Santiago de Chile. 
Revista Virtual.  
Año 2 
Escáner Cultural. El mundo del Arte. 
Número 17. 
12 de Mayo
al 12  de Junio  
de 2000. 

 
  

EL GERMEN (1850) :
LA REVISTA DE LOS PRE-RAFAELISTAS.

Desde Costa Rica, Rodrigo Quesada Monge

LA MEMORIA.

El círculo de Rossetti.

Durante los últimos años he llegado a comprender que, para asimilar algunos de los aspectos más complejos del imperio británico, la mejor forma de hacerlo es acercarse al estudio del período victoriano. Con la reina Victoria en el poder (1837-1901), la dominación británica del mundo conocido hasta entonces, alcanzó niveles inusitados, y sus muchas paradojas pueden visualizarse con un poco más de claridad, si entendemos que la segunda parte del siglo XIX le pertenece al capitalismo inglés, no sólo en sus órbitas económica, social y política, sino también en casi todas sus expresiones culturales, o ideológicas si se quiere.

Rossetti y Morris. Retable de Chaucer (1340-1400).

Pero, como apuntaba José Martí, si hemos de combatir al gigante, nada más valioso que hacerlo desde el interior de sus entrañas. Así, uno de los aspectos más sobresalientes de la historia cultural del capitalismo inglés del siglo pasado, es precisamente el espectacular desarrollo de sus artes, sobre todo de la literatura y de las artes visuales. Aunque los ingleses no pueden vanagloriarse de haber alcanzado las alturas a las que llegaron los franceses, los alemanes o los rusos, en lo que respecta a la poesía, la música o la novela, su romanticismo fue capaz de saltar por encima de las barreras pre-fijadas por una cultura burguesa que creía ciertamente en la disciplina, el ahorro y el sentido práctico. Todos ellos elementos que conducirían, de una forma u otra, hacia una sociedad ordenada, racional y sobria, donde no tendrían cabida los agentes subversivos y disociadores, el mal gusto y la chapucería. Por ello, las formas y las buenas maneras eran requisitos indispensables para la promoción y desarrollo de una forma de vida civilizada, moral y con objetivos lúcidos. Ese era el ideario de la burguesía imperialista en la Inglaterra victoriana del siglo pasado.

Pero, ¿compartía toda la sociedad civil este conjunto de criterios o de cánones sobre la vida espiritual y mental de las personas? ¿Lo hacían los artistas, por ejemplo? En la primavera de 1850, la Hermandad de los Pre-Rafaelistas decidió fundar una revista, EL GERMEN, que iría a tener una historia muy corta, pero con un importante peso específico en el desarrollo de la historia de las revistas culturales en la Inglaterra de la era victoriana. Sin embargo, ¿quiénes eran los integrantes de la Hermandad de los Pre-Rafaelistas?. ¿En qué consistía dicha Hermandad?

LOS PRE-RAFAELISTAS.

Waterhouse. Hilas y las Ninfas

La Hermandad de los Pre-Rafaelistas, un grupo de pintores y poetas jóvenes, que creían que los límites establecidos por la Real Academia para la expresión artística, eran absurdos e innecesarios, se propusieron en 1848, introducir algunas modificaciones en el gusto del espectador inglés promedio de aquellos días, y sobre todo, nuevas rutas estéticas en el tratamiento de los colores, los temas y la naturaleza. En 1849, hace ciento cincuenta años, hicieron su primera exposión, y la reacción, como era obvio, generó un conjunto de fuerzas encontradas que aún hoy tratamos de entender.

