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Deconstruir la Tradición. Acerca de las otras historias del Arte (IV Parte):
Visibilizando artistas chilenas
(o por qué es necesaria una Editatón de Mujeres Artistas)
Visibilizando artistas chilenas (o por qué es necesaria una Editatón)
Hace unos meses, cuando recibí la invitación de Gloria Cortés Aliaga, curadora del Museo Nacional de Bellas Artes, para participar de la Editatón, sin saber mucho de qué se trataba, me comprometí inmediatamente con ello. Difícil no hacerlo, pues tocaba mi fibra y se trataba de unir fuerzas entre historiadoras, gestoras y artistas, para subsanar una deuda historiográfica que muchas venimos denunciando desde hace ya un buen tiempo, de la que lamentablemente no han hecho eco buena parte de los financiamientos que podrían contribuir a reconducir esta historia (esto lo digo por experiencia propia). Pero eso cambia ahora: y se trata de este proyecto, apoyado por ONU MUJERES e instado por ART+FEMINISM, que busca visibilizar a nuestras artistas a través de la plataforma wikipedia, para lo cual también contamos con el apoyo de Wikimedia Chile. Allí es donde nuestra labor toma vuelo: develar y visibilizar aquellas artistas que han contribuido a la mitad de nuestra historia del arte: dibujantes, pintoras, fotógrafas, escultoras, instaladoras, artistas de acción que tendrán (por fin) su espacio, que construiremos desde la sororidad y el trabajo colectivo.
La premisa: visibilizar para poder nombrar. Y lo que sigue: nombrar para que exista. ¿Qué ocurre con aquello que no se nombra?, ¿deja de existir?. Esta podría ser una de las bases que nos ha movilizado hasta darle un cuerpo y un formato: realizar una editatón de mujeres artistas chilenas. Nombrarlas y reconocerlas en el ciberespacio. Contribuir con aquella mitad de la historia, aquella a la que siempre hacemos referencia, que en su mayoría se desconoce: aquella que es protagonizada por mujeres. Mujeres artistas en nuestro caso.
Hace ya unas décadas, la zoóloga y teórica feminista Donna Haraway nos dejó una base teórica para esto, impulsando a realizar acciones, que se podrían considerar, de este tipo. Su publicación, titulada: “Manifiesto cyborg: ciencia, tecnología, y feminismo socialista a finales del siglo XX” fue publicada en la revista Socialist Review en 1985 por primera vez. Muchos años ya, pero si reelemos lo que propone, se trata precisamente de esto: Haraway instaba a entrar al ciberespacio y a crear espacios desde allí, desde la escritura, abriendo un campo en el lenguaje. En el fondo y releyéndola, nos insta a actuar desde dentro: ¿Y que otra cosa, sino hacer eco de aquello, es visibilizar a nuestras artistas?
De esto trata la investigación. De hacer una relectura crítica a las historia(s) del arte, desde una perspectiva feminista y de forma colectiva. Ello quiere decir que, esta vez, nos hemos unido para evidenciar la necesidad de deconstruir la historia del arte actual, la que nos han enseñado y poder ampliarla por aquella que hemos conocido al hacernos preguntas, en el ejercicio mismo de la investigación y la difícil tarea que cada una de nosotras ha hecho: escribir historia(s) del arte. Desde esta mirada, resulta preciso abrir nuevas interrogantes, profundizar en ellas y tirar del hilo. Reconstruir parte de aquella historia sesgada que conocemos. Y reconocer a nuestras creadoras como parte de la misma historia. De esto saben nuestras compañeras en México, Perú, Argentina, Uruguay, España, entre otros países, que se han organizado de esta forma, a través de editatones, y han buscado paliar los sesgos de género con los cuales se han escrito las historias del arte, de las ciencias, de la literatura o la arqueología, en fin, de las distintas disciplinas donde las mujeres han estado presentes y han contribuido. De esta forma, nos unimos a la actual corriente que busca (re)conocer a las creadoras. Lo que nos interesa especialmente del formato escogido –wikipedia- es que permite hacerlo de forma transgeneracional e interregional, contribuyendo a la descentralización, tanto de la geografía como de las instituciones. Y por supuesto, de las ideas.
Algunos datos que pueden servirnos para leer de cerca esta urgencia en nuestra disciplina, han sido preparados por las compañeras del Museo de Bellas Artes, Gloria Cortés y Nicole González (*) y sus cifras son bastante decidoras en lo que respecta a la colección:
Obras de artistas mujeres: 679 (11,82%)
Obras de artistas hombres: 4.405 (76,58%)
Obras de artistas desconocidos/as: 667 (11,60%)
Nos comentan además que el Museo ha comprado un 2,10 % de las obras para la colección a artistas mujeres. Lo llamativo, señalan, es que al considerar el universo de 5.751 obras de la colección, la cifra que representa a nuestras artistas corresponde apenas a 121 obras.
