Santiago de Chile.
Revista Virtual. 
Año 2
Escáner Cultural. El mundo del Arte.
Número 17.
12 de Mayo al
12 de Junio de 2000.

EL VIEJO ROBLE

Por: Humberto Yannini Mejenes

A Papín, in memoriam

Cuando tuve uso de razón, o mejor dicho, desde que te
recuerdo, nunca pensé que te fueras a morir. Tenías esa
facilidad de adivinar las cosas, de saber lo que
acontecería aún cuando desconocías los detalles de lo que
me arrebataba el sueño. Eras una suerte de adivino. Un
guía que encontraba en los misterios una explicación
sencilla que desbarataba los grandes acertijos que se me
presentaban a menudo.

Te recuerdo junto a una pileta de agua en la casa de la
Tercera Sur, enseñándome a contar los números primarios,
dejando a un lado tu impaciencia (esa hermosa pero
impertinente dama que te acompañó por años), gratificando
esos bellos momentos de aprendizaje con unas palmadas que
hacían emparejar el saber incipiente con el cariño filial.
Nunca como entonces, sentí que estabas del lado de los
niños, y nunca como entonces, supe que formaba parte de
una hermosa familia.

Sobrevino después la infancia recordada, la mudanza a la
Avenida Central, en aquella época en la que Tuxtla
terminaba donde empezaba la imaginación, rodeada de una
espesa vegetación que crecía desmedidamente por los cuatro
puntos cardinales. Por esos tiempos, muy temprano en
nuestras vidas, emprendimos, Pepe y yo, ese apoteótico
viaje al rancho del tío Pancho, donde, encaramados sobre
unos caballos, recorrimos las bellas pero inhóspitas
tierras que separaban el cielo del infierno, y donde
conocimos de cerca el extravagante mundo de las montañas
chiapanecas.

Cursando apenas los primeros años de la instrucción
primaria, nos encomendaste al profesor Weber, en San
Cristóbal, en aquél internado que olía a humedad y a pan
francés con miel, donde compartimos la sal y el saber con
otros chicos que por razones disímiles a nosotros,
habitaban los fríos salones de cuyas paredes se
desprendían las leyendas más aterradoras de las que
tuvimos memoria hasta entonces. Y ahí, pese a navegar en
alta mar en el Cubito, hacer relieves con el profesor
Weber, jugar con los condiscípulos hasta el hartazgo, nada
era comparado con estar de nuevo en casa. Y uno de los
momentos más felices de mi vida, fue precisamente el feliz
retorno cuando el año lectivo llegó a su fin.

Recuerdo aquellos viajes que emprendíamos en Semana Santa,
con características expedicionarias, cuyo destino era
Ciudad del Carmen y cuya travesía nos significaba una alta
dosis de aventura, sin desdeñar la escala técnica en
Villahermosa, en casa de tío Jorge, quien disfrutaba la
eclosión de unos niños que arrasaban con los panes que
salían despedidos automáticamente de un artefacto que los
tostaba uniformemente. Después, luego de salvar las pangas
que nos separaban de Isla del Carmen, arribábamos a la
casa de Mamá Chelita, cuya hospitalidad y dulzura nos
abrigaba del deseo perenne de encontrarnos con el mar. El
regreso, siempre triste, nos proyectaba a un año adelante
en el que tendríamos necesariamente que volver.

La adolescencia entró en casa mientras tú curabas
enfermos. La nueva época en El Retiro constituyó un
tiempo de conocimiento, de descubrimientos fundamentales y
de los primeros escarceos con el amor, tiempos de amistad
y de tolerancia, tiempos de convivencia con los amigos,
vecinos y los seres que poblaban esa alejada colonia. La
delirante década de los setenta iniciaba, y con ella,
empezamos cada uno a escribir su propia historia.

Los caminos se bifurcaron entonces, y llegamos a la edad
en la que todo sucedía fuera de casa, y tu representabas
la antítesis del conocimiento; eras el guía anacrónico
que con tu atavismo impedías que saliéramos a la vida en
perfecta armonía con los tiempos que corrían. El cabello
largo y los pantalones acampanados, por decir lo menos,
fueron los iconos de la lucha generacional, transitoria e
implacable, que nos llevó a pensar que no entendías a los
jóvenes.

