Ricardo
Santander Batalla es poseedor de un carácter firme y de convicciones
determinantes, que se trasluce de toda su persona y obra, la que
ni el paso inexorable de los años ha logrado contaminar. A veces
pienso que tal determinación es propia de los escultores, de otra
manera, ¿cómo podrían pacientemente vencer la dureza de la piedra,
por ejemplo?
HABLEMOS DEL ARTISTA.
Estudió Dibujo y Pintura en la Escuela de Bellas Artes de
Viña del Mar, con Arturo Gordon, Agustín Abarca y Jorge Madge. Sus
inicios en el arte corren por cuenta del profesor Adriano Rovira
y en la escultura por los maestros Guillermo Mosella y Maximiliano
Vásquez.
Completa sus estudios en la afamada academia de San Fernando,
en Madrid, becado por el entonces Instituto Chileno Hispánico,
durante los años 1953, 1954. Sus viajes de estudio han llevado sus
pasos por el Museo del Prado, Zaragoza, Barcelona, Sevilla, Toledo,
El Escorial, Museo del Louvre y Petit Louvre, París, Río de Janeiro,
Buenos Aires, Córdova, Montevideo, El Museo Metropolitano y National
Galery en Norteamérica.
EL REALISMO
Practica el realismo en las formas, trabajo para el cual
está definitivamente dotado como apreciaremos en la muestra en sus
"Maternidades", " Fauno", "Angeles",
bustos femeninos como " Galaxia" o "Driade",
muchos rostros y torsos que son "Retratos" y los volúmenes
de muchos infantes, en que le han servido de modelos sus propios
sobrinos.
Fiel a lo que piensa, Ricardo Santander se ha mantenido de
espaldas a toda influencia que signifique correr detrás de las tendencias
nuevas, modernas o vanguardistas. Sin embargo su realismo no es
simplemente copia de la realidad. Se trata de una realidad idealizada,
por lo tanto creada, y en muchas obras veremos que trabaja las
formas con dinamismo y haciendo uso de lo que en escultura llamamos
" vacíos activos", que esencialmente interactúan con el
espacio circundante, de modo que la pieza escultórica no sea solo
una masa que interrumpe el espacio sino una forma que armoniza y
se comunica con él.
PREMIOS Y OBRAS.
Poco amigo de
participar en concursos y de realizar exposiciones, el porteño por
nacimiento, Ricardo Santander igual tiene presencia en obras en
lugares destacados del arte, como en el Museo de Bellas Artes de
Valparaíso, el Museo de Bellas Artes de Viña del Mar, Museo de Arte
Contemporáneo de Santiago, Museo Naval de Valparaíso y Museo de
Linares.
También ha recibido varios premios, como el Primer Premio
del Salón de Verano de Viña del Mar, Primer Premio del Salón de
Primavera de Las Condes, Santiago, Premio Grecia del Salón de Verano
de Viña del Mar, Premio Salón de Artes Plásticas Cuarto Centenario
de Concepción y Premio Regional de Arte de Valparaíso. En 1991 fue
nominado para el Premio Nacional de Arte.
LA ESTATUARIA.
Si bien Ricardo
Santander se mantiene bastante alejado de las Salas de Exposiciones,
permanece siempre fiel a la escultura. Además de las piezas de pequeño
o mediano formato que veremos en la Galería El Farol, en su casa
y en su jardín, ha sido un gran escultor de monumentos destinados
a lugares públicos, a gran tamaño. En ellos su mirada realista
que no que no se aleja de la fidelidad a los rasgos de personas
o animales en el caso de la estatuaria ecuestre, y su mirada creativa,
se combinan en un particular estilo que posee ingredientes de lo
onírico, de lo mítico, de la idealización, del movimiento y una
dosis de poesía, belleza y romanticismo.
Maderas nobles en que aprovecha de vetas y nudos, piedras
varias, la más noble de ellas: mármol, bronces, terracotas y escayolas
se hacen dóciles en sus manos. Suyos son por ejemplo, el Monumento
al Libertador Don Bernardo O'Higgins en la Plaza Libertad de Viña
del Mar y en Trujillo, Perú, a Don Julio Montt Salamanca en Casablanca,
al General J. J. Pérez en el Regimiento Coraceros, a Carlos Condell
y al Almirante Latorre en Avenida Los Héroes de Viña del Mar, al
Guardiamarina Riquelme en la Escuela de Armamento de Las Salinas,
al Capitán Policarpo Toro en Isla de Pascua, a Don Carlos Ibáñez
del Campo en la Escuela de Carabineros de Santiago, al Sargento
San Juan de Dios Aldea en Puchuncaví, al Comandante Guillermo Miller
en el Fuerte Vergara de Las Salinas, a Diego Portales en la Plaza
Sucre, a Fray Camilo Henríquez en Avenida Brasil, a Carlos Condell
en Quilpué, a Jalil Gibrán en la Plazoleta Miramar, al Capellán
Enrique Pascal y al cadete Arturo Prat, en la Escuela Naval "Arturo
Prat" y varios otros.
