"Gertrude Stein, aquella mujer que supo ser escritura, escribió que «una rosa es una rosa es una rosa». Ella supo escribir la autobiografía de un ser que no era ella misma, de esta forma rompió unos límites de la creación escrita que nadie conocía hasta que ella provocó su ruptura; como tú, Rosa Matilde, a quien pienso como la Ciudad Eterna: cargada de pasado, con un presente vivísimo y apuntando al futuro, aunque con cuidado. Si se ahonda en ti, como en aquella ciudad soñada y real, se encontrarán todo tipo de cosas: antiguas culturas, vida cotidiana, cultos desaparecidos, intuiciones por venir, caos que se puede ordenar si se es lo suficientemente abierto para hacerlo. Creo que me has concedido la posibilidad de ser un arqueólogo en la distancia a través de estas tecnologías que pueden ser frías como el invierno (me refiero al europeo) o vitales como la primavera. Un arqueólogo quizá un tanto soñador, aunque serio y atento a todo lo que ofrece la ciudad: Tú.
Y entre metáforas, ciudades y jardines como símbolos de vida, de todo lo que ofrece convivir con los demás a la vez que ser uno mismo en soledad, ¿cómo reconcilias tus espinas, tus hojas, tus pétalos y la relación con el viento y los insectos? ¿Te acecha la soledad? ¿O quizá tu soledad compartida es alegre y llevadera? Cuéntame qué está pasando por esos ojos, esas manos y esa mente. Como videoartista, ¿cuál es tu opinión respecto al trabajo de los demás? ¿Quieres generar tiempo con ellos? Y la música que los acompaña, ¿es sólo una comparsa o quiere transmitir la parte de ceguera que poseen las imágenes, cualquier imagen? ¿Dónde queda tu obra plástica? ¿Es tu apertura obsesiva o la obsesión te persigue mientras la dominas? ¿Quizá querrías ser más concreta o más lejana? ¿Qué piensas de los amigos virtuales? ¿Tu tierra es fundamental en ti o es una amada casualidad?" (Alfonso Blanco)
por ALFONSO BLANCO (España)
Para EntreVistArtista (EVA) © 2009 – 2014
Entrevista a ROSA MATILDE JIMÉNEZ CORTÉS
Por ALFONSO BLANCO
Alfonso Blanco: ¿Cómo reconcilias tus espinas, tus hojas, tus pétalos y la relación con el viento y los insectos?
Rosa Matilde Jiménez Cortés:La vida es constante renovación y cambio; es cíclica y por tanto, estamos en el deber de reconciliar nuestro tiempo unificándolo en un presente inmediato, porque atrás sólo quedan los recuerdos y hacia adelante, lo que la imaginación nos permita ver. Depurar nuestros actos a cada paso que damos, debería ser un ejercicio diario para evitar sobrepeso mental. No podemos hablar de salud física y mental, si no mantenemos en equilibrio nuestras emociones y sentimientos; de igual modo, hablar del proceso creativo si no lo cultivamos con actos armónicos y congruentes. El alimento diario no se limita al corpóreo, es necesario nutrir el alma. Ser conscientes que somos un cuerpo en constante decadencia y deterioro, aceptando con amor el paso del tiempo, cultivando la belleza inalterable de nuestro ser.
El arte no es un adorno ni un bien necesario que se adquiere a la vuelta de la esquina. El arte es un proceso mental que involucra diversas funciones en el ser humano. Hace 6 años, cuando me enviaste este cuestionario (entrevista en ese entonces trunca) recuerdo la parquedad petulante de mis palabras, te respondí del modo que más me enerva del otro en mis entrevistas. (Desconozco si llegarás a leer estas líneas... perdimos comunicación hace tanto tiempo, pero desde el encierro autoimpuesto del que estoy saliendo, te respondo sincera aquellas preguntas perdidas en el tiempo).
AB: Cuéntame qué está pasando por esos ojos, esas manos y esa mente…
RMJC: En mis manos, mis ojos, mi mente… ¿qué pasa ahora que no haya sucedido hace 6 años? Pareciera que he vivido otra vida abarcándolas todas. Antes te habría respondido que desfilaban imágenes a tropel por estos ojos y que mis manos eran incapaces de cazar, ahora no; he aprendido hacer que desfilen en orden y a paso firme sobre una misma línea antes de dar el siguiente paso para tomar una ruta distinta.
AB: ¿Te acecha la soledad? ¿O quizá tu soledad compartida es alegre y llevadera?
