Santiago de Chile.
Revista Virtual.
Año 7

Escáner Cultural. El mundo del Arte.
Número 74
Julio 2005

 

DEL CALENDARIO ROTO
DE DANA D
(¿Más rodillas para la Historia?)
(La Guerra de las Galaxias, es un subproducto del presente)
I PARTE

Desde Nueva York, Silvia Banfield

Cuando recibí el Diario de tela azul del poeta, pensé que ya vivía con él de alguna manera en La Patagonia. Entremezclé tantas cosas. El Sur tiene esa adivinación de la memoria. En el Norte era primavera y en el Sur, invierno. El espejo en sus dos caras. Todos sabemos que se tratan las estaciones. Su caligrafía pareja, mezclada en tinta negra y azul, unos dibujos absolutamente personales, definidos por el perfil de sus pulsaciones, hacían más intensas sus anotaciones, lo que explicaba a veces con la minuciosidad de un científico. En alguna de las páginas, sino en todas, dejaba sentir la sensación de un lugar sin límites, que yo ya conocía y volvía a revivir en sus relatos. Pero estaba la historia obsesiva, contada en detalle sobre el Rubio y Dana D. Ella lo sabía, todo por lo que después me enteré. Él, ignoraba todo, en el otro extremo de la historia. Un buzo rescatista, por decir lo menos, no está firme en la superficie. Ella le llamaba su héroe. Los días del Rubio morían en su silencio bajo el mar. Un mundo, en verdad lejano, donde la naturaleza te exige silencio. El paisaje camina no sólo en los ojos. El cielo es una masa impensable de no sentirla más allá de los hombros. El aire responde por sus propios pulmones. Lanzar una piedra tiene más destino que el mundo actual. Y rueda en su bicicleta Dana D. con la mente puesta en el Rubio. Se sentía en el kilómetro cero, en una relación dormida en el sueño, las llantas de su camioneta Ford de los 80, le paralizaba hasta las amígdalas. Tragaba esa espesa masa de indefinidos suspiros, un azul cálido, volado en mariposas del estómago y ella en súbita suspensión, un vuelo rasante de paloma herida sobre tejados de hielo, hila la araña que teje el solitario día. Dana, Dana, es la rueda de la vieja camioneta Ford. No recuerdo, me dice el Poeta, cuando Dana comenzó a hablarle del Rubio. Pero lo hizo, y con ganas, desprendimiento de sus nostalgias. Un 16 de mayo, le relató así el día. Uno de sus viajes en bici, como le llamaba. (Una SCHWINN , modelo Propulsión ) " Y en la bici andaba con soutien negro; jeans y addidas y todo ato de ropa en el manubrio de la Y en la bici andaba con soutien negro; jeans y addidas y todo ato de ropa en el manubrio de la bici y aquí los paraguas no existen o existen x un momento en manos de un turista desconocedor del viento patagónico Y Nuestro Granero de ahora en más -, será tema de estudio No me hagas escribir tonterías con adjetivos trillados y con puntuación in-acorde-a. Anoche leía un capítulo de La Patagonia Trágica , de Borrero; no me gusta como escribe, pero no hay documento + preciso; o tú sabes de algo? Pedaleo y pienso Ruta 3 al Sur. 250 kms desvío a la izquierda al mar, Camarones 70 Km. El camino va por el declive o la cárcava que forma el drenaje del agua al mar; agua gestada x las lluvias de la estación húmeda. Como los portones, no hay humedad aquí. Todo una hondonada zigzagueante bajando hacia el Atlántico, a mi izquierda veo las colinas verdes tapizadas de piquillín, quillembay, jarilla." No he querido cambiar nada, es textual de lo escrito por el Poeta y supongo por Dana. Escribir con precisión es poco común. Decir la verdad, es difícil, y reproducirla, más complejo aún.

