Santiago de Chile.
Revista Virtual. 
Año 2
Escáner Cultural. El mundo del Arte.
Número 19.
12 de Julio al
12 de Agosto de 2000.

NEMESIO ANTÚNEZ:
LA OBRA; LO MISMO QUE LA VIDA

Por: María Soledad Mansilla Clavel.

Nemesio Antúnez.
"Soy pintor de vivencias y todo lo que haga, diga o pinte está empapado de lo que pienso y siento". Estas son palabras textuales de Nemesio Antúnez, extraídas de su "Carta aérea a mi hijo Pablo". Hoy nos parece que ellas hubieran sido hechas para la posteridad, porque su obra, mientras más la conocemos, mas nos habla del hombre y de su vida.

Nacido en 1918 en la capital de Chile, sigue la carrera de arquitectura en la Universidad Católica, para luego, con la beca Fullbright, radicarse en Nueva York. Apenas titulado, ya estaba totalmente decidido por el arte. Allí trabaja en el Taller de Grabado de William Hayter, donde aprende a dominar y crear a través de esta técnica que permite la reproducción en serie, guiado por Roberto Matta, a quién admira.


En 1950 se trasladó a París y cinco años mas tarde regresó a Chile, para fundar el mentado Taller 99, del que egresarán conocidos artistas nacionales y donde el maestro transmitió a sus alumnos todo lo aprendido en el extranjero con destacada generosidad. Su calidad humana es recordada por todos los que lo conocieron. En cuanto a labor docente, abarcó también la pintura en la Escuela de Arte de la Universidad Católica (1958).

Estadio Negro,óleo,Nemesio Antúnez.

En 1961 se hace cargo por primera vez de la Dirección del Museo Nacional de Bellas Artes, gestión que ejerce hasta que asume como Agregado Cultural de Chile en Estados Unidos, por cinco años (1964-1969), tras los que vuelve a tomar la dirección del museo. Conduce además el programa cultural "Ojo con el Arte" en el Canal 13 de TV. Por tercera vez retomará el museo en 1990, después de residir en Europa diez años (1974-1984) y también el programa televisivo, esta vez realizado en el Canal Nacional.

Retomemos aquella idea de que en su obra estaba su vida y valga decir primeramente que Nemesio Antúnez fue esencialmente un pintor y más tarde un eximio grabador. Sus temas nacieron en la pintura y ellos siempre producto de alguna vivencia. No es de extrañar entonces que en sus más antiguos trabajos, aparezcan los volcanes de nuestro sísmico país, como podemos ver en "Volcán" y "Piedras lunares", con un trato del grabado casi pictórico. Apreciaremos en estas dos obras la capacidad del entonces joven artista para crear una obra abstracta a partir de un tema figurativo y de autoanálisis para recoger parte de la experiencia de la obra anterior y trasladarla a la siguiente, haciendo de esta forma de su carrera plástica, un continuo y sólido avanzar.

Grabado2, Antúnez.

El artista siempre llevó lo chileno en el alma y ello se refleja en sus telas. Tácitamente recogiendo sus recuerdos de niño volantinero, están los temas de cometas donde se interesa además por la sensación del movimiento. Los cita indistintamente en cualquier obra o en el cielo de cualquier paisaje, quizás cuando se acordaba del terruño. Se le suman los de cordillera y los de nuestro baile nacional, la cueca.

Su capacidad de observación y de síntesis queda plasmada en una estupenda obra, poco conocida en comparación con sus tangos o sus camas, de 1970, titulada "Hacia el Norte", evidentemente la carretera panamericana nuestra, orientada hacia la situación del conductor en aquella recta abrumadora, cinta eterna de cemento, que en el mejor de los casos, por la noche, trae luces lejanas desde el frente y por el retrovisor.

Golpe de viento, Nemesio Antúnez, Lito.

De la etapa neoyorquina nacieron óleos de cromática austera, mientras su capacidad reflexiva no cesa de observar y analizar. Desde un edificio de altura donde trabajaba, podía ver moverse a las muchedumbres, a las que luego representó como seres humanos hormigas en ciudades moles, por ejemplo, en la obra "Televisión". Ya está implícita la preocupación por el hombre, la crítica y la denuncia de aquellas ciudades que empequeñecen y deshumanizan al ser humano.

Años mas tarde universalizará esta idea, asimilándola a los gentíos del Metro capitalino y a los estadios llenos, otra de sus temáticas recurrentes, que repletos de pequeños seres desde una visión macro, traen su cuota de crítica en cuanto a las expresiones masivas. Su opinión política acerca de la contingencia tampoco quedó fuera de su quehacer en la plástica y la "Moneda en llamas" deja en claro su sentir.

Grabado, Nemesio Antúnez.

De su estancia en París nace esa forma de pintar con los cuadrados. Ya teníamos antecedentes de ese plasmar el movimiento en el op-art y el arte cinético y de sus efectos ópticos. A Nemesio Antúnez la idea le nace de esos típicos mantelitos de cuadrillé a dos colores, que con frecuencia cubren las mesas de los bistreaux franceses. Primero aparecen ligados al mantel donde muchas veces flotan platos y cubiertos, inseparables de la comida. Mas tarde toman las formas de la cordillera, de los volantines y de las figuras humanas con que el maestro compondrá algunas de sus obras mas admiradas: los tangos. Sus figuras, con frecuencia se disuelven en el ambiente que los rodea, en la misma medida que se dinamizan usando con mucho acierto y de modo muy particular, de los efectos ópticos mencionados. Un ejemplo, el grabado "Golpe de viento" de 1985.

Sin título, Témpera, 1951, Antúnez
Fantasía, Serigrafía, Antúnez.

La verdad es que Nemesio Antúnez supo hacer de los cuadrados una forma única de pintar que no ha tenido igual y que se identifica plenamente con su estilo. Con ellos logró aunar tres cosas que le eran importantes: las formas, la dinámica de las formas en movimiento y la descontextualización de las formas en el entorno de la obra. Así, su obra quedó inscrita en el campo de lo surreal.

Antúnez

En las camas y muchos otros temas, queda de manifiesto su formación como arquitecto y su acercamiento al surrealismo. Notorio es el uso de las perspectivas, tanto la normal como la aérea, así como la buena forma volumétrica de las masas especialmente constructivas en sus composiciones. Sus camas generalmente flotan, descontextualizadas de su entorno natural, sobre algún estadio, alguna ciudad o las nubes de algún cielo, como "La última cama", de 1983, en que se refuerza el sentido onírico de la obra con el sujeto que sueña. En "Durmiendo en Manhattan" veremos la carretera entre medio de los edificios salir volando a internarse en el cielo.

El artista conoció el éxito y recibió numerosos reconocimientos durante y después de su vida. Falleció en Mayo de 1993.


PARA : ESCANER CULTURAL
DERECHOS RESERVADOS.

 

Si quieres escribir algún comentario a María Soledad Mansilla Clavel. , puedes hacerlo a: solman@vtr.net
Esperamos Su Opinión.
¿No está suscrito? Suscribase aquí. 

[Portada]·[Artículo]·[Entrevista]·[Vernisage]·[Perfiles Culturales]· [Cine]·[Teatro]·[Arqueo]·[UNIvers(o)]· [Poesía]·[Cuento]
[Música]·[Cómic]·[Reflexiones]·[Crónicas]·[Imágenes]·[Columna del Lector]·[Que se Teje]·[Emails]·[Links]·[Números Anteriores]


Las opiniones vertidas en Escáner Cultural son responsabilidad de quien las emite,
no representando necesariamente el pensar de la revista.