Escáner Cultural

REVISTA VIRTUAL DE ARTE CONTEMPORÁNEO Y NUEVAS TENDENCIAS

ISSN 0719-4757
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QUE NO HAY CASO, ES UN HIJO DE TIGRE

Carlos Osorio

clom99@gmail.com

 

Y su vida sigue y los altibajos son su carisma. Insisten en planificarle cada uno de sus modales y ya se estudia, como si se tratase de un negocio a futuro, cuál será su modo de desenvolverse para cuando cruce el umbral de criatura indefensa, cuando comience a valer-se por si solo.

Su familia es previsora y no se anda con el cuento de improvisar, menos cuando ya tienen claro que miguelangelito requiere y debe ser depositario de mayor atención, de los cuidados más intensivos. Ni pensar en dejarlo por su cuenta, sería como entregarle una chequera en blanco, darle navaja a un mono o simplemente poner al gato cuidando la carnicería, porque, pareciera, dejar al azar todo su gesto, podría ser desastroso para tanto interés planificado y, desde luego para lo más importante, las finanzas familiares.

Si ya no le falta nada, su desarrollo primario pareciera le sobrevino y hasta se ve como un niño mayorcito. -Si creció de sopetón. Comentan sus cercanos, convencidos que la madurez del crío, su escarmiento por el orden, es a base de puro entrenamiento fuerte y, desde luego, férrea disciplina. No en vano se jactan que la familia, desde sus ancestros, ha pertenecido a los institutos armados, no hay generación que se pierda el primer llamado patrio, su segunda cuna por lo demás en este su paso por la vida, corralito que tierno los acoge para centrarles tanta desviación, su montón de debilidades. Es ahí en donde se han moldeado y envanecido sus taras, y sienten agradecimiento infinito porque así haya sido.

Es allí donde floreció la raíz de su mueca dura, su risa férrea, su cariño entumecido, su entusiasmo seco, su firme estirpe, su sospechosa honestidad, su académica capacidad mental, su confianza camuflada. En fin, el sinónimo antónimo que calza perfecto, cual bototo, para relativizar la frialdad que hará del mocoso un tremendo súper héroe, un ciudadano como corresponde y, sobretodo, hará de ellos unos perfectos y meritorios baluartes de cómo se debe criar, de cómo debe ser, de verdad, el individuo que la patria reclama. Insisten y están convencidos que así será.  

Si hasta el tío militar, ese casi general, ni pensar en un cualquiera, fue quién sugirió, suelto de cuerpo, en posición de descanso, un operativo… una estrategia y planes en pos del futuro alférez y paradigma patrio, su degradada capacidad -arguye- que a los niños debiluchos y algo impávidos, más que nunca es necesario ingresarlos, a la mala si fuese necesario, por la razón y a la fuerza incluso, en alguna academia de guerra. Y se siente atendido en su demanda porque es de aquellos que han entregado hasta la decencia en aras de la república. Es más, se siente secreto de la seguridad nacional. Degenerado en sus ideas, supone tener clarito que hasta los palos más doblados se enderezan, porque allí los resultados mejoran, y en corto tiempo, en un rape instantáneo, en un casquete de días, es posible darle sentido al paso de pavo y mustios reflejos que adornan a éste proyecto de cadete, de entregarle poderosas herramientas de sobrevivencia al, a esta hora, ya casi reclutado sobrino, para que de una buena vez y por todas, enderece el torpe tranco físico e intelectual que lo aqueja.

De hecho, este tiazo es de los que ha logrado estar vigente por décadas, un soldadito de plomo hecho y derecho, presto al ataque y con la valentía incólume, del porte de un tanque por lo demás, con el uniforme planchadito y sus meritorias medallas a la mano ante cualquier sorpresa que la patria demande, no vaya a ser. Orgulloso comparte con la tropa familiar su experiencia y filtra sabios consejos a partir de su paso de ganso por regimientos coraceros, por campos de concentración de aquellas batallas de baja intensidad. De participar y darle duro al enemigo interno, de exterminarlos  a como diera lugar con la fulminante ayuda de dios eso sí, y que permitirán tener una mayor amplitud a la hora de tomar decisiones sobre miguelangelito... Miguel Angel de ahora en adelante, nada de andarlo apocando, no es de hombres por lo demás.

Y le creen. Atentos toman nota a la buena asesoría de un profesional de tan gallarda estirpe. Ni siquiera se arrugan con el curriculum, con su pesado historial asesino, que creen, se ha visto beneficiado últimamente, gracias a las buenas estrategias judiciales de la parentela que ejerce la abogacía. Y del Estado, faltaba más, porque ese si que es un acto superior y un llamado a la importancia de la grandeza militar, para principalmente preservar y disfrutar la dicha de construir una patria de verdad, incluso, con hombres como él.

