Santiago de Chile.
Revista Virtual. 

Año 5
Escáner Cultural. El mundo del Arte.
Número 52
Julio de 2003


VIOLETA PARRA
(ENTREVISTA IMAGINADA)

Fiesta y Caupolicán, Violeta Parra
EL DON DE CREATIVIDAD

Por: María Soledad Mansilla Clavel

"Cristo, Violeta Parra"

¡ Qué fantástico sería poder entrevistar a "la Violeta Parra"! En esto he pensando hace varios días, exactamente desde que vi sus arpilleras bordadas y orgullosamente expuestas en la Sala El Farol del Departamento de Extensión de la Universidad de Valparaíso. Vinieron a mi mente imágenes de horas y horas solitarias, sacando del alma puntada a puntada, todo ese torrente de vida, creatividad y poesía que Violeta llevaba adentro. Don que fluía a la vez en forma tan natural, sin aspavientos, como si fuese lo más normal del mundo. Y en tanta cantidad que nos dejó enriquecido el folklor con canciones tan sentidas y propias de nuestro pueblo que son casi como un segundo himno nacional. Por ejemplo: "Gracias a la vida".
Entonces se me ocurrió inventar una conversación con Violeta, tomando datos de la realidad, para que fuese más o menos lo que ella me contestaría si pudiésemos estar frente a frente y de cierto, yo al menos lo estaría pasando estupendo.

-Violeta, ¿Cómo es que una folklorista se puso a bordar?

La vida definió por mí. Fue una larga enfermedad en cama y como una está acostumbrada a trabajar, no se puede estar ahí sin hacer nada.... Fueron varios meses, allí tomé los hilos y las telas y me convertí en arpillerista...

"Violeta bordando"

-¿Alguien te enseñó a componer o a bordar sobre arpillera?

¡ No! Lo inventé todo, las formas, las técnicas se me fueron ocurriendo, también los materiales, los colores.

¿ Planificaste primero algún tema?

Son temas comunes, de la vida cotidiana, que están en todas las personas: la familia, recuerdos de la infancia, pasajes de la historia de esos que quedan grabados para siempre y que te enseñan en el colegio, como el Combate Naval de Iquique.

-¿En qué año fue eso?

A comienzos de los sesenta.

-¿Y de ahí a exponerlas en el Museo Nacional de Francia, Museo del Louvre?

Eso fue en 1964, en el mes de Abril. Fue una gestión personal. Expuse allí 100 obras entre óleos, esculturas, cerámicas y arpilleras. Yo estaba viviendo en Francia. Viví allí dos años.

-¿En qué barrio de Paris vivías?

En el barrio latino, en la Rue Monsieur le Prince y trabajaba cantando en la Boite de nuit "La Candelaria", también haciendo arpilleras, pintura, escultura en alambre....

-Debes haberte sentido muy orgullosa...

Fui la primera artista hispano americana en exponer individualmente en el parisino Museo del Louvre.

-¿Habías expuesto plásticamente antes?

Sí. En 1959 en la Primera Feria Chilena de Artes Plásticas del Parque Forestal ( 5 al 13 de Diciembre de 1959) en Santiago y al año siguiente en la Segunda Feria del 3 al 11 de Diciembre de 1960.

"La Cueca, Violeta Parra"

-¿Cómo exponías en Santiago si eras del Sur?

Bueno, nací en San Carlos, provincia de Ñuble en ese entonces, antes de que Chile estuviera dividido en Regiones. Y viví en el campo alrededor de 25 años. Después me trasladé a Valparaíso y después a Santiago.

-No sabía que habías vivido en Valparaíso. Así es que también tienes alma de porteña. ¿Cuánto tiempo anclaste por la costa?

Bastante. Desde 1943 hasta 1958. Cantaba canciones españolas por ese entonces y estuve haciendo giras por todo el país con una compañía de teatro.

-Fuiste bien cosmopolita, porque residiste también en Argentina...

Si, fue por el 61, me quedé en la ciudad del General Picó, cantando en la Peña El Alero y haciendo cursos de folklore, cerámica, pintura y tapicería. Ese año también actué en televisión y expuse en Buenos Aires. También hice recitales para I.P.F. Después me fui a vivir a Francia, ya lo sabes.

"Hombre con guitarra, Violeta Parra"

-¿Y después?

En 1965 viajé a Suiza, a Ginebra. La Televisión Suiza filmó un documental que se llamó "Violeta Parra, bordadora chilena" con toda mi obra. La expusieron en varias galerías. Me presenté con Gilbert Favre.

-Dime Violeta. ¿Porqué se te ocurrió bordar si pintabas y esculpías?

Para mí la pintura es el punto triste de la existencia. En ella trato de expresar lo más profundo del ser humano.

-¿Y en las telas?

La tapicería es el punto alegre.

-¿Quién te enseñó a tocar guitarra y a cantar?

Bueno, eso lo aprendí de mi padre, Nicanor Parra, que era profesor de música.

-¿Y el alma de tus canciones?

