Santiago de Chile.
Revista Virtual. 

Año 3
Escáner Cultural. El mundo del Arte.
Número 35.
12 de Noviembre al
12 de Diciembre de 2001.


ENTREVELOS

Desde Vallenar, Chile, Eugenia Prado.

Más allá de la oreja existe un sonido, la extremidad de la mirada un aspecto, las puntas de los dedos un objeto: es allí donde voy
Clarice Lispector

Me niego rotundamente a describir partes específicas del cuerpo y de esa descripción hacer un texto. Del mismo modo en que niego la especificidad restringida, con que se señala en ocasiones, que hacerlo desde el cuerpo es más femenino, por ejemplo, que escribir de cómo convertirse en asesino en serie de una cinta norteamericana.

De acuerdo a la misma reflexión, me parece inaceptable aquello de que, lo femenino es también más íntimo, que la vulgaridad con que algunas mujeres entrarían en un salón de belleza.

Que no contradice la vulgaridad de la exacerbada belleza, con que se nos castiga en estos tiempos, en que el no asistir a un gimnasio, es causal para evitar, en algunos casos,  hasta un paseo por las calles.

Me niego entonces a pertenencias excluyentes y por tanto señalo, de ahora en adelante, que la escritura ha de hacerse desde el lugar en que se piense y por lo tanto, ella misma será no más que ideas, misteriosamente dibujadas, entre la cabeza y el corazón, porque en algún lugar habría que identificar un punto, menos misterioso, que permitiera hablar de signos levemente existenciales, (creo que aún es posible brindarse con pequeños gustos).

Si fuese aún posible Anaís, la de cosas que no habría escrito entre secretos....

Pero ahora, sobre todo ahora, en que iniciamos la celebración de la muerte, y que puede oírse como si nada, aquello de que morirá todo aquel que deba hacerlo, hacia los inicios de una tercera guerra, mucho más real que aquella que cantara un músico nacional, de pequeña estatura y visionario talento, siendo yo aún bastante joven.

Como se reirá ahora, de los años que han tenido que pasar, para que aquello que divertidamente cantara, con su estrepitoso atuendo, en un festivo y pintoresco festival internacional de la canción nuestro y nacional, estuviera a punto de ser posible.

"La tercera guerra,

las informaciones me mantienen angustiado,

las noticias me deprimen,

ya llegaron los platillos voladores,

¿cuando?

en la tele,

¿donde?

No, pequeña Anaís, ya nada de eso sería posible ahora...

Señalaría justamente que el pensamiento es el único hilo que aún soporte el pesado tejido, aún si ello nos sucumba en ocasiones.

El mundo estaría perdido del mismo modo para los analfabetos, ya lo estuvo desde mucho antes.

El pensamiento, las ideas desordenadas y un poco de risas, es todo lo que aún permite establecer alianzas y por lo mismo, es en lo que he estado...

Hace unos cinco días, casi una semana para ser más exacta, pensé en finalizar esta inútil actividad de las palabras, pensé entonces que entre tantos registros disponibles para explicar levemente el sentido mismo que tendría de continuar con la historia. Una menos aburrida que la actualidad y las informaciones ardiendo entre conflictos escabrosos y que aún siendo tan lejanos, se imponen frente a nuestros ojos, señalando en las pantallas del televisor dos únicas opciones, totalmente opuestas, en que es imprescindible señalar y señalarse en el verdadero camino hacia la luz. Me detengo en la primera, señalada con propiedad, como primera por la fuerte incrustación del signo, con que eligió hacerse presente, a vista y paciencia de todos. Una oculta y soterrada guerra santa... en que las mujeres tendríamos que seguir ocultando verdades entre velos que sellarían nuevamente las palabras, una y otra vez, sabiendo que son las mujeres las únicas capaces de medir el conflicto.

Pensé en que el alimento, el calor, las palabras, la justicia, la dignidad y el pensamiento, siguen siendo indispensables...

Pensé también, en aquellas mujeres, no pudiendo sacar los velos de sus caras por la fuerza, a medida que pueden ver a sus pequeños, no resistiendo en sus debilitados cuerpos, la infección.

Un segundo y único, otro camino ofertado, en que la guerra es el medio para acabar con la guerra,  siendo todos testigos de la melodramatización del pequeño Kent de la TV (que desde la pantalla sigue viéndose tan pequeño, casi que parece imposible) refiriendo los reales valores de la democracia... valores y estrategias bailando enardecidamente en una imagen en que ya algunos no sabríamos si estamos en medio del guión de un cortometraje y todo esto no es más que un ensayo general y sus últimos retoques, mientras unos pocos, agitados trataríamos de enviar correos electrónicos con pensamientos definitivamente más esperanza-dores...

