicamente, cada vez
que participo de un evento internacional, en el encasillado de
país
de origen, pongo Chile-Puerto Rico, como una manera de
decir que soy un artista chileno viviendo fuera de su país. Y
es que no me imagino negando u ocultando mis raíces. Eso también
lo tengo bién claro. A Chile le debo mi sólida formación artística
e intelectual.
¿Qué le aconsejarías a los artistas
jóvenes?
Que lean, que estudien, que analicen, que indaguen el pasado y el presente histórico,
no tan sólo en el terreno del arte sinó en el contexto social
y político en que están viviendo; para que así puedan asumir posiciones
más honestas con respecto a su práctica. De más está decirles
que un artista enajenado de la realidad, además de ser una auténtica
pérdida de tiempo, implica una involución
en términos de su trayectoria. Ydigo esto, pensando en
aquellos trabajos realizados por artistas jóvenes que realmente
puedan proyectarse en el tiempo, como una posibilidad de instituirse
en procesos evolutivos del pensamiento humano. Por eso es tan
importante el estudio, la reflexión, la crítica.
¿Tu próximo proyecto?
Ah, sí. ya me gustaría quemar un millón de dólares en billetes
de verdad. pero como eso no es posible. por ahora preparo mi próxima
exposición en septiembre
en la Liga de Arte de San Juan, la cual abriré con un performance
de poesía fonética; además de coordinar la edición de octubre
de Heterogénesis, revista de artes visuales
de la Universidad de Lund en Suecia; realizar un video
con el tema de la guerra del Golfo; seguir participando en las
convocatorias de Mail Art alrededor del mundo; seguir oponiéndome
a la "McDonalización" del planeta, que no es otra cosa que la
imposición unilateral de los valores culturales del Imperio estadounidense.
Y por último (esto quizá como una manera
de actuar en contrapeso a tanta mediocridad) seguir diseminando
por la Internet, la semilla del proselitismo cultural... Sí, a
través de un sitio web que estoy construyendo. "EnRedArte" se
llama y espero lanzarlo de aquí a fin de año. Estás invitada a
participar de él, cuando se dé.
¿Has sido feliz con tu trabajo?
No
sé si feliz. Encuentro muy grande esa palabra, pero sí
te puedo decir que hacer arte, me hace sentir que estoy haciendo
lo que debo hacer. más que hacer lo que uno quiera. Y por cierto,
eso produce un grado de satisfacción. Pero ¡cuidado con la autocomplacencia!
Cierta vez me preguntaron si me sentía realizado como artista,
a lo que respondí que, tanto como realizado, nunca, porque entonces
hasta ahí habría llegado. Satisfecho y pleno sin nada más que
buscar. Imposible para mi espíritu inquieto. Las vivencias del
hombre son una cantera inagotable de expresión y creación, como
digo al inicio de mi página web: "La Creación es eterna y continua.
como la Vida". Siempre habrá algo en el entorno o dentro de uno
mismo que me inducirá a ponerle atención, a investigarlo, descifrarlo
a través del arte y lanzarlo al ruedo como un producto cultural
más. Por eso me considero un investigador creativo de la realidad.
Por eso. soy un artista.
Si
desea escribir a Elias
Adasme puede hacerlo a: adasme@caribe.net