RMJC: No, nunca me acechó, siempre ha sido una soledad buscada, compartida con mi humanidad. Es una soledad contrastante, rica en texturas y matices. Por salud mental, he sido meticulosa a la hora de elegirla: sin vicios, sin llegar a los extremos. No soy un ser melancólico, vivo mi experiencia misántropa acompañada de mi soledad porque así lo decidí. Ella es mi refugio los días de compañía humana. Tampoco es que me disguste convivir con los demás, simplemente me enriquece estar en silencio atenta a lo que sucede a mi alrededor; la vida no se limita a los humanos, más allá de nuestras narices la vida continua su curso...
AB: ¿Qué es para ti la serenidad?
RMJC:La serenidad parte de un estado emocional en perfecto equilibrio, y esta a su vez, al haber hallado paz interior. Ejercicios básicos para llevar una vida en armonía con uno mismo y el otro, como son practicar el amor, la tolerancia, el respeto, la generosidad, la benevolencia; es más fácil dejar endurecer las arterias de esas vías a falta de práctica diaria, que mantenerlas despejadas… Un corazón endurecido, ausente de emociones y sentimientos, es porque sus arterias han sido obstruidas por actos negativos. Aquel sujeto que ha denegado acceso al amor en su vida, no lo imagino calmo y sereno… El arte es uno de los caminos que existen para generar amor; desde luego hay otros como ya te mencioné en alguna respuesta.
Para mí la serenidad es encontrarme en el amor, de cara a él, porque es el camino hacia un paraje sin nubes sobre mi cabeza…
AB: ¿Es tu apertura obsesiva o la obsesión te persigue mientras la dominas?
RMJC:¡Qué pregunta más compleja! Por principio estoy obsesionada conmigo misma; partiendo de ahí, podemos imaginar el panorama en su total y compleja dimensión. Una obsesión no debe dominársela u ocurrirá que ella terminará poseyéndote; simplemente se la destierra de la vida de uno. En mi caso, el ser obsesiva con mis cosas (arte) he aprendido a convivir con ella sin dejar que interfiera en mis decisiones, la uso para impulsarme hablando desde una rigurosa disciplina.
AB: Quizá querrías ser más concreta o más lejana…
RMJC:Lejana siempre seré hasta para Rosa Matilde. MaJiCor es la que mejor me soporta…Concreta, ¡imposible! Quizá la muerte logre concretar mi estancia en este punto en que la vida me ha colocado, quizá ella… Yo no quiero ni puedo. ¿Para qué? Concretar es simplificar y en sí, ya soy la simplificación de una ecuación simple. Mi naturaleza es grande, robusta; de curvas definidas, pronunciadas, sobresalientes…
AB: Como videoartista, ¿cuál es tu opinión respecto al trabajo de los demás?
RMJC: Una opinión objetiva e imparcial vista desde la distancia... Te diría que a finales de 2007, tuvo auge un grupo espontáneo de artistas experimentales en el vídeo. Al paso del tiempo, algunos se mantuvieron vigentes, actualizados en los nuevos medios, participando en bienales y competiciones; los demás artistas, desaparecieron en el intento aunque mucha obra realmente buena, original, vídeos de autor, los encuentras sepultados en You Tube; quizá la pretensión de ellos fue simplemente experimentar otros campos de acción, más por la novedad que por una propuesta estética en concreto.
De los primeros artistas mencioné, si bien maduraron su técnica y conceptos, pareciera hayan hibernado acomodando sus culos de cara al otro y entre ellos absorbido la misma flatulencia. Ves un vídeo, y pareciera que has visto todos; sin embargo, han sabido sobrevivir a su tiempo porque se mantuvieron vigentes y actualizados como ya mencioné. Finalmente, el experimento resultó en la medida estuvieron activos, visibles al otro, pedaleando el tiempo para hacerlo rendir... hablamos ya del factor tiempo, de estar actualizado conforme la tecnología avanza, porque detrás de nosotros vienen nuevas generaciones armados con herramientas a diferencia de los que nacimos en otra época.
Respecto a mi obra, mantengo un trabajo de investigación vigente aunque indefinidamente inconclusa e inacabada. Todavía no es mi tiempo…
AB: ¿Quieres generar tiempo con ellos?
