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LA ENSEÑANZA DEL SAMURAI
Desde Chile, Gonzalo León
Un amigo me dijo unos días antes del ataque a las Torres Gemelas que si un samurai se encontraba con un monje budista no le quedaba otra alternativa que cortarle la cabeza. Era una metáfora entre lo pragmático -el que hace, samurai- y lo espiritual -el que contempla, monje. Lo pragmático, o lo material, siempre termina por asesinar lo espiritual. Y en eso estábamos, con un samurai que había fijado residencia en Nueva York y Washington DC y que blandía la espada del más voraz consumismo por todo el mundo. Pero para no parecer tan materialistas los norteamericanos inventaron cual cuento infantil Once upon a time un sueño, que consistía en la posibilidad cierta que cualquiera podría hacer realidad sus sueños. O sea, un sueño real. Extraña paradoja.
Por otra parte, este sueño en algunas partes del mundo como Cuba, China, Corea del Norte, Afganistán, Irán, y hasta Irak, era visto como una verdadera pesadilla. Esos países, sí tenían verdaderos sueños, encarnados en -para los del Mundo Occidental- trasnochadas ideologías o religiones catalogadas por este mismo Mundo Occidental como fundamentalistas. Pero estos países tuvieron conflictos o los generaron, y ahí Estados Unidos estuvo para enseñar a pelear contra "El Comunismo" en alas de una supuesta FREEDOM que sólo los mismos norteamericanos son capaces de entender.