DIARIO DE UN HOMBRE INFINITAMENTE ENVENENADO: ¿PANERO LE ROBÓ LAS CREDENCIALES A DIOS O AL DIABLO?
DIARIO DE UN HOMBRE INFINITAMENTE ENVENENADO: ¿PANERO LE ROBÓ LAS CREDENCIALES A DIOS O AL DIABLO?
Por Rolando Gabrielli
Leopoldo María Panero es el poeta más importante de España, aunque España le haya puesto una camisa de fuerza y lo envenene con el calmante haloperidol.
Encerrado en un manicomio hace casi dos décadas, el diario español El País pareciera haberle descubierto, y le entrevistó en un lugar conocido como la Residencia de Estudiantes. Escoltado, el poeta, por su colega y amigo Félix Caballero y una sugestiva admiradora, llamada Amaraba, habló de lo humano, divino, la poesía, España, la democracia, el Quijote, Neruda, la psiquiatría, sus preferencias sexuales, Freud, el Papa, Rasputín, Lacan, todas las etcéteras de las preguntas y de lo que le rodea: la locura. Panero, creo, no le deja un solo pelo a la lengua de sus palabras.
Panero viajó este año a Chile, invitado, bajo una estricta custodia, y recitó su poesía en el manicomio de Santiago de Chile, sitio de una vieja capitanía hispana, cuyo capitán general perdió la cordura en los momentos de apremio.
La conversación de El País con Panero, autor de una poesía en el límite, sin fondo, un lenguaje en escombros permanentemente, no incluyó poemas de su factura, sino dejó funcionar la escopeta con su pólvora acorralada en el manicomio del doctor Rafael Inglod, en Islas Canarias.
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