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ISIDORA AGUIRRE (LADO B) MÁS ALLÁ DE SAN ROSENDO
Por Muñozcoloma
En esta "Casa de Asterión"que me ha tocado cuidar por un tiempo (aún no sé cuanto) transitan numerosos personajes. Antes que todo, tengo que aclarar que esta casa no es la misma que habita el verdadero Asterión, en el cuento de Borges. Esta es mucho más modesta, llamémosla "la casa de campo de Asterión", por ahora. Está armada con las sobras de la otra, aquella, la de las habitaciones infinitas, aunque acá también existe una cantidad indeterminada de ellas prefiero pensar que tienen un número preciso; en estas habitaciones me he encontrado con personajes que, por lo general, me sorprenden. Como aquel pintor que hacía un racconto de los últimos años del arte conceptual y experimental chileno, no sin antes haber bebido un par de botellas de ginebra (cosa muy poco chilena a mi entender), o esa vez que me encontré con el fantasma de esa fascinante mujer que me obligó a olvidarme de las otras, me refiero a Teresa Wilms.
Hoy bajaba por una de las escaleras, distraído como siempre, intentando buscar algo en qué matar la lentitud del día, y me encuentro con una mujer, de figura pequeña, sentada en la cabecera de la mesa que suelo ocupar para cenar, no sólo me sorprendió sino que también me irritó, así que me acerqué con la peor cara que puedo tener y me paré frente a ella; me percaté que era Isidora Aguirre, sí, la dramaturga que escribió LA PÉRGOLA DE LAS FLORES, está con una copa de vino en su mano y la botella puesta en la mesa, no hace caso a mi enojo, al contrario sonríe y me invita a sentarme a su lado.