RMJC: Generar tiempo como quien aplaza algo por alguien, sí… para ganarme a mí misma. Pretendo hacer vídeos de autor en donde confluyan distintas corrientes y disciplinas por mí generadas, como son: poesía, fotografía y música experimental, además de pintura entre otros elementos. Me gusta estar detrás de la cámara, midiendo la distancia entre el ojo, el visor, y el que detrás de mí ha de verme. Te muestro de mí no lo que ves, lo que escuchas porque a partir de la palabra la imagen se hace presente.
Mí propuesta estética en el vídeo como herramienta de expresión es clara y contundente: ¿En qué proporción puedo modificar los factores que intervienen en mi proceso creativo al momento de hacer tangible una idea? Desde luego centro mi atención e interés en mí, en la condición humana de la mujer; de ahí parto para jugar con las distintas edades de mi tiempo. Mi obra en vídeo es netamente autobiográfica; no lo trabajo por seguir una corriente, tendencia o moda; tampoco centro mi tiempo en ocupar espacios que no me precisa intervenir, como bienales y competiciones de arte aunque no descarto la posibilidad.
AB: Y la música que los acompaña, ¿es sólo una comparsa o quiere transmitir la parte de ceguera que poseen las imágenes, cualquier imagen?
RMJC: Peculiar pregunta viniendo de un fotógrafo… Una imagen posee lenguaje propio más allá de sus características técnicas, buenas o malas. No imagino a Rembrandt musicalizando su Autorretrato con capa y ojos muy abiertos, aquel gesto divertido para indicarnos su sorpresa… El silencio es música y muchos de mis vídeos los acompaño de ese modo. Otras veces, mi voz es el único vestido cubre su desnudez. Básicamente centro mi trabajo de investigación a partir de las imágenes, son ellas las que me dirán si necesitan compañía o realizarán el viaje solas. Al final, el lenguaje poético de mi propuesta va más allá de sonidos, de luces y sombras e incluso, de mí misma.
AB: ¿Dónde queda tu obra plástica?
RMJC: En el año 2008 cuando me inicié en el vídeo, relegué mi quehacer en la pintura al punto de no volver a tomar ni un lápiz, pero ello no derivó en ruptura... busqué nuevas formas de expresión para mostrarla desde otra perspectiva. A través del vídeo como herramienta pude verla a través de otros ángulos, percibiendo grietas propias de la juventud e inexperiencia no me había percatado. Por ejemplo, descubrí que una pintura tiene muchas vidas, es decir, su lenguaje plástico no se limita al caballete y la sala de exposición, es más, una pintura no necesariamente tiene que ser expuesta una vez concluida. El vídeo me ha mostrado un mundo fascinante para explorarlo desde recursos estáticos como son la pintura y la fotografía.
En mi línea de investigación me interesa el movimiento como tema de búsqueda y desarrollo, y la pintura indudablemente ha sido un punto de partida. Tras 5 años de aprendizaje en el vídeo, volví a pintar... al hacerlo, me sentí perdida, deshabitada; el resultado no fue el esperado aunque estoy consciente de haber dado un gran paso. La diferencia radica en los elementos, en mi centro radial desnudo de puntos y comas.
En mis exposiciones no falta quien piense que la obra expuesta es de dos o más autores... ¡un halago sin duda! Prefiero generar expectación e incertidumbre en vez de indiferencia. En el movimiento (interior) está la clave...
AB: La poesía, ¿quién es ella en tu vida y qué lugar ocupa?
RMJC: La poesía no ocupa un lugar en mi vida, nace y muere conmigo cada día. No la busco, ella me encuentra y sin pudor la muestro a propios y extraños, desnuda de formas y estilismos porque desconozco su pasado. Prefiero una puta en mi cama sin más referencia que su carne expuesta, a una dama mirando de reojo tras velos de hipocresía; esa mi palabra. ¿Embellecerla? No, para qué, prefiero sentirla, hacerla vibrar para que ella sea recibida de igual manera. En ese aspecto siempre he sido pulcra y he sabido lo que quiero expresar y cómo hacerlo: a la medida de mí, sin más.
Si algo me resulta fastidioso en la poesía es un exacerbado manierismo, prefiero un estilo lacónico me permita imaginar. Tampoco comulgo con la imagen y concepto que el poeta tiene de sí mismo: desaliñado, descuidado, desatento con su persona. Pareciera que el arte es sinónimo de pobreza y demencia, y no es sí; al menos no debería. Se ha sobrestimado las virtudes del artista y el poeta, colocándolo a través de la historia como un mendigo al que hay que darle migas de pan porque seguramente con sus habilidades, las convertirá en algo que sustente su diario vivir. Aquí el problema es de fondo y de forma…
AB: ¿En qué consiste tú propuesta El Jardín de Rosa?
