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Santiago
de Chile. Revista
Virtual.
Año 3 |
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Número 33.
12 de Septiembre al 12 de Octubre de 2001. |
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Por: Carlos Fonseca
- Bueno socio, eres el último y termino por hoy.
- Por favor no lo hagas.
- Es mi trabajo, si no lo hago, me despiden, y no puedo tener a mis seis hijos sin comer ni vestir.
- Esta bien, yo te pago todo eso, pero ahora déjame.
- Yo no te he pedido dinero, para eso me sacrifico y lo gano honradamente.
- ¿Honradamente? ¿Asesinando personas?
- ¿Cuál es tu trabajo?
- Soy doctor. He salvado muchas vidas. Y tu sin más ni más, me quieres matar.
- ¿Que sucede si un paciente te pide que lo dejes morir?
- Pues... no sé, evitarlo y tratar de convencerlo de que la vida es una sola y que hay que vivirla; además yo no puedo dejar que se me muera un paciente, mi deber es salvarlos. Sería muy frustrante para mi la muerte de alguno de ellos, me lo reprocharía siempre y no me lo perdonaría jamás.
- ¿Y si te insisten y tratasen de sobornarte, y tu estuvieses necesitado de dinero y te lanzases a la propuesta sin apenas pensarlo?
- Sería algo estúpido, no tiene lógica alguna, además perdiese mi trabajo y... (se lleva la mano a la boca y sus ojos parecen estallar)( se escucha el corte de la guillotina)
Si quiere comunicarse con Carlos Fonseca puede hacerlo al mail everfc@cubarte.cult.cu
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