Escáner Cultural

REVISTA VIRTUAL DE ARTE CONTEMPORÁNEO Y NUEVAS TENDENCIAS

ISSN 0719-4757
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Micelio

Metaprotesting, Amsterdam, 2016. En un museo, una familia italiana decide unirse a la performance. La seguridad del lugar riñe.

 

Daniela Medina Poch y la activación del transeúnte

Por Jorge Restrepo

El espacio público como territorio democrático.  El territorio democrático como campo para lo relacional. Lo relacional como profundo instrumento político. Daniela Medina Poch, activa al transeúnte. Ella es conectora que conecta, no deja que su seria y cuidadosa formación la aísle de la calle, sino que emplea toda su estructura conceptual en la expansión del arte, a partir del museo y sus alrededores.

Medina Poch reconoce y valora las experiencias de producción y exposición en distintos contextos dejando ver con soltura cómo los artistas conceptuales fortalecen su trabajo en la ardua fusión de diversas condiciones, situaciones y escenarios.

 

Jorge: ¿Por qué Medina Poch hace énfasis en el 'site-specific' performance?

Daniela: Para mí un trabajo de arte resulta de la interrelación entre contexto, obra y público.  Es así como el contexto y el público, características a las que me refiero con el término ‘site specific’ son fundamentales en el desarrollo de mi trabajo.  El contexto y el público contribuyen en   el principio y el final del proceso de producción: me aportan la información e inspiración inicial para el surgimiento de cada proyecto y a la vez, son la fuente de activación de éstos.

 

Jorge: ¿De dónde viene el interés por el espacio público?

Daniela: El espacio público es mi fascinación máxima y en lo que me quiero especializar. Este enfoque comenzó desde mi residencia en Barcelona en donde percibía que gran parte la vida se construía de la manera más básica: estar en el espacio público. Cerveza, patatas y olivas y ¿para qué más? Los viejos juegan ajedrez en el espacio público, los jóvenes hacen el famoso ‘botellón’, e incluso varias clases académicas o recreativas se desarrollan en este espacio. En Bogotá ‘el septimazo’,entre otros muchos lugares, son grandes ejemplos de esto.

Pienso que el espacio público es donde suceden los encuentros más diversos y espontáneos entre individuos y grupos de diferentes índoles y proveniencias. El espacio público permite los encuentros no (necesariamente) transaccionales entre diferentes clases socioeconómicas y socioculturales.  El espacio público es lo que legalmente nos une como ciudadanos, es donde se construye la micropolítica y hasta me atrevo a decir, la real democracia.

Ahora bien, antes de seguir elogiando e idealizando es necesario ser realista: este ‘místico’ espacio donde parece que todo es posible, es muchas veces un espacio de tránsito o incluso un ‘no lugar’, citando a Manuel Delgado. No es un secreto que el espacio público es muchas veces inhóspito y que cuando empieza a ser apropiado, se hace a través de su privatización, la peor de las consecuencias. En Bogotá, es además el espacio donde duermen centenares de habitantes de calle y es así como también es el reflejo nítido de los retos que tenemos como sociedad.

Es por todas estas reflexiones, las idealizadas y las realistas (ambas tienen su dosis de la otra), que me interesa este espacio. Me interesa activarlo a través de propiciar las interacciones con y en éste. Creo que a través del arte y las acciones ‘extracotidianas’ se puede contribuir a que pase de ser un espacio de tránsito a un espacio relacional.

 

Jorge: En 3 + 1 se resalta la “activación del transeúnte”.  ¿Cuál es el principio y cuál el límite de esta obra relacional?

Daniela: La mayoría de mis trabajos se activan a través de la participación del transeúnte. El principio de la obra relacional surge a partir del establecimiento de pautas. Como artista, produzco una situación ‘extracotidiana’ que enmarco a través de una serie de parámetros o reglas, luego, el transeúnte decide cómo reaccionar ante éstas. Mi control llega hasta cierto punto, luego cada situación tiene su propia reacción. Para mí no hay error, toda interacción da información, abre espacios y preguntas. Eso es lo que yo busco generar.

Oficina nómada de quejas. Barcelona, 2015. Rambla de Raval, la performance se realizó durante tres meses en diferentes puntos de la ciudad.

 

Jorge: ¿Qué le interesa resaltar en 'Oficina nómada de quejas'?