§ Cero kilómetro, amor

Los diarios son una gaseosa. Papel volátil. Humo. Aire. ¿Viento que se lleva el viento? Alguien debe saber lo que hace. Qué se inventen un discurso para el desierto. Palabras para arar en el mar. Mensajes para convencer a los sordos que ya no quieren seguir escuchando las mismas mentiras. ¿Cuál fue la última historia de su vida que leyó el muerto de la esquina? Irse plagado de errores, de información falsa, de supuestos, de tiempo vencido antes de tiempo, no es un camino aconsejable. Una ruta tiene importancia cuando se va hacia un destino. No es lo mismo confiar en el azar, que ignorar las señales del camino. Tengo la seguridad que el Rubio sabía su camino. Que el mundo no llegaba hasta allí para inquietarle un pelo. Su ritual era despedirse de su profesora, una potranca según Dana, y dejarse ir a sus labores de rescate, a su aventura personal. Son cartas jugadas al propio destino. Nueva York no cabe en un bote. Se ahoga en el paisaje. Le hace falta aire contaminado. Los edificios crecen para borrar la noche. Para estar más cerca de las estrellas, cuando las estrellas se ven de cara al cielo, sobre la noche, con la espalda en la tierra. Un país en guerra siente colarse el miedo. Amarillo, primero, luego, gris, negro, rojo, va entrando por las orejas, soplando la tibia mirada del que ve lo que siente. El muerto, solo atiende el estallido que lo explosiona, ciega, derriba, aniquila, abate, descalza, enfría finalmente sí algo queda. Nada es más vacío que el vacío, ni su ausencia o lo que queda. Por un recuerdo la noche espera el día. Es el turno de las bellas cosas de la vida. La hora avanza en el simple secundario. El minuto que se alarga, cuelga, devora asimismo en el tiempo. Una rueda lo rueda, unos pasos lo pasean, un camino lo camina. Una cruz se sacrifica. Una huella se borra. Una mano se empuña. ¿Una luz se enciende o apaga cuando recibe una luz más grande? ¿Un motor en marcha nos habla de fuerza, velocidad o nos pide paciencia antes de partir? La redacción es un avispero. Zumba zzzzzzzzzzzzz...el ventanal hace de eco. Ningún rostro se expresa en otro, sólo una gran continuidad, un solo rostro alargado, como en esos vidrios que deforman el cuerpo en las ferias. Las palabras no salen de esas gargantas saturadas con puré de papas. Ojos de buey, aunque azules. Gesticulaciones, que dejan entrever la dentadura, la corbata hacia un lado, sudor, a quién le importa que un maldito noruego no haya podido abrir su paracaídas en pleno bueno de la Torre de Eiffel o que un pianista mudo, sólo recuerde el teclado o un campo magnético destruya por tres horas artefactos eléctricos o se siga creyendo que hay imperios romanos y democráticos. La Guerra de las Galaxias, es un subproducto del presente. El futuro ordena, acomoda sus muertos. El huerto le deja la sombra y la siembra al espantapájaros. El vuelo anida en su sombrero. Los cuatro puntos cardinales bailan sobre el ojo impávido de quien detiene su propio gesto. Se le vuela el viento, el tiempo, en su fija, impertérrita mirada, presencia indefinida. Así está todo, como en el aire. Mundo Cero. Es un libreto para Hollywood. Calendarios en Cero. Rostro Cero. (Sólo doblan a la izquierda. A la derecha sumarían. Cifra obvia.) Corte Suprema y parlamento en forma de Cero. Desde algún parque se lanzarían ruedas, simbolizando la filosofía de Ciudad Cero, País Cero, igual Cero. Una operación limpia, inmaculada. Las cuentas claras deben estar en Cero. La Generación Cero, tiene mucho porvenir. EL Presidente Gran Cero hablará en la Cadena Super Cero para Cerolandia. El País Cero se declara en Absoluto Silencio. Y ahora el Himno Nacional Cero. (Son tres minutos de silencio, el gran paréntesis nacional, la mudez, el Cero Total) Cero kilómetro, amor/ No está en la velocidad Mantenerse aquí/ En el círculo perfecto/ Que puede dejar la respiración/ Sé original/ No sumes y verás/ Un círculo siempre vuelve a empezar/ No preguntes por donde/ y ya verás. Cero kilómetro, amor/ es un comienzo/ un volver a empezar.


