Santiago de Chile.
Revista Virtual. 

Año 5
Escáner Cultural. El mundo del Arte.
Número 47
Enero / Febrero 2003


APUNTES PARA UNA HISTORIA
DE EL LIBRO DE ARTISTA,

EL LIBRO OBJETO,

Y EL LIBRO-OBRA-DE-ARTE EN ESPAÑA
(1965-1990)

Por: Fernando Millán

"Fernando Millán"

Dentro de las manifestaciones de las neo-vanguardias artísticas en España, el libro, en sus formas propias e impropias, ha tenido un protagonismo fundamental. Por un lado, la presencia de las nuevas formas de entender y utilizar la escritura en todos los campos expresivos en los países desarrollados, y por otro la acreditación de formas intermedias o mixtas, son características definitorias de todos los movimientos de neo-vanguardia desde comienzos de los años sesenta. De ahí la presencia constante del libro. Aunque con un cierto retraso, artistas españoles se suman a estas corrientes a mediados de los años sesenta, con una personalidad propia y una participación en pié de igualdad con artistas, músicos y escritores de Europa y América. Desde el libro ilustrado al libro de artista, pasando por el libro-objeto, el libro obra de arte, o simplemente, las ediciones en serigrafía o grabado, la idea del libro está presente en la historia de las neo-vanguardias en España en los últimos 35 años. Especialmente importante ha sido, ya en los años setenta y ochenta, las prácticas que han desarrollado la poesía visual, tendencias de escritura minimalista y arte conceptual.

El libro: nuevo concepto

La importancia que la escritura alcanzó en las neovanguardias de los sesenta, ampliamente reconocida por críticos e historiadores, deja en segundo lugar otro fenómeno no menos definitorio de estos movimientos, desde la poesía concreta a fluxus, pasando por el letrismo, el situacionismo, la poesía visiva o el minimalismo, y terminando (es un decir) por el arte conceptual: La existencia del libro como producción autónoma, con todas las características de la obra de arte.

Y es que la relación libro-escritura, y el carácter estrictamente funcional de este, desde la invención de la imprenta, nos hacen olvidar a menudo, que estamos ante un objeto de características excepcionales, acentuadas a partir de los años sesenta. Con la aparición del libro de bolsillo, el precio de los libros se redujo excepcionalmente, y su tirada aumentó de forma espectacular. Con esta cambio, el libro pasó a ser uno de los productos más abundantes y accesibles de la segunda Revolución industrial.

"Guillem Viladot, Poster-poema 1968"

Para entonces, el "libro de arte" tenía ya una tradición de siglos.. Pero las neovanguardias, desde una posición transgresora, hiceron tabla rasa de cualquier tradición, en un afán adanista y revolucionario. Con el libro como nueva forma de arte, sucedió lo mismo.

Aunque desde mediados de los años setenta, este aspecto de las neovanguardias ha recibido en todos los países desarrollados una considerable atención, que ha dado lugar a numerosas exposiciones colectivas, artículos y libros de ensayo, la terminología más habitualmente utilizada da lugar a un cierto grado de confusión. Con la denominación "libro de artista" se engloba en la práctica a cualquier libro, impreso o realizado artesanalmente, sin limitación de tamaño, materiales o formas (códice, caja, rollo, etc...) en el que participe directa o indirecta un "artista". Esta generalización, muy útil para los marchands y para  la prensa (especializada o no), oculta diferencias abismales entre las distintas formas acreditadas del libro desde los años sesenta como obra autoreferente y autónoma, o como vehículo de información y al mismo tiempo objeto estético, o simplemente como objeto.

