Responder al comentario
Situación neblina con Pelusa Trincado Y Paulina Paullets fragmento de SUMERGIDAS from Vicky Larrain Pizarro on Vimeo.
SITUACIÓN NEBLINA
Por Vicky Laŕaín
A pesar que este absurdo que nos rodea tengo y deseo para todos una esperanza viva y encerrada con mis dos perros en el departamento que habito, saliendo solo a la esquina para no estresarlos y ver a la gente escondida bajo su rostro mascarilla. En realidad, solo se ven los ojos algo desbocados parecidos a algún caballo obligado a correr para no morir. Intento transformar el tiempo en algo ilusorio, la noche en día y al revés quedándome hasta muy tarde la mirada perdida.
Desde mi ventana veo gente sigilosa, la calle llena de personas durmiendo en la vereda intentando taparse con diarios o bolsas de basura.
Pienso que en algo el planeta parece una película de ciencia ficción y de aquello no estamos lejos. Es extraño pero el saberse aún más sola me ha llevado implacablemente a entrar en el pozo profundo del inconsciente, en saber que existe una persona dentro que podrá salir desde la sorpresa.
Escribo y solo escribo, a veces la página quedará en blanco otras garabateada y las menos con algo de sentido. La vida se cruza con la oscuridad en este invierno que promete frío.
No deseo ver noticias engañosas, tampoco programas de divertimento constante. Una morbosidad se pasea por las preguntas, una demagogia y populismo entrelaza a los funcionarios. Y entonces recuerdo a la gitana.
De ella dicen que agarró todos los vestidos los trapos y que se fue por el mundo del frío al calor y al revés. Que entró a los palacios y les dijo a los príncipes todos y en su cara que deseaba, al medio el ritual. Fue por eso que la echaron, ella tiro al blanco. También dicen que llegó a las casas sin avisar destruyendo todo y armando un tablao de pura pena.
Tenía un inseparable lobo que aullaba temblando de incertidumbre sin poder disimular su rabia, por lo que un día agarró los vestidos los trapos y un tambor y se fue pregonando el grito gitano por pueblos y aldeas. Cuando cumplió años y vio a los hombres detrás de los escritorios inmóviles o agazapados los escupió y maldijo. Le dijeron que no era época de hacer esas cosas por lo que se sentó frente al mar hasta transformarse en estatua.
Hoy su espalda desnuda y esquelética sirve para que los gobernantes hagan cálculos de todo tipo y censuren la palabra hambre que se filtró desde las aldeas más empobrecidas.
Hoy solo se prioriza la riqueza dicen que los acomodados son los únicos que sobreviran. Que la casa de piedra está llena de sombras y algunos robots para dejar la poética atrás. Eso dicen.
Acostumbrada a mis clases me meto en zoom y veo los rostros a cuadritos. No toco, no tocamos. Sin el abrazo necesario para el cuerpo vivo.