Este mismo ejercicio ha sido duplicado por la compañera Milencka Vidal para dos museos más y encuentra cifras como:
Colección de la Pinacoteca de la Universidad de Concepción (**)
Total: 570 (100%)
Artistas Mujeres: 25 / Obras: 61 obras (10,7%)
Artistas Hombres: 116 / Obras: 443 (77,7%)
Obras de artistas desconocidos/as: 66 (11,50)
Colección Museo de Arte y Artesanías de Linares (**)
Total: 200 (100%)
Artistas Mujeres: 21 / Obras: 30 (2,3%)
Artistas Hombres: 76 / Obras: 170 (13%)
Otros (artesanías u obras de artistas desconocidos/as): 103 (84,7%)
A propósito de estas cifras y del proyecto mismo, un buen ejemplo de lo necesario que nos resulta como territorio hacer lo propio con nuestras artistas, es lo ocurrido recientemente en el Museo de Bellas Artes, concretamente con la acción “Esta obra es de una artista chilena”. Una acción, por decirlo menos, bastante incomprendida por un buen número de visitantes. Afirmo esto debido a que resultó ser muy criticada en cuanto al resultado visual, más que por la acción en sí misma: lo que representaba y proponía. Para quienes no tuvieron oportunidad de verla, puedo comentarles que se trataba de ver expuestas y tapadas con bolsas de basura negra todas las esculturas del hall del museo, realizadas por artistas considerados maestros, mientras sólo se podían apreciar aquellas realizadas por las escultoras Rebeca Matte, Laura Rodig, Lily Garafulic y María Fuentealba.
Fotografía: Gloria Cortés
Fotografía: Gloria Cortés
Quiero dejar en claro que esta forma de (re)presentarlas no se trata en absoluto de una obra en sí misma, ni de una acción artística como podría pensarse, sino de una acción curatorial, con lo cual, las coordenadas de lectura varían. O deberían, al menos, ya que no resulta posible criticarla o cuestionarla desde un punto de vista meramente estético, sino que es preciso adecuarse desde dónde es realizada y bajo qué criterios. Adicionalmente, subrayar la valentía con la cual se lleva a cabo este gesto curatorial, pues desplaza al espectador/a de su situación de disfrute para proponerle reflexionar acerca de la invisibilidad de las artistas en museos, además del guiño que hace al conflicto con el que día nos encontramos: la violencia hacia las mujeres (física, simbólica y estructural). Por ello lo menciono aquí, en medio de un texto que busca visibilizar el proyecto de la Editatón de Mujeres Artistas, porque me parece que enmarca precisamente aquello: la invisibilización persistente en los museos y en las colecciones permanentes de éstos. ¿De verdad puede llegar a molestar tanto ver las obras creadas por las artistas, so pretexto de la estética de lo oculto?, ¿dónde estamos poniendo el foco cuando revisamos nuestra(s) historia(s) del arte?, ¿esperamos que desde los museos se repitan permanentemente los discursos o estamos abiertos/as como espectadores/as a nuevos cuestionamientos?
Participamos del proyecto Editatón de Mujeres Artistas:
- Varinia Brodsky, Consejo Nacional de la Cultura y las Artes
- Gloria Cortés Aliaga, Museo Nacional de Bellas Artes
- Paola Andrea Uribe Valdés, Patrimonio y Género DIBAM
- Doralisa Duarte, Biblioteca MNBA
- Eva Cancino, Departamento colecciones MNBA
- Natalia Keller, Departamento colecciones MNBA
- Nicole González, Departamento colecciones MNBA
- Paula Palacios, Archivo Nacional
- Francisca Luna Marticorena, Archivo Nacional
- Marcela Mónica Morales Llaña, Archivo Nacional
- Alessandra Burotto, Museo de Arte Contemporáneo
- Loa Bascuñán Zegers, Museo de Arte Contemporáneo
- Ximena Moreno, Museo de Arte Contemporáneo
- Daniela Berger, Museo de la Solidaridad Salvador Allende
- Soledad García, Museo de la Solidaridad Salvador Allende
- Carolina Olmedo Carrasco, Universidad de Chile
- Paulina Barrenechea, Archivo RAV, Concepción
- María Fernanda Ortiz, Archivo RAV, Concepción
- Cynthia Francica, Universidad Adolfo Ibáñez
- Georgina Canifru, artista visual
- Milencka Vidal, historiadora del arte
- Marla Freire Smith, artista e historiadora del arte
Contamos con el apoyo de:
- Sofia Brera, ONU Mujeres
- Alejandra Estay, ONU Mujeres
- Marco Correa, Wikimedia Chile
Bibliografía/ referencias:
- (*) Cifras comentadas en el Documento de trabajo elaborado para este proyecto por Gloria Cortés Aliaga y Nicole González.
- (**) Cifras realizadas por Milencka Vidal para este proyecto, considerando la base SURDOC.
- Haraway, Donna, “Manifiesto cyborg: ciencia, tecnología y feminismo socialista a finales del siglo XX”. <http://www.icesi.edu.co/blogs/antro_conocimiento/files/2012/02/Haraway_MANIFIESTO-CYBORG.pdf >
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Acerca de la autora:
Marla Freire-Smith: Investigadora en arte contemporáneo, académica y artista. Doctora en Historia y teoría del Arte por la U. Autónoma de Madrid; Experta en Docencia Universitaria y Máster en Historia de Arte Contemporáneo y Cultura Visual por la U. Autónoma de Madrid y el Museo Reina Sofía; Máster en Escenografía por la U. Complutense de Madrid y Licenciada en Arte por la U. de Playa Ancha, Chile.
Líneas de investigación: arte contemporáneo, memoria, poder, estudios de género en el arte. Mi trabajo visual ha sido expuesto en diversos contextos y países. Más en: www.marlafreire.blogspot.com