Santiago de Chile.
Revista Virtual. 
Año 2
Escáner Cultural. El mundo del Arte.
Número 17.
12 de Mayo al
12 de Junio de 2000.

SANTOS CHAVEZ ALISTER.

HIJO DE ARAUCO QUE....¡ NACIÓ PARADO!

Por: María Soledad Mansilla Clavel.

Cuento para niños, Santos Chávez
La historia de Santos Chávez lleva a pensar que hay seres en este planeta que nacen con el sello del triunfo sobre sí, algo así como guiados por el dedo del mismo Dios, o como decimos  en buen chileno: "nació parado". La realidad es que vino al mundo en Canihual, en pleno Arauco en 1934. Mapuche con mezcla para ser honestos, ya que su abuela se casó con un náufrago escocés de apellido Mac Alister, alivianado del Mac ya en la generación de su madre, Flora Alister.

Su padre tampoco era mapuche, así que sus rasgos araucanos, le vienen por el lado  materno. Sin embargo era su padre quién adoraba a la etnia y de él  hereda su interés por la dignificación y derechos ancestrales de su pueblo. Un nuevo proyecto con ese fin está pronto a ver la luz. No quiere entrar en detalles informativos aún pero se trata de una recopilación de los poetas mapuches hecha por Elicura Chihuailaf e ilustrado por Santos Chávez, en una edición de lujo que  lleve su cultura a buen nivel por el mundo. Posteriormente el proyecto contempla una edición más económica que pueda llegar al alcance de todos.
Alegría de vivir, Santos Chávez


Huérfano en plena infancia tuvo que ganarse el sustento por la casa y la comida como pastor de rebaños de cabras.  Después trabajó de jardinero, vendedor, cualquier cosa, lo importante era no dejarse vencer por la pobreza y la aflicción. Fue al colegio en muy pocas ocasiones, quiso estudiar música, incluso entró al conservatorio en Concepción, pero escribir la música era  difícil y  la astronomía era algo que sus escasos medios no le permitían.

 Es ese vivir a cielo abierto de los primeros  años de su vida, de luna y estrellas, pájaros y cabras, caballos y chivos, sol y sueños, el que aparecerá siempre en sus grabados y acuarelas, como si siempre añorara su tierra y su gente. Sus trazos son tan alargados como delicados y sus formas son sintéticas todas, ya sea si afronte la figura humana, las formas animales, vegetales o cualquier otra.  Su opinión acerca de la inspiración es la siguiente: "Creo que cada artista, consciente o inconscientemente, gráfica sus vivencias" y me cuenta que de esto se dio cuenta cuando radicado  en Alemania, quiso visitar la casa de Nolde. A medida que recorría su entorno, su paisaje, fue encontrando y reconociendo la obra  del afamado acuarelista.
Recuerdo de Infancia, Santos Chávez

Comenzó a pintar solo y alguien le aconsejó que se acercara a la Sociedad de Bellas Artes en Concepción, entidad que tras oir su historia,  becó sus estudios de arte. Tenía en ese entonces 24 o 25 años.  Por los sesenta llega a Santiago al Taller 99 donde se encuentra con la cordialidad y afecto de quién sería su gran amigo Nemesio Antúnez. Si ya traía buenos maestros como el Tole Peralta y compañeros del medio plástico penquista, en el Taller 99 encuentra  nuevos y valiosos ejemplos artísticos, además de grandes amistades, como la de Delia del Carril que lo quiso como a un hijo y lo ayudó muchísimo, según sus propias palabras. El también la quiso y dice: "Yo le sacaría el sombrero. Ella era feliz". Después del Taller  99 empieza a trabajar como artista.

Por ese camino de preparación suya  es que no tiene fe en el artista innato y encuentra la facilidad natural "peligrosa".  Recuerda lo que a  él le costaba el dibujo de la figura humana, que no sabía nada  y cómo batallaba su maestro  Tole Peralta por enseñarle a dibujar. El mismo es un ejemplo del artista formado, en buenas manos por cierto. Hasta para eso tuvo suerte. Cree que Vincent Van Gogh por ejemplo, no estaba naturalmente dotado y que por eso  que  su línea es así de  poderosa, esforzada y su obra,  llena de   calor humano.

