Crónica
Idea, proceso, imaginación; memoria, método, disciplina; aplicación, programa, espacio. Intercomunicación: Serpientes y Escaleras, el juego de la vida.
ESTO NO ES FICCIÓN
Episodio DIECINUEVE
JUNTOS PERO NO REVUELTOS
“I’m breakin’ rocks in a hot sun… I fought the law, and the law won. I fought the law, and the law won… I needed money ‘cause I had none… I fought the law, and the law won. I fought the law, and the law won… […] Robbin’ people with a six-gun… I fought the law, and the law won. I fought the law, and the law won… I lost my girl, and I lost my fun… I fought the law, and the law won. I fought the law, and law won…”
I fought the law .
The Clash .
Por José Agustín Orozco Messa
By Copyright©José Agustín Orozco Messa.
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Como se ha narrado en entregas anteriores. Transcurrían los primeros años de la década de los ochentas, del siglo pasado, y Aristeo Cano Mina ya estudiaba en el glorioso conservatorio de la universidad local. Luego de salir airoso de los exámenes de admisión por pura casualidad. Como también ya sabemos, Aristeo soñaba con ser una estrella del rock’n’roll. Razón por la cual, se había asociado con sus condiscípulos y compañeros del conservatorio, referidos por los apodos de: “El Payo”; “El Tribilín” y “El Piraña”. Identificados así, respectivamente, porque uno era un ignorante burro sin modales; otro tenía la misma personalidad ingenua del personaje de Walt Disney y, según algunos, también compartía sus atributos físicos. Y, el último, por tener una tremenda dentadura similar a la de los peces carnívoros. Cabe mencionar que, a “Tribilín”, también le llamaba Aristeo, cuando estaba de buen humor, “Super Tribi”. Por las mismas causas ya mencionadas.
Juntos pero no revueltos, formaban una anónima banda de incipientes aspirantes a roqueros que, precisamente por ser anónima, carecía de nombre. Todo esto, ya se ha explicado en el Episodio Once. Así como sus vicisitudes para ensayar y tener material sonoro para interpretar, hipotéticamente, algún día en público… Entonces, ese día llegó de la manera más inesperada y, se puede decir, que gracias al gobernador que reinaba en la provincia donde ellos vivían.
ESTO NO ES FICCIÓN
Episodio DIECIOCHO
Los cuentos que yo cuento…
[Part TWO, viene del Episodio 13]
Dedicado, otra vez, al gran maestro Joaquín Sabina.
“Sepan Cuantos…” Este cuento lean… .
Don Alfonso Reyes Ochoa .
Parafraseado por J. A. Orozco Messa .
Por José Agustín Orozco Messa
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[En el dramático capítulo anterior, es decir, el episodio Trece, pudimos ser testigos de cómo, le veían la cara de zonzo a nuestro anti-héroe: Acacio Prieto Urdangarín de los Montejos. Quien, como ya se explicó, era Prieto por parte de padre y Urdangarín de los Montejos por parte de madre, según ella, de ancestros del país vasco. Pero, si no lo leyó, le invitamos cordialmente a que primero lo haga para mayor entendimiento del tremendo drama que se contará a continuación. Nada más tiene que hacer clic en la parte superior de su pantalla. Exactamente donde dice Cuento’s blog. La liga lo manda a la página donde están todos los cuentos. Allí busca el fatídico Episodio Trece y listo. Aclarado el asunto, ¡continuamos!]
Pues bien, mientras el maestro Sabina cantaba, de su célebre disco Física y Química:
“…¿Cómo haré? ¡Que al final!, los cuentos que yo cuento acaban tan mal…”
¡Lejos de dejarse amilanar! Acacio Prieto Urdangarín de los Montejos, decidió no cejar en su empeño de buscar trabajo… Lo malo, para él y para todos aquellos que hacían lo mismo que él, fue que decidió seguir buscando dentro de las filas burocráticas gubernamentales…
Bueno, hay gente que no entiende a la primera… Ni la segunda, ni la décimo novena pero bueno. Las cosas sucedieron así:
ESTO NO ES FICCIÓN
Episodio DIECISIETE
Eudemonología…
“…Regla Número 17: Puesto que toda felicidad y todo placer son de carácter negativo, mientras que el dolor es positivo, resulta que la vida no tiene la función de ser disfrutada, sino que nos es infligida, hemos de padecerla; por eso degere vitam, vita defungi, scampa cosi [vive la vida, la vida se termina, escapa a los peligros]…”
Arthur Schopenhauer,El Arte de ser feliz, 1998 .