Eso viene de mi madre, campesina de tomo y lomo, Marisa Sandoval.

-¿Qué mensaje darías a esta revista y a todos si pudieras hacerlo?

" Gracias a la vida, que me ha dado tanto
me dio dos luceros, que cuando los abro,
perfecto distingo lo negro del blanco
y en el alto cielo su fondo estrellado..."

"Detalle, Violeta Parra"

Bueno, dejemos esta entrevista imaginaria pero con datos absolutamente reales, que he disfrutado en construir, para volver a la realidad y decir que Violeta Parra ha quedado inscrita en la historia de la música nacional como una folklorista destacada, como autora de muchas canciones famosas en nuestro país como por ejemplo " Gracias a la vida", "Volver a los diecisiete", "El Sacristán" y otras. Pocos saben de su trayectoria como artista plástica : pintora, escultora, ceramista y bordadora en arpillera a gran formato.

En sus canciones, Violeta revalorizó las tradiciones populares chilenas que dicen relación con el canto, la guitarra y en general la música. La capacidad musical y el desarrollo de sus aptitudes le vienen del lado paterno, porque Nicanor Parra era profesor de música y en la familia Parra el sentido musical es manifiesto. La preferencia decidida de Violeta por las formas de expresión campesina y populares del pueblo chileno, tienen que ver con su madre, Clarisa Sandoval, mujer del campo nuestro. Y la definen como una investigadora e intérprete del folklore de nuestra patria. Destacada compositora además. Y como tal sorprendía y sorprende hoy por las letras de sus temas, definitivamente poéticas, lo que a la vez nos muestra su personalidad y su sensibilidad capaz de transformar lo cotidiano en un poema cantado.

"Combate Naval II, Violeta Parra"

Una infancia triste y esforzada marcó su vida con un signo trágico. La pobreza fue la razón principal que llevó a Violeta y también a sus hermanos a tratar de ayudar económicamente al grupo familiar con actividades y trabajos alternativos. Violeta mostraba desde temprano inclinación y capacidad musical, lo que le lleva a componer sus primeras canciones a los doce años apenas. Tocaba la guitarra. Para estudiar hubo de trasladarse a la capital, pero dejó los estudios para dedicarse de lleno al canto. Gracias a los consejos de su hermano Nicanor, Violeta se definió por recorrer nuestro país, recopilando las tradiciones y costumbres más antiguas. Más tarde y con otros artistas formó la Compañía "Estampas de América, con los que recorre el territorio chileno profundizando aún más en las raíces folklóricas de los pueblos campesinos. Compuso canciones, décimas y música instrumental.

En cuanto a lo sentimental, en 1937 se casó con el ferroviario Luis Cereceda. Tuvo dos hijos: Isabel y Angel, pero el matrimonio solo se mantuvo hasta 1948. Un segundo matrimonio al poco tiempo significó un nuevo fracaso. Dos hijos quedaron de esta unión: Carmen Luisa y Rosita Clara. En 1954 murió Rosita Clara y Violeta se dedicó desde ese entonces a su trabajo. Años después (1960), conoció al músico suizo Gilbert Favre, un estudioso del folklore sudamericano, intérprete de la quena y además integrante de un conjunto de música altiplánica.

"Detalle del ave en la guitarra,
Violeta Parra"

Internacionalmente, Violeta fue conocida después de recibir el Premio Caupolicán en Chile en el año 1954, otorgado al folklorista del año. Es invitada entonces al festival de la Juventud en Polonia y recorre la Unión Soviética y Europa, fijando su residencia en París. Durante estos dos años graba sus primeros discos y realiza recitales. Un viaje a Buenos Aires y a la Pampa Argentina la sitúan en la ciudad del General Picó en 1960. Se dedica a la docencia en sus temas de arte y a cantar en la Peña "El Alero". Vuelve a Europa con sus hijos mayores y participa en el Festival de la Juventud de Finlandia. Recorre la Unión Soviética, Alemania, Austria, Italia, y Francia, volviendo a fijar su residencia en París por tres años. Canta en "La Candelaria" y en "L'Escale", graba discos, trabaja en pintura, escultura y arpillera y realiza exposiciones de sus trabajos. También hizo recitales en la Unesco y en el Teatro de las Naciones.

En 1964 expone su obra de arte en el Musée de Arts Decoratifs Palais de Louvre. En 1966 viaja a Bolivia y canta con Gilbert Favre. Este sería su último viaje internacional. Su genuino interés de construir un verdadero centro del folklore chileno, la lleva en 1965 a instalar una carpa en el barrio de La Reina en Santiago, idea que traía de Argentina con el propósito de difundir lo musical nuestro.
Sin embargo, Violeta se había enamorado y ante el regreso de Gilbert Favre a Bolivia, decide quitarse la vida en la misma carpa que le costó tanto esfuerzo construir el 5 de Febrero de 1967.