Daniela: La experiencia que he tenido a partir de la realización de ‘Oficina nómada de quejas’ en varias ciudades me ha permitido resignificar la manifestación de las quejas, la mala leche y las inconformidades colectivas como primer paso a la acción. Obviamente no deberían existir las causas de éstas y si bien el acto de quejarse muchas veces es desalentador e incluso neutralizador, creo que el ciudadano debe tener espacios no gubernamentales de escucha en donde pueda verbalizar lo que le sucede, lo que le disgusta y al final, lo que debería cambiar. Muchas veces el ámbito personal y subjetivo está subvalorado, yo creo firmemente que de estas pequeñas individualidades es que se construye un colectivo fuerte, incluyente y real. Por último, las quejas dan información de cada contexto, la gente no se queja de lo mismo en Rotterdam que en Bogotá.

Borrando mi patria. Barcelona, 2013. De símbolo patriarcal a símbolo matriarcal en la plaza San Felip Neri.

 

Jorge: 'Circuitos poéticos' son registros de acciones que han transcurrido recientemente en diversos puntos alrededor de la galería…

Daniela: Sí. Éste es un performance con duración de 30 horas en toda la localidad de Teusaquillo que es justamente la localidad que circunda la galería. El performance se basa en diez circuitos poéticos que he coproducido junto con amigos y gente cercana a mí. Estos circuitos exploran la localidad a través de rutas antiturísticas que surgen de múltiples historias de los habitantes del barrio. Desde la desesperación, pasando por la paranoia y terminando por la nostalgia, estos son algunos de los criterios que han configurado estas rutas. Además de generar interacciones con los transeúntes y maneras alternativas de entender un territorio, me parece fundamental trabajar en la relación de la galería con su entorno. Creo que el entorno de un centro de arte es la manifestación más inmediata del efecto e influencia que éste puede tener.

 

Jorge: Medina Poch es una ciudadana del mundo, cuya formación parte de la Escola Massana.  ¿Cómo describes esta experiencia, de tal forma que sea útil para alguien que quiera considerarla en su plan de carrera?

Daniela: La Escola Massana es un muy buen lugar para el desarrollo de plan de carrera por varias razones; La primera y más importante, la Escola tiene una relación muy cercana a las dinámicas del contexto donde se sitúa. Bajo mi experiencia, la Escola participaba en varias de las protestas de la ciudad y mantenía una relación estrecha con el Raval, barrio de inmigrantes y de centros culturales donde se encuentra localizada. Además de esto y con mucha relevancia, no conozco institución educativa en donde exista mejor relación entre el alumno y el profesor.  Finalmente, el lugar donde se sitúa la Escola, es un antiguo hospital con arquitectura gótica, una joya histórica, que contiene en su interior mucho, mucho graffiti y misterios por descubrir. Todo esto marcó las bases de mi práctica.

 

Jorge: ¿Y la esencia de Fine Art ArtEZ, Holanda?

Daniela: Cuando llegué a ArtEZ por primera vez, pregunté por mi salón de clase y mis horarios, me dijeron que no había tal cosa. Que, si quería, tomara un escritorio y unas sillas de la bodega y buscara un espacio en el edificio donde situarlas. Bajo mi experiencia de alumna de último año, la universidad no tenía notas, ni horarios, ni restricciones… tenía, por el contrario, libertad en los procedimientos, abundancia en recursos y rigor en la evaluación. A parte de esto, un gran sentido comunitario entre los alumnos, mesas de pingpong y un bar para financiar los trabajos de final de carrera. Fue todo un rompimiento de paradigmas sobre los sistemas educativos que había experimentado hasta el momento y con esto una experiencia excepcional. 

 

Jorge: Si tu trabajo busca “indagar en la ideología popular de un determinado contexto, ofreciendo una experiencia que requiere la activación y reacción de la audiencia”, ¿cómo contribuyeron estas experiencias académicas con tu proceso y propuesta actual?

Daniela: Supongo que el haber vivido diferentes metodologías académicas me permite valorar diferentes procedimientos y criterios de arte. Experimenté mi formación académica artística como extranjera y creo que esto influyó en mi interés por el arte contextual: mi situación me permitía observar, comparar y reflexionar constantemente sobre los valores y estructuras instauradas en cada lugar.  

 

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Bogotá, marzo de 2017

Escáner Cultural nº: 
199

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