Por José Agustín Orozco Messa
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Nadie sabe bien como empezó, supongo que, porque nadie le dio importancia. ¡Es más!, lo más seguro es que nadie se dio por enterado. Aunque toda la comunidad, de aquel tiempo, supo del final. Me imagino que poco ayudaba el que, por en esas fechas, la Facultad de Artes estaba llena de personajes de lo más raros: por ejemplo, estaban los “punks”. Pero no es que fuesen unos verdaderos punks como los que recientemente estaban apareciendo, en esos mismos años, en Inglaterra. Estos no traían los cabellos pintados con colores primarios ni secundarios, mucho menos, se clavaban alfileres ni seguros en la piel de las orejas ni aletas de la nariz. Tampoco usaban el característico corte de cabello como si el peluquero fuese tu peor enemigo y rematado con las puntas paradas, que varias décadas más tarde, pondrían de moda los dibujitos japoneses del personaje Dragon Ball Z.
No señor, estos eran una pandilla de estudiantes de semestres intermedios que estaban muy trastornados, por decir lo menos. Para que se entienda, si ese día hacía mucho calor, el grupo de los punks decía: ¡vamos a meternos al agua! Entonces, se desnudaban en medio del salón de clases y/o taller de pintura, abandonaban la clase junto con sus trapos y bajaban corriendo las escaleras hasta llegar al patio central de la antigua Facultad de Artes. Lugar donde había una señorial fuente de azulejos llena de agua. Y saltaban en ella como si fuesen niños chapoteando en una alberca de plástico.
Sin que les importara que el resto de la comunidad escolar los estuviese viendo con los ojos muy abiertos. Mucho menos, que toda la gente que pasaba por la banqueta de la calle, a escasos diez metros de donde ellos chapoteaban, también los estuviese viendo: pegar de gritos al más puro estilo de Tarzán y dar de brincos en el agua; bueno, eso sería lo de menos, pero los punks se salían de la fuente para corretear por los pasillos así como “diosito”, o por lo menos, sus padres los trajeron al mundo. Años después se supo que al director de la facultad de aquellas épocas, le llegaron a inquirir las autoridades superiores en la rectoría, sobre ese grupo que solía pasearse desnudo impunemente por toda la Facultad de Artes.
Esto SI es FICCIÓN
Episodio DIECISÉIS
LIBER MYSTERIORUM
“…Mwlfgab pywfg)btagn Gh’tyaf nglyf lgbya…”
The Black Tome of Alsophocus .
Howard Phillips Lovecraft & Martin S. Warnes
Por José Agustín Orozco Messa
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Por cuarta vez, Mario dijo:
― Es el Necronomicón.
Y por cuarta vez, dirigí la mirada hacia lo que parecía una corteza de árbol, toda arrugada en su superficie, que Mario había depositado sobre la mesa de centro de mi casa.
― Pues a mí me parece un pedazo de árbol o un montón de basura.
Mario fumaba nervioso. Viéndolo bien, tenía un aspecto pálido cadavérico con matices verdosos pero, como Mario siempre había sido un drogadicto, pues ese era su color natural desde años atrás.
― ¿Es una broma, cierto? Ya sé. Te envió Andrés para reírse de mí, ¿no?
Mario siempre había tenido una mirada huidiza, cuando hablaba con alguien veía hacia todas partes menos el rostro de su interlocutor. Respondió.
― No, no me manda Andrés.
― Entonces te manda Víctor, ¿no?
― No me manda Víctor.
― Entonces, ¿quién carajos te manda?
― No me manda nadie. Eres escritor, ¿no? ¿Te debe de interesar un libro como éste, no?