Da la impresión de que después de siglos de cumplir fielmente con su obligación de vehículo, de objeto funcional, el libro empezó a tener conciencia de su propia individualidad. Podría decirse que, por fin se encontró a sí mismo. Una de las primeras y más significativas muestras de esta nueva forma de ver el libro es la de los espacialistas, que en los años cincuenta trabajaron en Buenos Aires (Argentina). Es lo que después se ha llamado el libro objeto. Es el libro autosuficiente, aparentemente sin "contenido", en el que las formas, el color, la participación del usuario, las texturas, etc..., son los determinantes. Por los mismos años, pintores, músicos y poetas en Francia, Italia, USA y Alemania estaban haciendo del libro un objeto más de su trabajo, mediante la profundización del principio collage. Paralelamente, los artistas plásticos empezaron a utilizar al libro como objeto estético, con planteamientos muy cercanos a la idea tradicional de escultura. Es lo que podríamos llamar el objeto-libro.

"Joan Brossa"

El libro en las neovanguardias

Hasta mediados los años sesenta, no aparecen en España manifestaciones directamente relacionadas con los distintos movimientos e ismos de neovanguardia desarrollados en Europa y América desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Hasta ese momento, todas las manifestaciones más o menos declaradamente de vanguardia tanto en la poesía como en la plástica, tienen su origen directamente en el surrealismo francés (Postismo (1943), Dau al set
(1948), Grupo El Paso (1959)), o en las tendencias concretas y racionalistas de la primera anteguerra mundial (Jorge Oteiza, Grupo 57 (1956)...). Estas primeras manifestaciones las protagonizan el grupo zaj, creado en 1964 por Juan Hidalgo, Waltter Marchetti y Ramón Barce; y Problemática-63, creado por Julio Campal. Aunque los miembros del grupo zaj tenían una formación musical, y Campal y las personas que con él colaboraron tenían una formación literaria, todos ellos convergieron hacia prácticas intermedias, y de forma especial hacia la escritura.

En los años setenta, estos comienzos dieron lugar al desarrollo de un movimiento de considerables dimensiones, que desde entonces ha evolucionado siguiendo sus propios impulsos, hasta convertirse en una de las aportaciones definitorias de la última parte del siglo XX. En los años setenta, a estas prácticas, que se había naturalizado, se sumaron las influencias llegadas directamente de la versión norteamericana del arte conceptual, dando lugar a nuevas generaciones de artistas, que a su vez influyeron en los más jóvenes, hasta desembocar la postmodernidad de los años ochenta.

En el campo de los libros entre los artistas españoles de las neovanguardias, pueden distinguirse varias fórmulas o niveles. Estaría, por un lado el objeto libro, u obra de arte que parte del modelo libro, pero lo convierte en un objeto (por sus dimensiones, materiales, etc...) de tipo escultórico. El libro de artista propiamente dicho, incluiría a los libros realizados por artistas plásticos. El libro objeto, mantiene las condiciones propias del libro (dimensiones, manejabilidad, materiales, etc...), pero acentua los aspectos plásticos y materiales, al tiempo que desarrolla el aspecto autoreferente. (En muchos casos son obras artesanales, en ejmplar único). Por último, el Libro-obra-de-arte, mantiene también las caracterísiticas "propias" del libro, pero acentuando su especifidad en función de la relación que se establece entre los aspectos semánticos y formales.

Libros de artista

"Fernando Millán"

En España, el fenómeno de las Neovanguardias sólo se puede comprender en toda su complejidad si se tiene en cuenta que, desde mediados de los sesenta, hasta la actualidad, conviven varias generaciones de artistas, poetas y músicos. Esto hace que, a la hora del análisis y el estudio comparado con lo sucedido en otros paises desarrollados, a los productos de la Neovanguardias en En España, no se les pueda aplicar conceptos o términos que, aunque han influido sin lugar a dudas, se han recibido a través de filtros peculiares, y a menudo deformantes. Me refiero a conceptos como "racionalismo", "minimalismo", etc..., o a términos como poesía concreta, arte conceptual, happening, etc...