Su trabajo xilográfico encuentra recompensas en esos tiempos de auge del grabado,  por ejemplo, el Premio  de Honor Andrés Bello - 1966 -  que le permite trasladarse a México y vincularse allí con el trabajo muralista de José Clemente Orosco, de grabado de Juan Ortiz y de Fray Cervando, taller donde laboró en 1967. Durante los años siguientes es invitado al Taller Pratt Graphic Center de Nueva York y al Institute of Arts de Chicago, EE.UU. De regreso al país, la situación política de Chile lo decide por el autoexilio;  primero a Venezuela, después a España y finalmente a Suecia, donde es  invitado a trabajar en el Graphic Work Shop, de Estocolmo,1978. Más tarde se radica en Berlín, Alemania, con ayuda de Venturelli y Escámez para obtener la visa que le había sido denegada. Ahí conoció a Eva, su tercera esposa con la que lleva casado mas de 15 años y con la que en 1994 regresa al país, viviendo primero en Santiago y después en Viña del Mar.
Plantas Silvestres, Santos Chávez

De su vida en Europa y conocimiento cercano  de la obra de los artistas que han inscrito sus nombres en la Historia del Arte Universal, guarda admiración y preferencia por  el trabajo de Goya en sus diferentes etapas, que considera impactante y contemporáneo en su serie de pinturas negras. De los pintores religiosos, se queda con Doménico, El Greco.

De la orfandad temprana y extrema pobreza, al haber vivido,  recorrido, expuesto y vendido su obra en buena parte  del mundo y encontrarse hoy  representando al país y a su raza en los mejores museos del orbe,  hay indiscutiblemente una distancia considerable, lograda con un talento honesto, de  gran sencillez, además del innegable factor  suerte.

 Nemesio Antúnez  lo recibió y alojó en su casa a su arribo a Nueva York y  lo acompañó también donde un interesado que compró siete obras suyas y le consiguió un estupendo departamento en  Manhattan en la Novena con la Cuarenta y tres, un primer piso  con jardín, en pleno barrio de los diarios,  que los mismos dueños  le amoblaron poco a poco, todo por la suma de.... ¡cuarenta dólares!. Nemesio entonces le decía: ¡Si vos naciste parado! El cree lo mismo. Yo también.

La misma sencillez con que en pocas palabras cuenta estas anécdotas es la que vemos  en sus xilografías, arrimadas en la pared en el ordenado  taller de su casa, increíblemente limpio para quién trabaja con tintas. Son generalmente pequeñas maderas talladas con gubias que trabaja en forma espontánea, sin un sketch previo y que al principio hacía con un dibujo  preliminar que podía mirar en un espejo para saber como serían los resultados en el papel. Los años de práctica lo han llevado a saltarse este paso y hoy sus composiciones son de antemano pensadas en negativo, tal cual es  la matriz en el grabado. Le gusta la madera, es lo más antiguo, lo que usaron los grandes grabadores europeos. Trabaja sus impresiones íntegramente a mano con el "cuchareo" o presión ejercida por una cuchara sobre la plancha entintada para que entregue sus mejores negros, grises y blancos al papel. De tanto en tanto interviene con colores puros, los primarios: azul, rojo, amarillo.
Delfines para Eva, xilografía, Santos Chávez

Trabaja también la litografía esporádicamente en el Taller 99, en el que aún encuentra a Roser Bru, una de las tantas figuras de la plástica que frecuentaban el taller antiguamente, recuerda con nostalgia. Y también en el taller de Carmen Waugh, el más moderno de Santiago, con prensa automática, adecuado al problema de su mano que no puede hacer la fuerza que implica el tórculo.

