Santiago de Chile.
Revista Virtual. 

Año 5
Escáner Cultural. El mundo del Arte.
Número 52
Julio de 2003

 
Acciones de Arte y Performances

HUERTO-JARDÍN

COMESTIBLE-BEBESTIBLE

Comienzo deseándoles a todos los habitantes del Hemisferio Sur un Feliz Año Nuevo.

En todas las culturas primitivas se celebraba la noche más larga, el solsticio de invierno, como fin de una etapa y comienzo de otra en los trabajos agrícolas; en el mundo actual todos nos guiamos por el mismo calendario, que fue fabricado arbitrariamente en el hemisferio norte, al igual que la posición de la tierra en los mapas.

Los habitantes de América del Sur, África del Sur y Oceanía podemos celebrar el fin de año dos veces, al comienzo del verano y al comienzo del invierno, lo que es muy bueno por que me gusta mucho celebrar.
En nuestro país, los indígenas celebran este cambio de año el 21 de junio en la medianoche, para los mapuches es el We Tripantu y para los quechuas el Inty Raymi y para los aymaras el Machaqmara, algunos mapuches lo celebran la noche de San Juan 24 de junio, los mayas dejaban 5 días para estas celebraciones.

¡Feliz Año Nuevo para todos!

“Huerto-Jardín, comestible-bebestible”

Años atrás hice una acción de arte en la calle para celebrar este día, el domingo 21 de junio de 1998, en la esquina noroeste de Av. Grecia con Cruz Almeyda, comuna de Peñalolén, ciudad de Santiago de Chile.

Como dice la invitación: a las 13 horas del 21 de junio, al costado de la calle, voy a preparar 1 metro cuadrado de tierra y armar un huerto con algunas hortalizas, hierbas y plantas ornamentales, que quedará protegido por un cerco bajo de palos.

Llegué con un carro de madera en el que trasladé los materiales y las herramientas desde mi casa, que está a 3 cuadras (300 metros) del lugar,
Limpié de hojas y maleza el metro cuadrado, lo piqué con un chuzo, levanté la tierra con una pala y la fui poniendo al lado, para llenar el hueco las hojas y restos de material orgánico que yo llevé, y puse nuevamente la tierra encima, sin removerla tanto, al terminar esta operación, puse una capa de tierra buena que llevé para mejorar los resultados. Quedó así preparado un espacio cuadrado de tierra blanda y alta sobre los materiales orgánicos en descomposición que serían un buen abono.

Planté al centro las hortalizas: acelga, apio, lechuga y perejil (plantitas pequeñas), alrededor las hierbas medicinales: ruda, menta, poleo y artemisa y en las esquinas las plantas ornamentales: espuela de galán, lirios y otras.
Regué con agua de un bidón.
Preparé los palos para el cerco, cortándolos con un hacha pequeña y formándoles una punta para que se enterraran, armé el cerco uniéndolo con alambre.

Al terminar mi marido y mi hija Isabel tenían preparada una merienda, con termos con agua caliente, pan y galletas, para todos los amigos y familia que me acompañaron ese día tan frío, pudimos disfrutar en plena calle de un rico “tentenpié”. Yo me preparé una infusión de ruda, que es la de la foto que está en la cabecera de la página.

El motivo por el que elegí este lugar, a propósito de ser año nuevo, de terminar el año viejo y revisar lo que he hecho con mi vida, quise dejar un recuerdo en el lugar donde 2 meses atrás, tres amigas y yo tuvimos un accidente automovilístico, nos dimos vuelta al virar en una noche lluviosa de abril. El automóvil quedó al revés, atrapado en un fierro que ponen para afirmar los postes del alumbrado público, afortunadamente, todas salimos ilesas, sólo fue un gran susto.

En nuestro país cuando alguien se muere en la calle, justo en mismo el lugar, los familiares o amigos ponen una “animita” (pequeña casita con símbolos religiosos, flores y velas). Y yo pensé que cuando una no se muere y se salva, por lo menos podría poner una plantita.
Por esto hice esta acción de arte que me gustó mucho y también a las personas que asistieron.


Como esta esquina está cerca de mi casa, todos los días veía mi huerto, tenía el propósito de mantenerlo.
A la semana siguiente ya no quedaba nada, sólo un metro cuadrado de tierra limpia, seguramente la gente de la Municipalidad lo sacó, pero me pareció igual bien, así son las cosas en la calle.

 

Marcela Rosen Murúa es Licenciada en arte de la Universidad de Chile. En la actualidad se dedica a las acciones de arte.

Este espacio requiere de la colaboración de los artistas que tengan registros de sus obras y si no, por lo menos dibujos, las imágenes deben ser livianas en formato JPG y siempre deben venir acompañadas de un texto, además una muy breve biografía del autor.

Enviar las colaboraciones a marcelarosenrevista@yahoo.com

También está abierta la invitación a la discusión en torno al tema, conceptos, alcances, límites y más.


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