Sophie Sandolo se animó a las fotos provocativas. La italiana está en el octavo puesto del Ladies European Tour.
(Foto: www.sophiesandolo.it)

La carretera parece liviana, despejada . Una idea falsa. Es mejor no ilusionarse. Rueda el vehículo sobre la rueda que lo hace girar y no varía el trabajo de la rueda. Planeta Utopía se quedó en el primer Big Bang, cuando nadie se conocía. Explosión fue Creación. Lugar común del Universo que venía hacia la Tierra. Azul. Hoy es Bum Bum, muerte, Cataplúmmm...pum...pum. Y la muerte es un falso ideal del cadáver. Un compromiso adquirido de antemano, pero es innecesario apurar el contrato. Nadie pensó en mirar desde lo alto, y ver millones de crucecitas por Todas partes. Viajar por las carreteras y detenerse ante las tumbas. Se ha creado un sitio de reposo definitivo. De alguna manera te dicen, aquí nosotros también estuvimos. Es un recorderis, que en el relevo de la muerte nos iremos haciendo camino. El poeta me describía los pequeños cementerios franceses y norteamericanos, cruces de ninguna guerra, me decía, almas vencidas por el tiempo y las enfermedades, bajo la tierra húmeda, el sol que se cuela y seca el aire. Divisados desde la carretera, tiempos idos, uno en el viaje, sobre el reencuentro y nos decíamos un abrazo apretado, largo, que duela. Azul los brazos al viento de la noche, que lleguen y lejos, estas dos estrellas que serán cuatro cuando se encuentren contigo.

§ El ídolo de agua, de Diana D

Dana D. escribe su postal pensando en su ídolo de agua, el Rubio. Es el Hombre Araña de Nueva York en Chubut, Puerto Madryn. "40 metros cuadrados de lona flameando...esa es mi Patagonia. Saqué el cobertor... Llueve, y sigue el viento, la lona cobertora de mi bote flamea y flamea...se está destruyendo... y paso y  miro impotente, cuestan los primeros fríos... miro por si una ballena salta... que va ! el mar  si que flamea blanco". Es tan textual Dana. Huele un poco a superficie. A algarrobillo, una flor bonita, pero no evidente, un arbusto pequeño que parece orquídea amarillenta, anaranjada. Así la describe Dana, y más, en el camino que no lo tiene, que sucumbe al final de sí mismo. Pero en ese lugar, donde todo es y no, y aún así existe porque la muerte corrompe al débil, Dana cuando se sacude del Rubio, se entrega ala naturaleza, el mar es su primera pasión, pero le gustaba también marearse en la descripción de un arbusto espinoso, áspero, leñoso con su flor pequeña en forma de estrella amarilla brillante y opaca a la vez (es una aclaración de Dana). Florea dos veces y se llama quillembay y se ve la estepa amarillear, dice Dana y que inventa términos, porque las flores no necesitan palabras. Cuando llega al yaoyín, el mensaje pareciera tomar otro curso. Son hojas muy pequeñas, tabulares, y producen unas pelotitas rojas de dos centímetro, en racimos muy apreciados por los chorlitos y las calandrias. Las descripciones eran reales, con sus nombres científicos, porque en verdad se esmeraba. Se detenía en algún ángulo, lo detallaba aún más con sus palabras, hasta que la seducía el recuerdo del Rubio."No te lo imagines un gigante, sino humilde" Su único error hasta ahora es un trasero algo exagerado. Lo demás, sin ser perfecto, al parecer, conforma la aureola virtuosa para Dana D en un hombre. La soledad la parqueaba en un paredón, esa estación inútil, sin camino. El amor se le presentaba en esa hostil esquina, donde los vientos retroceden para tomar impulso. Películas que se pasaba o realidades que la empujaban hacia el signo opuesto con alguna fijación, la obsesión natural, del animal renacido en dos pies, con un gusto infinito por la naturaleza, y que se deja olfatear a la distancia en el anclaje vital de su osamenta, mar abierto. Yo le apago la luz a la luciérnaga para que brille, como debe ser. Después venían otras disquisiciones, cuenta el Poeta en su Diario. Dana tenía un repertorio tan grande, abismal, misterioso, atractivo, como el paisaje de La Patagonia. Y le gustaba comentar. Yo la entiendo. La Patagonia tiene ese don natural de asombrar. Ella era mucho más interesante que el Rubio. Posiblemente no lo sabía. Se abandonaba a sus recetas de olvido. No del todo tan reales. Viajaba. Se saturaba de distancia. Lejanía. Uno nunca llega a saber todo, más bien en casi nada de las personas. Pero Dana había sufrido sobre el promedio. Su aproximación a esa enorme ausencia y faltante estaba en el paisaje. Yo también traducía a mi manera lo que decía el Poeta. En tercera persona la versión, sin acomodo, se dejaba ver también en otro tono. La información tiene un espíritu propio, sus datos detrás de la letra gruesa, fiel al ojo, revelan un desamparo mayor que el trazo autoritario. Es necesario seguir pulsándola. Es más que una vulgar noticia, tiene otra intención. El hilo se le pierde en la primera lectura aparente. Dana no se separaba de la geografía, del en torno, y quizás ello la sostenía más que estar frente a un tablero dando clase de noche. Cuando el polvo de la tiza le hace arder su extraordinaria nariz. Ahí se le detenía el tiempo, la hora fría en la negra pizarra, los ojos decantados en la mirada juvenil de los alumnos. La Patagonia, sentía, le miraba el alma y ahí yo la admiraba. Un sentido del deber que multiplicaba su devoción por todo el paisaje. Y cerraba en un siete perfecto su extenso, lato, descriptivo, comentario.