Llegaron, además, épocas de crisis familiares, que
trajeron consigo tu partida de casa que el tiempo y el
indeleble lazo familiar te hicieron volver. Y fue así como
arribamos al punto en el que empezamos a rivalizar en
conocimientos, de palabra y obra, sin saber, acaso, que
en unos años más habríamos de firmar el armisticio que los
padres firman con los hijos alguna vez.

Pasaron algunos años, muchos quizás, y la vida empezó a
cobrar en especie su lánguido discurrir, y de pronto, casi
de súbito, el viejo roble comenzó a trastabillar por los
empedrados caminos que nos aguardan en el camino.

Siempre, desde pequeño, creí que eras inmortal. Que
sobrevivirías a las tormentas y a los tornados; que
vencerías a la muerte en toda ocasión, y que, dada tu
constitución física, habrías de desafiar a las
enfermedades.

Y hoy, tus planes al futuro, tu risa y tu encantador
sentido de la ironía, se estrellan en mi plexo solar,
tratando de inmortalizar tu figura, de girar los molinos
que atisban los recuerdos, y esperando que donde estés, no
sientas frío.


 
POEMA HERIDO

Por: Iván Silén

He olvidado las palabras,
porque he olvidado el olvido.

Sólo existe el fantasma del tiempo.
Sólo yo...junto al fantasma de las rosas.

*****
29 de abril del 2000
Nueva York


 Sr. Jorge Lanata
Programa televisivo "Día D"
Revista "Siglo 22"

Una vez que los ecos de las campañas electorales se han acallado, donde la vida política de nuestro país ha sido el único foco de atención por espacio de meses, y porque no decir años, le envío una colaboración que incluye una serie de hechos ocurridos durante los últimos días y que el espacio periodístico no los ha incluido en sus reseñas.
Ahora, creo que es oportuno dirigir nuestra atención para hacernos volver nuestra vista al resto del mundo.
A ese mundo que existe, pero al que no les brindamos espacio, tiempo ni sentidos para observar.
Pero que existe.
Usted es dueño de hacer lo que crea conveniente con él. Sé que su espíritu de ciudadano del mundo junto a su criterio periodístico le darán la correspondiente cabida, difusión y reducción si así lo considerase.
Deseo que en caso de ser publicado, se me notifique por que medio y fecha.
Cordialmente

Ing. Daniel Noseda . D.N.I. 10.714.918
46 años. Colaborador del programa radiofónico "La hora del Lobo" FM93.7 Radio Universidad de San Luis.
Domicilio: Esteban Agüero 1495 - 5700 San Luis
E'mail: libremen@elsitio.com
 
 Datos del poder invasor perpetuo:

Una isla, una alcaldesa, una marina de guerra, una bahía luminiscente y ciertos patriotas que desean que no se apaguen su luz.

Es posible observar la realidad del mundo, a través de algo tan minúsculo como el ojo de una aguja... o pararse en una mínima porción de tierra, como la de una isla en el Caribe.
Cuando se dice Caribe,  la palabra ilumina con imágenes  de peceras gigantes, mares de arena y palmeras, historias de piratas y la presencia del ron. Alguna que otra imagen  con historias de huracanes...volcanes...de calidad telúrica o humana.
Cada isla de ese mar de sal y soles, tiene una historia propia y una en común con sus hermanas, como sucede en las familias numerosas.
Colón, el célebre almirante que creyó descubrir las Indias, en su segundo viaje avistó una isla pequeña, llamada la isla Nena pero, para el mundo figura  como la isla de Vieques.
No está claro si fue un 16 de noviembre de 1493, 1 día antes que la isla de Puerto Rico, pero por las dudas se celebra su descubrimiento el 19. No importa la fecha, fue en esa época, en que América empezó a padecer los primeros días de sojuzgamiento.
Una de las bahías de Vieques, Puerto Mosquito, alberga una especie de protozoario en sus aguas. El Pyrodinium bahamense.
Cuando este protozoario es atacado, el movimiento en el agua lo excita originando una reacción química que emite luz.
El movimiento en el agua suele producirse por el deslizarse de embarcaciones de turistas o lugareños. Lamentablemente y por décadas, las perturbaciones son causadas por la caída de bombas y misiles.
El protozoario vive produciendo su luz interminablemente, iluminando embarcaciones, bombas y los destrozos que ellas les producen.
Aprovechemos su luz para iluminar los hechos ocurridos en esta isla caribeña antes que se apague.

