NELSON GARRIDO Y LA FOTO COMO ESCENARIO DEL ESPERPENTO
NELSON GARRIDO Y LA FOTO COMO ESCENARIO DEL ESPERPENTO
Por: Carlos Yusti
A los pocos días de conocerse que Nelson Garrido había obtenido el premio Nacional de Artes Plásticas enseguida el mundillo cultural salió de su letargo de prebendas y subsidios institucionales para objetar semejante premiación. Aduciendo en primer lugar que el galardonado no era pintor y en segundo lugar diciendo que su obra era un atentado al buen gusto. Ataques y defensas ocuparon cierto algún espacio en revistas y páginas culturales. En lo particular intuyo que no se reconoció una trayectoria (para ese momento Garrido apenas tenía 32 años) ni mucho menos se premió un trabajo fotográfico de alta trascendencia. Más bien se premiaba una estética del contravalor, o sea una estética contraria a los preceptos plásticos que maneja la burocracia cultural y la cual piensa en la obra de arte como objeto decorativo carente de peligrosidad. Se premió el desenfado, la burla al acartonamiento canónico, la desfachatez guarra. Se quiso reconocer el trabajo fotográfico con claras intenciones hostigadoras, con indudables visos de crítica esperpéntica hacia eso consabidos valores religiosos populares, hacia esa violencia mediática y consumista que ahoga las posibilidades de una vida creativa.
Enviar un comentario nuevo