§ La marinera Lula, a estribor y babor, fuera de borda

"La luna está en cuarto creciente, de aquí al Himalaya. Eso no cambia, pasa que te preguntaba eso, cómo la ves allá? Como una D o como una C ¿me explico muchacho? Aquí es una C. Punto y aparte. Deje un renglón y x lo menos dos por medio para escribir la respuesta. Tengo amigas muy copadas anoche fuimos a otro pub. En el relato, como debe ser, tomaba su vida entera. La existencia misma. Había unos músicos locales muy buenos. La Ventoso golpeaba las palmas y gritaba Bravo! Bravvvooooo! (sí, con cinco o al final) Antes fuimos a ver a la Tana, pleno preparativo del cumple de Renzo. Había una flota de barquitos de papal, para poner caramelos, los hizo ella, son 4º, con telas viejas, cartones. Los pintó, le sacamos una foto con Pat. Estaba El Turu,- almacenero, un flaco de unos 38 + o- . Hace wind surf , tiene una esposa aburrida. Se trajo la cámara oculta de 5 cms x 4 cms, 2 cms de espesor. El Turu tiene un negocio chiquito y le adosó una bodeguita. El año pasado empezó con una catación de vinos. Íbamos a pleno barrio residencial, de acá calles de tierra y la pasábamos bomba.

Estaba Dana en plena descripción sumamente comprometida. Sin duda había entrado en la atmósfera (Yo sólo estoy corrigiendo un poco la puntuación. Lo demás es textual de ella. Me dijo, un día no soy escritora, estaba enfurecida. Esa es otra historia. Pero- sigo con Dana- ya la Municipalidad le objetó que era un bar. Qué merd! Nos arruinaron la fiesta! De los sábados También estaba el Negro R. R., buzo marisquero o mariscador, como dicen los chilotes. El Negro es una mole negra con pelos hirsutos enrulados canosos, saliendo de una boina vasca. Camisa negra, this week . Viene al cumple de Renzo, se conocen con la Tana cuando ella estaba en Pirámides y su esposo trabajaban juntos - la Tana está separada - El Negro se curte a la Tana - preguntó Pat., después en el auto, y me parece que algo hay. Sigo con el Pescador, que vive en una casilla en Larralde. Golfo San José, pescadores asentados sin agua, ni luz. Nada. Le faltan los cuatro dientes superiores y sus incisivos. Le dan un toque a la apertura de su boca. Es tan feo! y tan dulce ese cristiano! Hablamos del tema basura. Si la Administración Península Valdés manda el camión para sacarla. Yo me metí un tanto en ese asunto. El tema es que los pescadores se las arreglan pero en el verano van los turistas y no hay orden con ese tema. y es todo u echarse culpas mutuamente. Yo estoy a favor de los pescadores, pero hay quedarles una mano para que reciclen o entierren lo orgánico, en fin un poquito de educación ambiental no viene mal Siempre estoy presente en las reuniones.. y me convocan, rompo bastante las pelotas a los políticos y algo se logra. (Tendrías que venir a Larralde, escribirías algo sublime. El Negro me cuenta episodios de noches en Pirámide, en Península Valdés. Yo sabía una parte contada x el Pokemóm Un flaco celoso de su novia que está aborde de un velero, fondeado frente a Pirámides. El Flaco se llama Barraco- buzo, novio o pseudo, de mi marinera Lula, alias el Pokemón. Lula a bordo del Verona con otros 4 flacos. Barraco se entera, porque que ella lo llama para saber si algún botecito puede ir a buscarla para bajar a la playa. Se chupa todo en el Bar, grita, le pega a una moza sin querer.se enoja y reniega de la música, le dice al Negro, vamos a buscar mi música a la casilla. Sigue gritando golpea la capota del Jeep del Negro: dale descárgate!!!. A vos te parece esa mocosa Perra, hija de. p... Llevan los CD cruzan el médano. Barraco se irrita + viendo el barquito ahí fondeado. revolea todos los Cd en la arena. Dejame acá. se va al negocio de buceo saca un neoprene aletas. Y se va nadando al bar. Putea. Vení para acá puta de mmmmmmmmm. el dueño del barco, dice: Lula está durmiendo. Si querés bajar, venite nadando. Conclusión Barraco vuelve nadando a Pirámides, y se pasa la noche envuelto en una frazada en la playa. Mirando el barquito Es la mañana .salen los barcos de avistaje con los turistas. Barraco tirado, destruido. Se va a su casilla + tarde. A las dos de la tarde el Negro va a ver si su amigo está vivo, a la casilla, golpea, nada, abre la puerta, Hay 2 personas. una rubiecita acurrucada junto al pirata. (Versión de Lula). Yo me hice, la dormida, porque el Barraco era un pirata del Caribe.!!! Los puteaba a todos los del barco y yo allí arriba. (la piba estaba loca x él) Imaginate que te venga a rescatar un tipo nadando. Es demasiado para una mujer. El flaco está enamoradísimo. Luego al mediodía pasa una lancha. Lula se sube y baja la playa, a la casilla del Barraco, abre la puerta. Me puedo acostar acá, dice ella? Levanta las mantas. Barraco como Adán. Sí, vení." Dana D., es más interesante que el Rubio. Eso creo.