"No habrá Paz si no hay Justicia, no habrá Justicia si no hay Equidad, no habrá Equidad si no hay Desarrollo, no habrá Desarrollo si no hay Democracia, no habrá Democracia si no hay respeto por la Identidad y la Dignidad de los Pueblos y las Culturas" Rigoberta Menchú Tum, Premio Nobel de la Paz.

Entonces se me hizo indispensable conseguir otros discursos, nuevos, distintos, aunque no fuesen tan nuevos, pero que de algún modo me ayudaran a terminar algo, que antes me habría propuesto,  también siendo bastante joven.

Busqué en otros registros, y uno de los más cercanos consistió justamente, en que, nacida en un momento específico en que los planetas estarían de una determinada forma, situados, alineados y permeados unos con otros entre ener-gías mágicas, (como los esotéricos tan expertamente señalan), habría nacido yo, bajo los influjos y el sentido de la comunicación, y ese sí que fue el inicio de un nuevo problema.

¿Cómo encontrar el modo de comunicarse entre tanta diversidad y semejanza y que no fuese a la vez extremo, casi ridículo e insustancial?.

Accedí entonces, desde el mundo pensante en que parecía situarme la ocasión, a un escenario de posibles diferencias, y que incitara a la comunicación, concentrándome en los diversos discursos que podrían aceptarme en la semejanza...

Estos últimos dos días, pasados aquellos cinco, que antes mencionara, pequeña Anaís, han sido extraordinariamente especiales y subjetivos.

Hoy por casualidad tuve la oportunidad de conversar con el señor Alcaide de mi nueva cuidad, que hacía personalmente una colecta, en plena plaza de esta pequeña ciudad (casi un acto inconcebible que, el señor Alcaide mismo parado en la mitad del centro, pidiendo dinero para implementar talleres que permitirían a los reclusos, el seguir haciendo cosas, un gesto insólito querida Anaís, no me lo podrás negar).

Bueno, me acerqué de puro fresca a conversarle. Pareció realmente feliz de que me acercara con propuestas nuevas que de algún modo apoyaran sus iniciativas, más actividades para los presos y mejor calidad de vida.

Momentos después, hablé con un querido amigo y nuestra comunicación se hizo total y presente, entonces, el pensamiento mismo con que hacía unos días atrás, asimilaba todo de colores entre pardos y grises, muy cercanos al negro total, pareció darse vueltas y causar estragos nuevamente, en el sentido real de continuar o no, con la historia.

Sus palabras, sus afectos, me llenaron de nuevas iniciativas.

Escribí patudamente a una super escritora para que me ayudara a estructurar algo, no me ha respondido aún, pero ya que andaba con semejante impulso y soberana manía, era capaz de todo.

En los momentos siguientes, llamé a la editorial preguntando si se habían decidido a propósito de un manuscrito que les dejara en junio, y también logré comunicarme, levemente. Obtuve noticias de una primera preselección, habría por cierto, que esperar aún para pasar nuevas preselecciones y selecciones. Nada seguro, pero al menos ya se veía algo menos hostil que la mirada de tan solo un par de días atrás.

Debí advertir en cambio, que el inicio de esta mirada esquiva y algo perturbada, tenía que ver también con mis queridas amigas, y sentir que era posible abrazarlas otra vez, teniéndolas tan voluptuosas y exquisitas de perfumes, como toda la vida. Sin duda, fueron ellas las que cambiaron ampliamente los devastados pensamientos, que antes tuviera en mi cabeza.

Me detengo. Exactamente hace menos de cinco días, estaba muriéndome de depresión, Anaís querida, ¿puedes imaginar el tiempo y la rapidez con que todo avanza?. ¿Te imaginas el tiempo que se necesita ahora para matar a cientos, miles de personas?.

Antes no había tantos libros en este mundo, ahora había que ser sensatamente genial para no quedar atrapado como insecto en las redes de un mercado carnívoro, si no eres alimento, eres basura, si no eres de plástico, desaparecerás, el plástico es la invención más difícil de eliminar en este tiempo.

Sin embargo, en mi ciudad del norte, hay algo que hace pensar, día a día, aparecen nuevos y minúsculos negocios buscando mejorar la economía de la ciudad, señalada a la fecha, que tiene el mayor índice de cesantía en el país.