― Pero ¿qué libro, ni qué ocho cuartos? Esta madre que estás dejando aquí es un montón de basura, ¿Cuál Necronomicón?
ESTO NO ES FICCIÓN
Episodio QUINCE
PROMETEO
“…porque vista cosa es que en este mundo no nacen todos los hombres iguales, así en generosidad como en virtudes…”
Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España .
Bernal Díaz del Castillo .
Por José Agustín Orozco Messa
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Como suele suceder, Benito Nieto Alegre nació en el seno de una familia como tantas. La madre era ama de casa y encargada de “criar” a sus hijos. Lo que debía entenderse como ser pedagoga, enfermera, cocinera, administradora y lo demás que hiciera falta. Mientras el padre era obrero en una empresa de la nación, lo que se pensaba, significaba que sería una empresa sólida por el resto de la eternidad. Quién iba a pensar, menos adivinar, que esa eternidad se acabaría en menos de dos décadas a futuro. Porque el gobierno iba a privatizar todas esas empresas y habría despidos en masa por todo el país. Engrosando las, ya de por sí, gordas filas del desempleo. Pero, en ese momento, todo parecía estar bien. Sin embargo, en la realidad, para la madre de Benito la expresión criar a los hijos venía significando: darles de comer a sus horas; gritarles cuando estuvieran haciendo mucho escándalo; regañarlos cuando no hicieran lo que se les dijo debían hacer y mandarlos a dormir temprano. La palabra pedagogía ni siquiera formaba parte del vocabulario familiar.
Junto con Benito Nieto Alegre existían otros tres hermanos: dos hombres y una mujer. Todos mayores que Benito, quien casi vino a nacer de chiripa cuando no se le esperaba. Aunque, se dice que en este país: todos los mexicanos nacieron cuando no se les esperaba. Al menos, sucedió así: durante todos los siglos anteriores finalizando con el XX. Si bien, en lo que va del siglo XXI no se ve un gran cambio nacional en las estadísticas de natalidad. Sea como fuere, el caso es que entre sus hermanos y Benito existía una brecha generacional. Cuando vino al mundo sus hermanos ya estaban a punto de ingresar a la enseñanza primaria y él pues era un bebé. Cuando ya podía caminar y hablar, pues hablaba solo porque nadie de sus hermanos le hacía el menor caso. Y la mamá, que para esas alturas ya debería de tener un doctorado en cuidar y educar hijos… Seguía con la misma práctica pedagógica de gritarles a los hijos si no dejaban de estarla importunando.
ESTO NO ES FICCIÓN
Episodio CATORCE
¡CON HABILIDAD Y PICARDÍA!
“…Any team can beat any other team on any given sunday…”
Pat Toomay .
NFL Player [1970-1979] .
Por José Agustín Orozco Messa
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Ya se veía venir, por la sencilla razón de que exactamente lo mismo pasa cada cuatro años. Parafraseando al bueno de Gabo: era la crónica de una muerte anunciada. Así y todo, se encontraban reunidos, para ver las olimpiadas y, de paso, para olvidarse de la rutina diaria con una maratónica transmisión televisiva de alrededor de veintiún días de deportes en todas partes: Ricardo Naranjo, llamado por sus amigos, Richard y Fortunato Barradas ambos alumnos de la facultad de artes plásticas y/o visuales. Bernal Almazán Merino, representando a la facultad de teatro y Aristeo Cano Mina, por el glorioso conservatorio universitario.
DIA UNO
Antes de arrancar con la inauguración, empezaron los partidos de futbol soccer donde los compatriotas, coloquialmente llamados “paisas” por ser apócope de la palabra: paisano. [Aunque, también se puede utilizar de manera peyorativa para referirse a un compatriota que es provinciano y está de visita en alguna gran ciudad, es decir, es un paisa (sic): alguien que desconoce el lugar y por lo tanto, está fuera de su posición real y en riesgo de cometer errores]. Iban a defender su título ganado cuatro años atrás. Los locutores empezaron con mucha enjundia, su narración…
― Hoy vamos ver un gran encuentro. Aunque estamos ubicados en un grupo difícil porque tenemos equipos muy fuertes con nosotros compitiendo por pasar a la siguiente ronda. Sin embargo, los compatriotas tienen muchas posibilidades…
ESTO NO ES FICCIÓN
Episodio TRECE
Los cuentos que yo cuento…
[Part One]
Dedicado al gran maestro Joaquín Sabina.