Jane Morris y una de sus hijas

Se llamaban a sí mismo pre-rafaelistas porque sostenían que la única vía legítima hacia el arte natural e inocente, limpio de formalismos y rigidez técnica y racionalista, era la que habían descubierto los pintores y artistas anteriores al Renacimiento. El arte medieval, decían, era portador de una potencia poética de tales dimensiones que, los hombres y mujeres dedicados al arte, en la segunda parte del siglo XIX, aún no acababan de comprender por completo. Los problemas para tal comprensión residían en que la sociedad industrial había perdido su inocencia, el candor, el sentido de la simplicidad, su capacidad para la utopía. Como puede notarse, mucho de todo ésto, es esencialmente romántico. Pero, sin lugar a dudas podemos ver en los pre-rafaelistas a una de las muchas y muy nobles variantes del romanticismo. Si partimos de la base de que el romanticismo es antes que nada, una actitud frente a la vida.

Lizzie Siddal Rossetti (compañera de Dante Gabriel Rossetti)

Cuando los pre-rafaelistas decidieron unirse para fundar una hermandad, con todas las consecuencias que ello implicaba, no pensaron en que su propuesta estética fuera tener el impacto que a fin de cuentas tuvo. Hombres y mujeres tales como Dante Gabriel Rossetti, Cristina Rossetti, William Michael Rossetti, William Holman Hunt, John Everett Millais, y otros que se unieron después, fueron capaces de traer la influencia de los pre-rafaelistas hasta los Estados Unidos, al punto de que, todavía en 1992, se editaban con lujo de detalles los únicos cuatro números de EL GERMEN, la revista en que por primera vez desde la eclosión del Renacimiento, se atrevía a proponer la vuelta a la naturalidad en el arte.

LA PROPUESTA ESTÉTICA.

Cristina Rossetti (hermana de Dante Gabriel)

En la revista EL GERMEN se publicaron poemas, artículos teóricos, revistas de libros y algunos otros escritos relacionados con el arte de la época. Pero la gran preocupación de los pre-rafaelistas: recuperar los temas, la paleta y las emociones del arte pre-renacentista, pudiera hacernos creer que se trata de una simple agenda de artistas frívolos y consentidos de la sociedad y la ideología victorianas. Sin embargo, nos tememos que este tipo de consideraciones merecen un tratamiento más cuidadoso.

El artista romántico es un rebelde. Esta es una formulación que así, a vista de pájaro, pudiera sonar un lugar común, un tópico más que discutido. Pero la propuesta pre-rafaelista no es sólo la inquietante manifestación de inconformidad de un grupo de artistas jóvenes, sino también una expresión de un conjunto de postulados psicosociales que no encuentran cabida en el repertorio afectivo de la burguesía industrial más fanática y conservadora. Para ésta, en consecuencia, los pre-rafaelistas son rebeldes, y todo rebelde es un desordenado. En cuyo caso, el desorden es anarquía y ésta debería ser reprimida a cualquier costo.

Morris. Isolda.

Es curioso, pero toda sociedad autoritaria vive angustiada por impedir el desorden. Recordemos a los egipcios. Y, en ese sentido, la burguesía industrial británica del siglo XIX no tiene que nada que envidiarles. Ni aún su vida privada le pertenece al presunto desordenado. Sus vicios y malas costumbres deben ser eliminados hasta en los lugares más secretos de su alcoba. De aquí que Victoria, por ejemplo, se preocupara tanto por regularles su vida sexual a sus súbditos. Sobre todo a las mujeres. Exactamente lo mismo haría Stalin en la Rusia soviética.

La estética de los pre-rafaelistas, por lo tanto, no es sólo un código del buen gusto, es también una propuesta de vida. Rebelarse contra el hieratismo renacentista, representado por Rafael y su Academia de Atenas, la célebre pintura en la que parecen estar recogidos todos los defectos y virtudes de la pintura de la época, era cuestionar la forma en que la burguesía industrial británica expresaba su visión del mundo. Y los pre-rafaelistas se atrevieron a hacerlo.

El GERMEN: LA REVISTA.