SUMADO A LA ESCULTURA.
Hay una gran
cantidad de trabajo sumado a sus méritos plásticos. Es relevante,
en cuanto demuestran cómo existen algunas personas que entregan
al arte sus vidas. Ricardo Santander fue Profesor de Escultura en
la Escuela de Bellas Artes de Viña del Mar, de la que más tarde
fue su Director. También fue Director y Conservador del Museo de
Bellas Artes de Viña del Mar y del Departamento de Cultura y Bellas
Artes de la Ilustre Municipalidad viñamarina.
Además de docente,
Director y Conservador, su labor en cuanto a la gestión cultural
ha sido importante y desafortunadamente muy pocas veces recordada
y debidamente reconocida. Fue integrante de la Comisión Organizadora
de la Bienal de Arte de Valparaíso y luego asesor de ella, lo mismo
que integrante y asesor de la Comisión Organizadora del Concurso
Laboral de Pintura de la Caja de Compensación Javiera Carrera, del
Concurso de celebración de los "Cien años del Club Naval"
y del Concurso Anual de Pintura de la Organización Hotelera Panamericana.
Fundó la Sala de Exposiciones "Viña del Mar" y creó y
proyectó las instalaciones y la organización de la Feria de Artesanía
de Viña del Mar.
Todo
lo nombrado, sin dejar de esculpir, actividad que desempeña hasta
el día de hoy, a pesar de los años.
DIÁLOGO
- Don Ricardo: ¿Cómo define el realismo de
sus obras?
- Mi
obra se basa en una realidad idealizada. En esto concuerdo de pleno
con la obra pictórica de Claudio Bravo.
- ¿Significa que trata de embellecer la realidad?
- Exactamente.
Trato de embellecer lo que capto diariamente. No me regocijo escarbando
en la fealdad como lo hizo Pablo Picasso.
- No le encuentra los méritos que el resto......
- A
él le dio muy buenos dividendos económicos y mucha fama como revolucionario.
Soy la antítesis de ese catalán que glorifica el monstruosismo.
Él llenó los Museos de fealdades.
- Usted va por la belleza.
- Ante
la estupidez humana, con tantos horrores y calamidades, antepongo
un mundo de creaciones que alegran en vez de deprimir.
- ¿Reconoce alguna influencia en su obra?
- No
me siento influido por "corrientes artísticas extranjeras"
y dentro de las facultades plásticas con que me siento dotado, realizo
lo que a mí me agrada hacer, sin estar pensando ser de "avanzada",
imitando lo que Europa o Norteamérica nos dicta como de "última
moda". En Chile tenemos los suficientes valores artísticos
como para estar imitando las decadentes influencias artísticas
de un mundo europeo snob.
- ¿Qué valores reconoce en la plástica nacional?
- Aquí
hay savia nueva, limpia, que puede desarrollarse sin necesidad de
sentirnos "Modernos", por acoplarnos a corrientes plásticas
foráneas, de quienes se creen los árbitros de las Artes Plásticas
del Mundo.
- ¿Cómo ve a nuestro país en el concierto mundial?
Referente al arte por cierto.
- Chile
es una isla encerrada entre el océano y la cordillera más grande
del planeta Tierra. Este aislamiento es beneficioso para poder desarrollar
una visión distinta a la de otros países influenciados por corrientes
extranjeras. Aprovechemos de este " aislamiento" para
ser nosotros mismos, sin estar esperando las migajas de países decadentes.
- ¿Porqué escultor y no otro oficio?
- Yo
soy escultor porque me formé en Chile. Y aunque estuve becado en
España, me di cuenta de que mi formación profesional era bastante
buena en relación a la de los escultores que en ese momento brillaban
en España. Lo digo sin soberbia. Aprendí de los museos, pero de
mis contemporáneos escultores españoles, no.