Una figura muy especial, tanto por sus diferencias como por sus coincidencias, en todas las manifestaciones de las neovanguardias, es Joan Brossa, miembro del grupo surrealista de los años cuarenta Dau al set.. En los sesenta, desde un dadaismo intuitivo y visceral, Brossa aborda tanto el poema encontrado como el poema objeto, y el libro obra de arte. Su trabajo en colaboración con el pintor Antoni Tapies, Novel-la (1965), es considerado como uno de los primeros ejemplos de libro que plantea un nuevo concepto, muy próximo a los planteamientos auto-referentes. Este libro, dentro de la obra de Brossa, es en cierto modo, parte del proceso de colaboración con los pintores surrealistas (Miró, Ponç, y el mismo Tapies).

En ese mismo año, Guillem Viladot realiza, en colaboración con el escultor Cristófol Nou plast-poemes, (y publica en edición privada) en Agramunt (Lérida), el que se suele señalar como el primer libro de poesía visual de la neovanguardia en España. (Se trata en realidad de una poesía tipográfica). Señalo esta publicación, porque, a partir de los años setenta, cuando empiece a tomar forma el concepto de libro de artista, la práctica totalidad de los libros de poesía visual, y muchos de las realizaciones de la poesía experimental, van a ser considerados como pertenecientes a esta nueva categoría.

Aunque no podemos citar la muy importante producción de libros en este terreno (las personas interesadas pueden consultar los libros La otra escritura: La poesía experimental española, de Jose Antonio Sarmiento, Ediciones de la Universidad de Castilla-La Mancha, Cuenca 1990; y Poesía visual en España, de Blanca Millán Domínguez, Informacion y Producciones S L, Colmenar Viejo 1999) sí es necesario destacar algunos: De Julio Campal, Caligramas, edición en serigrafía de Elvira Alfageme, Madrid 1968. De Fernando Millán, Textos y antitextos, Ed Parnaso-70, Madrid 1970; Mitogramas, Ed Turner, Madrid 1978; Prosae, Ed Garsi, Madrid 1980. De J A Arze, Laino guzien azpitik...,Ed Zumataren Xoriak, San Sebastián 1973. De Felipe Boso, La palabra islas, Ed Garsi, Madrid 1981. De José Antonio Cáceres, Corriente Alterna, Ed Geiger, Torino 1975. De José Luis Castillejo, La caida del avión en el terreno baldío, Ed Zaj, Madrid 1967. De José María Iglesias, Poemas visuales, Ed El Toro de Barro, Carboneras del Guadazaón, Cuenca 1969.

Libro objeto

El libro objeto, por ser en la mayor parte de los casos un producto artesanal, o por la carestía que a ves significa su edición comercial, es un producto que a menudo sólo es conocido por los expertos y coleccionistas que asisten a las exposiciones minoritarias en las que se dan a conocer. Muchas obras de algunos poetas experimentales, artistas multimedia y pintores (Jokin Diez, Valcárcel Medina, F Millán, José Emilio Antón, José Luis Castillejo, Nacho Criado, Ricardo Cristobal, etc...) Están en esta situación. En 1982, en la Biblioteca Nacional se realizó la exposición "Libros de artistas", que incluyó un gran número de obras en ejemplar único. En los años noventa se han realizado también un número considerable de exposiciones colectivas de libros objeto y libros de artista.

Entre los libros objeto impresos o editados en un número significativo de ejemplares, es obligado mencionar a las producidas por los siguientes autores:

Antonio Gómez, uno de los practicantes españoles de poemas objeto, más sobresaliente, publicó en 1985 el libro-objeto Dolor por, como parte de sus planteamientos de mail art.

Un poeta perteneciente a la generación de vanguardia de los años 30 , y con una obra muy considerable en varios campos de la poesía, es Francisco Pino, que inició en 1972 la publicación de libros objeto arquetípicos, completamente distintos de su obra anterior, que tienden a lo arquitectónico (uno de ellos lleva el título de Ventana).

Un autor de gran importancia para la historia de las neovanguardias en España, es José Antonio Sarmiento, que a partir de 1975, en que publica su libro ¡!¿?, en París, realiza una serie de libros objeto, y libros obra de arte, que indagan en el grafismo, la redundancia, la apropiación. Posteriormente editaría Grêve de la faim (París 1977), Le plaisir du texte (París 1984), Título y precio: 1.000 pesetas (Madrid 1985).