 

DEL BOSQUE ENCANTADO DE COLOMBIA, ESTA GUAYABA
(La leyenda patagónica de Dana D.)
II PARTE

Colombia es un hilo siempre a punto de cortarse. La transgresión del delito. Más de 50 años de violencia, no es una anécdota en la historia de ningún pueblo. El país camina con zapatillas de ballet sobre una plancha hirviendo de clavos. La muerte se guillotina así misma como un ejercicio para todo público. La muerte enseña a vivir en su mortal trapecio, con una agenda que ella conoce y domina. La vida es y vale una guayaba en el mal sentido del termino. Muchos eructan el sapo de la muerte y sienten la fría sensación de la culebra de la corrupción bajo sus blandas almohadas. ¿Con cuántos espejos se debe mirar la realidad? Colombia rompe todo parámetro real. Se suscribe a Guiness Record con una facilidad envidiable. La Bestia se viste de seda, usa gabán, un sombrero rojo de pieles y plumas, se afeita su poderoso pubis de lagarto avinagrado. Los poderes fácticos y reales se pasean con sus propios ofidios y reptiles sin nombre, y los crían en la charca solitaria del poder. Tiempos reptiles, camaleónicos, mimetizados en su propio olvido.

Gabriel García Márquez, no soportó tanto realismo mágico a su alrededor, la competencia desleal de la realidad colombiana. El país es el carnaval de sus sueños irredentos, de la flagelación de su carne por su propia mano, se crucifica de la mano del Bien y del Mal, le rompe el techo al cielo hacia el infierno, y deja correr la bestia en la neblina del deseo. Colombia apaga sus fuegos artificiales con pólvora, enciende la mecha rabiosa de la muerte (a) dorada, cinco estrellas, Hotel Selva(Manigua): La muerte tiene tres esquinas y una de alternativa.

§ Piano man, la música es circular

Tema libre, Silvia, me dijo el Editor, algo hispano, repetía, mientras improvisaba un golpecito a la pelotita en su improvisada cancha de golf-relax. (Qué hace aquí que no está en el US OPEN, en Colorado, pensé con una sonrisa). Alzó la cabeza sin verme casi, como si leyera mi pensamiento y apagado en sus propias palabras, que escuché atentamente, porque eran una sentencia romana: Irak es Too Much, y recordé a Dana D. Estaba en el closet de mi memoria, caminando con sus largas piernas de corredora de cuatrocientos metros, en La Patagonia. Mar negro, luna llena, inflada, y bajo la sombra de la noche austral, el Sur llega tan lejos como puede. La Luna no quiere ser más que la noche, pero se engloba como una diosa, suspendida, cuelga de su risa. Se sabe soñada, secretamente amada, palabra ancestral, marea, gitana errante, icono de poetas, paciente princesa de los lobos, y ahora, queso mineral de los imperios galácticos. Por fin la Luna es de queso, según las más recientes investigaciones. Cuánta energía están esperando allí, de lo que fuera la luciérnaga vacía para los primeros astronautas. El otro mundo está allá arriba. Hay que saltar algunos cuantos agujeros negros y enrumbar de izquierda a derecha hasta encontrar un espacio habitado por la luz. Quizás la Luna nos guíe con su mirada blanca y se transforme en un corcho en el espacio y comience a flotar en ese gran río de soledades y tiempo perdido.