“…Ya los locutores, lo saben, lo saben… Y los periodistas, lo saben, lo saben… Ya los ingenieros, lo saben, lo saben… Todos los del poli, lo saben, lo saben… Ya también los Pumas, lo saben, lo saben… Todos los rebeldes, lo saben, lo saben… Los que están oyendo, lo saben, lo saben… Los que están parados, lo saben, lo saben… Los que están sentados, lo saben, lo saben… Esos grandototes, lo saben, lo saben… Ya los chaparritos, lo saben lo saben… Todos los güeritos, lo saben, lo saben… Menos los prietitos, lo saben, lo saben… Los que me faltaron, lo saben lo saben…”
La Boa .
La Internacional Sonora Santanera .
Por José Agustín Orozco Messa
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Acacio Prieto Urdangarín de los Montejos. Era Prieto por parte de padre y Urdangarín de los Montejos por parte de madre, según ella, de ancestros del país vasco. Como, al joven Acacio, se le ocurrió la brillante idea de dedicarse a las artes y en su casa, como eran muy liberales: su mamá era psicóloga y su papá, empleado de la compañía de petróleos. Pues lo alentaron; bueno, realmente fue la madre quien lo alentó pero el resultado fue el mismo.
Además, por aquellos tiempos, ser empleado de petróleos era como haberse sacado la lotería sin comprar billete. Tenías asegurado un salario muy por encima de la media nacional y prácticamente de por vida. Con el inigualable plus que, todos los empleados de petróleos, se auto jubilaban con apenas veinte años de servicio en la empresa. Entonces, a los cuarenta y pocos años de edad, se dedicaban a otra cosa gozando de salario completo. ¡Al fin que era dinero del gobierno!, no importaba. Los más avarientos, continuaban trabajando para petróleos aunque ahora, por contratos temporales, de manera que cobraban doble sueldo. ¡Por eso éste país era el cuerno de la abundancia! Aunque, el grueso de los jóvenes jubilados, decidía dedicarse el resto de su tiempo, a rascarse la panza en su casa, gozando de su salario completo.
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Episodio ONCE
Should I stay or Should I go?
“…Should I stay or should I go now? Shold I stay or should I go now? If I go there will be trouble and if I stay it will be double…”
The Clash .
Por José Agustín Orozco Messa
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Eran los primeros años de la década de los ochentas y Aristeo Cano Mina ya estudiaba en el glorioso conservatorio de la universidad local. Luego de salir airoso de los exámenes de admisión por pura casualidad. Como ya sabemos, Aristeo soñaba con ser una estrella del rock’n’roll. De modo que siempre trataba de estar al tanto de lo último de lo último del plano musical. Ahora sería algo bien fácil y que casi cualquier tonto lo puede hacer, principalmente: gracias al Internet. Sin embargo, en aquellos citados años, había que gastar dinero en comprar revistas especializadas sobre la materia. Que la mayoría de las veces, no tenían lo que interesaba a Aristeo, sino que eran más de lo mismo porque estaban escritas para un público general y no para gustos especializados como el suyo. Además, el canal de MTV todavía estaba en pañales y tenía pocos meses de haber iniciado sus transmisiones. Sucediendo lo mismo que en las revistas especializadas: tenían una programación musical extremadamente heterogénea donde prácticamente no existían los videos que interesaban a Aristeo.