"Combate Naval de Iquique, Violeta Parra"

Dejemos de lado su historia y vamos a las arpilleras. Los bordados de Violeta son dinámicos. Los mares que encierran las escenas de "Combate Naval I" y "Combate Naval II", ambas referentes a la epopeya de Iquique, son arremolinados, tortuosos a veces, llenos de contrastes cromáticos, e incluso hay intenciones de producir transparencias que dejan ver los cascos de los barcos. En ambas escenas el punto cúlmine es el salto de Arturo Prat, en una obra sólo y en la otra acompañado del Sargento Aldea y otro valiente chileno. Su mirada, sin ser cubista, nos muestra también los rostros de los marinos que están al interior del buque, caras sintéticas y angustiadas frente a la tragedia. En medio de toda esta odisea, Violeta se reserva el derecho de bordar como mascarón de proa de la nave que se hunde, un gracioso y frágil pajarillo, mientras la tripulación del Huáscar aparece en hileras de cabezas formadas militarmente en las cubiertas. Hay en los tapices una realidad histórica, en el colorido un encanto naif y un verdadero acierto en el trato del caos a bordo de la Esmeralda, casi de corte abstracto. Lo juntamos con un cierto barroquismo y la forma audaz de aludir a los tripulantes y tenemos la genialidad de Violeta Parra.

"Hombre con sombrero florido, Violeta Parra"

El tema " Hombre con sombrero florido" es de una poética casi lírica. La postura del altiplánico, esto por la figura de la llama que sigue sus pasos, es la propia de un chinchinero. La cara se fragmenta con líneas de centro en el ojo de perfil. Hay textura para el poncho que cubre el tronco y una partición similar a la de la cabeza, abanicos concéntricos, para el pantalón. Las mangas en cambio, se fragmentan por una gruesa línea verde y termina el brazo en un gesto de gran delicadeza de la mano que sostiene una flor. En la espalda, el sombrero, del que nace todo un jardín, también delicado que transforma la figura en algo diferente y que habla más del alma del personaje.
" Cristo" es una obra preciosa. Uno solo de sus brazos está en el crucero, el otro ha caído. Los bordados separan formas anatómicas variando tonos de naranjas y amarillos. El corazón de Jesús al rojo vivo, lo mismo que hay rojos en sus manos y bajo sus costillas. La cabeza cae decididamente sobre el hombro izquierdo, tan expresivamente como las imágenes de Guayasamín, y al borde del crucero hay un avecilla que lleva en el pico una ramita de olivo. Vean que contradicción ha querido expresar la artista.

" Hombre con guitarra" se nos presenta con una partición de estilo francamente cubista del tipo análisis mientras la guitarra está llena de arabescos. Uno de los brazos del ejecutante es absolutamente blanco y las cuerdas parecen ser tocadas por un conjunto de pajaritos también de estracto cubista, pero esta vez de síntesis. Las aves comparten el mismo cuerpo y patas, pero portan tres cabezas en diferentes posiciones, con los que Violeta simboliza el sonido de la música. "Arbol de la vida", "La Cantante Calva", "El Circo" y otras arpilleras bordadas tienen una característica en común: siempre nos sorprenden, son de una creatividad increíble.
*
ACTIVIDADES DE HOMENAJE A VIOLETA PARRA DESPUÉS DE SU MUERTE

1967: Exposiciones DE PINTURA, veladas de poesía y conciertos de su música interpretada por Isabel y Angel Parra en homenaje organizado por el escritor Tomás Lago en la Universidad Católica de Chile.
1971: Exposición de los Tapices en La Casa de las Américas, La Habana, Cuba.
1977: Se recuperan 40 óleos dejados por Violeta en Ginebra, Suiza, en manos del fotógrafo Daniel Vittet y posteriormente se exhiben en el Festival Internacional de Teatro Nancy, Francia.
También se realizan actividades en Chile y el extranjero por intermedio del Ministerio de Educación y la Fundación Violeta Parra con motivo de los ochenta años de su natalicio.
1997: Exposición en el Museo de Artes Decorativas "Pavillon Marsan", Museo del Louvre, París, Francia.
Exposición en la Montaña Artificialb del Parque "El Retiro#, Madrid, España.
Exposición en el Instituto Suor Orsola Benincasa, Nápoles, Italia
1998: Exposición en "Folkets Hust", Estocolmo, Suecia.
Exposición en Galería Pulchri, La Haya, Países Bajos.
1999: Exposiciones en Argentina organizadas por la Subsecretaría de Cultura de Buenos Aires.
Foyer del Teatro Auditorium de Mar del Plata.
Centro Cultural Recoleta, Buenos Aires.
2000: Exposición de Oleos en el Museo Nacional de Bellas Artes de Santiago, Chile.
2001: Exposición en la Galería de Arte del Banco Interamericano de Desarrollo, Washington DC, Estados Unidos.
Exposición en el marco de la Reunión Anual de las Asambleas de Gobernadores del BID.
Exposiciones en el marco de la Semana de la Cultura en las ciudades del Sur de Chile: Valdivia, Puerto Montt y Ancud.
2003. Exposición de tapices en la Sala de Arte " El Farol" de la Universidad de Valparaíso.

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