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Flyer del foro de avance realizado en Galería Metropolitana, Santiago, diciembre de 2016.
La ilustración es de Daniela Gallardo Zderich.
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El libro Escena menor. Prácticas artístico-culturales en Chile, 1990-2015, actualmente en proceso de publicación, fue escrito durante el año 2015 gracias a una Beca de Creación Literaria categoría ensayo del Fondo del Libro y la Lectura del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes de Chile. Presento aquí la introducción a este volumen, el que cuenta asimismo con el patrocinio de la Universidad de Valparaíso.
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Introducción de Escena menor. Prácticas artístico-culturales en Chile, 1990-2015
por Carolina Benavente Morales
cbenavem@gmail.com
¿Qué tienen en común una acción de maniquíes arrojados al Mapocho con una tocata rock en un local de Bellavista, una fábrica de poesía en una carnicería y la aurática aparición de travestis en un festival de teatro universitario? ¿Qué transversalidad recorre la primera película ganadora del Premio Pedro Sienna, la exposición de un artista visual en una librería anarquista y las cerebrales historietas dibujadas por Clamton a inicios de los 1990? La respuesta a estas preguntas tiene una composición múltiple. Lo primero que puede decirse es que se trata de prácticas artístico-culturales, es decir, no son propiamente obras de arte que se dan a la contemplación en un carácter ya sea acabado o procesual, sino que involucran actitudes y comportamientos concretos de grupos e individuos con determinados posicionamientos e insertos en relaciones sociales. Estas prácticas pueden concebirse como la obra misma, pero mirada ahora como exploración, experimentación e intervención subjetiva y contextual; amalgamada con el flujo de la vida que la cristaliza.
Lo segundo común a este conjunto es mi propio yo, en tanto espectadora y a veces actora, propulsora y difusora de estas prácticas socioestéticas en su variedad, su desemejanza a veces conflictuada, su irregularidad. Porque las he presenciado a lo largo del último cuarto de siglo y también he formado parte de su actuar en una zona cultural difusa y sumergida, para sentir el contexto, reflexionarlo, dialogarlo y modificarlo. Tales prácticas buscan empujar límites, correr fronteras, tal vez establecer más lábiles demarcaciones, de manera de cambiar las propias coordenadas culturales de su hacer. Su rendimiento socioestético tiene una base ética, pues, a la vez que transforma nuestro régimen perceptivo, perturba algo de nuestro estar juntos, de nuestra politicidad. De allí que, del mismo modo, radiografía y biografía se entrelacen en este conjunto de ensayos. Involucrar a mi yo es una manera de cuestionarme lo que he hecho, así como una invitación a que cada cual vea y valorice su propio hacer.
Lo tercero común a aquellas prácticas es el período y el lugar en, desde, para o sobre el cual se llevan a cabo: Chile y, sobre todo, Santiago de Chile durante el período conocido como transición a la democracia, también designable como postdictadura. Pues hoy vemos que la elasticidad de la dictadura ha sido tal, que la propia actividad político-partidista está quedando por completo desacreditada. Esta capacidad del régimen dirigido por Augusto Pinochet de pervivir más allá de sus límites cronológico-formales, esta dictatorialidad operante en la democracia -haciendo el símil con la colonialidad actuante en el período republicano- permite utilizar el prefijo “post” adosado al de dictadura. Este uso, no muy original, permite a lo menos señalar la colindancia, el paralelismo y la interpenetración de temporalidades marcadas por el sin venir característico de la era contemporánea. Sin venir que, no obstante, enmarca y fundamenta un conjunto de prácticas emergentes en el sentido que le otorga Reinaldo Laddaga a la emergencia como condición creativa contemporánea de carácter procesual y experimental acotado[1].
El cuarto aspecto compartido por las prácticas abordadas en este volumen es que configuran lo que yo llamo una escena “menor”. Con el fin de dialogar con las aproximaciones en uso sobre las artes, tomo la noción de escena en el sentido común que se le otorga a un conjunto articulado de propuestas estéticas que se dan a la observación en cierto momento y lugar. Sin embargo, asumo que un rasgo fundamental de las que aquí interesan es que llevan a cabo una reapropiación desviante de los lenguajes artísticos “mayores” y su paradigma contemplativo. Esto es lo que les otorga el sello de “lo menor” que, principalmente, aunque no siempre, las aleja de producir, inscribirse y circular en las escuelas, galerías, museos, festivales o bibliotecas consagradas durante la Transición.