En el rubro que más dinero tenía que invertir Aristeo, era en la compra de material sonoro. Es decir, en adquirir los discos o acetatos, como se les conocía por aquellas pre-históricas décadas a los discos de plástico: negros, pesados y extremadamente frágiles, donde venía grabada la música. Era el único modo de oír específicamente la música que a ti te gustara, a menos que fueras al concierto y lo hicieras en vivo. ¡De veras que, visto a la distancia, aquellos eran tiempos primitivos! Como dirían y hoy dicen, realmente, los actuales chavos que forman parte de la generación del teléfono inteligente o Smartphone ja ja, quienes sienten que se les acaba el mundo si un día no hay Internet y no se pueden conectar. No, pues en aquellos tiempos que se estaba más aislado que una ínsula, ¡ni pensarlo! Se nos hubieran muerto de tristeza los chavos de la actual generación Smartphone.
Cartel Ricotero
LA MARCA DEL INDIO SOLARI
Por Marcelo Olivares Keyer
I CICLO DE CIELO SOBRE VIENTO
La Provincia de Buenos Aires bien pudo haber sido un país, y de hecho estuvo a punto de serlo, pero los avatares político-militares del siglo XIX terminaron por impedirlo. Pero parece un país, con esa enorme extensión en la que alberga varias decenas de ciudades del más variopinto pelaje, con esa pampa que puede alimentarlas sin problema, y con sus dos litorales: el fluvial por el norte, embarrado en las ciénagas convergentes de los ríos Uruguay y Paraná, y el marítimo por el este, en el que la provincia forma una redondeada proa que mansamente se interna en el mar tenebroso. Y fue en las inmediaciones de esta proa al Atlántico Sur, más exactamente en el balneario de Valeria del Mar, en donde un día de mediados de los años 70 dos jóvenes adictos al cine decidieron -en vez de hablar de cine- HACER cine, y se lanzaron a hacerlo. Las cámaras y el equipo en general los puso, claro, el de más guita, llamado Guillermo Beilinson, nacido en la ciudad de La Plata (capital de la Provincia), hijo de un exitoso empresario; los guiones corrieron por parte del otro integrante de la dupla, un joven artesano adicto a la literatura, el que, tras un fugaz paso por Bellas Artes, fluctuaba entre la aún bullente movida rock-hippie de La Plata, y un bucólico retiro en Valeria del Mar, en donde sus viejos providencialmente habían adquirido una casa. El muchacho se llamaba, igual que su padre funcionario de correos, Carlos Solari, y en el aún semidespoblado balneario no sólo encontraba la necesaria paz que todo aprendiz de beatnik precisa de tanto en tanto, ahí también convergían ex luchadores de Martín Karadajián, algún escritor ya de vuelta del juego de la fama, no pocos militantes de todas las izquierdas que por esos días comenzaban a caer en desgracia, y sobretodo esos jóvenes de mediados de los setenta que alcanzaron a sentir con su propia piel los últimos efluvios del hippismo, pero que muy pronto tuvieron que aprender a morigerarlos. Por ahí merodeaba también un chileno llamado Elio López Torres, quien, con algo más de experiencia, asesoró a la dupla de aprendices de cineastas, los que tras unos cuantos ejercicios de filmación produjeron su primera obra hecha y derecha, un cortometraje en el que la ciencia-ficción apocalíptica se permite claras alusiones a los tiempos duros que ya se instalaban. Como buenos hippies, para bautizar la obra consultaron el I Ching, y el milenario oráculo respondió: Ciclo de Cielo Sobre Viento.
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Episodio DIEZ
El Escenógrafo, el ladrón, la oportunidad y Richard
Por José Agustín Orozco Messa
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Era un viernes por la noche. Después de un largo día laboral… Bueno, no exactamente laboral porque ellos no eran empleados asalariados. Eran estudiantes. Empero, laboraban como estudiantes y trabajaban duro estudiando para aprender… Bueno, eso también es un decir, porque, para ser sinceros, se esforzaban, en una escala del 0 al 100, apenas a un 75 u 80%... Claro que si lo comparamos con las generaciones actuales… Las cuales, ¡ni siquiera estaban por nacer en ese viernes por la noche!, quienes ocuparán las aulas veinte o más años después de ellos: entonces, ese 75 u 80% los convertiría en súper estudiantes.