Algún transeúnte de la Tierra seguirá revolviendo el estercolero distraídamente como si fuera una pócima mágica de la Edad Media, batiéndose sin cesar, como si el tiempo se detuviera allí y el calendario hubiese entregado sus últimos días de uñas largas, mugrosas, frías. La perfecta alquimia de la noche y el día, el hueco lúdico del amanecer, el péndulo ocre del ocaso, la risa que el violinista no puede arrojar en el invierno de su concierto.

Le pregunto a mi Blog, si el pianista perdido, sin nombre, encontrado el 7 abril, errando en un pequeño puerto de la isla de Sheppey (Kent, sudeste de Inglaterra), como si fuera un teclado móvil, viviente, resucitado, algún día tendrá nombre y nos contará su historia lejana del día que perdió las palabras. Estaba vestido con un traje oscuro, empapado, con su corbata de oficinista, pero sin ninguna etiqueta, como si la ropa fuera falsificada o alguien despojó a la tela de toda procedencia y origen. Bajo un estricto silencio ha continuado sin decir palabra alguna, fue internado inicialmente, en Medway Maritime Hospital de Gillingham y allí descubrió su talento al darle lápiz y papel para tratar de que escribiera su nombre. Dibujó un piano y la bandera sueca, y se aferró a las teclas durante dos horas como si ahí estuviera su árbol genealógico. Trasladado al Hospital Little Brook, la unidad siquiátrica de Dartford, en Kent (sudeste de Inglaterra), ha sido confundido por

Un mimo polaco de 33 años, afirmó que lo conoce. Dijo a la policía en Roma que se trata de un músico callejero francés, llamado Steven Villa Masson, con el que actuó en Niza durante más de dos años. Resultó ser falso, el verdadero Steven apareció en Niza. Días después, luego de varios centenares de llamadas telefónicas, dijeron que se trataba del checo Thomas Strnad. Un grupo de rockeros praguenses lo había identificado supuestamente. Quizás lo confundieron con el fantasma de Kafka, aunque el misterioso Franz no tocaba el piano. Tal vez sobre una pianola de cristal Praga se dejara llevar por Mozart, como una princesa encantada.

Dijeron los empleados del hospital a un diario británico, “a menudo interpreta 'El lago de los cines' de Tchaikovsky u otras melodías desconocidas que probablemente ha compuesto él, que recuerdan la obra del compositor italiano Ludovico Einauidi”. Arranca del silencio supremo del ruso, se refugia en las teclas negras que adivinan las blancas y el hombre piano viaja hacia algún lugar de la vida. La música es el comienzo para vencer todas las soledades. Un principio sin fin. Es circular, como la que toca de piano man, el hombre encontrado en una isla, sin identidad, de 1.80 de estatura y entre 25 y 30 años de edad.

§ La Sandolo y su deseo de libertad

El Editor se quedó en su pequeña cancha, y sobre la pared logré divisar un calendario 2005 en letras rojas de la Sophie Sandolo- la famosa SS- recostada con sus senos descubiertos-erectos, largas piernas de golf, y una mirada de gata de tejado tropical. Unas 12 bolitas de golf enmarcan el escultural y sensual cuerpo de SS. “Mi primer calendario sexy se propone representar mi amor por el golf, mi deseo de libertad y un toque de coquetería”, sostuvo la golfista italiana sin pudor y agregó: “El golf necesita más visibilidad, glamour y una nueva imagen, Cada hoyo y palo en su lugar, pareciera querernos decir la vaporosa Sandolo, desde la cubierta de su calendario hot. Hay algo allí de piramidal en pasarela y de suspensión en la penumbra oscuridad. Piernas de huracán, dos montes bien erigidos. El golf tiene tanto de sensual y cautivante como una fotografía presidencial. Es un vanidoso, espacioso, recinto verde para hacer negocios. Alternar un poco más la estupidez diaria, al aire libre.