RMJC: En su momento, El Jardín de Rosa fue una porción de tierra virtual donde convergieron diferentes realidades (propias y ajenas), teniendo en el arte el medio y en la tecnología la forma. Mi espacio físico, emocional, intelectual y afectivo, lo encerré en un recipiente de cristal transparente el cual permitía verme reflejada en él, hasta que un día mi imagen fue secuestrada por una masa oscura y densa haciéndome olvidar que una buena porción de mí estaba ahí dentro…
Lejos de preocuparme y actuar en consecuencia, continué con el experimento… Para ese entonces, mi realidad había sobrepasado el espacio virtual llenándolo de él, y a mí, perdiéndome en el acto. Mientras tanto, Rosa Niña Guerrera (mi personaje) comenzó a ganar terreno y protagonismo relegándome a una habitación con una cama como refugio, y en 7 años de ergástula, en ella concebí y parí tantas veces que terminé familiarizándome y aceptando mi nueva condición. Por si fuera poco, mi mente hizo germinar todo tipo de yerbas en aquel jardín donde terminé cosechando lo que había sembrado: palabras, pero de palabras no vive el hombre.
A siete años de distancia sería irresponsable de mi parte no aceptar la derrota; perdí el control de mi vida disparando con ello el peso de mi corporeidad, ensanchando el espacio entre la puerta de salida y aquella cama; perdí mi propio juego y el tiempo en él invertí aunque gané otros aspectos en el quehacer me ocupa: el arte.
Ahora no me visualizo frente a un caballete sin intervenir otros espacios a la vez. He madurado mis conceptos y sé hacia dónde conducir mi línea de investigación sin desviar la mirada de mi objetivo: la mujer detrás de la imagen. El Jardín de Rosa consistía en sembrar y cosechar diálogos a través de mis pinturas, la idea surge como una forma de experimentar diferentes campos de acción una vez me vi ante un ordenador…
AB: ¿Quién es Rosa Niña Guerrera?
RMJC: Rosa Niña Guerrera es un personaje inherente a mí, ensayo autobiográfico de exploración y análisis: “una es la otra desde todas en la misma materia.”Con ella voy y vengo por el pasado de mi memoria enriqueciendo con recuerdos mis actos presentes. El espejo es mi elemento de acción, mi máquina del tiempo tan sólo reflejar mi imaginación en él. “Desprender la mirada del objeto externo para adentrarme en los senderos del alma, y al cabo de un tiempo, quedar prendada de mí, bañada por la presencia etérea del ser." Si bien la edad pierde peso conforme los años pasan, yo cuido no adelgazar mi tiempo aunque haya embarnecido la corporeidad de mi espacio físico.
AB: Entre tu infancia y edad adulta, si tuvieras que elegir un tiempo para adaptarlo a tú espacio interior, ¿cuál sería?
RMJC: Sería un tiempo sin horas donde el espacio alcanzara la totalidad de él llenándome de sí para comprender la complejidad de mi condición humana. Del modo en que fuimos creados (limitados de tiempo) la vejez comienza su proceso desde el instante mismo uno nace, para cuando se alcanza a comprender el paso de él, éste se ha ido dejándonos llenos de deudas con la vida y empeñados con la muerte como cerciorándose que de ella no escaparemos para volver. Rosa Niña Guerrera es lo más parecido a vivir un tiempo sin horas y, aunque todo principio alcanza su fin, el mío es no buscarlo hasta que él me encuentre…
AB: Autorretratada como eterno embarazos de ti (la que insemina, gesta, pare, amamanta y con ello se ve crecer a sí misma) llevar a cabo ese proceso entre ser y estar, ¿es una necesidad, una elección o parte de tu proceso creativo?
RMJC: Soy eterno embarazo de mí cuando descubro que, entre el proceso creativo y de gestación, la distancia a salvar no es el producto o feto como resultado final, es el proceso en sí: el tiempo. El vientre de una mujer alberga un número determinado de embarazos, mientras que su mente es capaz de plasmar y reproducir indeterminadas imágenes en ella contenidas. En mis embarazos, me asisto sola como bien citas: “la que insemina, gesta, pare, amamanta y con ello me veo crecer a mí misma”. La acción en su conjunto, nace como una necesidad pero principalmente, es una elección; yo elijo cuándo, cómo y bajo qué circunstancias someterme al proceso creativo para ser parte de él y a la vez, estar conmigo.