Y siente entre responsabilidad histórica y confianza de tutor mandamás en sugerir el derrotero perfecto para su asustadizo sobrino, y es aquí, en esta barricada de los más altos valores, en este anfibio de los principios más elevados, en este camuflado campo de Marte, en donde se pueden confiar todas las proyecciones venidas a menos por tanto tiempo y que hoy es posible revertir permitiendo que, el núcleo familiar de miguelangelito, corone  su paso marcial con responsabilidad y seriedad, como si se tratara de una guerra de sobrevivencia por los legados y tradiciones que se han fijado seguir constituyendo para los suyos.

El ciudadano se ahoga por tanto pin-pon que le toca, se ha convertido en tiro al blanco favorito, carne de cañón de los desvaríos del clan, si hasta se siente un salerito en la mesa. -Que pónganlo por acá, no que aquí, que mejor allá, que probemos esta formula, y si mejor esta otra, y si el tío se equivoca, que mejor esperemos, que ya no se aguanta más tanta debilidad, y si imploramos otro poco, puede que si, puede que no. -Y ese doctor especialista que nos recomendaron, o esas pastillitas con sabor a naranja junto con la leche. -¿Y si se le cortan los valores? ¿Y si se le hacen nata los principios? ¿Y si se le arrancia la creencia? ¿Y si el gesto se le pone parmesano? o si mejor le tiramos las cartas, o el tarot, puede que ahí esté la verdad o, por último, nos contamos mentiras de las buenas ¿por qué no leer el horóscopo que inventó la tía Juliana y que vende todos los domingos al mamotreto ése dizque termómetro nacional?

Infinidad de dudas para un comportamiento sencillamente fuera de lo común. Pese a todo, entre resignados y no, se convencen. Si el edénico jardín ha moldeado como corresponde su precoz infantería -es su conclusión- que no hubo día que no faltara un zamarreo, una paliza y gritos en su contra, y qué decir de los rezos que se multiplicaban cada vez que no cumplía en el rendimiento planificado, y las estoicas tías que tuvieron el valor y la fuerza de hacerlo más centradito, por lo demás -se anticipan- todas estas lecciones son las que se transforman en la defensa requerida ante la foránea idea de quienes inventan cuestiones de cómo se debe educar, a los hijos, en una nación pura, única, autosuficiente de formulas invasoras, como lo es ésta.

Nuestro ciudadano pareciera estar listo para nuevas ta-r-e-as, y si bien su rendimiento no fue el por todos esperado; que se destacó por su escasa disciplina, que se pasó años retraído en el patio de los callados, de la insignificante condescendencia con sus compañeritos, varios desertaron con tal de no verlo nunca más, que la motricidad gruesa fue su talón de Aquiles, que la fina tía lo llenó de monerías, si hasta preocupación hubo aquella vez que miguelangelito optó por actos ceñidos contra la moral, la decencia y buenas costumbres según el informe final, cuando le dio por agarrar las nalgas de una rubia compañerita cada vez que jugaban al trencito y terminar excitadísimo atrás de la puerta del baño tara-reando canciones de amor que le salían del alma interpretarlas. 

Finalmente es allí en donde sus apurados padres dan cuenta, por primera vez, de la cultura y otras manifestaciones más universales que inocente porta la criatura. –Si nunca las vimos como tan importantes para nuestro desarrollo ¿por qué debiera serlo para él? Y la verdad es que no gustan de tantas distorsiones para su existencia, que siempre ha visto con malos ojos los libros, que la música no hay caso que traspase su tímpano sordo, que las melodías siempre deben ser de fondo, nada que amontonarse en un primer plano auditivo, el arte los tiene hartos, hasta histéricos, porque es allí en donde han notado flaquear al clan con cuanto pariente imbuido en las sensibilidades manuales, y que nunca tuvieron ningún rol destacado, pelmazos que tan sólo han servido para perder utilidades y negocios importantes, y que han demorado el logro de objetivos superiores. –Mire que andar leyendo poesías, que a espatulazo limpio pintando cuadritos. Consideran que, con orden y cautela, es posible logre temperar sus impulsos creativos y se aburra en algún instante de todos estos oficios menores, que no reditúan nada y que bajan enormemente la plusvalía de los genes.