§ Del Folletín de Dana D, su boquita no está pintada

Era el minuto, sin duda, del Folletín de Dana D. Pasé al Diario Azul del Poeta, el Blog de papel real. Caía cautivante como un personaje de Puig, algo más estilizado, pero vestido para la ocasión. Sabía decir las cosas, por lo que leo aquí, ahora: ”El Bar Margarita, es hueco, trivial, banal”, describe en un aparte, como al margen, una notita con letra negra, que se hace notar más que el texto en su conjunto. Es uno de sus puntos de reunión, algo parecido a un bar del Oeste,  somnolientamente salvaje, donde no se hará más historia que arrimarse a la barra o calentar una silla en silencio con algunas copas sobre la mesita e indicar con el dedo índice y la mano entreabierta, otra. Dana D, como decía ella, zafaba en un par de horas a lo sumo. Se descolgaba como una cartelera  cinematográfica
de fin de semana, con su propio sonido. Por esos días pasaban Amor eterno, un film de Jean-Pierre Jeunet. Como si fuera real, dijo y rió la mar de carcajadas. Dejó flotando su cabellera rubia, para que le recordaran que estuvo allí. El Puerto la esperaba con su mar negro encrespado, algo picado en la estación invernal, esas cosas de atmósfera tan sentidas y del Sur. Recuerdo mis propias palabras al Poeta: “me has despertado la nostalgia con los artículos de la Patagonia. Sabes que es un punto bastante débil para mí. No sabía que Arlt había dicho eso: “En Patagones se puede escribir una novela de amor tan amoroso, que después de leerla, los amantes no escojan sino entre el suicidio o la felicidad”. Pero concuerdo con él sin duda alguna. Patagonia, el futuro, espero que mí
futuro. Podría escribir toneladas de palabras sobre que quiero hacer allí, que espero, que sueño, que ansío, pero, tal vez por cábala, no lo haré. A veces, pareciera que todo lo que digo, al decirlo, rompe su hechizo y lo pierdo.” (El hombre que no ha amado apasionadamente, dijo Stendhal, ignora la mitad más hermosa de la vida). El Sur ese ese balde azul agitado de sentimientos personales, un condicionamiento autorizado de la intimidad, agua sobre el agua que no se escurre vanamente entre los dedos. Una Muralla de mar, un tiempo de siete tréboles, la gracia infinita de lo que no tiene límites. Nada se borra donde crece el viento. Todo es nuevo cuando el tiempo no nos apremia. Nada puede faltar, si una mesa Sur, se tiende entre el mar y la cordillera. Dana D., por lo que he leído, que es mucho más que estas  palabras, estaba convencida de esta filosofía. Más bien la practicaba con una disciplina que tiene que ver más con el deber, que la
costumbre, o una mezcla de sentir y actuar, comprar el paquete del futuro, sentarse en la vereda para ver lo que a uno de alguna manera le pertenece. Llegó al Sur del Sur, a Puerto M., con sólo dos simples valijas y el agua sobre sus ojos y alrededor. ¿Yo cuando tomaré las mías? ¿Too much? La Patagonia sigue siendo mi hilo umbilical con el futuro.

El mundo es más grande que la cancha de golf del Editor, o la ruta diaria de Dana D. para dar con el paradero del Rubio, que sé sumerje bajo el frío mar a soldar hierros, que podrían hundirse, embarcaciones próximas a naufragar en el fondo azul oscuro, más desconocido que la noche. El Rubio no se altera cuando pasa en su camioneta por las calles del Puerto, se sienten las llantas suaves frente a la ventana de Diana D. y unos bocinazos, cuando ya va de regreso a su casa y el tiempo podría congelar las almas descuidadas. ... No puedo evitarlo,- es Dana D.- ayer desde la ventana de la cocina lo veo pasar con su camioneta, estoy en el primer piso, tengo la visión desde arriba, veo su mano sobre la palanca de cambios, poner la tercera frente a mi casa, veo esa mano y tiemblo. No hay primera sin segunda y ahora tercera. El Rubio la inmovilza, dice Ella, la Dana D., bajo los efectos de un Malbec y le carga un rosario de cualidades, como las flores que le cuelgan a los viajeros a Hawai. Su teoría es más extensa y profunda. Le da cuerda a un sin número de posibilidades, de cruces diarios, situaciones, hechos imaginarios, supuestos, probabilidades, pero el hilo no conduce a la madeja, porque dos puntas no se unen ni se divorcian fácilmente. Pienso que Dana D., siguiendo los comentarios del Poeta, se moriría por una frase tipo Casablanca de Humphrey Bogart, dirigida a Ingrid Bergman: "Here's looking at you, kid", ("Aquí me tienes mirándote, chica"). No es la frase número uno del cine norteamericano, sino la quinta, según han dicho los críticos, pero le calza a Dana D.: anillo al dedo. Ella teme la respuesta demoledora de Clark Gable, el orejón del momento en su turno, cuando dijo, cerró Lo que el viento se llevó, como arrojaría el Rubio a Dana D., si fuera el caso: Frankly, my dear, I don't give a damn" ("Sinceramente, cariño, me importa un bledo”). Todo es posible en el celuloide y en la vida real.

