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Un vistazo del apagón de Bangkok / Sneak peek of Bangkok Shutdown
Texto y fotografías por Jessica Parra Nowajewski
Salir de las montañas para llegar al clima de Bangkok repleto de euforia pre electoral, conmocionada por la fragancia de las marchas masivas, los operativos políticos y la deserción del turismo en algunas áreas, ha sido una experiencia para repensar la ciudad y transformarla en un espacio más humano.
Sentada bajo el Skytrain en Silom, rodeada de los aromas de la cocina tailandesa y de un idioma que poco entiendo pero que me sonríe cada vez que lo pronuncio, reflexiono sobre la soberanía del cuerpo y la colectividad. En las manifestaciones, en el compartir el pensar social y personal, el desarrollo de la persona se ve enaltecido o sucumbe ante el enjambre que pulula en las calles hasta lograr objetivos o el agotamiento espontaneo que trae la lucha después de meses, años o décadas.
Veo como en esta área las avenidas han sido tomadas por la gente, especialmente por las nuevas barricadas, esas hechas de suvenires, de comida y artículos de diversa y dudosa índole. Veo organización, veo camiones repletos de arroz abasteciendo Occupy Lumpini mientras en calles aledañas un grupo de no mas de 20 manifestantes piden respeto por los agricultores. En el parque aun gente vive, los partidos políticos entregan protección y comida. Largas filas esperando su plato de comida, algunos políticos con su micròfono en mano siendo escuchados por un puñado de fotógrafos y curiosos. Las tardes son para las grandes movilizaciones, cuando el sol comienza a bajar y el hambre del ocaso acelera la panza, es cuando ebulle Sukhumvit, Asoke, Silom, y así con otras áreas en que la gente decide manifestarse. Y yo me quedo pegada mirando la agricultura urbana anexada a los pilares enormes que soportan los trenes que hacen vibrar los rascacielos cubiertos de led.