Santiago de Chile. Revista Virtual. 
Año 2
Escáner Cultural. El mundo del Arte.
Número 24.
12 de Diciembre de 2000
al 12 de Enero de 2001.

COMO LE HARE PARA PARTIRLE
LA MADRE A MICKEY MOUSE

Desde México: Gabriela Calderón

En la década de los sesentas comienzan a aparecer los primeros productos japoneses animados con calidad de exportación como es el caso de The Kimba The White Lion de Osamu Tesuka o bien Astroboy, esto en claro reflejo de la evolución que el formato pide o requiere, Japón extrae a todos sus personajes directamente del manga; la razón es obvia, debido a la acelerada producción de grandes cantidades de series con presupuestos muy reducidos era necesario "un terreno de experimentación para este producto" (el manga servía para sondear el éxito del personaje).

Cuando el anime cubre la demanda nipona empieza a ser exportado a Estados Unidos y Europa; el primero de estos productos fue Astroboy (1963) y con esto anime comienza su período de reinado el cual requirió de 20 años para consolidarse.

A diferencia de su contraparte occidental, el género Manga abre un sin fin de posibilidades para todo escritor, (ya sea japonés o extranjero) en lo que a temática se refiere, lo anterior queda reflejado dando un simple vistazo a la programación del canal 7 o canal 5 (Chile).

Ranma ½, trata de un chico que al contacto con el agua se convierte en mujer, Dragon Ball (la serie normal, la versión Z y la versión GT) están inspiradas en la leyenda del Rey Mono de la mitología Griega, Heidi está inspirada sobre la vida de una niña montañesa, Neon Genesis Evangelion toca temas un poco más fuertes para nosotros como público Occidental, como el fin del mundo y la existencia de Dios y podríamos seguir así por días.

En contraste, lo occidental no es más que una eterna continuación de un tema único: El bien contra el mal, el villano muere a manos del bueno y la buena se queda con el bueno y si queda duda de esto sólo hay que esperar a que llegue el verano para ver la nueva película de Disney.

¿Por qué Occidente muestra tal cerrazón mental?, ¿Acaso todos los productores, creadores o escritores poseen anemia neural?. A primera instancia parece que sí, debido a factores que a continuación descubriremos:

Cómo haré para partirle la madre: Después de perder la segunda guerra, Japón se da cuenta o visualiza las múltiples carencias que tiene como estructura social y en ves de encerrarse en su milenario feudalismo, Japón adopta las formas occidentales para volverse un ejemplo de productividad ¡que mejor que vencer a tu enemigo con sus propias armas!.

En la Tierra de los Ciegos, el Cíclope es el rey: En la década de los 60, la sociedad de las artes cinematográfica estadounidenses admiten que Japón es el principal productor de animación, refiriéndose principalmente a la maquila de dicho producto, aunque era un secreto a voces que superaba por mucho a Occidente, no solo en producción sino en contenido argumentativo, técnicas y en creatividad, mientras que en estados Unidos gran parte de las animaciones consistían en ver a ratones y patos afeminados realizando gangs, cebos y malos o bien, cualquier animal tocando el uquelele. Oriente se preocupaba por mandar al hombre más allá de las estrellas, crear vida inteligente y artificial, concebir genios cuyo supremo intelecto hacia ver a cualquier ganador del Nobel como chamaco jugando con equipo mi alegría o bien, reivindicando tradiciones milenarias ¿cuándo hemos visto una caricatura occidental, donde el héroe sea un indio siux?). En resumen: Japón explotó facetas argumentativas nunca antes vistas consideradas por occidente y por último

No todos los gatos son pardos: El American Way of Life dictaba que es necesario adoctrinar a los futuros consumidores desde pequeños; es por eso que el club de Mickey Mouse poseía estereotipos perfectamente identificables y asimilables. Estos futuros turistas de bermudas y cámara al cuello, hallarían en Disneylandia la realización de todos sus mágicos sueños, abrazarían al ratón Miguelito, y Pluto les movería la cola con sorda alegría y los haría inmensamente felices. Oriente buscaba lo mismo: Crear estereotipos para reforzar su sociedad de consumo, pero a un a escala más ambiciosa, no solo les daría a los niños algo, sino también a los jóvenes y adultos. Walt Disney tenía que esperar a que sus futuros consumidores crecieran para gastar sus dólares en esos parques; mientras Japón creo una estrategia más creativa para la creación de consumidores.

A grandes rasgos entendemos el porqué la animación oriental es tan distinta de la occidental, no es más que la ruta alterna para competir en una mismo mercado, pero debido a que el público japonés es completamente distinto del occidental, se obvian las razones para este marcado contraste.

Cualquiera puede hacer una animación y cuando los temas son siempre los mismos, como suele sucede en occidente, las diferencias radicarán en mejores técnicas o nuevas propuestas estéticas, pero Japón para crear productos más competitivos tiene que recurrir a mejoras que la competencia descuida, como son las historias o los personajes, a fin de cuentas lo que importa no es llegar sino mantenerse, y eso se aplica no solo en la animación, sino también en la medicina, el diseño, o cualquier otra actividad humana. Anteriormente se mencionó que el creador de un producto plasma en él su momento histórico y social y en ocasiones este proceso se vuelve lineal (concepción-desarrollo-ocaso), pero en otros casos, el creador va más allá de simplemente dejarse moldear por su momento y concibe un producto autónomo de interrelación (concepción-desarrollo-retroalimentación-concepción-mutación-concepción y así hasta el infinito).

Las historias del Manga y del Anime son diseñadas con una complejidad tal que no es posible apreciar en un solo episodio. Esto se entiende como un sistema que vive absorbiendo y lanzando líneas a otros sistemas, lo cual no puede ser percibido por el público promedio.

Siempre que vemos a Superman luchar contra el mal, sabemos que va a triunfar, pero ¿qué pasa con Ranma?, ¿Por qué admite que odia a Akane y se la vive defendiéndola? O ¿por qué Rey Ayanami se convierte en la reencarnación de Lilith, siendo esta su enemiga?.

Occidente ofrece productos que sólo ofrecen dos opciones al consumidor, o le gusta o lo odian, pero Oriente ofrece productos en los cuales te puede gustar la historia pero aborrecer a los personajes, el malo es odiado y temido pero al final de la historia deseas haber muerto tú en su lugar o bien sólo te pueden gustar los dibujos, la animación o sus efectos. Al estar ante un producto complejo sé dejar enganchar por uno solo de sus entes y esto conlleva a engancharse por los demás.

La aceptación que ha tenido en Manga en nuestra sociedad en los últimos años, se refuerza por que el público ha cambiado y requiere de que se acepte este hecho. El público ya no quiere ver historias en las que todo sale bien, desea algo más y quizá solo por mero aburrimiento. En el manga uno crece con el personaje, uno se compenetra en su vida, cosa que no puede dar occidente porque una cosa es identificarse con el personaje, pero otra es sentirse en el personaje.

Finalmente el Internet da el golpe mortal y definitivo del que ya no hay marcha atrás: se han perdido las fronteras y el acceso a la información es total.

Si desea comunicarse con: Gabriela Calderón puede hacerlo a gcalderon@correoweb.com
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