En las tiendas que menciono aparecen todo tipo de elementos reciclables y reciclados, para la confección manual de adornos naturales, con velas, maceteros o  bien, minúsculos adornos, como frutas prensadas naturales, piedras y objetos del mar, que se organizan perdidamente en el aparador. Lo más curioso es que son artículos de verdad y no de plástico, me refiero a que la mayor parte de ellos, son naturales. Una nueva y novedosa serie de papeles ecológicos para envolver regalos exclusivos. Flores de papel pequeñísimas, o alternativas de plumas de colores para estampados de bandejas y demases. y todo, por un mínimo precio, muchas personas viviendo y sobreviviendo la economía de lo mínimo, al más alto costo. Un arriendo, que no se paga con las ventas....

Hay momentos en que me tiraría del puente mismo si no sintiera que la vida y la muerte están en un mismo nivel de intensidad, momentos en que las fobias me repletan y puedo verlo todo absolutamente negro y de pronto, nuevamente un salto y la vida abierta invitándome a sus deleites.... 

¿Qué sería de nosotros querida Anaís sin los afectos?...

Yo no puedo, no podría, nada para mi tendría sentido, si no los tuviera cerquita.

Hay algo en el paisaje de este norte, su luminosidad mi querida Anaís, al abrir y cerrar los ojos y mi resistencia. Una extrañeza que no me permite, al abrirlos. Como si estuviese dormida aún de estos paisajes, con la deliberada ausencia de un acto rotundo a contraluz y mi urgencia de no mirar. Entonces mi insistente severidad, determina su urgencia. Como si estuviese triste, los párpados pesan incapaces de resistir esta luminosidad iridiscente, esta radiación atroz que niega mi exposición a la insistencia del paisaje. Los ojos inadaptados pesan, dilatados por la extrañeza, la visión sofoca mi resistencia, buscando antiguos hábitos de miradas. Tal vez es posible el adiestramiento y que el gesto repare en su cansancio, y se modifique. Como si con hacerlo, pudiesen estos ojos, obstaculizar su espectáculo y mi resistencia al recorrido de los. Tal vez la postura rotunda en su costumbre, resista aun otros y nuevos gestos cotidianos. Tal vez en el no saber, mi resistencia. Adiestrados los ojos, pasivos en su deterioro y deliberado el cuerpo, aun que en párrafos anteriores, me negase a situar o escribir palabras a propósito del cuerpo, como texto específico, buscando con insistencia la nueva postura.

Algo en el paisaje de este norte, hace sentir mucho las ausencias...

Y podrías hasta sentirte incapaz de tener algo que aportar, y que a  la vez justificara el desmedido esfuerzo en las palabras, tú bien sabes el tremendo trabajo, que te puedo decir... Que bueno y bonito que nació este día, que positivas señales me incitan nuevamente, al verdadero goce, el de las palabras.

Y recordé entonces una fragmento de una película que pillé por casualidad hace un par de años, en que relataba unas clásicas y muy antiguas predicciones. En el filme se señalaba que aparecería un príncipe de la oscuridad venido desde oriente y que se desataría el demonio durante más de siete años. Entonces me pregunté, si antes no estuvo desatado... Parece insólito sentir que nadie maneja la información y que la realidad solo la vivimos en la medida de la necesidad concreta, la información aparece ciertamente como una venta de imágenes manejada por supuesto por algunos, entonces no me queda más que pensar en la verdad de lo que se siente y que podría incluso inquietar en extremo. Por ejemplo en ese hombre, de túnicas blancas y turbante apareciendo con rasgos perdidos, y semblante dudoso. Casi una parodia a la semejanza de un santo nuevo e inspirador, que declara su guerra ahora contra del capitalismo, y que a la vez, de alguna forma a tantos nos identifica, y cómo no ser peligroso un personaje que declara una guerra santa en estos días.

Supe de personas que celebraron con copas y felicidad la muerte, y pensé  en el inicio para una nueva celebración, como si fuese la última. No se me hace nada posible,  aún sea en contra de hombres que no me inspiran la menor simpatía, no tiene sentido. Y por otra parte, todo esto, esto sucediendo justo ahora que las mujeres refieren sus voces, sus votos y sus palabras en muchos países, después de la incapacidad vivida  y cientos de años de silencio por la fuerza.

  Esta guerra, esta amenaza insólita, que se nos ofrece esta vez, como alternativa, es un atentado directo hacia las mujeres, y hacia nuestras palabras, somos nosotras, además de algunos interesados, tal vez los únicos capaces de desviar las escenas de próximos y futuros embates.

Las mujeres no queremos guerra, no estamos en la fabricación de armamentos, buscamos paz y que los niños puedan crecer dignamente y sin la infección, definitivamente anidada.


Si quieres comunicarte con Eugenia Prado puedes hacerlo a: eugeniap@terra.cl
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