Las prácticas estético-poéticas que abordo en este libro exploran maneras de preservar el deseo y el riesgo en medio de un gradual vaciamiento del sentido político. A tientas en un período ensombrecido de referentes ideológicos y en gran medida también a mudas, sin poder hablar debido a la autocensura prevaleciente en el país hasta bien entrados los años dos mil, los artífices de estas prácticas sondean maneras de actualizar lo colectivo en un contexto donde se implanta el individualismo a ultranza como construcción paradigmática y fundamental del modelo neoliberal. Inquietud, entonces, por lo colectivo, pero en tanto articulación compleja de singularidades, cada una de ellas reclamando su lugar y su espacio en el tejido social. Por ello es que estas obras escapan de una adscripción disciplinaria y formal a lo literario, lo artístico, lo audiovisual, lo musical o lo teatral encapsulado en galerías, libros, discos, teatros o cintas, para participar más ampliamente de una esfera de ejecución cultural. Lo menor, reitero, se relaciona con diferentes modos de apropiación de formas y géneros artísticos reconocidos o consagrados para desplegar producciones desde un descentramiento político respecto del lenguaje, la representación y el significado; descentramiento que coge de sorpresa al observador y nos instala en una esfera afectivo-emotiva en trance de recomposición.
Los ensayos reunidos en el presente volumen abordan diferentes facetas de esta búsqueda colectiva diversa y plural, por lo cual varían ellos mismos en su tono, su perspectiva y su forma. Oscilando entre el análisis, la reflexión, la poesía y la crónica testimonial, ellos conforman en su conjunto un vasto ensayo de aproximación al período actual. En esta aproximación, el componente teórico-conceptual prevaleciente en la crítica cultural cede un tanto su lugar al relato, la crónica y la explicación, con un afán comunicativo y didáctico que pretende introducir e inducir al lector en una determinada experiencia de lo real.
[1] Revisar, de este autor, Estética de la emergencia: la formación de otra cultura de las artes, Buenos Aires, Adriana Hidalgo, 2006, y Estética de laboratorio: estrategias de las artes del presente, Buenos Aires, Adriana Hidalgo, 2010.
Sobre la autora
Carolina Benavente Morales (Santiago, 1971) es ensayista e investigadora en arte y cultura de la Universidad de Valparaíso, donde ejerce como Profesora titular de la Escuela de Teatro e integra el claustro del Doctorado en Estudios Interdisciplinarios sobre Pensamiento, Cultura y Sociedad. Es Doctora en Estudios Americanos con mención Pensamiento y Cultura de la Universidad de Santiago de Chile y Licenciada en Historia y en Ciencia Política de la Universidad Católica de Chile. Trabaja temas relacionados con arte, literatura y cultura en América Latina; culturas populares, criollas y pop; prácticas artístico-culturales contemporáneas y emergentes. En materia de creación, tiene una producción, junto al ensayo, en gráfica, video-registro y dinámicas colaborativas experimentales. Ha sido ejecutora principal de los proyectos s.n. "Estellas espectrales: mujer y espectáculo en Chile, 1920-1973", financiado por AECID-CCE, España, el año 2009, y n. 55476 "Escena Menor. Prácticas artístico-culturales en Chile, 1990-2013", financiado por el Fondo del Libro del CNCA, Chile, el año 2015. Actualmente es investigadora responsable del proyecto Fondecyt Regular n. 1151112 "Consagración cultural, espectáculo y mujer en América Latina: Carmen Miranda, Yma Sumac y Eva Perón" año 2015 tres años, 2015-2018. Es co-editora, con Ana Pizarro, del libro África/América: literatura y colonialidad, Santiago, FCE, 2014, donde publica además el artículo "'En el centro del corazón purpurino del África': Washington Cucurto y la africanía"; autora del paper "¿El cabaret como destino? La diva chilena chilena Rosita Serrano (1914-1997)", publicado en Lecture(s) du genre el año 2013; y columnista de la revista Escáner Cultural y el periódico El Ciudadano online; entre otros. Su sitio web personal es www.therealcarolin.cl.