Dante Gabriel Rossetti (1828-1882)

La revista originalmente tuvo dos nombres: los dos primeros números se publicaron con el de The Germ:Thoughts towards Nature in Poetry, Literature, and Art (El Germen: Ideas sobre la naturaleza en la poesía, la literatura y el arte), y los otros dos con el de Art and Poetry: Being Thoughts towards Nature Conducted Principally by Artists (Arte y Poesía: donde se trata principalmente de ideas acerca de la naturaleza expresadas sobre todo por artistas). A pesar de su corta existencia, pues solamente se alcanzaron a publicar cuatro números en condiciones financieras realmente difíciles, la revista llegó a figurar entre las mejores del momento, al lado de otras tales como The Edinburgh Review, The Quaterly Review, The Westminster Review, The Literary Gazette, The Athenaeum, The New Monthly Magazine and Literary Journal y la revista de Charles Dickens, Bentleys Miscellany. La mención de estas otras revistas es oportuna puesto que EL GERMEN no nació como una revista esencialmente literaria, o de ideas estéticas precisas. Aquellas otras concentraban sus baterías en asuntos muy específicos, vale decir la política, la cultura, la vida cotidiana. Con EL GERMEN se trataba de una revista que se iría "haciendo" sobre la marcha, según los dictados de la realidad artística del momento. En esta característica reside precisamente su enorme vitalidad, y su importante legado, porque los autores de los poemas, de los comentarios y las reseñas bibliográficas, con frecuencia eran hombres y mujeres metidos de lleno en el siglo, en sus problemas, esperanzas, frustraciones y preocupaciones. Es que los pre-rafaelistas, entre otras cosas, nos heredaron algo maravilloso, que aquí lo podemos llamar la lógica de la nostalgia, en contraposición a la nostalgia de la lógica, propiamente renacentista y de profundo sabor racionalista.

LA NOSTALGIA DE LA LÓGICA.

William Morris (1834-1896).

En los meros fundamentos del romanticismo, está una rebelión contra la excesiva racionalidad heredada por el Renacimiento por un lado, y la Ilustración por el otro. Desde la segunda parte del siglo XVI hasta la primera parte del siglo XIX nos encontramos con que la forma de conciencia social predominante es la ideología de la eficiencia industrial burguesa. Durante toda la segunda parte del siglo XIX, y hasta la Primera Guerra Mundial (1914-1918), esa racionalidad llegó a su máxima expresión y colapsó con la hecatombe nazi de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). La racionalidad del campo de concentración, la eficiencia de los hornos nazis y de los campos para enfermos mentales de los stalinistas, nos hicieron ver la posibilidad de sistematizar una teleología de la muerte. En este caso, la nostalgia de la lógica es la de aquel obsesionado con la eficiencia de las colectividades. De esta manera, los grandes cuerpos teóricos resultan estremecidos, porque sin la sistematización compleja de la lógica racionalista, de profundo eco hegeliano, el pensamiento burgués se encontraría perdido, y más aún su moral de la eficiencia. Los nostálgicos de la lógica los tenemos con nosotros todavía. Para los pre-rafaelistas por ejemplo, su refugio era la Real Academia Británica de Artes. La espontaneidad, la inspiración, la emoción, eran ingredientes que no pertenecían al mundo de la lógica y por lo tanto, no merecían ser considerados cuando de arte se trataba. En el paisaje racionalista de la industrialización la locura, la vitalidad y el desorden no eran posibles. Y debían ser combatidos.

LA LÓGICA DE LA NOSTALGIA.

Rossetti. La doncella bendita.

Pero a la nostalgia de la lógica era posible oponerle una lógica de la nostalgia. La lógica de las emociones, de los afectos y la vitalidad, del erotismo y la sensualidad. Sin embargo, para la sensibilidad de los pre-rafaelistas, como se desprende de mucha de su poesía publicada en EL GERMEN, resultó muy difícil sistematizar e instrumentalizar sus ideas al respecto. Era inevitable, nada es más volátil e inaprensible que la vida. A partir de ese momento es imposible comprender el desarrollo del arte y de la literatura, al interior de la nostalgia de la lógica desarrollada por el pensamiento burgués. Porque la dialéctica indica que la lógica de la nostalgia se abra paso en algún momento y termine por expresarse definitivamente.