 El número de elementos en sus composiciones es pequeño, a veces   mínimo y se resume a unos cuantos trazos que remiten a frágiles tallos, unas cuantas espigas o pastos de los mas humildes. Los caballos y cabras, llevados a las formas mas esenciales, saltan  o se deslizan entre lunas y campos que hacen pensar en los sueños. Hay mujeres recostadas en el agua y "Lautaro guerrillero" galopa cabello al viento en un negro animal bien trazado mientras un par de lunas superpuestas lo acompañan y lo alumbran. Ocasionalmente una ventana como "Ventana de la vida" o "Ventana de mi vida".

"La obra mía no es realismo,  es armonía, es sentido, es simbolismo y es poesía, dice. La cultura mapuche está llena de simbolismos, sobretodo en su poética. La obra se basa en la realidad, pero lo que llega a la plancha es el misterio del mundo, eso es lo que está ahí. La poesía y la plástica se refuerzan". Además nunca se propone algo exacto, improvisa mucho e incluso una obra le dice una cosa un día y cuando la vuelve a mirar, le dice otra.
Homenaje a Santiago Natino, Santos Chávez

Siempre está seleccionando su trabajo y mucho de él se va a la basura. "El artista debe exigirse a sí mismo, hacerse autocrítica". Cuando le preguntan que obra le gusta más,  tiene que contestar que ninguna, porque ya está pensando en otra que atrapa su interés. Tiene algunas preferencias, pero esas no coinciden con sus mejores logros. A veces su autocrítica se equivoca, como por ejemplo en  esa exposición de Italia donde un par de obras de las que mandó no le gustaron, no quedó conforme. Rompió entonces las matrices, justo antes de que lo llamaran por teléfono para decirle que había varios encargos de compra, precisamente de las obras que había destruido.

Y el discurso, para Santos Chávez siempre debe ser optimista. De espaldas al drama que caracteriza la obra de tantos artistas,  piensa que a la gente hay que mandarle un mensaje de alegría, positivo frente a la vida, lo que nos indica que siente la vida como un regalo que disfruta día a día.

Mientras tanto yo encuentro su obra como él, al que no le sobran las palabras, honesta, sin copias a nada ni a nadie,  serena, llena de los simbolismos propios de su cultura, cargada  de poesía y con la absoluta libertad de hacer que se otorgan solo algunos artistas, los auténticos. De repente me pregunto  si hay una mirada ingenua en este hombre amable, lejano a toda grandilocuencia, en el que no he encontrado ni un atisbo de orgullo por su admirable trayectoria. Finalmente defino que no, que hay un deslizarse suavemente por la línea y por la vida, con agradecimiento, sin hacer ruido, al contrario, con un susurro y con su eco.

Su curriculum es largo en exposiciones individuales y colectivas en numerosos países. Baste saber que sus obras se encuentran en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro, Casa de Las Américas de Cuba, Universidad de Syracuse de Nueva York, Museo de Arte Contemporáneo y Museo de Bellas Artes de Santiago, Pinacoteca de la Universidad de Concepción, Centro de Relaciones Interamericanas y Museo de Brooklyn en  Nueva York, Instituto Smithonian de Washington D.C., Colegio de Augeburg de Minneapolis, Universidad de Stanford de la Unión de Tressider de California,  Museo de Bellas Artes de Ciudad de México, Edificio UNCTAD, Museo Metropolitano de Nueva York, Museo Estatal de Nicaragua, Museo Estatal de Berlín, Museo y Galería de Arte de Leipzig, Museo de Antropología de La Serena, Universidad de La Serena, Museo de Limarí en Ovalle, Museo de Arte Moderno y Museo de la Solidadridad, todos los últimos en Chile.

 Por otro lado ha recibido el Premio de Honor Andrés Bello de la Universidad de Chile, 1966, el Premio Grace en la Tercera Bienal de Gráfica  Americana de Santiago de Chile y la Mención de Honor de la Casa de las Américas, Cuba, 1968, el Premio de Adquisición del Museo de Brooklyn de Nueva York, 1970 y el Premio Altazor a las Artes Nacionales en el 2000. Este mismo año fue nombrado "Hijo Ilustre" de Tirúa, Provincia de Arauco, en Chile.


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