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LA UTOPIA DEL QUIJOTE EN NUESTROS TIEMPOS.
EL HOMBRE DE LA MANCHA
Por Vicky Larraín
Montaje de Jesús Codina Oria director y dramaturgo de origen español.
¿ Significa más que nunca una utopía dar rienda suelta a la imaginación?
En estos tiempos de denuncias y realidades quizás mas que nunca el arte es importante y eso es lo que vemos en este montaje. Esa increíble fantasía que acompaña al Quijote y a Sancho está un poco más cerca de nosotros a través del artista.
Mientras el agua se ve correr a través de los desfiladeros y de las casas de España, mientras las nubes pasan
encima de los techos, se escucha una voz y luego varias voces cantando como en antaño.
Entonces la nostalgia de aquello que no viviste te llega al pecho y no te queda otra que subirte en este presente nuestro a batirte junto a Don Quijote contra aquellos molinos de viento e inofensivos que este Gran Quijote vislumbraba como monstruos.
¿Y no serán verdaderos monstruos?, nos preguntamos, porque de pronto aquellos molinos se transformaran en dragones arrasadores de lenguas que nos devoran. Nos damos cuenta que este efecto es debido a la tecnología y sin embargo nos impresiona de igual manera.
Ya que este director español logra que el espectador tome un rol activo, aquel de sentirse parte de la gran aventura quijotesca, aquel de hacernos vivir lo que esos hombres de la España del 1600 vivieron, llevándonos a sentarnos en una prisión donde los hombres que allí se encuentran esperan el designio de la Inquisición y adonde llega Cervantes quien en la vida real pasara encarcelado largo tiempo.
El teatro de la vida nos lleva por ese laberinto indestructible que es la ficción realidad. Ya no sabemos si vemos la historia de Cervantes o la del Quijote. Pero acaso no es la misma, acaso no son las esperanzas de un autor atormentado por su propia vida lo que lo hace crear al Quijote?
Y esta ficción realidad es lo que el director trabaja con maestría. De la prisión pasamos a una taberna, y me quedo pensando. Como fue que pasamos de la prisión a la Taberna? Si hubo un cambio de escenografía que resulta grandioso, pero lo encantador es que realmente pasamos a la taberna debido a las representaciones que los presos harán cuando Cervantes les pide actuar las aventuras de aquello vivido en su libro del Quijote.
Esta actuación llena de bailes y cantos, de voces que atraviesan el viento, nuevamente traslada al espectador al mundo onírico de este personaje quijotesco que es el mismo Don Quijote el cual yendo en busca de ser nombrado caballero cree ver un castillo en aquello que en realidad es una posada.
Viviremos su amor por Dulcinea la campesina que el Quijote imagina princesa, de pronto todo se llena de lucecitas que asemejan las estrellas y estaremos rodeados de cortesanas y hombres alegres en vino encendidos. Y sentados junto a los intérpretes, vamos viendo como este Cervantes nos muestra la imaginación de su personaje, nos muestra las costumbres de la época y ese castillo que el Quijote ve y donde cree que se le nombrara caballero.
Los caballos que aparecen casi absurdos en su obediencia al movimiento de los bailarines quienes llaman la atención por su destreza corporal guiados por la coreografa Marjorie Avalos la cual logra la emocionalidad que requieren las escenas como también una composición llena de contrastes en los tiempos y en el diseño espacial que hace esta comedia musical aun más atractiva.
Pero por sobretodo la mano de Jesús Codina coloca esa suerte de espíritu sevillano en su dirección, así la música no lleve lo flamenco, de alguna forma este duende del que tanto nos habla García Lorca y que acompaña a Codina, nos mira trasladándonos a una utopía que termina con ese final que nos hace entrar en razón y muerte al olvidarnos de la fantasía e imaginación que nos da la vida.
Finalizo esta reflexión con palabras de Jesús Codina Oria. Sevillano de corazón
Como Director concibo la Puesta en escena como una obra de arte de un creador concreto e individual que va mas allá del mero ordenamiento de los elementos escénicos emanados por un texto o unas guias marcadas por un modelo de puesta en escena establecido.
Director: JESÚS.CODINA
Asistente de Dirección: MARJORIE ÁVALOS
Dirección Musical: JUAN EDWARDS
Producción General: LUIS FIERRO
Producción Ejecutiva y General: IG&A INDA GOYCOOLEA & ASOCIADOS
Diseño de Escenografía: FRANCISCA INDA
Diseño de Iluminación: PATRICIO PÉREZ
Diseño de Proyecciones: Germán Gana
Diseño de Vestuario: ANDREA CONTRERAS
Coreografías: MARJORIE AVALOS
Diseño de Sonido: TOMÁS CONTRERAS
Diseño de Sonido Monitores: LEANDRA CABELLO
Diseño de Maquillaje: FRANKLIN SEPÚLVEDA
Asistente de Producción: PABLO INDA
Coordinadora General: JESSICA POZO