La historia de Vieques encierra la realidad de un mundo conmocionado por la destrucción de su medio ambiente y vidas humanas víctimas de bombardeos, la vigencia de una política de penetración y usurpación de un país que se ha convertido en policía del mundo.
El país  paladín de la democracia, los Estados Unidos.
Desde hace mas de sesenta años, su Marina de Guerra ocupa mas de dos tercios de la superficie de la Isla del Municipio de Vieques, al sudeste de Puerto Rico. Es su campo de tiro.
Entre sus mandatos y prohibiciones en una tierra que no es suya, la Marina de Guerra no permite el acceso mas allá del estrecho corredor en el centro de Vieques que no fue expropiado por los norteamericanos.
La actual generación de viequenses no ha visto los kilómetros de zona cultivable y de playas espectaculares,  que sirven hoy, para que los usurpadores jueguen con su arsenal bélico, atormentando a sus habitantes con el estruendo,  temblores y contaminando así tierra, agua y aire.
Vieques es víctima de la asfixia económica que la presencia de los Estados Unidos le produce. Es uno de los municipios más pobres entre los 77 que tiene Puerto Rico.
Un trágico y reciente suceso ha sido el detonante para que esta isla se haya levantado en protesta y lanzado un ultimátum a los Estados Unidos.
Un avión de la Marina norteamericana, uno de los tantos acostumbrados a sembrar bombas en el mundo, realizó una errática maniobra, una mas de las que realizó recientemente en Kosovo.
Por error y siempre por error, la bomba arrojada por este avión cobró la vida de un civil portorriqueño y heridas en otros cuatro.
Esta tragedia se transformó en drama nacional.
Al cese del bombardeo y a la salida de la Marina del suelo viequense, posiciones antes defendidas casi con exclusividad por el PIP, Partido Independentista Puertorriqueño, se suman ahora el reclamo de la inmensa mayoría de los boricuas, como se lo llama. La Asamblea Legislativa, el Gobernador y hasta sectores del pueblo y gobierno yankee se han sumado a la actual postura.
Miles de Pïpiolos, o integrantes del PIP, se adhirieron a la desobediencia civil de ocupar pacíficamente las playas y zonas donde la Marina yankee realizaba sus prácticas.
Una flotilla de casi treinta embarcaciones con una estrella como estandarte desembarcaron en la zona comprendida entre la playa de La Esperanza y la zona de los blancos militares al este de Vieques. Los pipiolos establecieron un campamento en la Playa Gilberto Concepción de Gracia.
La Marina de Guerra informó a cinco días de la ocupación del campo de tiro que las prácticas bélicas estaban suspendidas y su intención de no arrestar a los puertorriqueños involucrados en la maniobra.
Mientras, los ocupantes realizaban envíos a la prensa mundial comunicando el estado de destrucción del suelo en cuestión, los ambientalistas analizaban  la presencia de fósforo blanco y restos de municiones de uranio.
Pescadores, patriotas y artistas se agregaban día a día a la acción de desobediencia civil.
Mientras celebraba su cumpleaños en los terrenos usurpados, el presidente del PIP elevó una demanda al gobierno de los Estados Unidos por los destrozos ecológicos realizados,
Entre las ponencias viequenses, la elaborada por la Alcaldesa de Vieques, Manuela Santiago Collazo junto a otros nueve comisionados, fue una de las mas representativas del anhelo de todo el pueblo, a la vez que hacía evidente, las contradicciones de las respuestas de la Marina yankee sobre el tema.

Esta mujer, que ha ocupado el cargo durante 16 años, en los cuales trató de equilibrar siempre las posiciones locales pro- marina y contra- marina, hoy cuestiona lo que todo el mundo
¿ Cómo es posible que se pretenda extinguir a los 9.300 viequenses violando todas las leyes de la naturaleza, las leyes humanas y hasta  las leyes divinas?
Ya no busca un balance entre las partes. Dice simplemente: ¡¡¡ Vieques no aguanta mas!!!.
La alta tasa de desempleo sobrepasa el 50 % y el nivel de pobreza el 75%. La proporción de cáncer en los habitantes es el 27% mayor que la de todo Puerto Rico y los viequenses deben ir a la Isla Grande para cubrir la demanda de salud.
El acuerdo no cumplido entre los Estados Unidos y Puerto Rico, donde el primero se comprometía a pagar un alquiler por el uso del campo de tiro es evidente. La Marina alega que empleó a 1.000 personas en una fábrica allí establecida cuando solo fueron 15.
Mientras en el sector noroeste plantaron corrales para proteger a las tortugas, del lado este se las aplastaban con los tanques.
En Vieques se utilizó napalm y misiles con trozos de uranio.
La Marina de guerra llama "mistake", error,  a las muertes por los bombardeos, igual que en Irak, igual que en Kosovo.
Los camiones de los empleados de la limpieza del municipio son tomados como blancos y perforados con metralla por los aviones.
Alegaron  que el civil muerto fue por haber salido del área de protección a fumar un cigarrillo.
El muerto sin embargo, no fumaba.
La Marina de Guerra, asegura que el campo de tiro es de su uso exclusivo y sin embargo lo ofrece en alquiler a otros ejércitos del mundo.
Contradicciones de un país que se autodenomina el mas Demócrata del universo el  adalid de la Paz, pero no duda en vaciar sus cargadores en el resto.