Proserpina de Rossetti.

Sin nostalgia nos será difícil comprender a Marcel Proust, a James Joyce, a William Faulkner, a Fernado Pessoa, a García Márquez o finalmente, a José Saramago. Ellos han escrito y nos han dejado un tesoro invaluable, todo desde la óptica de la lógica de la nostalgia. La que nos permite vislumbrar con alguna claridad que la vida no se reduce a la mera efectividad de la producción de cosas. Porque la lógica de la nostalgia está también detrás del quehacer del historiador, del antropólogo, del etnólogo y tal vez del sociólogo. Mucho más todavía en el del psicólogo. Y lo maravilloso de todo ésto es que los pre-rafaelistas ya habían comprendido la verdadera dimensión y utilidad de la nostalgia, del poder de la añoranza, del resentimiento, del estar ahí como si nunca uno se hubiera ido. A todas luces, los pre-rafaelistas, sobre todo algunos de los que asumieron su ideal tardíamente como suyo, entre ellos William Morris, alcanzaron a plasmar un conjunto de ideas, sentimientos y quehaceres, de cuya fuerza nos dan testimonio en nuestros días artistas como Andy Warhol, Fredy Mercury o Marilyn Monroe.

La estética de la nostalgia, apenas esbozada por los pre-rafaelistas hace ciento cincuenta años, pudo habernos salvado del holocausto, en particular cuando pensamos en pintores, científicos y políticos que fueron eliminados en los hornos nazis. Esta eliminación física de las distintas expresiones de la cultura, es problemática porque, la eventual corporeidad de la nostalgia de la lógica, puede a la larga terminar reemplazando a la lógica de la nostalgia. El garrote sustituyendo al libro.

CONSIDERACIÓN FINAL.

Venus Venticordia. Rossetti.

La importancia de esta noble y huidiza revista, EL GERMEN, reside entonces en dos aspectos básicos. Por un lado, les hizo posible a los pre-rafaelistas concretar el perfil de la hermandad que andaban buscando. Ello nos benefició, porque a través de esta última, fue posible contar con una pintura y una poesía que nos traían una nueva concepción de la belleza y de la naturaleza. Por otro lado, en ella encontramos los primeros elementos de lo que aquí hemos llamado la lógica de la nostalgia, como distinta a la nostalgia de la lógica, propia de la sociedad industrial.

Mientras el buen burgués sueña con el orden absoluto, y su utopía es la del capitalismo de un mercado de competencia perfecta, sueños que el imperialismo victoriano estuvo a punto de realizar, los pre-rafaelistas y sus herederos sueñan con una sociedad donde las emociones y los sentimientos no tengan que ocultarse.

Para finalizar, bien puede decirse que el primer caído en esta secuencia dialéctica entre nostalgia de la lógica y lógica de la nostalgia, fue Oscar Wilde. Con él, la primera se cobró las pretensiones de la segunda. Y pasando por Virginia Woolf hasta William Faulkner, el saldo es que la lógica de la nostalgia apenas empieza a dar sus frutos. El guante ha sido lanzado.


1 En un libro nuestro, en curso, titulado LA FANTASÍA DEL PODER. MUJERES, IMPERIOS Y CIVILIZACIÓN, hemos desarrollado más ampliamente este tema.

2 Algunos de estos asuntos son tratados en nuestro libro GLOBALIZACIÓN Y DESHUMANIZACIÓN. DOS CARAS DEL CAPITALISMO AVANZADO ( Costa Rica, EUNA. 1998).

3 ROSSETTI, William Michael. THE GERM. (Edición de 1901). (http//jefferson. Village.Virginia.edu/courses/ennc986/class/reviews/wmintro.html.Preface to the 1901 Stock Edition of THE GERM.).


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