Otro poeta de gran relevancia dentro de las neo-vanguardias en España, es J M Calleja, que desde finales de los años setenta ha producido algunos de los libros objeto mas significativos de este género. Entre estos destacamos el Llibre de les Hores, Mataró 1981, en el que la circularidad del tiempo define al objeto-significante-libro.

El pintor Ricardo Cristobal, fue el ganador en 1989 del Premio de Poesía Experimental Gerardo Diego, con su libro Zeichen, en el que se suman lo objetual y lo gráfico para conseguir una relación al límite entre lo significante y lo insignificante.

Eduardo Scala es un autor atípico dentro de las neovanguardias en España, por su relación con las teorías simbólicas, y su utilización de técnicas combinatorias y cabalísticas. En su producción hay varios libros objeto. Un ejemplo arquetípico de su producción es Círculo, editado en Madrid en 1979.

El libro-obra-de-arte

A finales de los años setenta, ya en plena democracia política, aparecen varios grupos que aúnan planteamientos experimentales, conceptuales y fluxus, y que hacen un uso muy peculiar de publicaciones colectivas o de formato periódico, convirtiéndolas en formas de arte.

Este es el caso del grupo Texto poético, de Valencia, que a partir de 1977 edita una publicación colectiva de cronología difusa, con su mismo nombre, en la que se recogen desde proyectos a poemas objeto, acciones imposibles, etc.... El núcleo lo forman Bartolomé Ferrando y David Pérez y Rosa Sanz.

Otro grupo clave, es el que forman en Palma de Mallorca los hermanos Terrades (Andreu y Steva), junto con otros jóvenes artistas como Miquel Barceló y Joan Palou. El grupo edita a partir de 1976, en formato periódico Neón de Suro (Neón de corcho), bajo el slogan "La gratuidad es una agresión". La publicación edita varios números colectivos y otros monográficos. En este grupo, destacan, en el campo de los libros, los editados por Palou, a medio camino entre el libro objeto y el libro-obra-de-arte.

Los cuatro libros zaj editados en los años 60, caen de lleno (salvo La política,(y el ya citado La caida del avión...) de J L Castillejo) en el campo de los libros de artista.

Viaje a Argel, de Juan Hidalgo es considerado cronológicamente el primer libro-obra-de-arte español, ya que fue editado en Madrid en 1967 . En la misma línea está Arpocrate seduto sul loto, del italiano (pero miembro fundador de zaj) Walter Marchetti aparecido en Madrid en 1968.

Un caso aparte dentro del grupo zaj, es José Luis Castillejo. Durante su permanencia como miembro del grupo, editó (Madrid 1968) su libro-caja la caída del avión en el terreno baldío, con planteamientos cercanos a la poesía concreta. Al año siguiente su producción da un giro fundamental, y publica en Suiza The book of I's, uno de los ejemplos más notables producidos por un español de libro-obra de arte. Con él inicia su autor su producción creativa y teórica de lo que denominó "la escritura no escrita", que dio lugar a una considerable serie de obras (muchas inéditas).

La historia de las neo-vanguardias en España está por escribir. No se trata por otro lado, de manifestaciones que hayan periclitado, sino de ideas, propuestas y planteamientos en plena operatividad, aceptadas y continuadas por las generaciones más jóvenes. Lo referente a los libros es muy significativo, porque tanto los artistas de las generaciones de los sesenta, como los que acaban de iniciar su trayectoria artística, lo utilizan como una de las formas de expresión más actuales.

Ponencia leída en el encuentro Printed in Spain, organizada por el Instituto Cervantes en el Neues Museum Weserburg de Bremen, el 16 de junio de 2001.

La versión en alemán de este texto está en: http://www.nmwb.de/x_ausst/a_pris/zkat/3_tex1.htm

 

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