Porque los estudiantes de la actualidad se la pasan chateando en el celular durante todas las clases… Y tienen un desconocimiento pasmoso de todo lo que existió, hasta antes de que ellos cumplieran siete u ocho años de edad. Es decir, si les mencionas algo ocurrido en la década final del siglo XX. ¡Pareciera que estas refiriendo algo sucedido dos mil años atrás! Algo tan ancestral que es imposible que ellos, ¡los nacidos a partir del año dos mil!, lo tengan que conocer.
De modo que, para dar clases, no se pueden poner ejemplos prácticamente de ningún tipo: ¡porque los alumnos desconocen todo! Ah, pero eso sí, vivimos en la época de la comunicación. Donde a través de las redes informáticas, podemos ver la superficie del planeta Marte desde nuestra computadora… Pero, paradójicamente, los alumnos universitarios no saben leer correctamente y, a veces, no saben redactar un texto coherentemente aunque sea lleno de faltas de ortografía. Escriben igual, por no decir peor, que estudiantes de nivel primario quince años menores que ellos.
HANITO GENIO DEL PLACER- Primera Película PORNO en CHILE
Felipe Vilches Rubio
Filosofón, atache culturel...
Todos los dias pasaba forzosamente frente a la Botillería El Corcho Abstemio en Bellavista. Yo no bebo alcohol. Veia al Jano con sus rulos negros su cara blanca y su sonrisa blanca detrás del mostrador, las rejas con los tres candados, y solo una ventanita para atender a los cabros, las mujeres y las bandas más nocturnas buscando cervezas, bebidas, botellas de Pisco, cigarros y galletas.
Como todos, pasaba caminando lento a la casa.
El Jano apareció en la puerta y me dijo :
Oiga Felipon... Ud es guionista- y me paso el porro a lo argentino, era de fuego puro, y empecé a toser:
- Efectivamente conteste. Soy el guionista.
-Ah…Ud es el mítico guionista de Takilleitor, y yo con Barrera queremos hacer una película porno-
Jano, tenía los ojos abiertos como zapatos viejos.
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Episodio OCHO
SATURDAY MORNING…
“Todo es cambio lo que hiciste ayer está ahí es diferente a lo que hiciste hace una hora hace un segundo ya no cuenta para este momento así es la onda ésta es la onda por eso me gusta beber embriagarme hasta morir para ver las cosas distintas ver algo otra onda…”
PASTO VERDE pp24.
Parménides García Saldaña
Por José Agustín Orozco Messa
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Aristeo Cano Mina salió de su casa el sábado por la mañana. Estaba a mediados de año y el clima era agradable: soleado y fresco. Normalmente los sábados por la mañana se quedaba hasta tarde en su cuarto, sobre todo si la noche anterior se había desvelado mucho en alguna fiesta o reunión. Cuando no ocurría eso, es decir, cuando se quedaba en su casa tranquilamente el viernes por la noche y se acostaba temprano. Entonces, el sábado por la mañana se despertaba a media mañana y, antes de levantarse de su cama, se forjaba un cigarrillo verde para fumarlo tranquilamente. Era el llamado “despertador”. Desde hacía un semestre esa era su rutina.
Como ya he comentado, Aristeo Cano no fumaba más que tabaco y bebía cerveza, hasta antes de ingresar al conservatorio universitario donde adquirió nuevos gustos recreativos, por llamarlos de algún modo. Pero en esta ocasión, ni se había desvelado la noche anterior y sí se había levantado temprano ese sábado en la mañana, ¿Por qué? Pues precisamente porque se le había terminado su reserva de material para hacer sus cigarrillos “despertadores”. De manera que se dirigía a visitar a un amigo para que le invitara: “el toque mañanero”.
No sé por qué, pero los adictos a fumar marihuana acostumbran ponerle nombres graciosos o sobrenombres a sus actividades. Entonces, fumarse un cigarro al despertar, es el “despertador”. Ir con un amigo o, que un amigo llegue a la casa de uno, y fumarse un cigarro con él, si ocurre antes del mediodía, se denomina “un toque mañanero”. Pero, si lo fuman y se van ambos a la calle, entonces se denomina: “el caminero”, sin importar si es de mañana o tarde, o hasta de noche. Y así por el estilo.