El piano y el violín son su epicentro a estas horas. Y son contingentes. - Porque salió un estudio, que niños que practican música logran un año de ventaja en su desarrollo cerebral. Desafinado y todo ya es escuchado con atención, en la reunión que la familia convoca para presentarlo al mundo. ¡Pobre! Triste ya se sabe tocando los alegros de Bach, bajoneado interpreta algún gozo de Mozart. Se las aprende todas, si es un sensible por naturaleza, si hasta interpreta el folclore con entusiasmo, por lo menos le pone ganas y matices al asunto. -Si hasta canta. Las canciones y hit del momento son verdaderos caballitos blancos para sus padres. ¡Llévenselo de aquí! Ordenan a la servidumbre cada vez que tararea alguna -Qué decir del baile, le salen bonitos y la sensibilidad se desliza increchendo por su cuerpo. ¡Óigame! Si hasta para pintar al óleo se da tiempo, no destiñe con los tubitos, le hace honores a su disminuido nombre, sus pinceles deben ser de calidad, los wilsonewton con pelo de nutria que tiritan de miedo, lo acompañan en largas y torpes jornadas, el profesor y artista finalmente da las gracias y raudo renuncia a la pintura por encarguito familiar y declara, apesadumbrado, -¡No hay por dónde!.

Se perfila un ciudadano de verdad. El aburrido betseler del momento será su duerme velas, su lectura de cabecera y obligada tarea. Su escaso juego consiste en ordenar el librero atiborrado de revistas del corazón y manuales de autoayuda, de llevarlos para allá y traerlos para acá, que píntele bigotes al artista, que recorte el modelito, que llene los crucigramas, que extraiga párrafos de los consejos de decoración, que aproveche de regar las plantitas, que siéntese con la empleada a ver la comedia, que conteste el teléfono y dígales que no estamos. En fin, tremenda rutina que no lo agota.

Su almohada hundirá los deseos de todo niño cansado y pasado de sueño, hasta que no haga de la lectura un hábito, miguelangelito no descansará en paz. Leer y escribir bonito son parte del proyecto educacional que sus padres le han fijado para antes de los cinco años, pero que se trague sus palabras, que las economice más bien, que ni siquiera obtenga el don de decir muchas, más bien que las condone en su contra y ojala que los números le cuadren y le salgan bellos, que lo acompañen, por lo demás, lo suponen un niño de principios de siglo que debe dominar todo beneficio tecnológico, todo software, como si se tratase de un ciber contador digital, en pos de administrar la fortuna que será su saldo a favor eterno, si hasta operaciones difíciles logra resolver y la planilla de cálculos está dentro de su agenda diaria. Está claro que hay que estimularle un poquito más el hemisferio matemático, ese de las cuentas alegres, es obvio que se impondrá como su favorito y sabrá quererlo.   

Al ciudadano perfilarlo hasta menoscabarlo. Podarle entonces los asuntos de poca monta sería el lema, por ningún motivo ofrecerle alternativas académicas, menos darle tiempo a la vagancia, nada de distracciones y desvaríos, tampoco mostrarle la hilacha de cariño. -Sacarle el jugo, estrujarle hasta el cansancio la sapiencia que porta, porque cuando grande le hará falta saber de todo y, por cierto, agradecerá nuestra tremenda preocupación, nuestro arrebato en pos de lograr objetivos que lo encumbren a la categoría que necesitamos. Pulir el piso con él sería otro eslogan. –Limpiar nuestras deficiencias y carencias será un motivo, si es cosa de proyectar en qué fallamos y él sabrá corregir nuestras erratas.

Que barnizarle los tic heredados sería un gesto desinteresado, que se sepa parte de esta maravillosa familia, de su espacio, de sus costumbres, de sus muebles, y del esfuerzo que generación tras generación han permitido ser lo que somos. Que circuncidar al mamoncito porque - se dicen - con un dejo redondo y adolorido, no está de más quitarle las ganas cuando chiquito, de mantenerle limpiecita su cosita y todo mal pensamiento que lo rodee cuando grande. - Por último, fue deseo de nuestro brillante tatarabuelo el que todos los hombrecitos que se fueran naciendo después de su muerte, contemplaran su prepucio llagado y así evitar la tentación de abandonar nuestra religión incluso. En definitiva, irle cercenando el deseo a las malas costumbres que por ahí la vida ofrece, que incluso su semen se mantenga insípido y en desuso por los siglos y hacer de este gesto un valor intrínseco en si mismo, una metáfora extraordinaria, una parábola más bien, en pos de salvaguardar lo más preciado, que es preservar esta histórica y proyectada familia.

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