AB: Tu discurso poético-filosófico lo centras en la palabra a partir de la imagen, ¿qué significa ella en tu diario existir?
RMJC: La palabra es mi arma de combate para amar u odiar sin alcanzar el extremo de ambos espacios, siempre quedándome al medio, observando, analizando; midiendo la distancia entre el amor y el odio para hallar el punto exacto en que he de llevarla al cénit de su vida; la vida de ella en mí. Cada día desnudo a la palabra de sintaxis porque de reglas sólo me entiendo con una: la que cada mes es motivo de inspiración para vestirla con el néctar de mi esencia.
Entre la palabra y yo existe una relación íntima, esencial... a la edad de 7 años me enamoré de ella, y desde entonces la hago mía amoldándola a mi anatomía, a mis necesidades y deseos; no me imagino divorciada de la palabra, porque eso derivaría en orfandad. Si yo me visto de enfado, ella lo grita por mí; si calzo mis pasos con pasión, ella despertará mi lujuria para que la lleve de paseo; cuando lloro, ella gime de placer hasta que introduzco mi lengua en la gravedad de su anatomía. Mi palabra siempre está húmeda de placer, excitada, encendida, ansiosa porque la haga vibrar desde mí.
AB: Respecto al diario ser y estar, ¿tu vida transita entre el exterior o el interior de tu ser?
RMJC: A temprana edad y sin estar consciente de mis actos, descubrí que la vida en soledad me proporcionaba el silencio necesario para reproducir sobre papel las imágenes gritaban salir de mi mente. Recuerdo que podía pasar horas dibujando sin asomo de cansancio o aburrimiento; ese era mi mundo, uno donde habitaban seres alados y diminutas personas que me obsequiaban risas dulces y amables. En contraste, el mundo de todos me ofrecía caras en cuyas miradas no lograba verme reflejada; no me identificaba con ellos, grandes o pequeños, todos me parecían igual.
Mi vida ha transcurrido sin apenas darme cuenta que avanza, quizá porque siempre la he visto con los mismos ojos, sin alterar el tiempo en ella. Y así, ensimismada en mis recuerdos aprendí a caminar hacia el centro de mí ser.
AB: ¿Qué tan apegada estás a tu tierra, a tus raíces y la forma en que has sido educada?
RMJC: Rosa está enraizada a su tierra hasta la médula. Recuerdo que a la Celebración de mi Primera Comunión, poco faltó para que mis padres no asistieran a la Eucaristía. En esos días yo estaba al cuidado de mi abuela materna porque mamá estaba en Puebla atendiendo a mi padre enfermo. Los años de aquel hombre fuerte y robusto estaban sentenciados y mi tiempo echado en la finca de doña Ángela Puente Pedrero, la mujer que alimentó mi imaginación y enseñó a conocer la vida secreta de las plantas, aunque no alcanzó a penetrar el misterio de una rosa...
Soy mujer de tierra negra afincada al Sur de mí memoria, aunque mi amor por la vida siempre mirará al Norte con la nostalgia de la pasión hasta que el tiempo reconcilie mi pasado y mi presente…
AB: ¿Tu tierra es fundamental en ti o es una amada casualidad?
RMJC: Causa y efecto, la vida es así. Nací en el tiempo y espacio que estaba destinado para mí, de igual forma me iré de este mundo la hora señalada, ni un instante menos. No por casualidad nace Rosa de Veracruz (poemario autobiográfico), tenía que haber nacido en estas tierras de exuberante significado místico para que la mujer en mí eyaculara su esencia.
AB: ¿Sientes o piensas, que la naturaleza te llama o te expulsa?
RMJC: Qué pregunta más extraña y a la vez fascinante… Mi madre me expulsó de su vientre y algún día a las entrañas de la tierra he de volver. La mayor parte de nuestra vida transcurre en el seno de una mujer; amamantados y protegidos por una. La vida, la palabra; es un acto femenino de hombres y mujeres. El primer contacto que un feto tiene con otro ser humano, es la mujer que lo está gestando. Nuestra vida gira en torno siempre de una mujer y sin embargo, la humanidad predominantemente machista, la ha expulsado de su núcleo social marginándola. Todas las mujeres llevamos una marca indeleble: ser dadoras de vida más allá de gestar en nuestros vientres.
AB: ¿Qué papel juega la religión en tu formación y desarrollo?
