Santiago de Chile. Revista Virtual. 
Año 4
Escáner Cultural. El mundo del Arte.
Número 41
Julio de 2002

RICARDO CASTRO
AÑO DEL DOS MIL DOS


Poema Pehuenche

Blanca translúcida transparente en el fondo
claro de rotas nubes
el huevo lunar

aerostático satélite flotante

suave y clara    lenta    gravita

la voz de la señora Quintremán

en mis oídos

en todo mi cuerpo

sus pensamientos desplegados

emocionante sonoridad pehuenche

mamita del alto Bio-bio
va y viene con sus lindos vestidos

con sus antiguos pendientes

con sus orejas de habitante de la

tierra florida

abuelita Quintremán

el susurro firme de tus sentimientos

encuentran en este hombre aborigen chileno

un lugar en donde tus palabras se quedan

se convierten,

no necesitamos tanta electricidad

sólo la lluvia

sola la naturaleza

sólo la diosa del agua puede inundar

mi casa

            mi patio

a ella se lo permito

pero no a huecufes extranjeros

portadores de pestes

                de enfermas ocurrencias

       no  a  forasteras ambiciones

               Estos cobardes apestan!

 

Tú de 60 años con tu maravillosa

presencia quieres

preservar                animales de monte

pájaros terrestres    pájaras aéreas

aguas propias         tierras que te pertenecen

                             legado de formas ancestrales

arriba Bio-bio que no te represen

Bio-bio Quintremán, Quintremán Ralco, Quintremán mujer

libre las aguas    libres los ríos

porque tú, anciana madre pehuenche

así lo quieres, porque es lo que te pertenece

porque tú perteneces a ese lugar

 

¡Fuera usurpadores, mal educados, desconquistadores!

 

 Pehuenche      pehuén      che

Auca               Aucán       

Aucán mujer    Aucán hombre

soy pehuenche estoy

pehuenche emoción

 

Consejo de todas las tierras

Consejo de todas las aguas

Consejo de todos los cielos

            de todos los aires

Consejo de araucarias

            de rehues escalados

            bailarina en alturas

            del árbol de máscaras tatuado

                                             consejo de labios

                                             que se mueven en la boca

                                   del que algo quiere decir

                                   labio mapuche

                                   boca pehuenche

                                   chilena escritura

sonoridad de este aborigen que Ricardo suelen llamar

tíuque soy

hongo soy

callampa silvestre

represa no

inundación no

español no

enemigo no soy

                  hidroeléctrico soy

                         el agua que bebo me produce su electricidad

no necesito de más

que siga virgen la cuenca del Bio-bio

el río que da la vida

señora Quintreman venerable anciana

extraordinaria mujer

yo la defiendo ante el ataque

empresarial de España

el río Bio-bio es suyo   es mío

es de Chile aborigen

es de niño mapuche

de niña pehuenche

de mujer del pehuén   de hombre de pehuenes

 

araucarios y boldos

arrayanes y litres del alto Bio-bio unidos

contra los represarios.

Pueblo de chilenas

pueblo pehuenche, pueblo mapuche unión fraterna

para detener catástrofe

yo Ricardo Castro ofrezco

limas contra las represas

alicates, sopletes, pequeños volcanes ardientes

martillos de peña, lijas diamantadas

lápices a pasta, anillos de plata, pendientes de plata

armas de la no-violencia.

                    
Escritos de luna llena

Yo tomo rayos de luna

suaves  frescos   luminosos

en toda la sombra

en oscura noche

me empeloto y salgo a caminar

sobre la seca hierba dorada

la oscuridad viviente del cerro

su sonora vida insecta

me consume

las hormigas recorren mis nalgas

en busca de su alimento

escarabajos fosforescentes se agolpan

en el centro de la espalda

soy guiado por

la madre del cielo

pequeñas culebras hembras

suben las piernas enlazan la cintura

arropan el cuello

adornan la cabeza

ahí se aquietan

esperando un acontecimiento

no hay eléctrica luz

sube la marea en un cerro de Valparaíso

floto en una diminuta parte del océano

escucho: niño en voz

              mujer en voz

              conversación

una balsa de cochayuyo me guía a la deriva

los peces alegan que no quieren ser pescados

el plancton busca sus ballenas

peces voladores caminan alrededor

la gaviota practica un fellatio a su gavioto

un lobo de alta mar

un cunilingüis a su loba

se endulza agua salada

caliente agua oceánica

vacas  potros  asnos irrumpen

en el descanso de la tarde

buscando cerros hundidos

se sumergen

copulan

se acoplan

todo es viaje-transición

piti-piti el niño cl-ave de Emilio

nombre de ojos de verde silvestre

está grave, pero al hablar, al reír

es toda la felicidad humana.

Santiago capitalista con endemoniada

intensidad eléctrica

alberga en su casa de vieja madera

con dos habitaciones de nuevo aspecto

a los viajeros del mar

a las viajeras de los cerros

   de caminos soleados

   de polvos sueltos.

Marilin en la espera de la impaciencia se queda

sola, abatida en la terminal Limache de trenes

la gran rubia de pechos palpitantes

reprime la emoción de su llanto

metida en el fondo superficial

del asiento del bus que la lleva

contra su voluntad

Adolescente morena cede su cuerpo

sus pensamientos al sueño que

en rápido movimiento se desliza

sobre la carretera.

Soy un astro con luz propia

satélite de la luna soy

benefactor de la especie humana

de la animal especie

de naturaleza orgánica

de principios de siglo

aceitunas con pan

dobladitas de manteca

ojos verdes   boca roja

dientes blancos

tricolor de amores

te quiero hablante lúdica

               amante lárica

               delicia bésica

               suculenta mía.

Se abre el cerro

el túnel se traga

entero el pullman interprovidencial

levita entera usando de pantalla

la oscura cordillera   abandonándola en su color

en su frío de roca emergida

iluminando     satélites  estrellas

hundiéndose  en el delirio celestial

acompasada es llevada en andas

por el aire de la noche.

Tengo la marea alta.flujo.

reflujo de cabeza humana

calores de marzo en Peñalolén

en Santiago en Ñuñoa noches estivales

                               hojas calléndose

anillos  collares para uso común llevo

al tercer día la tercer noche

va transformándose

llenándose de oscuridad

cediendo su luz

poniéndose fin.

 


Si quiere comunicarse con Ricardo Enrique Castro puede hacerlo a: ricardoaborigen@hotmail.com

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