Santiago de Chile. Revista Virtual. 
Año 2
Escáner Cultural. El mundo del Arte.
Número 24.
12 de Diciembre de 2000
al 12 de Enero de 2001.

ENGAÑO PICTÓRICO

Por: Carlos Yusti

El pintor Víctor Julio González ha ganado algunos premios de artes visuales. Conozco el trabajo plástico de Víctor. Su pintura se pasea por lo metafórico y lo onírico. Refleja una búsqueda intensa y particular sobre el arte de pintar al margen de modas en boga. De espaldas a la No-pintura y toda esa parafernalia del conceptualismo estético, de las instalaciones y las intervenciones de los espacios, donde uno que otro todero del arte convierte el hecho estético en un espectáculo pedante; en un circo llevado adelante no ya por pintores con talento (o audacia imaginativa), sino por unos bufones que recurren a la pantomima y las relaciones públicas para no tener que encarar el lienzo en blanco.

Sofía Ímber


En algunos textos he criticado todo ese manejo fraudulento que cocinan los charcuteros del arte (con perdón de los charcuteros) tras las bambalinas, el boato, el amaneramiento y el perfume costoso de salones y bienales en el país. Todo el que se mueve por el terreno cultural sabe que dichos salones de arte responden a ciertos intereses del mercado artístico nacional, donde galerías y museos han conformado una camarilla que decide las pautas estéticas a todos los niveles. Por su parte los artistas acuden a los salones como tratando de hacerse con un premio, un reconocimiento, una mención honorífica que los saque del anonimato más lamentable. De allí que reduzcan su trabajo a uno o dos tres obras que envían siempre confiando en la suerte más que en sus propuestas estéticas.

Por otro lado hay una gran cantidad de seres que asumiendo su falta de talento han decidido ser artistas y entonces se dedican a las relaciones públicas, tampoco tienen una obra que mostrar y por eso muestran las fotos donde salen abrazados con el ministro, donde salen brindando con Sofía Imber, especie de madre superiora del Museo de Arte Contemporáneo en Caracas que de paso ostenta su horrible nombre, y en ese plan. Tener buenos vínculos en el mundo del arte, la política y la cultura puede catapultar a cualquier hijo de vecino a los más altos sitiales de la plástica nacional.

Hay un gigantesco engaño en torno a las artes visuales, un fraude de proporciones inimaginables. No hay obras de arte, sólo artistas premiados y allí reside lo grave de todo este asunto. Quienes se han prestado para tamaño engaño saben a conciencia que el arte de nuestro país tiene los días contados.

Muchos artistas que conozco apenas han pisado alguna academia de pintura, muchos otros no saben ni remotamente quién fue Tintoreto y confunde a Tito Salas con un pelotero de grandes ligas. Otra gran cantidad desconocen las técnicas del grabado, no obstante se pavonean por bienales y salones como lo "plus-ultra" en arte no-objetual y demás premisas posmodernistas. En ellos no existe algún asomo de humildad. Luego están los curadores, innegables artífices de la especialización artística, decidiendo quien participa en un salón, determinando que bazofia estética es la más llamativa y merece un inmediato espaldarazo. Siempre por azar, o casualidad, del destino el artista favorecido pertenece a una importante galería privada de la capital donde también por coincidencia nuestro curador recibe una remuneración por servicios prestados.

Los artistas modernistas desecharon las academias de arte por su trasnochado conservadurismo plástico; nuestros artistas desechan las academias porque no están interesados en aprender nada, sólo desean pertenecer al zoo del arte. No son rebeldes ni innovadores, apenas son unos relacionistas públicos que oyen a las Spice Girls y leen a Corin Tellado(y muchas veces ni eso).

Quienes aman el arte más allá del espectáculo conceptual, de la jerga intalacionista y efímera, saben que el arte esta en otra parte y no en salones o bienales. Los verdaderos artistas siguen enfrentándose (como hace Víctor) a los enigmas de la tela en blanco, prosiguen una búsqueda silenciosa donde pintar más que una actividad que se realiza para ganar, es una pasión por la forma y el color más allá de las modas, de las camarillas y otras engañifas de nuestra valoración mercantil de la pintura.

Si desea escribir a Carlos Yusti puede hacerlo a: carlosyusti@cantv.net

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