§ Cada ficción y realidad, en su lugar

Carretera de las FARC colombianas, 270 kilómetros en la selva

Cada ficción en su lugar. Cada realidad es diferente y la hace el protagonista. Sólo a él le pertenece. Lo ardiente del Infierno depende de la altura del Cielorraso. Uno llega a Colombia sin dar vuelta la esquina. La familia Santa, en la paradoja colombiana, fue azotada por el mismo Diablo. Nadie puede decir que no exista. Satanás se presentó con sus mejores credenciales. Traía su suegra, novia y una amistad. Diablo social, Edgar Fabián López, apodado el Diablo, después de ofrecer asesoramiento comercial para unos negocios al dueño de una finca en el Tolima, se declaró poseído por el demonio y exigió el sacrificio de una persona. La negativa le llevó a inventar una nueva atrocidad: una ofrenda sexual. Durante más de un mes abusó sexualmente de niños entre 6 y 11 años de edad y de la esposa del dueño de casa, en estado de gravidez. El endemoniado de Edgar, de 24 años, se revolcaba en el suelo poseído por un ser “maligno”, arrojaba saliva por la boca, maldecía ala familia y al mismísmo infierno. Pero Edgar les daba alguna esperanza a la familia sometida, y les decía que después venía lo bueno, porque era poseído por un espíritu benigno llamado ‘Rosita’, el cual traía paz y tranquilidad. Pero el Diablo seguía siendo más Diablo que nunca y exigió después un sacrificio econonómico, que le fue otorgado. Santa le volvió a creer y vendió la guadañadora, una grabadora y una batería. P Recibió la suma de 880 mil pesos, dinero que entregó a su diabólico huésped. La fiesta de la perversión ya estaba completa, con gastos pagos y todo. Pero todo reinado terrenal pareciera tener fin. Y éste, confeccionado en la maldad, no fue una excepción. Ni Lucifer está seguro en un país en guerra, que arde de punta a punta por los cuatro costados. Hasta que se quemó cuando familiares de los Santa, en Ibagué, se enteraron de lo que sucedía y reportaron el caso a la Sijín de la Policía. Y n un operativo se terminó con la captura de Edgar, quien enfrenta cargos por “presuntos delitos de acceso carnal abusivo con menor de 14 años, actos sexuales con menor de 14 y estafa”. Cargos realmente terrenales. Pero el realismo mágico es propiedad de la realidad colombiana. Una marca registrada que supera a los más delirantes novelistas. Un exitoso seguidor de la realidad fantástica colombiana, como hemos dicho, es Gabriel García Márquez: primer clarín del bosque encantado. La otra historia ocurrió en el poblado de Sevilla, Cali, en la Fuente de Soda 15 letras. Cuéntelas usted mismo: Crimen espantoso (15 letras). Cinco personas fueron asesinadas mientras departían alegremente. Entraron dos motoristas y comenzaron rosear balas. 15 letras, cinco muertos más, uno por cada tres letras en el abacedario de terror de la Babel colombiana.

Primer Epílogo

El país es más persistente que sus muertos. Tenaz como el olor de la guayaba. Creativo, audaz, productivo, ingenioso. ¿Un paraíso infernal? ¿El cielo tiene máscaras? ¿Cuántas sucursales del Infierno tiene Colombia? ¿O alquila tragedias? Hay otros Paraísos perdidos, sin duda. En el mundo se mueve mucho más coca y violencia. La corrupción es el pus oficial de estos tiempos violetas. Se muere de morir tanto y se tendrá que vivir de vivirse aún más. ©2005

 

 

 

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