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Episodio SIETE
PAPELITOS HABLAN*
*Expresión usada para referirse a que es
mejor un acuerdo escrito que uno verbal. Dícese:
“papelito habla”, es decir, un documento me respalda;
similar a: “las palabras se las lleva el viento…” .
Por José Agustín Orozco Messa
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Mal que bien, Fortunato Barradas ha sobrevivido a casi toda la carrera. No va en primer lugar pero se mantiene. El primer conflicto con un docente lo tuvo cuando se le ocurrió seguir los pasos de su condiscípulo Richard Naranjo y se cambió a otra clase de dibujo. En estos “tiempos modernos” y no me estoy refiriendo al clásico de Charlie Chaplin sino a este presente que vivimos ahora: es muy común poder pedir un cambio de docente en cualquier licenciatura universitaria. Sin embargo, en aquellos tiempos estudiantiles de Fortunato ¡eso era muy mal visto! Aunque los docentes no se tragaban unos con otros, todos se ofendían. Porque se estaba dando a entender que ¡ese docente no servía y por eso el alumno se iba! Pero, si se cuestionaba la sapiencia de uno se podía cuestionar la de todos. Por eso cerraban filas.
Lo único que evitó que corrieran de mala manera a Fortunato de la facultad de artes fue que realmente tenía talento para las artes, de manera que hubo por allí voces anónimas que pidieron calma y el asunto quedó, más o menos, en el olvido. A final de cuentas, Richard Naranjo se fue solo y Fortunato terminó regresando a su clase de origen.
Empero, la segunda vez fue más seria y casi lo echan a la calle. Como Fortunato era amigo nada menos que de Burundanga y estuvo entre el minúsculo grupo que lo apoyó en sus desmanes políticos, siguiéndolo como borrego. Cuando Burundanga fue, merecidamente ¡eso sí!, expulsado de la facultad de artes, varios docentes y administrativos apuntaron sus armas hacia Fortunato.
ESTO NO ES FICCIÓN
Episodio SEIS
¿QUÉ QUIERE CRISTOS…?
Por José Agustín Orozco Messa
By Copyright©José Agustín Orozco Messa.
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Cristos es todo un personaje. Claro que, de entrada, debo aclarar que no estoy hablando del histórico prohombre, ¡célebre porque se murió en la cruz para fundar una religión de la cual no recibió ningún beneficio! Los que la popularizaron después de él, ¡esos si cobraron las regalías! Bueno, a menos que seamos bien crédulos por no decir estúpidos y nos creamos esa historia de que se fue al cielo a reinar; porque si no…, pues entonces ¡realmente sí hizo un buen negocio con dejarse clavar al palo ese por los romanos! Pero mejor dejémoslo ahí porque esa ya es otra historia y ahora estoy contando ésta. Así que, no, señor, no. ¡Yo me refiero a todo un artista y bohemio que habita en cierta ciudad del interior de la república mexicana!
Él se define a sí mismo como un poeta y ya. Otros dirán que es un borracho y ya. Pero entre uno y otro extremo, tenemos a todo un personaje, como ya he acotado. Físicamente es alto y corpulento como un oso e igual de peludo; aunque su cabello es chino rizado por lo que, en lugar de caerle largo y lacio sobre la espalda, más bien se yergue cual corona sobre su cabeza. Dándole una apariencia redonda como si trajera un casco sobre de ella. Hirsuta melena que más lo emparenta con el pagano Dionisos que con tan sacro tocayo. Se ha de rasurar, más bien, una vez a la semana. Por lo que siempre tiene pelos en la cara que le oscurecen las facciones pero resaltan su sonrisa franca. Las modas van y vienen pero a él, le tienen sin cuidado. Todo el año: viste pantalones de mezclilla y botas vaqueras, ambas cosas desgastadas. En tiempos de calor usa lustrosas camisetas coloridas. En tiempos friolentos desteñidas camisas de franela y una vieja chamarra de cuero color café que parece herencia de su abuelito por lo raspada y deslucida que se aprecia.