El Declive de las Artes Escénicas
El desarrollo de las Artes en Chile nunca ha sido fácil. No sólo hay que tener en cuenta la gran cantidad de artistas desempleados, además quienes se dedican a las artes escénicas muchas veces cuentan con la certeza de la corta duración de sus carreras, y hoy también surgen interrogantes sobre cómo será su calidad de vida una vez jubilados. En realidad estas interrogantes han existido siempre, pero sólo los artistas que han gozado de mayor fama parecen lograr trascender con sus dramáticos casos sobre aquellos a quienes les toca envejecer en condiciones paupérrimas.
Me encontré con Violeta Vidaurre en Plaza Italia, frente al teatro de la Universidad de Chile. Se alegraba de que el teatro estuviera resurgiendo, al ver los carteles actualizados junto a las grandes puertas. Caminamos por el Parque Bustamante mientras nos dirigíamos a un pequeño café. Antes de iniciar la entrevista una mujer se le acercó tímidamente con una servilleta y un lápiz en la mano para pedirle un autógrafo.
A pesar de que Violeta ya jubiló, sigue realizando trabajos esporádicos que le permiten subsistir. Ocasionalmente la llaman de algún canal de televisión para que realice recreaciones y también se mantiene trabajando en teatro. Dice que en el teatro se gana muy poco, a diferencia de antes, cuando las temporadas eran largas y uno podía vivir bien del oficio. "Antes estrenaban una obra y estaban tres meses por lo menos. Ahora con suerte están un mes."Violeta Vidaurre recibe por su jubilación 157 pesos mensuales, de la AFP Provida. Parece una broma cruel, pero es cierto. Ni siquiera va a buscarlos. Al menos Violeta obtuvo una pensión de gracia, la cual le fue otorgada por el gobierno. Son 87 mil pesos. "Eso es lo que me salva bastante. Hay gente que está mucho peor que yo. La gente que no puede seguir trabajando o quienes nunca se inscribieron en los empleados particulares. Y los que nos metimos en AFP también fue pésimo porque la AFP te da el dinero que tú alcanzas a pagar ahí mensualmente, o sea que son 2 ó 3 millones que a mí se me terminaron hace mucho tiempo" explica. En el ámbito de la danza el problema fundamental es que las carreras de los bailarines son particularmente cortas y dependen de cómo se mantengan físicamente, por lo tanto la gente de más edad va quedando fuera y vive en muy malas condiciones. Provisionalmente los bailarines no tienen respaldo, pues rara vez los contratan. Trabajan a honorarios y les pagan cuando bailan para un evento específico o realizan clases, de manera que depende ellos mismos armarse su previsión, lo que muchas veces resulta difícil por la prioridad de preocuparse del precario presente en vez del futuro. Para los actores la situación también es difícil. Las ganancias que obtienen al trabajar en teatro son escasas, y cada vez hay menos espacio para ellos en la televisión una vez que llegan a la vejez. "Las personas de cierta edad ya no tienen cabida, ya no se hacen las historias que habían antes en las teleseries, eran más completas" según Violeta, quien aclara que esto no siempre fue así.
La "eutanasia" de los artistas
Si un artista sufre una enfermedad degenerativa o encuentra su salud demasiado deteriorada para seguir trabajando, su situación empeora aún más, pues las pensiones no alcanzan para sobrevivir y es peor si tienen gastos médicos o deben pagar arriendo. Violeta tiene la suerte de encontrarse lúcida, permanecer activa y vivir en casa propia. "Aún así, a veces me las veo negras" dice. Cuando le pregunto que cómo se las arreglan quienes ya no pueden seguir actuando, me contesta: "Que un actor que ya no tenga la posibilidad de seguir trabajando es fatal. Es como que te hagan la eutanasia".
Las pensiones rara vez alcanzan. Generalmente son malas para los actores porque pasaron muchos años trabajando sin tener previsión. Violeta dice: "Nosotros no teníamos Fonasa, no teníamos nada hasta el año 81, cuando salió una ley en la que nos podíamos inscribir en los Empleados Particulares, salvo el Teatro Universidad de Chile que tenía a sus actores como empleados públicos y tienen todos una jubilación bastante buena. Pero yo empecé a hacer teatro el año 59 y recién me inscribí en Fonasa el 81. Entonces, cuando nos llegó el tiempo de jubilar, eran muy pocos años y por eso las pensiones son tan malas y hay muchos actores que nunca se metieron a esas cosas que es la gente que está peor." El 1 de noviembre de 2006 aparece la ley N° 19.889, cuya función es aclarar los vínculos laborales de los trabajadores de arte y el espectáculo. Establece nuevos tipos de trabajo a plazo fijo, como los contratos por una o más funciones, por temporada, por obra y proyecto. La ley también norma el derecho a vacaciones, a descanso semanal, a fuero maternal y la jornada laboral de los artistas, que eran materias que antes se encontraban indefinidas. Sin embargo, en la práctica han surgido efectos no deseados, como el problema de quienes dependen económicamente de sus cónyuges y quedan desprotegidos de su amparo formal y permanente al estar afectos a una relación laboral esporádica. Al tener un contrato de trabajo dejan de figurar como carga familiar de sus parejas. Ante estas problemáticas surge la pregunta de cómo la Nación puede argumentar que está promoviendo el Arte si no facilita las condiciones de trabajo de los artistas. Ni el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, ni las leyes que descansan en el congreso esperando ser aprobadas, parecen ser de mucha utilidad. No hay forma de promover el arte si no tenemos artistas que expongan su trabajo. Y si envejecer siendo artista es tan terrible, además de tener claro el alto riesgo de desempleo, los bajos salarios, y muchas veces ni siquiera alcanzar el reconocimiento merecido, o que a pesar de este reconocimiento tengan una pensión miserable a la hora de jubilar, ¿cómo esperan que la gente joven elija dedicarse al arte? Muchas veces ante la pasión por el arte triunfa la racionalidad que les dicta a nuestros jóvenes dedicarse a carreras más rentables.
UUUUUUfffffffffme parece un
UUUUUUfffffffff
me parece un tema muy dificil de abordar...pero que no creo que esté determinado por una sola visión. Es decir, -el menos precio de la vejez del artista por una situacion economica-
...¿Que es primero?...la perdida en el control de la economÃa o la perdida de la fé en el arte?
El asunto es que mucho peso cae en la vejez de todo el mundo...toda la gente pasado de los 60 o 70 años...desaparece lentamente del mapa activo de la ciudad...y pasa a un rincón...Debe conformarse con darle miguitas de pan a las palomas en la plaza del barrio, chochear con el nieticito -si lo hubiere-, hacer cola en el consultorio para atenderse de las multiples enfermedades e ingresar al programa de hipertensos...y bueno de paso enterarse delas ofertas de las funerarias locales...
Obviamente que en nuestro medio -artistico-, pasar del escenario a esa decadente realidad, se hace más cruel por el contraste de imagenes...Pero es bueno resaltar que existen tambien otros medios para enfrentar ese periodo sin caer en el lamentismo...son opciones libres obviamente, si la gente se siente bien asumiendose tan alicaidamente pues hay que permitirlo, pero hay que tambien pensar en lo positivo. -muy buena suerte-
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