El secretario de la Armada yankee, Richard Danzing, responde sin el más mínimo pudor las razones de su permanencia en Vieques, al Panel Especial Sobre Operaciones Militares en una carta que puede resumir la filosofía y política exterior de esta nación.
¿Por qué Vieques es importante como campo de entrenamiento para la Marina de Guerra y el Marine Corps ?
El entrenamiento gana las guerras, dice. El grado del mismo debe ser asegurado.
Vieques es uno de los 57 sitios de entrenamiento que Estados Unidos dispone en el mundo.
El grupo de portaaviones se compone de mas de 6.500 marines operando solo en uno de los doce que la flota posee. Su grupo anfibio tiene 2.000 infantes apoyados por otro tantos.
Pero cada grupo debe coordinar sus operaciones con el resto para lograr un grupo cohesivo y  efectivo.
Esto implica que los marines deben asaltar las playas, operar entre el humo, el ruido y la confusión del bombardeo.
Estas fuerzas deben estar listas para la batalla.  Como la del año pasado, el  portaaviones Vinson debió disparar sus misiles a Irak y antes de ello, el grupo Enterprise lanzó mas de mil ataques aéreos contra Sadam Hussein. El grupo del Rooselvet relevó al del Enterprise y disparó mas de 200 misiles Tomahawks y lanzó 3.000 ataques aéreos contra Milosevic.
El valor del entrenamiento es indisputable, afirma,  misión cumplida, ninguna vida norteamericana debería aclararse, pero es una redundancia.
Por esto, Vieques tiene un valor único. Este valor está apoyado por cinco razones críticas y de peso para ser utilizado como campo de tiro.
1 - Vieques queda fuera de las rutas de vuelos comerciales y los aviones no tienen límites de altura para disparar sus proyectiles.
2 - Los barcos y portaaviones pueden operar en aguas profundas sin interferir en el tráfico naval comercial.
3 - Las playas y topografía de Vieques permiten operaciones de desembarco anfibio para los marines.
4 - Vieques queda a diez millas del atracadero naval  de Rooselvet Roads, donde se puede suministrar carga de combustible a la flota y trabajar en su mantenimiento.
5 - El área de tiro permite operar sin interceptar la vida de los pobladores.
Esta última razón claramente no se cumple.
Tantas bondades que el terreno ajeno ofrece son pagadas con muertes de animales y humanas
La Marina ofreció una indemnización a los deudos del civil muerto de 1.000 dólares.
Dice el marino, que las dos bombas arrojadas por un piloto y que cobraron la vida del civil, fueron un error, un mistake.
Pero por ello, no debe interpretarse que las operaciones militares en la isla no son seguras.
Algo similar debe haber sucedido con la Embajada China bombardeada por error en Kosovo.
Errores, solo errores, cometidos en aras de poder expresar con orgullo, que hay razones por demás justificables para bombardear un terreno ajeno que les es gratuito y que no cobran vida norteamericana, pero sí americana y del resto del mundo. La intervención armada con costo de vidas norteamericanas ya le han salido caras a los Estados Unidos como en el caso de Viet Nam, al costo político debe sumarse el asesinato de su  presidente John F. Kennedy.

En la otra punta de la contienda, la alcaldesa clama junto a su pueblo por el derecho inalienable de disfrutar de la vida y todo lo que ella conlleva, la libertad, la propiedad y la búsqueda de la felicidad.
Nadie puede negarles ese derecho.
Solo los Estados Unidos lo hacen.
Son los fuertes de siempre quienes  se hacen más fuertes a costa de vidas ajenas.


Esperamos Su Opinión.
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