Santiago de Chile. Revista Virtual. 
Año 3
Escáner Cultural. El mundo del Arte.
Número 25.
12 de Enero al
12 de Febrero de 2001.

EL LORO COIRÓN.
THIERRY DEFERT.

Por: María Soledad Mansilla Clavel

Antoine Knibily
Estracto de grabado para mural, Tierry Defert.

El personaje es algo especial. Por si mismo vale la pena de conocer y por supuesto, también por su obra plástica. Apareció como naturalmente, entremedio de sus grabados cuando ellos parecían envolverme. Es que sus trabajos, más que xilografías o grabados resultantes de matrices de madera, debieran llamarse gigantografías, porque son una consecución de estampas, restringidas solo por el tamaño de la prensa del taller parisino del artista, pegadas en inmensas series que ocupan completas las amplias murallas de la Sala El Farol de la Universidad de Valparaíso. Es que el autor piensa en macro y las partes han sido concebidas para una suerte de mural de 300 metros de largo. Sí, no es error de impresión: trescientos metros de mural donde se va narrando ni más ni menos que a Valparaíso.

Desde allí en adelante se lo habló todo. Apenas interrumpí cuando algo de su bastante buen español no era entendible y cuando comprendí que lo que apuradamente decía era fruto de una muy buena observación de nuestro puerto, de nuestras gentes y de nuestra idiosincrasia. Desde "La Araucana" de Alonso de Ercilla y Zúñiga, hasta los barrenderos de la calle, que están en todas sus obras y a los que define como "los ángeles de la ciudad", salieron al camino en la conversación.

Si en algo tienen una extraordinaria capacidad los chilenos es para poner sobrenombres. Y el de Thierry Defert es de los más acertados. Ya saben porqué lo de "loro" y lo de "coirón" por lo chascón de sus abundantes cejas colorinas y pelo.

LO HUMANO.

Antoine Knibily
Avenida Chacabuco, Tierry Defert.

-¿Porqué este amor por Valparaíso?, según Ud. ha declarado.

-No sé. Y con su gestualidad expresiva y permanente se toca en forma sucesiva la cabeza, el corazón y el bajo abdomen. No sé. Es "todo".

-Dígame entonces, ¿qué encuentra en la gente y en las calles de Valparaíso que le llame tanto la atención como para hacerlos objetos de cientos y cientos de dibujos, que posteriormente serán planchas de madera - xilografías - o linóleos?

Antoine Knibily
Segundo estractoPlaza Sotomayor, Tierry Defert.

-Creo que es cuestión de emoción o de ritmo. No puedo dibujar en París porque el ritmo de la ciudad es muy rápido. O no puedo hacerlo en Africa porque tal vez el ritmo es muy lento. Pero aquí sí puedo. Valparaíso tiene mi ritmo, o yo tengo el ritmo de Valparaíso. O mi emoción. Cada ciudad tiene una emoción. Como cada persona. La emoción es la lluvia de la vida.

DE PESCA.

"Yo salgo a la calle con lápiz y papel y voy dibujando a las personas, lo que hacen, los edificios y todo sin estar quieto en un solo lugar. Voy caminando y avanzando, de manera que un dibujo no es de un lugar determinado, sino de un recorrido, como entre la Plaza Echaurren y la Plaza Sotomayor. La verdad salgo "in fishing", igual que un pescador, a la pesca de imágenes". Después me voy a Francia con mi bagaje de imágenes a trabajar como un "monk",( un mono) a mi taller.

Antoine Knibily
Valparaíso, Thierry Defert.

¿No tiene taller en Valparaíso?

Ahora sí. He comprado una casa en el cerro Cordillera, sobre La Matriz, pero hace falta restaurarla porque está en ruinas y también hace falta mucho dinero...

¿Porqué solo figuran las personas de la calle en su obra?

Me gusta la calle. En los cerros está más la intimidad de la gente. Su pobreza también.

La riqueza de ellos está en lo que ven, el puerto, desde todos lados, desde todas sus ventanas. Por eso me da pena cuando veo un edificio muy alto en la línea de la costa. Porque les quitan su riqueza.

Pero yo dibujo el plan. Es en el plan donde la gente se junta, donde se necesitan unos con otros, donde trabajan. Dibujo a muchos. Es como suspender un instante. Después los junto. Lo que hago es un juego visual. Es necesario programar técnicas de narración. También, lo colectivo, lo urbano, puede ser narrado sin tocar la intimidad de las personas. Por respeto ¿Sabe? Y viene una larga plática sobre el concepto del respeto en Senegal.

LO DE LORO, DESDE SENEGAL

Antoine Knibily
Avenida Francia con Chacabuco, Tierry Defert.

A Thierry Defert le gusta la narración. Cree firmemente en ella. En Dakar, Senegal, donde se crió hasta los diecisiete años, se habla mucho. Aún existe la tradición oral. Su regreso a París en 1965 ya no le pudo transformar. Comienza estudios en la Escuela Superior de Artes Gráficas ese mismo año y en 1967 en la Escuela Superior Nacional de Artes Decorativas. Organiza exposiciones, trabaja en Publicidad en Publicis y hace posters para una firma en Suecia. También trabaja para el programa de TV "Ouvrez les guillemets". Entre 1977 y 1986, participa en la apertura del Centro Georges Pompidou. Entre 1981 y 1989 es periodista en "Zoom, revista de la imagen" y otros medios.

Antoine Knibily
Estracto Plaza Sotomayor, Tierry Defert.

En 1984 obtiene el premio Elie Faure por el libro "Georges Lepape, ou l'elégance ilustrée". El mismo año se hace cargo del Departamento de Diseño Gráfico en la Escuela Nacional Superior de creación industrial "Les Ateliers" del Ministerio de la Cultura y el Ministerio de la Industria de París. Esta es una síntesis de sus actividades

En 1988 cumple un sueño de la infancia: viaja a Tierra del Fuego y Cabo de Hornos y visita por primera vez Valparaíso. En 1995 hace sus primeros bosquejos de Santiago y de la porteña Plaza Victoria. Hasta ahora ya ha viajado cuatro veces, capturando, cada vez un poco más, del alma de Valparaíso.

DE LA OBRA.

Hay un pensar en monumental en los grabados gigantes de Thierry Defert . En las escenas callejeras, las figuras son expresivas y también caricaturezcas o con deuda del cómic.Diría también que en el deseo de conformar una atmósfera de la ciudad, de agregar todos los personajes que forman parte del ambiente de Valparaíso, sus enormes formatos se saturan. Sin embargo todo se siente tan acorde a la personalidad del artista.

En "Plaza Sotomayor" veremos caballos, burros, el camión, el policía, la gorda, los escolares, el hombre de corbata, el barrendero, el taxista, las palomas, los pelícanos, y muchos, pero muchos personajes más, en un mosaico que sí tiene "olor" a Valparaíso, que es real, una realidad de la emoción, por cierto.

Gran hombre, gran artista. No hablemos más, mostremos mejor lo que hace. Por respeto.¿Sabe?.

PARA ESCANER CULTURAL
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