RMJC: Hubo un tiempo que la religión marcó y delimitó mi formación interior, pero esos días de oscuridad los convertí en actos de gracia. La religión, cualquiera que ésta sea, frena el crecimiento interior vía el pecado. El libre albedrío como opción de vida respecto a nuestros actos, considero es un bien disfrazado de mal, porque la libertad como tal no debe medirse por bien y mal. Se es libre o no se es. Y el pecado, es una condición frena los actos del hombre a condición de ganar el cielo o perderse en el abismo infernal.
La religión, en mi caso, es un método filosófico empleo para tomar de ella lo que más convenga a mis propios planteamientos pero desde una perspectiva objetiva, sin perder de vista lo que de ella busco: paz interior teniendo en el arte el medio para transmutar mi energía sexual. La triada: Sexualidad, Religión y Arte, son mi pase a un mundo donde paraíso e infierno son un mismo espacio para plasmar aquello quiero expresar sin olvidar que yo soy el centro de un porqué sin más razón que ser yo misma libre de mí.
AB: ¿Es difícil el camino de la creatividad?
RMJC: Es un camino dificilísimo e inimaginablemente fascinante para el que lo desconoce. La creatividad es un acto de amor intervienen diferentes factores: físicos, emocionales, materiales, corpóreos, de tiempo y espacio, e incluso factores sociales, políticos, religiosos; de usos y costumbres pero, principalmente, el factor más importante interviene al momento de transmutar la energía (el pensamiento) y hacerlo tangible sobre la materia: es la sexualidad. Quien haya traspasado el umbral de la percepción y el instinto razonado, para alcanzar el espacio de la creatividad; sabe de qué hablo.
El proceso creativo está marcado por disciplina, constancia, investigación, observación, análisis… ¡te lleva una vida descubrirlo! No es algo que se aprenda en las aulas, ahí te enseñan la parte técnica, pero no la forma de hacer que por obra y gracia, la divinidad descienda a ti. Hablamos del sexto sentido, la conexión entre la finitud de la materia y el Ser Infinito…
AB: ¿Cómo es la distancia, si es que existe, entre el momento cuando empezaste a escribir y pintar y tu momento actual?
RMJC: La distancia como medición de algo para cuantificar sus efectos, desde luego existe. En mi caso, ha sido diametralmente opuesta en yuxtaposición a mis actos para al final, converger en uno mismo: el proceso creativo. Las disciplinas en el arte son varias, distintas unas de otras, pero con la coadyuvante de asistirse, de generar entre sí una simbiosis. El artista debe ser capaz de ver la dimensión real encierra dominar más de una disciplina, no quedarse con una sola aunque haya quien diga lo contrario aduciendo no tener una idea clara de su vocación.
En principio, considero mentes decimonónicas quienes todavía piensan que, quien es pintor, del lienzo no debe pasar. Yo no estudié, ni me especialicé y por tanto, licencié en disciplina alguna. Yo nací con un talento innato que mi padre supo ver y encausar con métodos neurolingüísticos en ese entonces poco conocidos. ¿Que por qué no pisé aula alguna? Porque las aulas tienen puertas cierran el acceso a todo aquel que no cumple ciertos parámetros, además de frenar el proceso creativo.
Mi padre hizo prometer que siempre fuera una mente libre y estuviera segura de mí misma, de formular cuanto planteamiento imaginara y fuera capaz de sostenerlos con argumentos consistentes, que las ideas deben ser tangibles o mueren como las neuronas. Mi momento actual está rodeado de cuanta disciplina he podido aprender, aplicar, desarrollar pero principalmente, hacer mía.
AB: ¿Qué piensas de los amigos virtuales?
RMJC: Los amigos virtuales existen en su tiempo y espacio. La amistad virtual no es concreta, es lejana e incierta, aunque la otra no es menos virtual por ser real. No centro mi atención en una u otra forma de comunicación, me interesa conocer la condición humana más allá de fronteras. Lo cierto es que sólo sobrevivirá al paso del tiempo aquella relación de amistad que haya sido cultivada y abonada con sinceridad.
El hombre contemporáneo se mueve en dos espacios: el real y el virtual, y en cada uno encuentra lo que busca; así de simple. Internet es una forma de alcanzar el medio, ¿cuál? El que a cada quien convenga a sus intereses y propósitos. Vivimos una era de almas hambrientas de amor y palabras que las abracen, vivimos una era donde la humanidad grita desesperada ser el centro de atención de un mundo narcisista, egoísta, deshumanizado e Internet, es un escaparate a tanto despropósito. No todo es enteramente malo, ¡desde luego!
Madrid, octubre de 2008.